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Foto Piortiz

José Pío Alonso Bartolomé

El madrileño José Pío Alonso Bartolomé, Pío. era un fotógrafo muy conocido en Madrid durante toda la monarquía y la República. Trabajó para el diario La Nación. Junto con el también muy destacado fotógrafo Félix Ortiz fundo la Agencia Piortiz que estaba en la calle de la Cruz. Pertenecía a la Unión de Informadores Gráficos de Prensa. Intento de los profesionales de defender sus derechos contra la esclavistas condiciones de los editores y también para protegerse de los intrusos y aficionados. Trabajó también para la Esfera y la agencia americana Keystone. Como agencia, Piortiz desarrolló una innumerable labor durante la República y la Guerra Civil. Pío Alonso murió en Madrid en octubre de 1937. Pío fue miembro fundador de la Unión de Informadores Gráficos de Prensa de Madrid.

 

 

 


Félix Ortiz Perelló

Félix Ortiz es uno de los grandes del fotoperiodismo de guerra. Había nacido en 1885 tras una larga carrera de fotógrafo se unió al famoso Pío Alonso para fundar la agencia Piortiz. Fue el primer presidente de la Unión de Informadores Gráficos de Prensa, que en el Madrid de 1934 tuvo destacada actuación en defensa de los profesionales destacados que veían menoscabados sus derechos por las leoninas condiciones de las editoras y también por el intrusismo. Su agencia distribuía material a diarios de la capital y del resto de España. También colaboraba con agencias del extranjero. Félix Ortiz fue el primer presidente y miembro fundador de la Unión de Informadores Gráficos de Prensa de Madrid. Destacan algunos reportajes al inicio de la guerra en los frentes próximos a Madrid, como el Alcazar de Toledo, La Sierra, etc...

De la manifestación en la Puerta del Sol Madrid por la proclamación de la II República el 14 de abril hay varias imágenes de distintos fotógrafos, y concretamente de la del grupo subido en un quiosco ondeando la bandera republicana. Esta, de Foto Piortiz, (de Pío Alonso o de Félix Ortiz) es la mejor.

El militar que ondea la bandera es el teniente Mohino que se hizo bastante conocido. El oficial, ya de capitán, prestaba servicios en el batallón ciclista de guarnición en Palencia a principios de 1936 y que fue trasladado a Alcalá tras la reorganización de la guarnición por su desaforada adhesión al golpismo. EL batallón ciclista y otro de Zapadores llegaron a Alcalá de Henares al mando de los tenientes coroneles Mariano Monterde Hernández y Gumersindo Azcárate Gómez. El 19 de julio, la oficialidad de la guarnición, en especial los jóvenes, pidió a sus jefes que proclamaran el estado de guerra con la intención de unirse al golpe militar.  Ambos jefes se negaron, más aun, Monterde tenía orden de preparar una columna gubernamental. Se produce entonces la refriega donde resultó muerto Monterde y herido de muerte Azcárate. Los dramáticos hechos parece que desmoralizaron a los oficiales y se rebajo el ardor guerrero, fue entonces cuando, sorprendentemente, el capitán Mohino con palabras y exclamaciones calculadamente ambiguas reunió a la tropa, y con bandera y banda de música se dirigió al Ayuntamiento, donde, siguiendo con su ambigüedad, colocó el estandarte del batallón en el Consistorio. El gobierno supo entonces, sin ambigüedades que valieran, que la plaza no era suya y Hernández Saravia ordenó a Puigdengolas que se dirigiera con su fuerzas y la redujera. La madrugada del 21, con fuerzas regulares muy superiores más una nutrida columna anarquista a las órdenes de Mera, obligan a los rebeldes a rendirse no sin que antes, los milicianos mataran a dos oficiales rebeldes, Puigdengolas, que tenía un cuajo de primera, sacó la pistola y amenazó con descerrajar la cabeza del primero que hiciera ademán de fusilar a los rendidos. Los oficiales fueron enviados a la Modelo y tras los sucesos de agosto en esta cárcel y la habilitación de un Tribunal Popular, Mohino y sus compañeros fueron juzgados condenados por alta traición y ejecutados, sin que se tuviera en cuenta, en el caso de este capitán, su hazaña del 14 de abril. El hecho de que Monterde hubiera sido asesinado, les privó de toda posibilidad

Miliciana en un descanso en el frente del Alcázar de Toledo. A destacar un rostro bien curtido por el tiempo y la labor y la pistola al cinto.

Julio de 1936. Frente de la sierra de Madrid. Llegan refuerzos con tropas regulares y milicianos en autobuses de línea.

El famoso cantaor "El niño de Ortega" les canta unas coplas a sus compañeros de unidad en 14 de noviembre de 1936 en el frente de Jaén. Uno de los fotógrafos de Foto Piortiz estuvo allí.