S.B.H.A.C.

Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores

Artistas plásticos en la Guerra Civil española

Melchor Aracil Gallego

Melchor Aracil Gallego (Alicante, 1906-1966). Tras los estudios primarios lleva a cabo la carrera de Comercio, obteniendo el título de perito mercantil en 1923. Si embargo, su vocación hacia pintura es cada vez más sentida y marcha a Madrid donde visita museos y se impregna de los grandes maestros de la pintura española, practicando el dibujo y la pintura de una forma autodidacta. Destinado a Gerona para hacer el servicio militar logró por aquel entonces vender algunos de sus cuadros en dicha población. Más tarde regresará a Alicante donde se hace socio del Ateneo; son los momentos en los que el pintor se va afianzando en su creación, obteniendo un gratificante primer premio en la Exposición de Artistas Noveles organizada por dicha entidad por un retrato que le realiza a su hermano. Tiene su primer estudio en la concurrida calle Labradores donde se realizan tertulias y mantiene una estrecha amistad con Manuel Albert. Su pasión por los temas de Alicante le hace dedicarse, a partir de 1933, a construir fogueres y acertados carteles de fiestas. En el agitado período de la Guerra Civil, como otros pintores del momento, tomará partido de forma activa por la República, tal y como se representa en sus testimoniales dibujos de artistas colaborando ilusionadamente en el Ateneo o en aquellos en los que se pide "Ayuda para los evacuados" o "Solidaridad con las víctimas de la aviación facciosa". Como otros artistas al finalizar la contienda será encarcelado. Tras finalizar la contienda, en 1944, colaborará solidariamente junto con sus amigos los pintores Gastón Castelló, Abad Miró y Emilio Varela en la célebre hoguera de la plaza del Puente "Cuidado con nuestro barrio", obteniendo el Tercer Premio de Hogueras de Segunda Categoría. Ese año de 1944 obtendrá la Tercera Medalla del concurso convocado por la Diputación de Alicante. Nuestro artista realizará obras con diferentes técnicas y abordará variados temas (retratos, paisajes, bodegones, diseño de hogueras y carteles, etc.) practicando siempre un arte de exquisita factura y sensibilidad. Expondrían por primera vez de forma individual en junio de 1951 en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Alicante. Serían 31 obras entre óleos, acuarelas, dibujos y un pastel, predominando en la muestra los retratos de niños, composiciones como "Enajenados", "Danzas típicas". En el año 1955 realizará un cartel para la revista Verbo sobre unas "Jornadas Poéticas en el Vall de Guadalest". En diciembre de 1957 expondrá en la Peña Madridista en Elche con treinta obras, entre óleos, acuarelas y gouaches, obteniendo un destacado éxito en aquella ocasión. En mayo de 1958, lo haría en la Caja de Ahorros del Sureste de España, con retratos como el del poeta Manuel Molina, paisajes de Ifach y bellas composiciones con barcas, donde el artista manifiesta un perfecto dominio de la composición y una elegante manera de tratar el color. Estamos ante obras de síntesis, casi muralísticas, obras limpias y luminosas de excelente factura. Tras establecerse en Barcelona, las circunstancias y su espíritu un tanto bohemio harán que no tenga mucha suerte y pase distintas calamidades. Finalmente, regresará a su ciudad de origen, falleciendo en el Hospital Provincial de Alicante, a los sesenta años.

(Nota: A partir de variadas informaciones sobre este artista en nuestro poder, íbamos a confeccionar una pequeña reseña, como hacemos siempre. no obstante hemos encontrado ésta en la red, concretamente en la página de Subastas Imperio de la que ignoramos autoría, y que nos parece perfecta. Así que, con su permiso señores...)

 

Puerto de Alicante

Mujer con cántaro.

Dibujos de Aracil aparecidos en la prensa alicantina a propósito de la necesidad de construir refugios antiaéreos para evitar la matanza ocurrida en el mercado de Abastos de esta ciudad el 25 de mayo de 1938 por la criminal acción de los bombardeos italianos. Actos que formaban parte de la táctica franquista de aterrorizar a la población y conseguir la desmoralización de la retaguardia republicana, y que se repitieron en todas partes, allá donde se acercaban las vanguardias fascistas: Madrid, el Norte, Levante y Cataluña.