S.B.H.A.C.

Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores

Artistas plásticos en la Guerra Civil española

Secundino Zuazo Ugalde

Es el arquitecto más conocido de los represaliados por Franco por su supuesta adscripción republicana, pero en realidad es el menos republicano de todos ellos. Era de buena y católica familia vasca. Con una cultura tradicional española, que nunca soltó en realidad pese a ser el urbanista madrileño que finalmente asumió el primer plan racionalista para hacer la capital más moderna, transitable y vivible. El plan era del Ayuntamiento de Madrid y del Ministerio de Obras Públicas, cuya cartera, brillante aunque corta ocupo Indalecio Prieto durante el Bienio Azaña.

Zuazo había nacido en Bilbao en 1887 pero se vino a Madrid a estudiar arquitectura. Como recién licenciado trabajo en estudios madrileños que aunque conocidos no destacaban por su visión moderna. Lo que a él le tiraba en realidad era la arquitectura histórica y monumental española. De resultas de sus viajes formativos, fue incluyendo en su bagaje profesional las ideas de las  corrientes urbanistas europeas del especial momento entre guerras que vivía la arquitectura y la plástica en general en el viejo continente. El mérito de Zuazo, además de su talento para la profesión fue su habilidad para fusionar la arquitectura clásica española con las nuevas corrientes plásticas que pretendían además de ser vanguardia, hacerle la vida más fácil al individuo. Y encima sin alharacas modernistas ni pedanterías, ni necesidad de formar parte de ninguna vanguardia plástica organizada. Y así va alternando trabajos racionalistas y clásicos a su gusto y manera dejando cada estilo para cada escenario y ocasión. Y esto le va creando un prestigio que cuando llegó la hora grande le favoreció. Esto es la llegada de la II República y la necesidad tanto del Ayuntamiento de Madrid como del Ministerio de Obras Públicas de abordar las reformas urbanísticas inaplazables para transformas Madrid y sus alrededores en un lugar habitable (1).

En principio el proyecto internacional que sacó el ayuntamiento era impresionante. Derribar el viejo hipódromo para dar cabida al paseo de la Castellana. La construcción de los nuevos edificios Ministeriales, una obra con grandes ambiciones y el enlace ferroviario entre la estaciones de tren madrileñas Atocha Chamartin. Además del plan comarcal de Madrid. Un estudio alemán tras asesorarse con afamados arquitectos madrileños entró en contacto con Zuazo para el proyecto. El proyecto no salió premiado, sí muy aplaudido, pero esto era España. No obstante Zuazo recibió encargos del proyecto original a los que pronto plasmó en papel.

La famosa Casa de las Flores el barrio de Arguelles

De sus obras civiles más conocidas está la Casa de las Flores del barrio de Argüelles. Una manzana de casas pensadas para el alquiler social y todo un hito en el Madrid colapsado de principios de los 30. Zuazo la planteó como pisos diáfanos distribuidos en dos bloques separados por un patio interior ajardinado y abierto a la calle. El nombre le vino de sus grandes balcones preparados para los tiestos de flores. Su prolífica carrera quedó detenida por la guerra.

Zuazo es uno de los ejemplos más palmarios de como un profesional que no pertenecía a ningún partido político que lo implicara como republicano, por trabajar para el gobierno, aún siendo conservador y católico, fue represaliado con gran dureza, simplemente por una denuncia del dirigente falangista Manuel Valdés Larrañaga que alegaba que al ser detenido en Madrid al principio de la guerra por su condición rebelde, su familia pidió ayuda a Zuazo, pues la madre de Larrañaga había trabajado algún periodo en el Estudio del arquitecto. Zuazo contestó que no podía ayudar, pues además de apenas conocer a la familia, el falangista era un dirigente de la Falange madrileña altamente implicado en actos contra el gobierno. De esos lodos vinieron estos barros y Larañaga instó al Director General de Seguridad a que abriera expediente de depuración al arquitecto aportando además que Zuazo había sido socio de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética. Que en el caso de Zuazo era como pertenecer a un club pues anda más lejos de las ideas políticas de Zuazo que la Unión Soviética. El caso es que en 1940 al regreso de Francia, Zuazo fue desterrado a las Palmas de Gran Cran Canaria e inhabilitado.

En 1943 pudo volver a su actividad profesional, viendo además como su proyecto de los Nuevos Ministerios era triturado por un grupo de arquitectos franquistas. Su obra de este periodo es la prototípica de la época, pero siguió siendo notable, como el grupo de viviendas para los empleados de la EMT del Paseo de la Castellana, o las ochocientas viviendas de la Colonia de San Cristobal. En 1946 fue elegido para las Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1953 firmó el manifiesto de la Alhambra que fue un intento de modernizar la arquitectura española sin sacar los pies del tiesto. No era el GATEPAC, claro, ni tampoco la CIEM internacional.

  Puede decirse que Zuazo perdió su verdadera alma plástica a cambio de que su persona y familia sobrevivieran sin menoscabo en aquella larga y negra noche. Como tantos otros artistas y profesionales (2). Zuazo encarnó la modernidad en la edad de plata de la plástica española y fue el urbanista republicano por excelencia y es nuestro deber tenerlo en nuestra memoria. Y es además un ejemplo evidente del crak que la rebelión franquista produjo en las vidas y carreras de centenares de artistas plásticos y no plásticos republicanos, que vieron sus carreras completamente rotas por la avalancha de la mediocridad franquista y sobre todo por la inquina represiva del régimen.


(1) Por cierto el Ministerio estaba dirigido brillantemente por el político socialista, Indalecio Prieto, que recogió sin complejos la obra y proyectos iniciados por la dictadura de Primo de Rivera, en concreto muchos proyectos de Calvo Sotelo cuando ocupó Fomento, y añadió otros nuevos netamente republicanos.

(2) Pero como dijo el periodista Javier Bueno, cuando preso al final de la guerra en la cárcel de Porlier esperaba la llegada de la Pepa: "...sobrevivir en estas condiciones es una victoria contra el franquismo...". Palabras que pronunció al parecer en defensa de su amigo el gran periodista asturiano Juan Antonio Cabezas al que se criticaba por colaborar en el semanario carcelario Redención...