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Casas

Gabriel Casas Galobardes (1892-1973)


Era hijo y nieto de fotógrafos barceloneses muy bien relacionados con los círculos culturales de la ciudad. La profesión le llamó muy joven y tuvo excelentes maestros, como Campañá. Viajó a Sudamérica donde ofició la profesión en Uruguay, entonces la Suiza sudamericana, y en Argentina, país muy avanzado también en aquella época. Allí se especializó en retratos. Volvió a Barcelona cuando tenía 24 años y a los dos años puso su propio estudio. Estaba muy bien relacionado. Era persona y profesional muy sensible a los movimientos renovadores y de vanguardia y conectó rápidamente con el movimiento Nueva Visión que huía del forzado plano al que las máquinas fotográficas de principios del siglo XX obligaban. Así que pareja con la innovación técnica corría la innovación artística, de la que Casas es representante especial, en foto reporterismo de todos los palos, informaciones, deportes y toros, y en el retratismo y fotografía publicitaria. Y en todos destacó por sus arriesgadas y novedosas formas de acercarse al objeto a fotografiar. Montajes, sobreimpresiones, picados, contrapicados y abandono de la simetría, le dieron un carisma muy apreciado.

Colaboraba no solo con la prensa diaria y revistas semanales, sino que le demandaban sus trabajos revistas gráficas especializadas en nuevas tendencias de las artes fotográficas. El trabajo no le faltaba y era casi el fotógrafo de las clases más intelectuales y también de los partidos políticos que ya entonces sabían lo que una buena imagen puede hacer por un candidato. Suya es la fotografía de Macía para las elecciones del 16 de febrero, donde aparece la imagen de este político sobre un único rótulo: Catalans!

La Exposición Internacional de Barcelona de 1929, le dio a Casas, se la dio a todos los fotógrafos de la ciudad, la oportunidad de confeccionar reportajes novedosos al hilo de espectacular acontecimiento, empapando su arte de modernidad y de trazos sociales que ya eran inevitables en cualquier ramo de la fotografía. Se acercaban nuevos tiempos y la monarquía estaba caduca y se había descompuesto en África. Se acercaba también la Edad de Plata de las artes y las letras españolas que coincidiría su momento más álgido con la llegada de la II República. El inició de la guerra llevó a un consecuente Casas a apoyar al gobierno y a la Generalitat y ponerse a su disposición, cosa que por cierto, ya llevaba haciendo desde 1930. De modo que trabajó para el Comisariat de Propaganda de la Generalitat de Cataluya, confeccionando carteles y confeccionando propaganda gráfica. Esto le costaría muy caro cuando la guerra se perdió. Fue denunciado, perseguido y encarcelado y desde luego inhabilitado para la profesión. Afortunadamente salió pronto de la cárcel y pudo encontrar trabajo de fotógrafo, en la industria y en el retrato a particulares. Y así sobrevivió, aunque tanto su persona como su obra desaparecieron del mundo artístico, como le pasó a tantos otros artistas republicanos que tuvieron la desgracia de ver interrumpida su vida y su obra por el golpe militar y la subsiguientes guerra civil.

Companys detenido en 1931 durante un paseo por el patio. Alguno de sus sucesores hacen lo mismo hoy. La historia se repite y en Cataluña, cada ochenta años

Barcelona, día del libro en 1932. Una de las imágenes más conocidas de Casas.

Barcelona años 30, el Oshima Dancing Club. Menudo ambientazo...