S.B.H.A.C.

Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores

Carteles republicanos de la Guerra Civil Española

101.- Asociación de Amigos de la Unión Soviética.

101.1-  La Asociación de Amigos de la Unión Soviética (AUS) se fundó en 1933 auspiciada por un numeroso grupo de intelectuales que sin ser precisamente comunistas, trataban de que las noticias y las publicaciones sobre la Unión Soviética respondieran a la verdad y no a la propaganda derechista. Wenceslao Roces fue uno de sus principales animadores.

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101.2- Las doradas cúpulas del Kremlin. A propósito de estas, en mi juventud, los ácratas contaban este chiste que, decían, provenía nada más y nada menos que de la propia Rusia. Al grano: Por una calle del extrarradio de Moscú, caminan un anciano y su nieto. Nieve y más nieve, al fondo las doradas cúpulas del Kremlin. Abuelito, pregunta el tierno infante, ¿quién es el padrecito Stalin? Al fondo de la calle se recortan las siluetas de dos guardias de la GPU. Nieve y más nieve, al fondo, las doradas cúpulas del Kremlin. Abuelito, insiste la criatura, ¿quien es el padrecito Stalin. Los agentes levantan las orejas al oír el nombre de Stalín y se dirigen raudos hacía el anciano y el niño. El abuelo, caminando cansinamente, se toma su tiempo para responder y cuando los guardias ya están a su altura le dice al niño con un especial brillo en los ojos: Hijo mío, el padrecito Stalin fue quien nos quitó las cadenas. Nieve y más nieve, al fondo las doradas cúpulas del Kremlin. Los guardias pasan de largo con una afable sonrisa en sus hermosas faces. Entonces el niño se vuelve de nuevo a su abuelo y le pregunta: ¿Abuelito, qué eran las cadenas?  Nieve y más nieve, al fondo, las doradas cúpulas del Kremlin. El anciano se detiene un momento, mira primero a los ya lejanos guardias y vuelve la mirada a su nieto y le responde lentamente y sin ningún fulgor en su mirada: Hijo mío, las cadenas eran unas cosas de oro que llevábamos en las muñecas. Nieve y más nieve, al fondo, las doradas cúpulas del Kremlin.

101.3.- El gran Renau, pro-soviético como nadie, por otro lado, que tenía de extraño simpatizar con el único aliado europeo de la República en guerra. Renau, digo, con un hermoso cartel donde priman la incipiente industria rusa y el victorioso Ejército Rojo, que contra todo pronóstico y contra todos los vencedores de la Gran Guerra, le dio badana a los generales y almirante blancos por estos apoyados, en todo el territorio de la antigua Rusia zarista. Un mérito, ¡oiga!

101.4.- Clásico pero bellísimo cartel. Excelentemente combinadas las dos tintas. Un etiqueta negra. Y es que Monleón (visite su página en esta web) era muy bueno.

101.5.- El padrecito Stalin, el Ejército Rojo, cuya oficialidad y generalato era una de las victimas preferidas del anterior, sobre el sempiterno fondo de industria y agricultura mecanizadas. El cartelista se llama Bara, es bueno, pero no sabemos nada de él.

101.6.- Fergui, sí, Fergui es un cartelista madrileño de fuertes convicciones, y que en esta web tiene una página.

101.7.- Enric Moneny se inspiró en el famoso monumento ruso a la revolución del 17.

101.8.-  Qué buenas historietas hubiera dibujado Monleón si le hubieran dejado.