S.B.H.A.C.

Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores

Artistas plásticos en la Guerra Civil española

Lucio López Rey

 (1904-1957). Artista plástico multidisciplinar precoz y abogado por estudios. Nació en el Madrid de 1904. Ejerció de caricaturista colaborador y hasta de director artístico en varias revistas, como La Risa, Muchas Gracias, etc... Su primera exposición fue en el Bellas Artes en 1935. Al estallar la contienda se alineó en el bando gubernamental, al cual prestó apoyo. Su hermano Manuel López-Rey y Arrojo era un eminente sociólogo y criminólogo de mucho porvenir durante la II República y que fue nombrado el 31 de julio de 1936 Jefe Superior de Policía de Madrid. Lucio que estaba afiliado a Izquierda Republicana y era funcionario de prisiones se ofreció para colaborar con su hermano y se le nombró secretario personal. Los anarquistas del Ateneo Libertario de la calle del Pez, conocidos por sus arbitrariedades detuvieron a Lucio cuando paseaba en compañía de una amiga, quien corrió a avisar a Manuel del peligro que corría su hermano. El recién Jefe de Policía acudió al rescate con dos camionetas de la Guardia de Asalto del Cuartel de Pontejos. Consiguió liberarle y salvar su vida pero los anarquistas les juraron muerte a los dos, de modo que tenían muy limitados los movimientos y siempre con escolta. Manuel fue nombrado Director General de Prisiones y posteriormente secretario de la Legación de la República en Praga. Lucio se las compuso como pudo marchando a Paris donde sobrevivió gracias a sus cerámicas que siempre tuvieron mucho éxito entre el público. En 1939 partió para Copenhague, donde también tuvo éxito con sus cerámicas consiguiendo algunas ventas señaladas como las del Museo Nacional de Dinamarca. La invasión Nazi le pilló a contrapelo y hubo de salir pitando para Finlandia, donde afortunadamente consiguió pasaje para Méjico. El exilio artístico español en Méjico era impresionante y Lucio pudo sobrevivir  con la ayuda de amigos hasta que, de nuevo sus cerámicas llamaron la atención del público mejicano. Sucedió que la plástica de Lucio, cerámica y pintura se adaptaban con los gustos mejicanos como anillo al dedo. El caso es que las exposiciones de pintura de Lucio tenían mucho público, motivo que le llevó a la capital mundial del arte moderno, Nueva York, donde realizó varias exposiciones exitosas y también variadas actividades plásticas y críticas. El arte de Lucio era tan personal y tan de la tierra que le crió y de la que le acogió que los críticos encontraron dificultades para encuadrarle. Y cuando Lucio se encontraba a un paso del éxito en América una repentina dolencia le enfermó y murió en la ciudad de los rascacielos a los 53 años. Como suele ocurrir con los pintores, a su muerte sus cuadros se exhibieron en todas partes.

 

El jaleo - Oleo

Oleo - Méjico 1040

Oleo - The Chief