Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores

Nació en Torino en 1860. En su juventud vivió algunos años en Argentina donde hizo sus pinitos de fotógrafo con los medios de entonces. A los 29 años recaló en Barcelona, aunque aún no tenía claro su profesión pues abrió un negocio de relojes. Dicen los estudiosos que tras un asalto donde desvalijaron la tienda, se inclinó de nuevo por la fotografía, entrando de empleado en un estudio barcelonés llamado Polak. La agitada vida social y política de la Barcelona de principios de siglo le animó a confeccionar una cámara fotográfica todo los portatil que se pudiera para poder captar las escenas de aquella ciudad que ya le había seducido. Como era también relojero, seguro que no tuvo problemas con los mecanismos de la cámara su invención. El caso es que sus instantáneas destacaron pronto y consiguió la corresponsalía de la empresa Prensa Gráfica, o quizá firmó un contrato en exclusiva. Era un paso muy importante en su profesión pues se trataba de las afamadas revistas Mundo Gráfico, La Esfera, Estampa. El negocio iba viento en popa y Merletti que ya era conocidísimo en la capital catalana decidió motorizarse para así cumplir mejor con sus encargos. Se compró una motocicleta y le añadió un sidecar. Merlettí documentó la efervescencia política que trajeron los desastres del 98 en Cataluña, la Semana Trágica tras el desastre del Barranco del Lobo, y el proceso de Ferrer Guardia, donde pese a la prohibición de sacar fotografías, el ingenio de Merletti le permitió construir una cámara oculta que salía por un botón y se accionaba desde el bolsillo del pantalón. Consiguiendo imágenes que le harán famoso en toda Europa.

El volumen de trabajo de Merletti le obliga a buscar ayuda, incorporándose su mujer y su hijo, y un ayudante, Manuel Mateo a estas tareas. El inicio de los años veinte los encara con los sesenta años pero sigue activo. La llegada de la República no le provoca ningún contratiempo político pese a conocerse sus simpatías por Mussolini y su adscripción monárquica. Merletti pertenecía a la Agrupación de Reporteros Gráficos de Cataluña pero a la llegada de la guerra, padre e hijo se afilian, para poder trabajar, a la Agrupación Profesional de Periodistas de la UGT. En 1938 se les detuvo con acusaciones de simpatizar con los rebeldes. Un par de semanas después fueron liberados por orden gubernativa por el malestar que produjo en los barceloneses su detención. Tras este suceso Merletti se retira definitivamente de la fotografía, tenía78 años. La firma continuó con su hijo Camilo Merletti. Alejandro Merletti falleció en 1943 a los 83 años.

Merlettí no era republicano de ideas ni siquiera simpatizaba con el gobierno republicano, pero se mantuvo en su puesto, no se sabe que realizara ninguna labor desleal. Se afilió a UGT, para poder trabajar y sufrió una detención que tiene todos los visos de ser arbitraria. Padre e hijo realizaron labores de foto periodismo en la Cataluña en guerra, por ello están aquí.

Camilo Merletti

Camilo Merletti, su hijo, entró a trabajar en el negocio familiar muy pronto, primero en el laboratorio como aprendiz y luego, según su padre se hacía mayor de foto reportero. Con la retirada de su padre asumió la autoría de la firma el último año de la guerra y gran parte del franquismo. La mayor parte del fondo Merletti se encuentra en el Archivo Histórico Fotográfico de Cataluña.

La famosa fotografía que Merletti sacó de extranjis en la cárcel Modelo de Barcelona el 9 de octubre de 1909. Ferrer Guardia, pedagogo libertario pagó los platos rotos de la Semana Trágica, pese a que se encontraba en Paris en los hechos y que todo el mundo sabía que era inocente. Fue una marranada judicial de las que tanta costumbre tenemos en este país.

Excelente encuadre de Merletti de las manifestaciones ocurridas en Barcelona tras la proclamación de la II República.

Barcelona, otoño de 1936, mitin de las JSU. Al exponerse la foto de Lina Odena, heroina de las JSU muerta en el frente Sur, sabemos que es en su memoria, por tanto el verano de 1936 está acabando, como lo demuestra la vestimenta de los concurrentes.