S.B.H.A.C.

Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores

Artistas plásticos en la Guerra Civil española

Eugenio F. Granell

Artista e intelectual surrealista, pintor, escritor, músico… Afiliado al POUM luchó por la República en el frente de Aragón, para terminar la lucha en el Prat del Llobregat. De allí escaparía a Francia tras la derrota y asentamiento de los nacionales. En Francia es internado en varios campos de concentración, de dos de ellos logra fugarse. Desde París haciendo escala en Le Havre, ya acompañado por la que será su mujer Amparo Segarra, embarca rumbo a Chile. Sin embargo terminarían en Republica Dominicana por cuestiones políticas. En Santo Domingo conocerá a André Breton que le invita a unirse a la segunda generación de surrealistas. Terminaría viviendo en EE.UU como catedrático de literatura de la Brooklin College de la Universidad de Nueva York hasta su vuelta a España auspiciada por el Gobierno de Felipe González. Pintor ya reconocido en todo el mundo, Eugenio vuelve a España donde es acogido con todos los honores por los Gobiernos de Madrid y Galicia. Vivirá sus últimos años en Madrid y visitará periódicamente Santiago de Compostela donde reside la fundación sobre arte surrealista que acoge toda su obra y que lleva su nombre. Murió en Madrid el 25 de Octubre del 2001.

En la imagen, el artista Marcel Duchamp y Eugenio Granell.

Se duele Granell del asesinato de Andrés Nin. Y no le falta razón, todo el mundo tiene derecho a un juicio justo, y eso es lo que la República tenía que haber hecho, juzgarle legalmente por sedición y rebelión militar en tiempos de guerra, pues queridos lectores, Andreu Nin y los suyos, que no eran trotskistas, ni franquistas, eso sí es una calumnia, sí eran enemigos de la República, pues deseaban acabar con ella y tomar el poder al estilo bolchevique, y así lo publicaban un día sí y otro también en su prensa sin cortarse un pelo. En los trágicos acontecimientos de mayo de 1937 en Barcelona, junto con otros aventureros radicales de la FAI y de la CNT le echaron un pulso militar al gobierno legal y a la Generalitat en Cataluña y a todos los ciudadanos que apoyaban a la República y lo perdieron con un montante de muertos cercanos a los dos millares, y ese debe de muertos es suyo, sólo suyo. Hasta junio-julio no  reaccionó el gobierno ordenando la disolución del POUM, la disolución de sus unidades milicianas y la detención de sus líderes. Y esto no era ningún crimen, era una acción legal de un país en guerra, en trance decisivo, cuando un partido y otros apoyos decidieron tomar el poder en Cataluña a tiro limpio, si bien sus acciones fueron mucho más menores de lo que esperaban pues la mayor parte del pueblo catalán no estaba para esas gaitas. Así que la coletilla del cuadro referente a la cobardía del silencio de los intelectuales de igual calaña está fuera de lugar excepto por una cosa, el único crimen de la República fue no  investigar a fondo el asesinato de Andres Nin por elementos ajenos al gobierno aunque sí muy cercanos. El gobierno Negrín recién llegado al poder, no quiso abrir una nueva crisis de gobierno a unos meses de su estreno para esclarecer el asesinato de un enemigo de la República. Los irredentos, como Granell en esta época de su vida, no son en absoluto republicanos aunque años después, decían serlo. Se hicieron furibundos anticomunistas, algunos colaboraron con el OSS, luego la CIA, el MI5, etc... Otros, que no eran del POUM, pero se gastaban la misma clase de lealtad con el gobierno legal de una nación en guerra, elementos de la CNT y la FAI se comportaron durante toda la guerra como lo que eran, sectarios que no veían más allá de sus narices, fusilando todo lo que se les ponía delante, acaparando armas en retaguardia, haciéndose dueños de territorios que no les pertenecían con la excusa de la colectivización, que con el tiempo se demostró simple apropiación, o detenían a los ministros del gobierno que se retiraban a Valencia en medio de su viaje y contemplaban fusilarlos, mientras ellos si podían estar allí aterrorizando la provincia a decenas de kilómetros de frente, y desde luego siguiendo sus propios métodos no fusilaron a Feliciano Benito líder anarquista, cuando salió huyendo de Sigüenza. También pusieron todos los palos que pudieron en las ruedas de la militarización y clamaron desaforada y mendazmente, pues no era verdad contra el control comunista del Ejército Popular, eso sí, Mera no dejó ni un comunista en su amado IV Cuerpo, y para terminar, entre otras, con la más gorda, se unieron a militares profesionales traidores y políticos eternamente agraviados y profundamente desleales, para darle un golpe a lo que quedaba de la II República española, con la excusa del comunismo, igual que los franquistas, prefiriendo ser capturados por los franquistas a riego de la vida, que colaborar con el gobierno Negrín para una retirada ordenada y salvar a todos los republicanos que se pudiera. Su acción fue muy perjudicial para los republicanos de la zona centro que no se pudieron replegar ordenadamente. Pero lo curioso es que llegada la hora de la verdad, unos salieron por Gandía con el traidor casado en un barco inglés solo para capitostes, o cogieron un avión lo mismo que miembros del gobierno, que tanto criticaron, que no sólo huían del franquismo, también de los casadistas que metieron a decenas de comunistas en las cárceles para que los franquistas no tuvieron que molestarse en buscarlos. Así que menos "estalinismo asesino" y más lealtad al gobierno legal, que es precisamente lo que derrocharon los supuestos malvados estalinistas, aunque fueran en su interior unos come niños, malos, muy malos, que se dejaron la vida por la República. Y sólo en Brunete, la 11 División, tuvo más de 200 muertos entre oficiales y comisarios, más que toda la CNT en toda la guerra, y no digamos ya en el Ebro. Esto me recuerda un articulo de Gregorio Gallego, titulado La CNT decide sublevarse contra el doctor Negrín, que aconsejo al lector, donde los sectarios líderes anarquistas de la Zona Centro, acordaron sublevarse contra el gobierno y entre las gloriosas frases de Mera, Prada y Val destaca la de parar las balas franquistas con el pecho. Pero allí no se quedó ninguno de ellos para hacerlo. Muchos historiados pusieron a los comunistas en su sitio durante la GCe y años siguientes, sus grandezas y sus miserias como dice Gregorio Morán, hora es de que alguien les haga lo mismo al POUM, a la FAI y a la CNT y se acabe esta larga letanía de quejas y excusas de su historiografía ad hoc. Y para terminar, recuerdo el comentario del escritor Luis Romero, nada sospechoso de amigo de los comunistas, tras leer el libro de las memorias del ínclito Mera: ¡Cómo se pierde una guerra!

Y viene todo este rollo, a que el carácter de artista, incluso genial, no te libra del sectarismo, de la mendacidad y de las tonterías. Y parafraseando al periodista Louis Fischer, si digo que los comunistas españoles se comportaron con generosidad y lealtad al gobierno de la II República, pese a sus errores e intromisiones, entonces soy un sinvergüenza y un estalinista, pero si defiendo a partidos extremistas que querían la liquidación de la II República casi tanto como Franco, como es el caso del POUM, gran parte de la FAI, algunos miembros de la CNT, y una importante parte de los militares profesionales republicanos al final de la guerra, entonces soy un tipo cabal y sensato, ¿no Payne, Bolloten y demás ralea? Y como decía el doctor Negrín: ¿pero quién se han creído que son estos tipos?

Figuras

El escultor meticuloso.