Helios Gómez
Había nacido en el
barrio de Triana, Sevilla en 1905. Desde pequeño trabajó en un taller de la Cartuja, de decorador ceramista. Helios, que añadió
una hache a su nombre, eran tan pintor y dibujante como poeta. Sus
primeras exposiciones no tiene mucho éxito, no así su conciencia
social, que le lleva a la militancia anarquista. Desde este momento su
obra adquiere un carácter social y revolucionario. Para completar su
formación, Helios viaja por Europa, destacando una larga temporada que
pasó en Berlín, y que será muy importante en su bagaje artístico. Es
en Berlín donde la AIT (la internacional anarquista) publica su álbum
"Días de ira". A su regreso a España, continua la lucha contra la
dictadura, lo que le sale caro,
pues es encarcelado por Primo de Rivera en varias ocasiones. Mientras
tanto ha ido evolucionando ideológicamente hacia el comunismo, y tras
pasar por pequeñas organizaciones, en 1931, ingresa en el PCE. Donde
trabaja como ilustrador del Mundo Obrero. En 1932 vuelve a la cárcel,
esta vez la de Jaén. Consigue la libertad condicional y sin más
historias parte al extranjero, concretamente a Bruselas y de allí,
tras algunas peripecias revolucionarias, a Rusia, como representante
español del Congreso internacional de Artistas Proletarios. A Helios
le dan un tour por toda la URSS y al volver a Moscú le publican su
segundo álbum, "Revolución española". En este trabajo, Helios se muestra
más figurativo y sobre todo muy social. Vuelto a España, es
encarcelado de nuevo con motivo de las huelgas barcelonesas de la
primavera de 1934. Este hombre no paraba. De nuevo a la cárcel y a la
salida, vuelta al extranjero. En 1935 en Bruselas publica su tercer
álbum "Viva octubre". De retorno a España participa en la fundación del
Sindicato de Dibujantes Profesionales que tan grande influencia
tendría en la cartelería de guerra republicana. Al
estallido de la guerra, Helios participa activamente en las
jornadas de julio en Barcelona, de las que hay abundante material
gráfico con presencia del artista. Helios, con su habitual
militantismo, se lanza a la vorágine de la guerra, y participa en
combates en el frente de Aragón y en la expedición de Bayo a Mallorca.
Es nombrado comisario de la columna Ramón Casanellas por la UGT. Un
episodio en el que al parecer Helios actuó con demasiada dureza
con un capitán de su unidad llamado Arjona (1) acusado de tibieza, propicia que
posteriormente sea expulsado del PSUC por agente trotskista. Escapa a Madrid y obligado a buscar protección
política, vuelve a su anarquismo primigenio haciéndose cargo en la 26
División (ex-columna Durruti) de las Milicias de la Cultura. Al
terminar la guerra, pasó la frontera, yendo a dar con sus huesos en
los campos franceses, de los que no tardó en salir pitando para el
norte de África, donde volvió a penar en los campos saharianos de
trabajo. En 1942, harto de cole, regresó a España, fundando un
minoritario grupo de resistencia, que le llevaría de nuevo a varias
temporadas de cárcel y mientras tanto continuó con su trabajo de
pintor y dibujante. En la ultima entrada en la cárcel, y ya con la
salud resentida, fue captado por un cura para que pintara unos
frescos, la famosa Capilla Gitana de la Modelo de Barcelona. Pero esto
en vez de beneficiarle propició mala fe por parte de alguien en la
administración carcelaria, y estuvo preso durante cuatro años más a
pesar de haber sido dictada orden de libertad. Cuando salió en 1954,
tenía la salud tan resentida de su larga vida de luchador tantas y
tantas veces encarcelado, que murió dos años después, en 1956. Tenía
51 años. Que la diosa Razón y los benéficos duendes de la
gitanería tengan en su seno a este esforzado artista y
revolucionario.
(1) Hay varias versiones sobre este
asesinato, algunas muy duras con Helios. Se han difundido supuestas
vivencias de este personaje desde la conocida web de la Biblioteca
Fantasma, un sitio de gente muy leída y muy segada históricamente
alrededor de gente del diario El Mundo que se permite llamar trileros
al profesor Ángel Viñas y al historiador Paul Preston. No se lo crea
todo. También corren afirmaciones sobre que al final de su vida en
Barcelona se hizo confidente de la policía franquista. Yo tampoco no
lo creo, pero si fuera así se trataba de alguien mentalmente
destrozado y precisamente en el final de su vida, una vida en la que
Helios realmente nunca encontró su camino.
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