Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores

De este fotógrafo no sabemos mucho. Nació en 1897 en Salamanca, aunque suponemos ejerció la profesión en Madrid. Al estallido de la guerra ya tenía 39 años por lo que su vida profesional como fotógrafo tenía que ser bien abundante. No obstante ni durante la monarquía ni durante la republica, ni durante la guerra hemos visto imágenes de fotografías de Hermes Pato. Es a partir de la posguerra cuando se publican sus trabajos. Quizá su obra anterior no llevaba autoría propia y Hermes Pato trabajaba durante la guerra para alguna firma. Quizá se vio obligado a entregar sus fondos a los censores falangistas  o a la policía, como le ocurrió a otros fotógrafos. Lo que sí sabemos es que no perdió el carné de periodista tras la guerra y que trabajó en Madrid para la agencia EFE y el diario ABC. En la agencia EFE fue pionero en su organización de los fondos. Trabajo todas las ramas del fotoperiodismo, deportes, toros, acontecimientos, retratos de personajes, etc... Tuvo importante actividad profesional y asociativa siendo uno de los fotógrafos profesionales más reconocido de los inmediatos años de la posguerra. Es en sus trabajos más personales, de los que algunos fueron censurados, donde queda patente que la nueva España franquista era una gran mentira, dejando en evidencia la falsedad de la rebelión militar y la inutilidad de la Guerra Civil, simplemente a través de su objetivo. Tras una exitosa vida de  dedicación a la profesión, Hermes Pato murió en 1978. Su hijo Jaime recogió el testigo de la firma. Se le rindieron homenajes en 2007 y 2009 con algunas exposiciones y estudios. Sus fondos, aunque no al completo, se encuentran en la agencia EFE.

La señora del paraguas se ha parado delante del pequeño escaparate del restaurante Lhardy de la calle Alcalá de Madrid. Es 1940, llueve, quizá primavera temprana o quizá el otoño tardío. El hombre y los tres niños se protegen de la lluvia con una manta. Y salvo la chica que no quiere ser fotografiada, miran al fotógrafo. El adulto no tiene precisamente cara de muchos amigos, de los mozalbetes, uno mira con indiferencia y cierta pesadumbre o fatalidad y el otro, rapado acompaña a su, suponemos, padre en eso de mirar al modo madrileño de toda la vida, esa mirada algo desafiante y siempre interrogante. Una de las fotografías más desoladoras del franquismo.

Ni el propio dibujante Carlos Giménez, autor del comic "Paracuellos", podría haber retratado mejor a estos zagalillos disfrazados para la ocasión, recluidos que no recogidos, pues ninguno estaba por gusto, orfandades, exilios, desamparos, etc... De la parte del fotógrafo, espléndida fotografía, como la anterior.

Más Auxilio Social. Temor en las miradas  de estos niños llevados a un hogar, no sabemos si voluntarios o medio forzados. Hay todo un reportaje sobre este grupo de niños confeccionado por Hermes Pato.