S.B.H.A.C.

Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores

Artistas plásticos en la Guerra Civil española

Carlos Gómez Carrera - Bluff  (Madrid 1907 - Paterna 1940)

Carlos Gómez, Bluff, es un artista olvidado de trágico fin y del que hay muy pocos datos. Nació y trabajo en Madrid en 1907, pero terminó su carrera en Valencia. Era el caricaturista del diario Libertad que durante la guerra, animó con buen humor la retaguardia republicana madrileña. Como el edificio del periódico resulto destruido, Bluff se trasladó a Valencia al parecer con la intención de embarcar con su familia para América, cosa que no pudo ser. Inició entonces en esta ciudad una colaboración exitosa con La Traca además de con otras publicaciones. Su militancia antifascista le llevó a ser muy ácido con Franco y aláteres. Al final de la guerra, regresó a su casa en Madrid esperando no ser perjudicado en absoluto, dado que no estaba mezclado en ningún acto reprobable más allá de su militancia y su trabajo humorístico. La inocencia de Carlos Gómez era enternecedora. Pero los falangistas locales tenían sus listas de muerte preparadas desde incluso un año atrás. Todos los humoristas de la Traca y el propio editor, Vicent Miquel Carceller estaban subrayados, aunque de algunos sólo conocían el seudónimo. Las alusiones a Franco en La Traca de la que esta imagen da una idea les condenaban a muerte, con un especial periodo martirizante previo. El autor de esta portada era Bluff.

Un mes después del final de la guerra fue detenido. No está muy claro como consiguieron los falangistas el nombre verdadero de Bluff, pero se sabe que el primero en ser detenido de los dibujantes de la Traca fue Modest Méndez Álvarez que fue brutalmente torturado en los cuarteles de Falange. También se dice que, enterado Vicent Miquel Carceller de que habían detenido a Modest se presento en la comisaría para testificar a su favor. Inmediatamente fue detenido y brutalmente torturado mientras los falangistas se frotaban las manos, ¡ya tenían al editor! ahora conocer los verdaderos nombres de los dibujantes era cuestión de horas, palizas querían decir. Carcelller entre otras abominaciones carcelarias fue obligado a comerse un número de La Traca. Pero no soltó prenda, salvando la vida, entre otros a Enrique Pertegas, uno de las más buscados junto con Bluff, y que firmaba como Tramús y Sade. Se cree que Bluff tampoco habló y que también fue brutalmente torturado. En la cárcel Modelo de Valencia, todos ellos, Modest, Carceller y Bluff sabían que tenían un negro porvenir. Bluff, consciente de la apurada situación en que quedaría su familia, trató de buscar alguna salida apuntándose a la redacción de la revista colaboracionista "Redención", que era gestionada por los presos de toda España. Pensaba que si colaboraba en esta revista el director, un conocido cura, le avalaría para que le conmutaran la pena de muerte que se esperaba. Bluff estuvo un año esperando juicio. En Redención, Bluff había creado un personaje muy popular, "Don Canuto, ciudadano peso bruto", que entusiasmaba a los presos consiguiendo aumentar la tirada de la revista. Bluff fue fiel a sus ideas, y con suma habilidad mostró la realidad carcelaria con fina ironía humorística. Hay que afirma que esto le costó la pena de muerte en el juicio que siguió, una vez que las autoridades carcelarias alzaron sus airadas voces, sintiéndose engañadas por el doble juego de Bluff, pero creemos que su tira de Don Canuto, lo único que hizo es arruinar la la posible conmutación de la pena de muerte que le iba a caer ineludiblemente.

Esta fue según los expertos la penúltima viñeta de Bluff publicada el 20 de abril de 1940 unos dos meses antes de su juicio, donde la sentencia a muerte lo calificaba de dibujantes "satánico" de doble sentido. Lo de satánico era una imbecilidad, pero lo de doble sentido era evidente. El talento de Bluff era imparable. Don Canuto pierde el sombrero por la tempestad que asola la llanura y cuando llega a una valla, tapia, realmente, comprende que allí llegaron otros muchos sombreros antes que el suyo. Estremecedora premonición que seguramente conmovió a miles de lectores presos que pagaban con gusto unos céntimos por la revista, y que comprendían perfectamente el doble sentido de la viñeta con la famosa frase franquista de que los rojos no usaban sombrero.

Bluff estuvo veinte días esperando su ejecución, especial tortura que la administración carcelaria del general Cuervo (director general de prisiones) aplicaba con gusto a los reos. Vicent Miquel Carceller, editor de la Traca y Bluff compartieron ese ultimo día, pues fueron fusilados juntos el 28 de junio de 1940 contra las tapias del cementerio de Paterna. Los trabajos de Bluff se perdieron, los ejemplares de la Traca fueron quemados apresuradamente por sus poseedores y un manto de silencio calló sobre Modesto Méndez Álvarez, Vicent Miquel Carceller y Carlos Gómez Carrera. Afortunadamente, aficionados, periodistas e investigadores están sacando sus heroicas vidas a la luz, y así, gracias a ellos hemos podido confeccionar esta reseña y otras de personajes de similar pasado.

En cuanto a la polémica servida por algunos republicanos en la posguerra sobre el "pecado" de colaborar con la revista Redención, es una falsa polémica que viene de los más duros instintos de personas en situaciones dantescas y que no pueden ser racionalmente tenidas en cuenta. Juan Antonio Cabezas, periodista asturiano condenado a muerte, salvó la vida gracias a su colaboración con Redención. Otro periodista relacionado con Asturias, y también condenado a muerte, quince días antes de ser fusilado expresó muy claro que  la obligación del preso republicano es salvar la vida aprovechando cualquier resquicio de la legislación franquista. Cada vida salvada en una pequeña derrota del franquismo. Bluff no se pudo salvar, pero otros sí, por eso Redención no fue obra de colaboracionistas, fue una batalla para salvar la vida y reducir penas. El resto son opiniones desquiciadas por la brutal realidad, perdonables, pero en absoluto aceptadas

Más información:

http://feco-spain.blogspot.com/2010/06/homenaje-bluff-por-lamber.html

PRESENTACIÓN ESCRITA POCO DESPUÉS DE LA MUERTE DE BLUFF

El generalísimo Franco, al disponerse a ocupar aquella parte de España, que durante tres años resistió el empuje de su ejército, más el de las tropas que para ayudarle enviaron Hitler y Mussolini, aseguró solemnemente que no empañaría la gloria de hazaña semejante con crueldad ninguna, diciendo: "Los que no tengan manchadas sus manos por el asesinato o por el robo, nada han de temer de la justicia nacionalista." Y esa "justicia" fusiló a BLUFF, -que si tenía las manos manchadas, sería solo por el carboncillo.

Carlos Gómez Carrera, caricaturista que popularizara el seudónimo BLUFF, era un dibujante y nada más. Y durante la guerra civil de España, así como anteriormente, no había hecho sino dibujos satíricos casi todos, pues su principal labor, la que le daba ingresos fijos con qué subsistir, eran las caricaturas para el diario madrileño LA LIBERTAD. Aparte de esto, que no es ciertamente un delito, ni menos un crimen, nunca hizo BLUFF otra cosa.

Cuando el edificio de La Libertad, importante objetivo militar, fue destruido por la aviación de Franco, BLUFF salió de Madrid y se marchó a Valencia, donde continuó su labor de dibujar caricaturas para los periódicos valencianos. Y claro está que ni pensó en huir al extranjero, ante la entrada de los nacionalistas en esta última población, pues confiaba que sería cierta la referida promesa del caudillo, quedándose en su casa tranquilamente.

Un mes vivió así, del 29 de marzo al 28 de abril del año 1939; pero en esta segunda fecha citada, un grupo de falangistas se presentó a detenerle, arrancándole de los brazos ele su mujer y de su hijita. Y co la cárcel estuvo más de un año, hasta el 10 de junio de 1940, sin que le procesaran siquiera, pues la verdad era que no había de qué acusarle.

Sin embargo, ya se había acusado, condenado y ejecutado a tanta gente que empezaban a faltar reos para los verdugos. Y con objeto de que éstos no holgasen, se procesó a hombres corno BLUFF, quien fue acusado de autor de unas historietas caricaturescas, ¡publicadas mucho antes de que la guerra estallase! Monstruosamente se le sentenció a la pena capital y fue fusilado enseguida.

Aunque enseguida, no. Se tuvo a BLUFF bajo el peso de la sentencia a muerte diez y ocho días, esperando en su celda, cada una de todas esas madrugadas, que se le llevase ante el pelotón que había de libertarle matándolo. Martirizadora agonía que la víctima sufrió heroicamente.

BLUFF quiso hacer un último regalo a su hija. Como la niña ya sabía leer, le regalaría un libro de cuentos. Y con los escasos elementos que allá tenía, en la antesala de la muerte, escribió y juntó la obra que ahora reproducimos. Sin que, como podréis observar, le temblase a BLUFF el pulso.

Esta es la historia del libro presente, obra de un mártir y de un héroe también. No; no le temblaba el pulso a Carlos Gómez Carrera, en los días anteriores al 28 de junio de 1940. En la madrugada del día tal, BLUFF fue fusilado por la "justicia nacionalista".

TERESA DE ESCORIAZA Escritora y corresponsal.

Platanitos...

La Libertad. Valencia 1936

ABC. Madrid 1937

Cárcel Modelo Valencia. Caricatura del escultor Carlos Pérez Contel por Bluff. 21 de octubre de 1939