Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores

Josep Gaspar i Serra (1880-1971)

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Este conocido fotógrafo catalán parece que encontró su vocación profesional tras ver unos reportajes sobre la Semana Trágica de Barcelona en 1909, iniciándose en la fotografía con veinte años. Sus primeros trabajos fueron para la casa Brangulí que le contrataba ocasionalmente. También hizo fotografía aérea pues tenía una amigo, Josep Canudas propietario del aeródromo de su nombre que le nombró fotógrafo oficial del aeropuerto. Fue pues uno de los pioneros en esto de la fotografía aérea que entonces se llevaba mucho. Pasó luego a la fotografía deportiva, donde destacó en el semanario "La Jornada Deportiva". Entre los fotoreporteros deportivos hizo trabajos con Ramón Claret y Gabriel Casas, unos años después. En la información general colaboró también con Blanco y Negro, Mundo Gráfico y Crónica y en publicaciones catalanas como "L´Esquella de la Torraxa". Con la prensa capitalina tenía colaboraciones con El Heraldo. También confeccionó reportajes con motivo de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. En 1932 se asoció con Sagarra y Torrents fundando una agencia que así pudiera proteger mejor sus derechos comerciales y de propiedad. Gaspar era el más veterano y se les conocía por "Los tres reyes magos". Una de sus grandes pasiones era el cine y tuvo la oportunidad de trabajar de director de cine, concretamente en dos películas, una taurina y otra, la conocida comedia ¡Que tío más grande!

Al estallido de la Guerra Civil  colaboró con el Comissariat de Propaganda de la Generalitat de Catalunya del genial Jaume Miravitlles, lo que le decantaba de todas todas con la República. Al final de la guerra la situación económica era muy mala, y además murió su esposa, y dado el enrarecido ambiente de la Cataluña ocupada, Gaspar decidió exiliarse tras contactar con Torrents en Montevideo para fundar una productora cinematográfica, que fracasó. Partió luego para Argentina donde tras fundar un estudio fotográfico pudo mantenerse económicamente. Tras un desgraciado atropello por automóvil le entró una gran melancolía y decidió volver a Barcelona con la esperanza de terminar su vida laboral en su patria. Pero no fue así. Sobrevivió a duras penas con la ayuda de ocasionales trabajos y fundamentalmente de los amigos que le quedaban. Falto de familiares, a su muerte en 1971, al entierro sólo asistieron los amigos que quedaban. Gaspar como tantos otros sufrió el mazazo que la Guerra Civil sacudió a muchos de los profesionales de las artes y las letras con la llegada del castrador franquismo.

El esforzado competidor recibe el bautismo de dos espontáneas, aún más esforzadas, ¡ufff!

La idea de un trasbordador aéreo entre el Puerto de Barcelona y la ladera del Montjuic se gestó para la exposición universal de Barcelona de 1929. Pero las obras se iniciaron en 1930 y se terminaron en 1931. Durante la guerra sirvió de observatorio para la DCA. En la imagen, quizá un obrero de la obra, sonríe al fotógrafo sin una pizca de mieditis.

Barcelona, abril de 1931, fiesta del cambio de bandera.