Josep Bartoli
Este
barcelonés nacido en 1910 ya tenía en su familia las claves de su
profesión, pues sus padres vivían de la música y el arte. Bartoli,
destacó pronto por el arte y por las ganas de vivir. Se puso a trabajar
como dibujante de prensa en las mil y una tareas en las que la prensa de
entonces precisaba de dibujantes. Naturalmente, y como la mayoría de sus
compañeros, en la Barcelona de los años veinte y siguientes, la capital
de los milagros, le llevó a la CNT y al nutrido grupo de artistas
revolucionarios que vivían o malvivían de este afán, pero del que
seguramente todos le sacaban "todo" a la vida. Digo Helios Gómez, digo Shum, digo Esbelt, etc... Cuando acaba la guerra, empieza el duro exilio
francés. Tras atravesar la frontera en 1939, Bartoli pasó por
innumerables campos franceses, del último se evadió, pero
desgraciadamente fue detenido por la Gestapo y enviado al campo de
exterminio de Dachau, como esto suponía la muerte segura, Bartoli, se la
jugó y se tiró del tren a riesgo de romperse la crisma. Pero la suerte
favorece a los audaces y Bartoli en una gesta personal digna del mejor
cine de acción, consiguió llegar a, ¡Méjico!, donde poco después ya
pertenecía al circulo de Diego Rivera y tuvo al parecer un largo idilio
con Frida Kahlo, y que según los cronistas le acompañó toda la vida. Se
marchó a Estados Unidos y triunfó a lo grande, como dibujante y decorador
en el propio Holywood y en los círculos más intelectuales y progresistas
formando parte del grupo "10th Street", junto con Willem de Kooning,
Kline, Pollock y Rothko. También le pegó a la literatura, siempre desde
su visión progresista, destacando Campos de Concentración con textos del
compañero de fatigas y periodista Molins i Fábrega y dibujos del propio
autor. En esta obra, nunca nadie había expresado la desolación de los
campos de trabajo con menos trazos. Juzgue el lector. Bartoli murió y descansó, en Nueva York en 1995 |