Emilio García Noriega
Emilio
nació en Avilés en 1906. Era de familia trabajadora y acostumbrado al
trabajo desde pequeño. Ya de adolescente se decidió a aprender a dibujar
matriculándose en la Escuela de Artes y Oficios de Avilés. En 1925 se
celebró en esta ciudad el Salón Nacional de Humoristas, y al decir del
historiador del arte Francisco Agramunt Lacruz, esto le cambio,
afianzándole en su carrera. Su pintura se decantaba por el costumbrismo,
aspecto de la pintura muy común entre artistas del Norte. Y como a todos
los artistas provincianos, le tocó partir para la capital a hacer
carrera. Así con sólo 23 años se matriculó en la Escuela de Artes y
Oficios de la legendaria calle de la Palma. Debido a la muerte de su
progenitor se vio obligado a regresar a Avilés, donde con lo aprendido
trató de dar de comer a su familia. Sus temas, era natural, eran
populares y sus escenas, de gente humilde. Tras pasar la revolución del
34 a pelo, como todos los avilesinos, se tiró todavía más a la pintura
social que retrataba la miseria que todavía en España corría por las
calles de cualquier ciudad. Con la rebelión militar, se alistó
voluntario en las milicias asturianas. Murió en alguna de las ofensivas
republicanas contra Aranda a finales de 1936 |