Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores

Hans Gutmann Guster era un fotógrafo alemán de origen judío. En 1930 abandonó Alemania donde había trabajado de técnico cinematográfico en la UFA. Primero recaló en Francia, y tras pasar por Italia, donde tampoco le gustó lo que había y terminó en Grecia. Con motivo de las olimpiadas de Berlin en 1936, las izquierdas europeas organizaron la Olimpiada Popular de Barcelona que era la respuesta del antifascismo al nazismo alemán. Y allí se dirigió Gutmann, y como muchos de los atletas populares internacionales, se quedó y participó de algún modo en la cusa popular dada su militancia de izquierdas. Poco después partió para Madrid, donde se encontró con un fotógrafo compatriota, también antifascista, el que luego sería fundador de la agencia de su nombre, Walter Reuter, quien le proporcionó medios para ejercer en la capital de fotógrafo. Gutmann se alistó también en el incipiente Ejército Popular, y con sus conocimientos fue nombrado capitán de ingenieros, suponemos en la rama que él dominaba, electro-iluminación. A continuación solicitó la nacionalidad española y hay quien dice que es cuando cambió su nombre por Juan Guzmán, mientras otros relatores afirman que lo hizo al llegar a Méjico.

Gutmann pronto se puso a la tarea del fotoperiodista de guerra, y así estuvo en los frentes de Cataluña, Aragón y Madrid. Retrató a líderes nacionales y a internacionales y rusos. Muchos de sus personajes son gentes sencillas inmersos en la crisis bélica, o victimas de la represión, y también el pueblo en acción. Gutmann estaba influido por las corrientes vanguardistas que recorrieron Alemania antes del nazismo castrador y también por su ideología próxima al comunismo, que le hacía admirar a los constructivistas rusos y desarrollar su propio estilo minimalista.

Al terminar la guerra en Cataluña cruzó la frontera francesa y como todo quisque fue internado. Con el apoyo de camaradas consiguió escapar y salvar sus negativos. Llegó a Méjico en 1939 y tuvo suerte pues encontró salida profesional muy pronto y como otros profesionales de la fotografía exiliados rehizo su vida con bastante éxito. Mantuvo relaciones amistosas con los artistas mejicanos del momento y fotografió a Frida Kahlo y a su marido Diego Rivera. Tras la muerte de Guzmán en 1970, parte de su archivo fue vendido por su mujer Teresita Miranda al gobierno mejicano y 3.000 a la agencia EFE española.

La agencia EFE conservó las anotaciones originales de Gutmann, pero alguna debió equivocarse pues entre todas las imágenes había una donde a un angelical voluntario comunista que Gutmann fotografió en el frente de Aragón se le rotuló como un sacerdote a punto de ser fusilado por los milicianos:

Parece que este miliciano confundido con un sacerdote, tocó la fibra sensible de los devotos y hasta lo beatificaron, además de imprimirlo en estampas y rezarle muchas avemarías. Pero la realidad es que un mes después de tomada esta imagen, el voluntario ingles conductor de ambulancias de la British Medical Unit, y aficionado a la fotogafía, Alec Wainman, volvió a fotografiar al personaje que estaba vivo, llevaba la misma camisa, cartucheras y fusil:

Que en realidad se trataba de un voluntario comunista alemán, probablemente judío, que servía en el frente de Aragón en el batallón Thaelmann. No era un mártir de la iglesia católica, era un "demoño" comunista al que nunca tantos devotos, y sobre todo devotas, rezaron tanto. Y es que la Guerra Civil española nunca deja de sorprenderte por mucho que los actuales propagandistas del franquismo sigan repitiendo las mismas patrañas desde 1936, para justificar lo que usted ya sabe.

Marina Ginesta, joven interprete de francés que el PCE le puso a Koltsov y que Gutmann fotografió en la terraza del hotel Colon de Barcelona en julio de 1936. Esta es una de las imágenes más paradigmáticas de la Guerra Civil española. Cuando nosotros la colgamos en 1999 en nuestra web en imágenes de la República en guerra, no había nada en la red de María Ginesta, aunque la imagen había sido publicada en libros. Quince días después, María Ginesta se convirtió en un icono de la GCe.

Mujeres y niños al sol primaveral de 1937 en el barrio de Argüelles, quizá la calle Altamirano. Madrid en guerra.

Victimas de la artillería franquista en la Red de San Luis en mayo de 1937