S.B.H.A.C. Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores |
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Imágenes de la GCe y de la historia de España. | Enlaces |
Fotógrafos y fotografías en la GCE. |
(Tiempo, imagen, lugar, son fijados en una fracción de segundo para la eternidad. Alfonso) 1) Imágenes de la GCE . Nunca podremos agradecer bastante a los profesionales de la fotografía el hecho incontestable de su contribución al recuerdo de la GCE. Sin las imágenes que captaron en todo lugar y condición, la casi perdida completa de la memoria de la guerra civil sería ya absoluta. Pero ahí están miles de imágenes para el recuerdo y sobre todo, en nuestro caso, para su concienzudo análisis y observación. Ya se sabe, una imagen vale más que mil palabras, sobre todo si sabemos mirarla con el detenimiento y la perspicacia necesarios para extraer toda la información que la fotografía de guerra, muda, pero casi a gritos, nos ofrece. En la GCE actuaron decenas, cientos de fotógrafos, unos de renombre, otros profesionales, algunos anónimos. Enviaron al mundo sus instantáneas para que todos pudieran contemplar lo que en España estaba ocurriendo, lo bello, lo horroroso, lo malo, lo bueno, todo fue fotografiado y publicado en la prensa nacional y extranjera. Las imágenes, ya fotografías o composiciones artísticas, de la GCE es lo único que de verdad nos queda de la contienda. Y aunque también han sido manipuladas, mal interpretadas y secuestradas, nada nos queda tan veraz de la guerra civil. Miles de publicaciones de la GCE están a disposición de lector, y sea cual sea su interpretación, su sesgo, si incluye imágenes, ya nos está dando una verdad, lo publique Ricardo de la Cierva, o la misma Dolores Ibarruri. Incluso, si como ocurría a veces, las escenas bélicas estaban preparadas por los fotógrafos de renombre, hay una verdad en ellas, pues hechos así ocurrieron realmente aunque el fotógrafo no pudiera fotografiarlos y hubiera de recrearlos con la colaboración de los fotografiados. Además, las escenas de combate quizá sean las imágenes menos interesantes de la GCE, pues si son verdaderas, estarán mal encuadradas, desenfocadas, de escaso lucimiento en general, mientras que las preparadas serán impecables, y eso las traicionará. Son las fotografías cotidianas, las de la reciente tragedia, las imágenes del pueblo en movimiento, los actos de masas, los desfiles, los retratos, esos son los motivos más interesantes para el aficionado, pues nos revelan una realidad inequívoca, allí estaba el fotógrafo y su cámara captó lo que se ve, nada más. El resto, agrado o complacencia, rechazo, horror, análisis, estudio, conjeturas, eso lo pone el observador. Las técnicas de análisis de imágenes de la GCE que nosotros hemos utilizado, no siendo expertos en la materia, son muy sencillas, lo primero y fundamental es datar la imagen, después reconocer el escenario, también identificar los personajes, y finalmente, catalogar armas, vestuarios, impedimenta, para que nos puedan servir de ejemplo de tal en futuros estudios. Y una apostilla personal, no fiarse enteramente de los pies de foto que la imagen publicada pueda ofrecernos. Deben tomarse como una referencia, pero ya se sabe que estos pies de foto se copian de unas publicaciones a otras teniendo la mayoría un espurio origen si se tratan de fotografías que fueron secuestradas por los franquistas con un único ánimo, servir de pruebas identificativas. Cierto es, que con el paso del tiempo las imágenes de los archivos españoles han sido liberadas de este baldón, pero, asómbrese el lector, un buen número conserva todavía la mancha ideológica denigratoria del inicial pié de foto con que fueron publicadas en libros franquistas. Así que, salvado este consejo, hablemos ahora del cómo hemos estudiado las fotografías. La fecha o la época es lo más importante, algunas son completamente explicitas, sea el caso de las fotografías referentes a un suceso muy conocido, por ejemplo el asalto al Cuartel de la Montaña, podemos datar la imagen en su día exacto. Otro ejemplo, vemos a un oficial republicano con las insignias del antiguo ejército, pues ya sabemos que su fecha es anterior a la publicación del reglamento del nuevo ejército (4 de octubre del 36), otro más, una imagen dónde vemos a un soldado con una ametralladora ligera, una ZB-26 checa, pues como llegaron en marzo del 38, por fuerza la fotografía es posterior a ese mes. En cuanto al escenario, cuando no es evidente, la cosa se pone difícil y hemos de recurrir a otras observaciones, la más interesante, la uniformidad, casi se puede afirmar que cada frente y cada batalla tuvo su uniformidad, por ejemplo, son paradigmáticos los gorrillos tipo isabelino de la batalla del Ebro, otro, las cazadoras de paño oscuro del frente de Madrid, los chaquetones de cuero del Jarama y Guadalajara, las gorras cenetistas del frente de Aragón antes de Belchite, etc... También el armamento usado puede darnos buenas pistas para localizar un escenario. Igualmente, los personajes reconocidos nos dirán si tal o cual persona estuvo en tal o cual sitio. El ejemplo de Líster es bueno, según vemos como cambian sus charreteras desde Mayor de milicias a Teniente Coronel, con mando de brigada, división y finalmente de Cuerpo de Ejército, mando que nos lo indican las estrellas de tres puntas bajo la divisa de graduación.
Resumiendo: Hemos examinado los personajes, el escenario, la climatología, los edificios, el suelo, el vestuario, las armas, el estado de salud y la higiene de los fotografiados para:
Hemos de reconocer que hemos conseguido identificar plenamente pocas, pero no es culpa del método, es culpa de nuestra falta de conocimientos. Seguiremos estudiando. Un aspecto final de este apartado es la nominación de las imágenes. Este es un tema complicado pues a cada cual le gusta darles la nomenclatura que cre más adecuada. Sin embargo, el tema es capital, ¿cuántas imágenes han caído en nuestras manos, estupendas imágenes, pero de las que el primer emisor nominó de forma que nada nos dice más allá de la propia imagen, ni tiempo, ni situación ni nombres, una pena, muchas veces. Nosotros hemos optado por nuestra propia notación que esperamos sirva para que algunos más autorizados que nosotros regulen el tema. Mientras tanto hemos llegado a un acuerdo interno que denominamos "Notación Asturiana" porque la iniciativa partió de un asturiano. En este enlace puede usted leer las sencillas normas de la Notación Asturiana. 2) Fotografos en la GCE. Parece que la primera guerra fotografiada fue la Guerra de Crimea, después la de Secesión Americana, la Franco-Prusiana, y también la Guerra de los Boers y otras, y naturalmente, la Gran Guerra, la I Guerra Mundial. En el ínterin entre la Gran Guerra y la Guerra Civil Española, la fotografía alcanzó un considerable desarrollo técnico, fundamentalmente en cuanto a su óptica, portabilidad y la resolución de los carretes de película. El fotógrafo de guerra dejó de depender de aparatos farragosos que le impedían seguir a las tropas y fotografiarlas en acción. Pudo arriesgarse a instantáneas en condiciones desfavorables de luz y movimiento, y sobre todo, nada le impedía alcanzar los puntos álgidos de la acción y fotografiarlos. Los fotógrafos de guerra podían retratar la guerra, tal como era, a cambio comenzaron a morir. Quizá no sea aventurado decir que la profesión de fotógrafo de guerra nació en la GCE. La necesidad de imágenes que las revistas europeas y americanas tenían para ilustrar un conflicto que apasionó a todo el planeta, hizo que centenares de reporteros se desplazaran al conflicto y trabajaran en ambos bandos, quizá con más presencia en el bando republicano. A estos fotógrafos de fuera hay que añadir los españoles, aquellos que tenían tal profesión y que con la guerra se convirtieron precisamente en fotógrafos de guerra. El reporterismo de guerra no tenía entonces su libro de estilo y los profesionales no dudaban en poner sus ideas delante y detrás de la cámara. La fotografía de guerra en la GCE no es ni muy técnica ni espectacular, tendía al más crudo dramatismo, a la propaganda, y sobre todo a la foto preparada. Muchas de las fotografías de acciones de guerra de la GCE fueron de alguna manera "poses", bien estáticas, o bien representaciones completas de asaltos y combates que ya habían terminado. Los reportajes para las revistas se improvisaban tras la batalla con la aquiescencia de mandos y tropas. El retrato de grupo, el tipismo, los gestos guerreros se componían sobre la marcha para alegría del fotógrafo. Existían departamentos oficiales en el ejército, las Brigadas Internacionales, etc... que escogían sus fotografías para sus publicaciones, murales, carteles, etc... El gran Centelles estaba militarizado y llevaba uniforme. En fin, el reporterismo de guerra estaba naciendo. Hay más de 20.000 fotografías de la GCE circulando por las publicaciones, en archivos, en la red, en colecciones particulares. Otras muchas más se perdieron, y otras están apareciendo. El número de fotógrafos es también grande, algunos nos los conoceremos jamás, otros destruyeron sus clichés por miedo, hubo colecciones que se salvaron de milagro. Entre los fotógrafos extranjeros destacaremos:
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