S.B.H.A.C. Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores |
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Periodistas y corresponsales españoles y algunos escritores republicanos |
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Isaac Abeytúa. (1892-1973) Isaac Abeytúa era un periodista de muy larga trayectoria liberal, pues dirigió la Voz de Guipúzcoa a mediados de los veinte y posteriormente colaboraba con el Liberal de Madrid, para terminar dirigiendo el Liberal de Bilbao en la órbita de Indalecio Prieto. De aquí saltó a la política y salió diputado en las Constituyentes de 1931 por la candidatura Republicano-Socialista en su circunscripción natal, Logroño. Dirigió el periódico "Pólitica" entre febrero de 1936 y noviembre de 1937. El diario Política era el órgano de Izquierda Republicana, el partido de Azaña. Fue creado en marzo de 1935. En sus primeros meses fue un semanario, pero según las perspectivas mejoraban pasó a diario matutino bajo el control de la empresa Prensa Republicana S.L. La necesidad de contar con un periódico afín en el republicanismo burgués nació desde el momento en que los tradicionales diarios El Sol y la Voz de la Compañía Editorial Española se desligaron de la batuta de Azaña. No fue hasta noviembre de 1936 cuando apareció en su cabecera el lema "Órgano de Izquierda Republicana". Sus directivos fueron gentes del círculo de Azaña y rotaron muy a menudo según eran nombrados para cargos públicos. Abeytúa pasó a finales de 1936 a dirigir el Liberal de Madrid con el que había colaborado antes de la guerra. En 1938 se exilió a Méjico donde trabajo de periodista especializado en política internacional. Falleció en 1973.
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Natividad Adalia Provenía del Sindicato Ferroviario de la Zona Centro, del que fue delegado en el Congreso de la CNT de 1931 en Madrid. Se decantó por el grupo "Treintista" de Ángel Pestaña que fundaría el Partido Sindicalista. Fue nombrado por Pestaña, director del diario "El Sindicalista", cabecera del partido. Durante la guerra propuso desde su diario la Medalla de Madrid para el artista anarquista Antonio de Hoyos que además de lo dicho era aristócrata. Naturalmente fue rechazada tal propuesta. Hay una noticia en el ABC republicano que da cuenta de un accidente de automóvil que sufrió nuestro protagonista en mayo de 1937 y del que fue operador del urgencia por el Doctor Noya. Al termino de la guerra fue a la cárcel junto con Ángel María de Lera. Ambos fueron condenados a muerte y tras un periodo de terrible espera su pena fue conmutada por treinta años. Cuando recuperó la libertad en 1946 retornó a la CNT. Formó parte del grupo regional del Centro que propuso entrar en los Sindicatos verticales, los "Cincopuntistas". Un movimiento similar, años después, surgiría en Comisiones Obreras. Natividad murió en Madrid en 1966
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Esperanza Agudo Era redactora del diario gráfico Ahora. |
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Felipe Alaiz Este periodista nació en 1887 en un pueblo de Huesca (Belver de Cinca). De padre militar que quería carrera ídem para su vástago. Como el padre murió a tierna edad de nuestro protagonista, Felipe pudo dedicarse a lo que le gustaba, el periodismo. Estudió en Huesca y Lérida donde tomó contacto con otras mentes inquietas como Ramón Acín, Joaquín Maurín, Sender, Samblancat, y el particular Gil Bel, alrededor de un semanario radical denominado Talión que al parecer fue la vanguardia revolucionaria de toda la zona en los primeros años de la Gran Guerra y que precedieron a la Gran Huelga General Revolucionaria de 1917. De vida bohemia e ideas anarquistas, abandonó los estudios se dedicó a colaborar con cabeceras radicales locales, aunque también colaboraba en El Sol. En este despreocupado camino, Alaiz vivió en Barcelona, Zaragoza, Valencia, Sevilla, Madrid y hasta París. El periódico dónde más trabajó fue Solidaridad Obrera. Naturalmente, acabó con sus huesos en la cárcel en más de una ocasión como le pasaba a todos los periodistas anarquistas al uso. En 1930 ya era director de Tierra y Libertad (el órgano de la FAI) y en 1931 de Solidaridad Obrera, cabecera en la que fundamentó principalmente su carrera periodística. Al estallido de la guerra, radical como era, se opuso a que la CNT participará en gobiernos "burgueses", motivo por el cual se exilió a Lérida, donde no obstante siguió con el oficio en el periódico Acracia. Al final de la guerra pasó a Francia y con la llegada de los alemanes, Vichy lo metió en un campo de concentración. Pasó sus últimos años en París en mala situación económica. Falleció en 1959. Fue autor de varios relatos cortos y una novela larga "Quimet" que publicó en la editorial de Federico Urales.
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Víctor Alba Pere Pagès i Elies (posteriormente Víctor Alba) nació en 1916 y estudio derecho, destacando pronto por su conciencia política. Temprano militante del Bloque Obrero y Campesino, organización que finalmente conformó el Partido Obrero de Unificación Marxista, formación comunista radical que el propio Trotsky rechazó por su izquierdismo. Junto con su amigo José Escuder prácticamente fundaron el diario "La Batalla", siendo Alba su director. La publicación fue siempre hostil a la II República, y como gran parte de la CNT, partidaria de la revolución pura y dura, lo que sin duda hubiera dejado al gobierno legal indefenso más de lo que ya le dejó el aventurerismo revolucionario del POUM, la FAI y una importante parte de la CNT. En los sucesos de mayo se atrincheró con otros correligionarios en el teatro Polirama de Barcelona haciendo armas contra el gobierno. Fue detenido, pero la justicia de la II República no le procesó. Los franquistas le encerraron por seis años, tiempo que aprovechó para escribir con el seudónimo de Víctor Alba. Tras su puesta en libertad se exilió a Francia y posteriormente a Méjico y a los Estados Unidos, en todos estos países tuvo gran actividad profesional y docente. Su regreso a España fue complicado, dado que otros militantes del POUM habían colaborado activamente con la CIA, durante lo peor de la guerra fría, armados de un anticomunismo que dejaba en evidencia su supuesta ideología de izquierdas. De modo que Víctor Alba no fue bien recibido en la Cataluña de mediados de los setenta, donde el PSUC campaba por sus respetos en la resistencia antifranquista.
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Mariano Aldabe Era redactor de Castilla Libre y sólo sabemos que fue condenado a muerte y posteriormente conmutada la pena por treinta años.
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Juan Andrade. Era miembro del minúsculo Partido Comunista Español de 1920 salido de las Juventudes Socialistas Españolas y al hilo de la revolución de octubre. En 1921, este PCE se fundió con el PCOE, dando lugar al PCE actual. Andrade dirigía La Antorcha el órgano de expresión. En la izquierda no comunista se conocía al los comunistas del PCE, como "los chinos" y a su cabecera como "El Cirio". Como Andrade viraba mucho para la izquierda, fue expulsado en 1927. Pero Juan Andrade tenía vocación y tras fundar y militar en varias organizaciones a la izquierda del PCE, terminó como socio fundador del POUM tras la fusión de la Izquierda Comunista con el Bloque Obrero y Campesino. Como en sus tiempos de La Antorcha, Andrade pasó a redactor de La Batalla, el combativo órgano del POUM. Detenido, después de los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona y juzgado. Su detención se produjo el 22 de junio de 1937 y en octubre de 1938 se celebró la vista de la causa. Andrade fue condenado pero pudo exiliarse a Francia.
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Federico Angulo. Miembro de la redacción de El Socialista en la etapa de Julián Zugazagoitia, Cruz Salido y otros. Había nacido en una familia de militares en 1893 en la ciudad amurallada de Ciudad Rodrigo donde servía el padre. De joven vivió en la País Vasco, que fue siempre su tierra de referencia. Se casó con la hija de un distinguido militante socialista de Bilbao. Se alisto voluntario en el Tercio para asistir a la guerra de Marruecos en 1921. Ya licenciado regresó a Bilbao y se relacionó con personalidades socialistas. Al poco salió para Madrid e ingresó en la plantilla de El Socialista bajo la batuta de Julián Zugazagoitia. Al estallido de la guerra fundó la milicia de El Socialista con cien voluntarios. Con esta tropa actuó en el Cuartel de la Montaña y posteriormente en Somosierra, habiendo sido nombrado jefe de la Motorizada y capitán provisional por el propio general Castelló, a la sazón Ministro de la Guerra. En la sierra fue herido en un brazo, pero eso no impidió que siguiera al pie del cañón. Se reorganizó la milicia y fue enviada al frente extremeño donde la República perdía terreno día a día. La actuación de Federico fue muy buena y sus hombres capturaron material al enemigo aunque se vieron embebidos, como todos, en la retirada general. Tras un periodo de reposo para curarse de sus heridas, es enviado a Málaga, donde es testigo impotente de la desorganización y el estúpido voluntarismo desorganizador de sindicatos y partidos, y más todavía ante la incapacidad del coronel Villalba puesto al mando de la zona por el gobierno. Villalba era un leal geográfico que secretamente había conspirado contra la República. ¡Como para defender Málaga! El caso es que Federico se vio en la necesidad de improvisar medidas de defensa en el eje de la carretera de Motril. Lo que fue del todo imposible. Federico había ingresado mientras tanto en el cuerpo de Carabineros y se le había dado la graduación de mayor. Era valiente e inteligente, tenía conocimientos militares, aunque era algo impulsivo lo que le llevaba a ponerse en peligro. Tras la derrota de Málaga, por la que fue encausado Villalba, Federico partió para Gerona. Misión, reorganizar el cuerpo de Carabineros en la frontera y quitarle las potestades aduaneras a los grupos de incontrolados anarquistas, que en este caso, estaban actuando como verdaderos gángsteres y contrabandistas. Tan buena labor hizo en la frontera que el gobierno decidió enviarle a Santander, donde ocurría tres cuartos de lo mismo entre las fuerzas del orden. Para ello se le ascendió a teniente coronel de Carabineros. Federico llegó a Santander en julio, con Bilbao caído y perdida Vizcaya. Federico crea una brigada de Carabineros que será de choque y que manda durante la campaña. Tras la derrota del sector, la defección de las fuerzas vascas y la huida de todos, Federico Angulo con su hijo y con algunos Carabineros recorrió la vacía Santander buscando fuerzas para defenderla. Finalmente se atrincheró en el Palacio de la Magdalena y sólo se rindió cuando se les acabaron las municiones. Naturalmente fueron todos condenados a muerte. El gobierno intentó varios canjes pero todo fue inútil, catorce meses después de dictarse la sentencia fue fusilado. Era el tres de octubre de 1938.
Véase: http://www.sbhac.net/Republica/Personajes/Biografias/FedericoAngulo.htm |
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David Antona. Albañil de profesión y líder cenetista, de cuya organización era secretario general del Comité Nacional, que al estallar la guerra civil se hallaba preso en la cárcel Modelo de Madrid por su intervención en la dura huelga de la construcción del verano de 1936, y que el 20 de julio de 1936 fue puesto en libertad por orden del ministro de la Gobernación, general Sebastián Pozas, incorporándose acto seguido a las milicias republicanas. Tuvo una destacadísima actuación en la sofocación del alzamiento militar en Alcalá de Henares y en Guadalajara. hacia el final de la guerra fue nombrado gobernador civil de Ciudad real. Apresado en Alicante, fue conducido al campo de Albatera. Condenado a muerte, le será conmutada por 30 años. Pero en la prisión de Porlier, en aquellas condiciones de higiene y alimentación tan deficientes, enfermó de tuberculosis, como tantos otros presos republicanos, y pese a ser liberado en 1943, falleció de la enfermedad. Antona fue redactor de la CNT.
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Luis Araquistaín y Quevedo. (1886-1959). Escritor —periodista, ensayista, novelista y dramaturgo— y político socialista que evolucionó de la social-democracia a un socialismo moderado, pasando por el revolucionarismo pro soviético y el anticomunismo. Cuñado de Julio Álvarez del Vayo, fue consejero intelectual de Francisco Largo Caballero y subsecretario de Trabajo cuando este último desempeñó dicha cartera al proclamarse la República. Elegido diputado por el Partido Socialista en las Cortes Constituyentes (Bilbao), salió reelegido por el mismo partido (Madrid, capital) en las de 1933 y 1936. Miembro de la Diputación Permanente de las Cortes en esta última legislatura y concejal del ayuntamiento de Madrid. Director del periódico Claridad, órgano de las juventudes caballeristas, publicación siempre en pugna con El Socialista, diario del ala prietista del PSOE. Embajador en Berlín. Director de Leviatán —revista de «hechos e ideas y— y de la revista España, que también había dirigido Manuel Azaña. Durante la guerra civil fue embajador en París puesto que llevaba aneja la presidencia de la comisión republicana encargada de la compra de armas en Francia—, cargo del que dimitió cuando Largo Caballero ceso como presidente del Gobierno y fue sustituido por Negrin. Autor de numerosos libros de viajes, novelas, obras escénicas, ensayos, etc., v de algunos otros relacionados más o menos directa-mente con la guerra española de 1936-1939: El comunismo en la guerra civil española (Imp. de Travailleurs Réunis, Carmaux, 1939), España ante la idea sociológica del Estado (UGT, París, 1953), España en el crisol (Un Estado que se disuelve y un Pueblo que renace) (Minerva, Barcelona, s.a.), La verdad sobre la intervención y la no intervención de España (Barcelona, s.a.), Mis tratos con los comunistas (Ed. de la Secretaría de Propaganda del Partido Socialista Obrero Español en Francia, Toulouse, 1939). Colaborador de los principales diarios y revistas españoles e hispanoamericanos. Al terminar la guerra se exilió a México, donde permaneció hasta su fallecimiento.
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Pere Ardiaca i Marti. Este histórico del PSUC y que fue director de Treball, había nacido en 1909 en Ballaguer. Ardiaca era hijo de campesinos de pocos recursos que fue enviado al seminario de la Seo de Urgell, probablemente porque era segundón (hijo segundo). Pero eso no debió gustarle y se marchó para Barcelona donde ejerció variados oficios. Tampoco le gustó hacer la terrible mili de aquellos tiempos y se largó para Francia, donde ingresó en el PCF. Hubo de esperar a abril del 31 para volver, fechas en las que se afilió al izquierdista Bloque Obrero y Campesino. Ardiaca, culo inquieto, se marchó al pequeño Partido Comunista de Cataluña del que fue nombrado Secretario Político hasta que en octubre del 34 perdió el cargo por diferencias con sus correligionarios. Con la creación del PSUC en 1936, al que se unió el PCC, Ardiaca pasó a formar parte del Comité Ejecutivo, siendo, asimismo, nombrado director de Treball, el órgano del nuevo partido y que alcanzaría de la mano de Ardiaca gran difusión e influencia en parejo ascenso con el partido que representaba, más cuando Barcelona pasó a ser capital de la República. La derrota le llevó al exilio, francés, primero, luego a la República Dominicana, después Cuba y finalmente, Francia otra vez. En todos estos países siguió su activa militancia, y en 1949 se alineó con Carrillo y con López Raimundo en detrimento de Joan Comorera que cortaba el bacalao en el PSUC clandestino. Se dice que el PSUC de Comorera era el más sectario del mundo, pero Carrillo y amiguetes le dieron a Comorera un trato deleznable, como siempre ha sido en los Partidos Comunistas de todo el mundo, eternamente obligados a escindirse y si te he visto y fuimos amigos, ya no me acuerdo. Ardiaca, a todo esto, había seguido con sus labores periodísticas, aunque clandestinas. Vivía anónimamente en Barcelona pero fue detenido en 1962, dónde le cayeron 21 años. Salió en 1971, y siguiendo sus labores periodísticas en la conocida revista (en la clandestinidad) Nous Horizonts. Más tarde representó al PSUC en el Consejo de Fuerzas Políticas de Cataluña. Mientras Carrillo siguió en la línea oficial, no tuvo Ardiaca problemas, un ortodoxo donde los hubiera. Pero cuando el PCE comenzó a dar muestra de incomodidad con la manía de invadir a los díscolos que tenían los soviéticos (y no te digo, los americanos), Ardiaca se pasó en cuerpo y alma a la fracción pro soviética rabiosamente contraria al eurocomunismo, esa idea promocionada por Santiago Carrillo, pero que sólo eran maneras para que los comunistas pudieran caminar sin complejos por la Europa del entonces exitoso Mercado Común, pero que nunca supusieron introducir la democracia de que se presumía de cara a Europa, en el funcionamiento interno del partido. Hasta ahí podíamos llegar. La cosa se calentó demasiado y Ardiaca no pudo manejar la crisis del PSUC de 1981 y el Comité Ejecutivo terminó por expulsar al núcleo pro soviético, Ardiaca incluido. Estos no tardaron en fundar un obediente y diminuto partido pro soviético, llamado PCC, con la cual el amigo Ardiaca, casi volvió a sus orígenes. Nuestro protagonista murió en un hospital de Moscú donde se trataba de una dolencia cardiaca.
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Emilio Ayensa Nació en el año 1900. Hijo de una familia de periodistas (su padre Emilio Ayensa Ferro había sido redactor de «La Correspondencia de España» y de «El Debate» y Alfonso, su hermano, fue también redactor de «El Liberal» y de la agencia «France Press»). Emilio hijo, además de redactor fue también director de «El Liberal». Fue autor de varios libros, entre los que se encontraba «Yo no merezco ser ministro del rey, ni gobernante en España, Vista de la causa seguida contra el señor Sanchez Guerra». Fue un destacado militante y activista republicano. Tras la derrota pudo exiliarse a Méjico. En sus inicios en el país americano, Ayensa tenía problemas económicos y de audición. En este exilio, su audífono -- adquirido en París-- fue reparado en 1942 con cargo a la Junta de Auxilio a los republicanos españoles (JARE) por el costo de 114 pesos, según reza una página del archivo Esplá. Ayensa editó en Méjico la revista veracruzana «Rumbo». Murió en el país azteca en 1960.
Fuente: Paco de Jérez |
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Mauro Bajatierra Periodista de raza, Bajatierra, nació en Madrid en 1884. De conciencia muy despierta desde su juventud, Bajatierra militó en distintos sindicatos pese a su ideología anarquista, lo que no le impedía relacionarse con todo tipo de políticos y organizaciones. Se dice que era masón, de activa militancia, como decimos, fue juzgado como colaborador en el intento de asesinato de Alfonso XIII y en el posterior atentado contra Dato, político al que la CNT condenó a muerte, por nombrar a Martínez Anido, responsable de la guerra sucia -pistolerismo- y por la criminal Ley de Fugas (se pegaba dos tiros al preso y se decía que había intentado huir). La contumacia gubernamental de encausar a los intelectuales anarquistas en los atentados de los radicales anarquistas, le costó la vida a Ferrer Guardia, y estuvo a punto de costársela a Mauro Bajatierra, magistralmente defendido por el futuro alcalde de Madrid, Pedro Rico. Absuelto por falta de pruebas, cómo sería la acusación de absurda, Bajatierra continua su actividad profesional y política. Se sabe de su presencia como corresponsal en los frentes aliados de la Gran Guerra. Con la llegada de la Guerra Civil, Bajatierra, como corresponsal de los diarios CNT, Solidaridad Obrera y la revista Estampa, acude a todos los frentes, ganado pronto fama por sus crónicas realistas y hasta desenfadadas, un estilo que fue muy imitado, quizá excesivamente, y que hacía que los reporteros buscaran siempre la nota curiosa y la imagen graciosa. Estilo que posteriormente sacado de su contexto ha sido utilizado por algunos historiadores pro franquistas para desprestigiar sutilmente a los milicianos. Cuando cayó Madrid, un pelotón de falangistas acudió a su casa para prenderle. Bajatierra se defendió a tiros hasta que fue muerto. Los franquistas adujeron que había muerto de un ataque al corazón. Desde luego, de un ataque a balazos...
Vea esta imagen de Mauro Bajatierra de corresponsal en Sigüenza |
Carlos de Baráibar Ezpondaburu (Vitoria 1895 - Méjico 1972). Político y periodista. Fue nacionalista vasco y después socialista, siendo una figura destacada de la UGT. Sus primeros pasos profesionales los inició en la revista vitoriana Ateneo. Fue redactor de El Sol, La Luz y editor y redactor-jefe del diario Claridad. Colaborador cercano y amigo de Largo Caballero, en quien influyó, principalmente, en cuestiones militares. Como subsecretario de guerra (1937), y debido que conocía al exiliado en Egipto, líder rifeño Abd el Krim, intentó inútilmente sobornar a las tropas marroquíes para que se sublevaran contra Franco. Fue también subsecretario del Ministerio de la Guerra con Largo Caballero. Se exiló en Chile donde continuó su vida periodística. Falleció en Santiago en julio de 1972
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Ignacio Barrado Herrero Redactor de la «Agencia Hayas» (1930-1936) y de la Agrupación Profesional de Periodistas de Madrid (1930-1938). Había trabajado para la prensa madrileña y revistas como La Esfera, especialmente conservadora, monárquica y pacata. Embarcó en el HMS Galatea con el staff del coronel Casado entre el 29 y el 30 de marzo de 1939. Exilado en París (1939-1955).
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Benigno Bejarano Domínguez Gracias a una descendiente de este escritor y periodista tan excepcional y de tan trágica muerte, sabemos que nació en Alburquerque (Badajoz) en noviembre de 1900, de familia de menestrales corcheros. Benigno era un joven apuesto, alto para la época y muy delgado, dicen todos. Cuando fue llamado a filas y de recluta ya fue maltratado por su debilidad física. Destinado en Barcelona y al parecer ya de cabo se hartó de humillaciones y no se lo pensó dos veces, desertó. Lo trincaron y para el talego. Posteriormente salió con un indulto. Pero en plena dictadura de Primo de Rivera, las cosas estaban crudas para los periodistas de izquierdas, y aún así, el chico encontró trabajo, lo que demuestra su valía. Se cree que desde 1928 ya colaboraba con folletines de aventuras en la revista Lecturas, concretamente la increíble novela verniana "El secreto de un loco" (primer español en Marte) fue publicado en 1928, como decimos, con ilustraciones de Serra i Massana. Estos folletines tenían mucho éxito por entonces. Eran como novelas por entregas pero con más estilo literario y con contenido social o ejemplarizador pero sin moralina clerical. Concretamente, Bejarano componía personajes arquetípicos con indudables pretensiones didácticas. Bejarano tenía gran éxito en este generó y se llegaron a publicar más de cuatro ediciones de la primera y siguiente parte de este folletín interplanetario. La cubierta de la segunda parte fue obra de Clave. Se sabe que la propia CNT reeditó la novela durante la guerra. En otras novelas, Bejarano juega con las expectativas del lector (que el Bueno gane y se case con la Chica), y con un sentido del humor harto burlón, pero amargo ciertamente, destruía sin piedad y en el último momento toda posibilidad de dicha, eso sí, después de haber entretenido al lector con los inimaginables acontecimientos. Esta libertad sólo la tenían los autores de novelas por entregas. Así se ganaba por entonces la vida este periodista y escritor tan imaginativo como ecléctico. Pero con la llegada de la II República, Bejarano vuelve por sus fueros y retornó a sus colaboraciones en "La Soli" que a veces firmaba con el nombre de alguno de sus personajes de novela. También escribió para este periódico, cuentos y la novela "Turistas en España" que es la historia de un joven español que recibe la visita de un inglés recién llegado al que se quiere enseñar las mejoras que ha traído la II República. En la novela esto le resulta imposible al español. Corría el año 1933, y muy en la línea de la CNT, y más aún de la sectaria FAI, la novela era muy injusta con la II República, independientemente de que meses después ganaría las elecciones la derecha y que era precisamente esta derecha la que había torpedeado las reformas del bienio azañista. En 1938 publica "Enviado especial" en la misma línea de la anterior pero ampliando territorios. Al fin de la guerra se exilia a Francia con su mujer viviendo en Burdeos con otros señalados artistas. La llegada de los nazis arruina la vida de Bejarano. En 1942 es detenido y tras un breve periodo en un castillo-prisión y como apátrida (Serrano Suñer había dicho a los alemanes que los republicanos españoles no tenían la nacionalidad española, lo que los condenaba a muerte), como apátrida, digo, es trasladado al campo de Neuengamme (Hamburgo) y posteriormente a un kommando de trabajo, satélite del anterior, sito en Watensteds. Bejarano tenía precarios los pulmones pues era gran fumador y pese a la ayuda que le prestaban otros compañeros españoles, su salud empezó a decaer en picado y los alemanes se lo llevaron en 1944 para gasearlo en un camión especial donde se encerraba a los presos y cuyo tubo de escape se introducían en la caja hermética. Les llamaban camiones fantasma. Y así murió el pobre Benigno Bejarano que nunca hizo mal a nadie, al contrario, divirtió a miles de lectores y dio esperanzas para el futuro a muchos miles más.
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Vea esta imagen de Javier Bueno mostrando las señales del maltrato carcelario |
Javier Bueno Bueno (1891-1939) Esta es la historia de un ser singular, un gigante sin mácula, un periodista de raza, un revolucionario de pro. Su propio nacimiento ya fue crudo, Era hijo de los amores de la actriz Soledad Bueno y el periodista y editor José Nakens, un héroe prototípico republicano, que sin embargo no reconoció a su hijo (¡vaya, con el Nakens!). Javier arrastró sus dos iguales apellidos con honor y limpia mirada. La infancia, de afectos despegada y de farándula también, las inclinaciones, reporteras a todas luces, la formación completamente autodidacta. Primero vendió periódicos, actividad que le llevó a sindicarse en la Federación Gráfica Española de la UGT. Acto que le llevó a concienciarse profesional y socialmente. Y así comenzó a colaborar en la prensa diaria, allá donde le dejaron pues tenía difícil la plaza de su radical pluma. Primero en España Nueva, desde 1911, siete años. También en El Sol los tres años siguientes. Era socio de la Asociación de Prensa de Madrid, que entonces era casi tan conservadora como ahora pero no tanto, y editaba la famosa Hoja de Lunes (Lo diarios no se editaban los lunes para poder descansar el domingo). También trabajo en La Voz llegando a ser Redactor-jefe. Ocupación que le duró hasta 1931, año en que pasó a la publicación llamada Crisol que primero fue revista y luego diario y donde colaboraban gente de categoría artística. En 1933 fue llamado a Asturias para dirigir la nueva etapa del diario Avance cabecera de la UGT Asturiana y lo que es más, portavoz del SOMA-UGT, el combativo sindicato asturiano de los mineros del carbón. Tras un tiempo de reflexión y palpar bien el agitado ambiente de Oviedo, Gijón, y las Cuencas, Bueno, orientó el periódico a ser la cabecera, no de los órganos del UGT, sino de todos los trabajadores asfixiados por las duras condiciones laborales que venían arrastrándose desde Noe, y que la II República no había sido capaz de enmendar, y peor aún, que los cedistas estaban haciendo retroceder (los pocos derechos conseguidos en el bienio Azaña), con la final pretensión de aniquilar la república social desde el propio gobierno. Motor, esto último de la crisis de octubre del 34, y que la clase trabajadora tenía que impedir a toda costa. La formula de Bueno, fue bien sencilla, abrir las páginas a los trabajadores, lo que el llamó, corresponsales espontáneos. El éxito fue tremendo, Avance se convirtió en el periódico de mayor tirada de la región y en la referencia de la izquierda. El éxito trajo también las sanciones, las multas y los cierres. Pero esto no era más que un acicate para Bueno. A lo largo de todo el año 1934 mediante sus movilizadores artículos, fue tejiendo la unidad obrera como nunca nadie lo había hecho, hasta conseguir lo imposible, la Huelga General Revolucionaria de octubre de 1934 en Asturias con el apoyo entusiasta de toda las organizaciones de izquierda. Visto desde nuestra perspectiva puede parecer una locura, pero si eras un trabajador (minero o no) y vieras como la derecha iba a disolver en nada los pocos derechos conquistados con sangre y lágrimas durante años y años de duras huelgas y movilizaciones, la locura sería no hacer nada. (1) Octubre fue ahogado en sangre en Asturias tras quince días de brutales combates, donde los trabajadores, salvo excesos puntuales, demostraron tener más piedad que el detestable gobierno Lerroux, y sobre todo, más valor que las fuerzas de Orden Público y las tropas coloniales. Si los mineros hubieran tenido, no ya abundantes armas, sino municiones suficientes, la resistencia podía haberse eternizado. Con la rendición vino la represión como nunca se vio en España. Hay que remontarse a Fernando VII para ver tal crueldad en el trato con los vencidos. Javier Bueno fue encarcelado y torturado, pero no fue una excepción, era la norma con todos, incluso se apretaba más a los periodistas por su trascendencia. Las lesiones infectadas de Bueno, mostradas a la prensa dieron la vuelta al mundo. El gobierno dijo que eran furúnculos. Sí, de los que salen con las gomas torturadoras y los cigarrillos apagados en la carne, etc..., etc... Avance fue cerrado y los talleres destruidos por la aviación gubernamental y lo que quedó, saqueado por la soldadesca. Hasta 1936 no volvió el periódico, pues hubo que recolectar el dinero y luego comprar la maquinaria. Con las elecciones de febrero de 1936, Javier Bueno, que tenía una condena de treinta años y una multa de setenta millones de pesetas, fue amnistiado y regresó a Madrid. En junio de 1936 se reincorporó a la dirección de Avance. Con la rebelión militar, Bueno cogió su fusil y le puso cerco al Oviedo arandino. No hubo manera de volverle al periódico hasta que en la ofensiva de febrero de 1937 resultó herido y quedó cojo. Entonces volvió al periodismo con El Comercio de Gijón que se editaba en Gijón. Allí fue espectador interesado del lento pero imparable final del frente Norte. Bueno escapó a Francia en el pesquero Maria Elena para regresar a Madrid, donde le ofrecieron la dirección de Claridad y la presidencia de la APM. Y de nuevo espectador de la tragedia anunciada. Como Bajatierra y muchos otros, se quedó en Madrid a la espera de la entrada de los franquistas. A última hora y temiendo por su vida, se refugió en la embajada de Panamá. Tropas del tercio asaltaron la embajada y prendieron a todos lo que allí se refugiaban, Javier Bueno incluido, y los llevaron a la cárcel más próxima sin saber quiénes eran (ningún país protestó). Lo curioso es que muchos periodistas detenidos recibieron verdaderas palizas para que confesaran dónde estaba Bueno, cosa que ignoraban. Hasta que le tocó el turno a uno que sí lo sabía, y tras un par de horas de puñetazos y patadas, confesó, ¡pero hombre, si lo tienen ustedes en Porlier! En la cárcel de Porlier coincidió con muchos camaradas, como Juan Antonio Cabezas, que también había trabajado en Avance y que por entonces, no sin críticas, colaboraba con la revista franquista Redención, editada en la cárcel y redactaba por presos políticos. Javier Bueno fue determinante en esta opinión sabiendo ya que iba a ser fusilado: La obligación del militante es conservar la vida. Salvar una vida es una victoria contra el fascismo. Y mientras esperaba La Pepa, se dedicaba a enseñar gramática a los compañeros menos instruidos. Javier Bueno fue fusilado el 26 de septiembre de 1939. La historiadora Mirta Núñez asegura que la familia de Javier Bueno (se había casado dos veces y dejaba siete hijos con la primera y uno más con la segunda) sufrió las terribles represalias franquistas de la Ley de Responsabilidades Políticas, y que fueron desposeídas de sus bienes quedando las mujeres y ocho niños de patitas en la calle. Al poco encarcelaron a su segunda esposa. Nadie supera en odio a la derecha española del siglo veinte. (3) (1) Como en la actualidad con la reforma laboral... (2) La Pepa, la pena de muerte. (3) ¡Y veintiuno!
Vea este dibujo de Javier Bueno hecho por Quintanilla en 1934 en la cárcel. No se debe confundir este periodista con Javier Bueno García, periodista de ABC nacido en 1883 y conocido germanófilo durante la Gran Guerra. |
Alfredo Cabanillas Blanco Este periodista y escritor trabajo desde muy joven en el Heraldo de Madrid. Había escrito crónicas de la guerra de África que posteriormente publicó en un volumen llamado "La epopeya de un soldado". Desde la Asociación de la Prensa, en la que militaba para el mejoramiento de la profesión, tuvo mucho protagonismo en la construcción de viviendas sociales de la denominada Colonia de Prensa de Madrid. Alfredo Cabanillas también protagonizó la oposición al gobierno Lerruxista durante el Bienio negro, pues la mayoría de las cabeceras de izquierda y liberales habían sido cerradas. Gracias al Heraldo de Madrid, los republicanos tuvieron prensa diaria durante ese duro periodo para las libertades. Para las elecciones de febrero de 1936, y siendo Cabanillas Jefe del Gabinete de Prensa de Azaña, el Heraldo de Madrid fue el puntal del frente Popular. Poco antes de la rebelión militar del 36 fue nombrado director de la cabecera que se mantuvo en la brecha hasta el mismo final. Cabanillas tuvo la valentía y la gallardía de poner el grito en el cielo por los desmanes y asesinatos de la primeros meses de Madrid, lo que le costó tener que salir de España por las amenazas recibidas. Doble exilio que se dice, de unos y de otros.
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Juan Antonio Cabezas Canteli Este periodista de estupenda prosa y de relatos conmovedores, nació en 1900 en Asturias en un pueblo del concejo de Cangas de Onis. Era hijo de campesinos humildes. Como muchos paisanos, hizo las Américas con 17 años, recalando en Cuba donde trabaja de dependiente y donde por primera vez descubre que tiene gran vocación literaria. Parece que Cabezas se dio un garbeo por Nueva York, donde coincidió con Jaime Menéndez, conocido como El Chato y que formaría parte de la agencia Febus en los años de la II República. Regresó a su tierra cinco años después y a los veintiséis añetes se colocó de redactor en el conocido diario de Oviedo El Carbayón. Pero, agárrense amigos, a los dos años ya era su director. El chico valía. Ello no le impide, todo lo contrario, colaborar con otras cabeceras de más tirada y prosapia, La Voz, El Sol, etc... Juan Antonio Cabezas destacó como uno de los más brillantes periodistas de finales del siglo XX, y que gracias a su talante y a sus virtudes personales pudo superar la crisis de la Guerra Civil, que como a todos los profesionales y artistas que defendieron al gobierno legal, arrastró como salvaje riada a la desembocadura del exilio, la cárcel o la muerte. Al estallar la rebelión y dado que Oviedo quedó en mano arandinas, la redacción de Avance se trasladó a Gijón donde siguió publicándose hasta la caída completa del frente Norte. Cabezas es detenido e internado en el campo de concentración de Cedeira. El Consejo de Guerra Permanente de Camposancos le condenó a muerte en octubre de 1938. (Y con "La Pepa" (1) en la chepa estuvo hasta 1941 en que fue indultado). Cabezas coincidió en la cárcel de Polier con su amigo y compañero Javier Bueno que ya llevaba la sentencia de muerte en el cuerpo. Cabezas, en similar tesitura, pero con más esperanzas, colaboraba entonces, junto con otros periodistas y artistas, en la confección del semanario "Redención" supuesto órgano de expresión de los "agradecidos presos republicanos a la magnanimidad del Caudillo" y que dirigía Sánchez de Muniain antiguo redactor de El Debate con la aquiescencia del Director General de Prisiones, general Máximo Cuervo (no es un chiste, se llamaba así). La cosa quería pasar como una iniciativa tipo Concepción Arenal, redención de penas por el trabajo. Pero no era más que propaganda franquista, encima redactada por profesionales republicanos presos y que además era prácticamente de obligada adquisición para los presos. Los redactores, que indudablemente consiguieron algunas ventajas, incluso puede que Cabezas salvara la vida así, los redactores de tal engendro, digo, no eran muy populares entre los presos. El dibujante Bluff de La Traca, condenado a muerte, también trabajaba en Redención con la vana esperanza de evitar su ya dictada pena de muerte. Lo que fue inútil, pues el genial Bluff fue fusilado. En 1941 le fue conmutada la pena de muerte, y en 1944 consiguió un indulto y salió de la cárcel. Cabezas se exilió un poquito al encontrar trabajo como redactor en el diario España de Tánger, donde trabajo 20 años. Afortunadamente para Cabezas, el mundo literario y periodístico reconoció sus méritos y nuestro protagonista pudo rehacer su vida, casi casi como se merecía. Se han dicho muchas tonterías de Juan Antonio Cabezas por parte de irredentos a lo que no les importó mucho la II República nunca. No hay que hacerles caso. El único pecado de Juan Antonio Cabezas, fue el de todos, ser de izquierdas y ser buen profesional. El fascismo, la envidia y la estupidez, se encargaron a mediados del siglo veinte en España de amargar la vida de todos nuestros brillantes profesionales que, naturalmente, no comulgaban con los espantajos fascistas ni con aventureros izquierdistas. Por cierto, la obra de Juan Antonio Cabezas es inmensa y sus premios también. (1) La pena de muerte entre los presos...
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Rafael Carbonell Benito Nació en 1899. Estudió en Yecla, Murcia. Había sido redactor de El Socialista (1928-1930), La Libertad (1931-1936). Pertenecía a la agencia Fabra que fue fagocitada por la nueva agencia franquista EFE en 1939. No sabemos mucho más de su vida salvo que murió en 1947 porque su necrológica apareció en el ABC. |
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Eduardo Castro Escandell (1897 - 1951) Redactor del "Heraldo de Madrid" y de ¡Alerta! Corresponsal de numerosos periódicos de provincias. Condenado a prisión.
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Roberto Castrovido. (Madrid 1864- Méjico 1941) Periodista madrileño de reconocido prestigio y que fue director de El País y que apoyó la causa republicana exiliándose al fin de la guerra a Méjico. Inició sus andanzas periodísticas en Barcelona, pero también pasó por Santander para recalar finalmente y de nuevo, en Madrid. Era 1903. Pronto fue nombrado director de El País periódico de entonces y de cierto prestigio. Con sus editoriales se explayó con la guerra de Marruecos y con la Semana Trágica. Ni las autoridades ni los espadones le tenían mucho cariño. Adscrito al Partido Republicano-Federal que era un híbrido político de difícil digestión, consiguió un escaño de diputado por Madrid, por sustitución de un compañero. Posteriormente revalidó el asiento y con la proclamación de la II República revalidó otra vez el escaño como independiente y en febrero de 1936, también y con el Frente Popular. Al estallar la guerra cumplió sus labores parlamentarias y al final se exilió a Méjico donde al poco falleció
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Manuel Chaves Nogales Este sevillano, hijo de periodistas, había nacido en 1887 y se inició a los catorce años de la mano de su padre, el periodista Manuel Chaves Rey, en el Liberal de Sevilla, donde su padre era redactor jefe. Se casó jovencito, como antiguamente, y jovencito también, ya destacó por su capacidad profesional, dirigiendo periódicos de provincias. La vocación literaria de Manuel era muy fuerte. Escribió para la Exposición Internacional de Sevilla, pequeñas novelas de viajes "Narraciones maravillosas...", ensayos, etc... Tanto trabajo y tan bueno le condujo a Madrid en una ola imparable. Era 1922, y ya apenas volvería a Sevilla. En la capital fue redactor del "Heraldo" y "La Acción". Ganó el premio Mariano de Cavia por un reportaje sobre la aviadora Ruth Elder, que por Madrid anduvo a la sazón. En 1927 pasó a redactor jefe del "Heraldo de Madrid". Al año siguiente, Chaves era ya considerado un sólido profesional y participaba de la fama de los consagrados en la capital. Colaboraba habitualmente en revista gráficas como "Estampa" y literarias como "La Gaceta Literaria", pero era en el Heraldo, donde Chaves ejercía su profesión de corresponsal. Con esta cabecera viajó a Moscú y de paso se dio un tour por toda Europa, aventuras que traslado a dos libros sorprendentes ""La vuelta a Europa en avión" y "La bolchevique enamorada", en el primero destacaba la sorpresa que la vida soviética producía en un burgués acomodado como Chaves, en el segundo, abordaba, como mayor interés y sorpresa, los cambios sociales y sexuales en la Unión soviética. En 1930, nace el diario gráfico Ahora, que sería la obra más querida de Chaves, que le dio todo su impulso creador y organizador, y sobre todo, un moderno estilo que atrajo a colaboradores de lujo. "Ahora" era una perita en dulce. Chaves, que era un experto en todo lo referente a la revolución rusa, para lo bueno y para la malo. Se ocupó en sus reportajes del exilio blanco, sobre todo en Francia. Su novela, "El maestro Juan Martínez, que estaba allí" y basada en las experiencias de un bailarín real que vivió los hechos revolucionarios junto con su esposa. En el 34, se encontraba en Ifni, y en 1935 publica su libro más conocido, "Juan Belmonte, matador del toros: su vida y sus hazañas". Pero la guerra lo cambió todo. El diario Ahora pasó de ser de información general a prensa de guerra, y todavía más, fue incautado por las JSU. El verano-otoño de 1936 fue demoledor en Madrid para Chaves. La descontrolada represión republicana, la guerra, los bombardeos, la carestía le hicieron abandonar Madrid, junto con el gobierno de la República. En Valencia terminó otro de sus clásicos "A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires en España". Coincidiendo con la huida del gobierno a Valencia, y como su situación anímica y personal no mejoraba decidió marchar a Francia y buscar trabajo con un grupo de compañeros entre los que se encontraba González Olmedilla del Heraldo. Ciertamente que lo encontró y muy pronto estaba colaborando con cabeceras internacionales de todo el mundo. En 1940 llegan los alemanes, Chaves sabe que la GESTAPO le busca y que debe salir hacía Inglaterra, mientras, su familia parte para España bajo la protección de José Chaves, su hermano. En Londres tampoco tuvo nuestro protagonista dificultades para encontrar trabajo. Son los años de la Segunda Guerra Mundial, y el gobierno inglés aprovecha toda la ayuda periodística que pueda beneficiar a la causa contra los nazis, cual es el caso de Chaves. Dirigió la sucursal de la agencia Atlas y orientó muchas de sus intervenciones a recuperar testimonios de exiliados republicanos. También escribió otro de sus grandes ensayos, "Agonía de Francia" basado en sus experiencias en la Francia de 1940. En 1944 se le operó, probablemente de apendicitis, que degeneró en peritonitis de la que falleció en mayo. El gran Chaves, probablemente el mejor corresponsal español de todos los tiempos, murió sólo, lejos de su querida familia, en el exilio. Una rebelión militar le partió por la mitad, la otra mitad se repartieron los desmanes republicanos en Madrid, que le espantaron, y la invasión nazi a Francia. De Chaves se han hecho afirmaciones sobre su pertenencia a esa llamada tercera España, a la que personalmente no admiro, pues sus, afortunadamente, pocos miembros, siempre viajaban en primera. Léase, Ortegas, Marañones, Madariagas, Severos Ochoa, etc... Chaves no pertenecía a esa España, Chaves, como Barea, se marchó porque había alcanzado su límite. Él era republicano y en esa tesitura perdió su vida, lo que no se puede aplicar a la tercera España.
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Santiago de la Cruz (1900-1968) Redactor del "Heraldo de Madrid" y durante la Guerra Civil también del Mundo Obrero. Era también poeta y colaboraba con prensa sudamericana como Heraldo del cinematografista, Cine reporter y Méjico Cinema. Al final de la guerra fue encarcelado y a la salida de prisión rehizo su vida trabajando en la Editorial Aguilar.
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Zugazagoitia y Cruz Salido |
Francisco Cruz Salido (1898-1940). Empleado de la Compañía Telefónica, militante del PSOE y redactor del diario El Socialista, en cuyas páginas publicó el 30 de julio de 1932 un articulo que le valió la inquina de un gran sector de la clase militar. «Pregonemos —decía entre otras cosas—nuestro orgullo: tenemos médicos para los soldados, y médicos para los jefes, cada uno de ellos especialmente capacitado para sus funciones respectivas. A veces, sin embargo, el médico de un capitán especializado en capitanes y preparado para vigilar la salud de los capitanes, se ha visto en el caso de tener que asistir de parto a la señora del capitán. Terrible conflicto. Terrible, porque, por muy psiquiatra que el médico sea, no había previsto que los capitanes pudieran llegara esos trances. En estos casos debería establecerse una competencia de jurisdicción entre el médico de los jefes y el médico de los soldados; en definitiva, tendría que intervenir este último, porque podría demostrarse que la culpa de todo era del asistente.» Durante la guerra civil siguió colaborando en el mismo periódico, siendo durante algún tiempo secretario particular de Indalecio Prieto. Al terminar la contienda se refugió en Francia, donde fue detenido por la Gestapo alemana cuando los ejércitos de Hitler ocuparon dicho país, siendo, a continuación, entregado a las autoridades franquistas. Conducido a Madrid y juzgado por un consejo de guerra, fue condenado a muerte y fusilado en Madrid en las tapias del Cementerio del Este...
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Luis Díaz Carreño Periodista nacido en Badajoz en 1919, redactor de El Sol y La Voz fusilado junto a Fernando Sánchez Monreal en Burgos. Pertenecía a la Junta Directiva de la Asociación de Prensa, que en aquellos tiempos y entre otras cosas editaba la Hoja del Lunes, día de la semana en que el resto de los periódicos descansaba.
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Joaquin Dicenta Boadillo Era hijo del autor del mismo nombre que murió en 1917. Se mostró un autor muy prolífico. Siguió la estela bohemia de la familia y en los claros escribió obras de teatro en prosa y en verso que fueron muy premiadas en su época. Pasó luego al teatro popular en colaboración con otro autor prolífico, Antonio Paso. Presidió accidentalmente la Sociedad General de Autores durante la Guerra Civil, lo que le costó al final de la guerra el ser encarcelado. Le venía de familia, pues su mujer y otros familiares también fueron a parar a la cárcel por los horribles crímenes señalados.
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José Escuder Poves Periodista profesional que había trabajado para Ultima Hora como redactor y que junto a Víctor Alba fundó el órgano del prensa del POUM, La Batalla. Participó activamente en los sucesos de mayo de 1937 lo que le costó el procesamiento junto con otros dirigentes del POUM. Fue absuelto de estos cargos por los Tribunales Populares de la República, aunque su periódico, La Batalla fue clausurado por sedición. Con el franquismo sufrió cárcel.
Lea, si es de su interés la sentencia del juicio contra los dirigentes del POUM |
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Carlos Esplá Rizo (1895-1971). Político y periodista alicantino, que colaboró en La Vanguardia de Barcelona, El Pueblo de Valencia, y en El Liberal y El Heraldo de Madrid, y que fue secretario del novelista Vicente Blasco Ibáñez. Durante la República desempeñó los gobiernos civiles de Alicante y de Barcelona, siendo elegido diputado a Cortes en 1931 y en 1936 por Alicante (Izquierda Republicana). Al estallar la guerra civil se hallaba en Valencia, donde desempeñó un importante papel en los acontecimientos de aquellos días, logrando convencer al general Martínez Monje, jefe de la IIl División Orgánica, de que debía permanecer fiel al Gobierno y no sumarse a la sublevación militar. Nombrado por Giral subsecretario de la Presidencia, formó parte de la Junta Delegada de Levante que presidió Martínez Barrio. Más tarde fue ministro de Propaganda —el primero que desempeñó tal cartera en España— en el segundo Gobierno que presidió Francisco Largo Caballero. Al terminar la contienda se exilió a México, donde permaneció hasta su fallecimiento.
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Cesar Falcón Garfías Este gran periodista y escritor peruano, nació en Lima en 1892. Empezó a trabajar de periodista con escasos 17 añitos en el diario La Prensa de Lima. Ya casi de adolescente, Cesar tuvo una hija que murió de bebé. Como no tenía pelos en la lengua hubo de abandonar Perú y poner rumbo a Europa con algunos compañeros de aventuras. El caso es que Cesar desembarcó en España, mientras que su amigo el conocido periodista peruano José Carlos Mariategui se fue a Italia, desde donde, al poco, regresó a Perú. Cesar Falcón, recomendado por Pío Baroja y conocido de Unamuno y Valle Inclán, se puso a trabajar de redactor en El Liberal. La dueña de la pensión donde se alojaba tenía una hija llamada Irene Lewi Rodríguez con la que Cesar, que era un retrechero, entró rápidamente en amores. Se trataba de la futura Irene Falcón, miembro del Partido Comunista (no entonces) y futura secretaria de Dolores Ibarruri. Los amoríos andaban crudos porque Irene era menor, de modo que la pareja se las piró para Inglaterra aprovechando una sanción de destierro que le cayó a Cesar. Se casaron en Escocia, y al poco, residiendo en Londres tuvieron un hijo al que llamaron pomposamente Mayo (Falcón). Como Cesar era un "Riega hijos", figura muy corriente entre los varones bohemios, tuvo una aventura extramatrimonial en Londres con el resultado de otro hijo varón. En Londres Cesar oficiaba entonces de corresponsal de El Sol y La Vanguardia, nada menos. De paso, esta mente inquieta que era Cesar Falcón se sacó una editorial de la manga, Ediciones Avance, que dirigida por Irene Falcón se orientó a la novela social. Entre las novelas publicadas destaca la de Dora Russell (mujer de Bertrand Russell), Hypatia, novela de la cual dicen sacó su guión Amenabar. Falcón fue uno de los pocos periodistas que tuvo el privilegio de entrevistar a Cesar Sandino. En 1931 regresó a España y poco después se proclamó la II República. Cesar fundó una compañía de teatro llamada Compañía de Teatro Proletario, que aunque un poco replica de "La Barraca", también tuvo éxito. En la compañía, que tenía su sede en una carbonería de la calle Atocha, también actuaban las hermanas O´Neill, Carlota y Enriqueta. Carlota era la mujer del capitán Virgilio Leret, aviador adelantado que había inventado un motor de reacción, y que fue asesinado por los rebeldes a los pocos días de caer preso cuando agotó la munición defendiendo con un grupo de soldados leales la base de hidros. Carlota paso largos años de cárcel antes de poder partir para Méjico con sus hijas. Enriqueta tuvo un largo romance con Cesar (que suponemos se había separado amistosamente de Irene Falcón), relación de la que nació Lidia Falcón, impenitente luchadora contra el franquismo). La compañía representó por toda España obras muy acordes con los tiempos de entonces y con las esperanzas que tenían depositadas las gentes en la II República. Muchas de las obras las escribían los propios miembros del grupo, como Cesar, Carlota e incluso Irene Falcón (Lewi). Cesar Falcón estaba metido en todas las iniciativas progresistas, de arte, cultura y revolución. Inició proyectos editoriales y literarios con Artemio Precioso, Margarita Nelken, Ramón J. Sender y otros. Como en mis tiempos de joven cuando los Guerrilleros de Cristo Rey asaltaban librerías y actos progresistas, en 1930 la Falange Española asaltó el local de la revista Nosotros que dirigía Cesar con Irene Falcón. Toda esta inquietud y voluntarismo político que acompañaba al circulo de Cesar Falcón terminó cristalizando en la entrada en el Partido Comunista, partido a quien entusiasmó el fichaje de personal tan concienciado y activista. En 1935, y con el periodista Mariano Perla se trasladó a Sevilla para fundar el diario La Verdad, que fue suspendido al poco y ambos periodistas detenidos. Incansable, unos meses después se hizo cargo del Mundo Obrero junto a Eusebio Cimorra, con la misión de revitalizar la suspendida cabecera, coincidiendo con la renovaciones ideológica del PCE que apostaba por los Frentes Populares. En esta tarea, encontraron grande ayuda en Navarro Ballesteros, otro especialista. Al inicio de la guerra, Mundo Obrero se trasladó a las instalaciones del recién incautado periódico derechista El Debate. Aún tenía tiempo Cesar Falcón para organizar el famoso órgano de propaganda militar del Partido Comunista "Altavoz de Frente". Pero aún más, se organizó con actores afiliados al Quinto Regimiento, el Teatro de la Guerra. El amigo Cesar estaba en todo. Cuando el gobierno se trasladó a Valencia, el Partido pidió a Cesar y Eusebio Cimorra que se trasladaran con ellos para fundar el nuevo órgano del PCE, "Frente Rojo". Tras esta labor y sin dejar de colaborar en la cabecera citada realizó misiones periodísticas acompañando a diplomáticos españoles. Cesar Falcón dirigió en París durante los últimos meses de la guerra el periódico Voz de Madrid. En 1940 volvió a su tierra y dos años después se marchó a Nueva York, y al no conseguir permiso de residencia en USA, partió para Méjico donde residió hasta poco antes de morir en que regresó a Perú en 1970. La obra literaria de Cesar Falcón es inmensa: Plantel de Inválidos, 1921. El pueblo sin Dios, 1928, novela muy representativa del inicio del movimiento de la novela indigenista. Un libro sobre la Guerra Civil española, Madrid, en 1938. El Mundo que agoniza, en 1945, México. El buen vecino Sanabria U. 1947 México. Por la Ruta sin Horizonte, 1961 México; Los bajos fondos. Y El Agente confidencial. |
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Imagen: Agencia Febus. |
Manuel Fernández Álvarez - "Alvar" Este periodista asturiano fue probablemente el profesional que más pseudónimos tuvo en su trabajo, "Alvar", "Jack Wilkens", "Ivan Vilkens", "Jaime Salán", J. Galán, etc.. Había nacido en Oviedo en julio de 1987, ciudad donde estudio el bachillerato. A partir de aquí, surge la leyenda de este hombre. Marchó para Paris con la intención de estudiar Ingeniería Eléctrica, aunque bien podría haberlo hecho en la Escuela de Minas de Oviedo, pero el caso es que hay afirmaciones de que sobrevivía en Paris como, asómbrense, ¡carterista! y que además, era muy bueno. Otras fuentes señalan que trabajó como taxista en la gran ciudad. El caso es que en 1920 se marchó a Rusía, donde participó en la guerra civil como soldado rojo del Ejército fundado por Trosky con el nombre de Jack Wilkens. Al poco era corresponsal en Pravda. La revolución rusa no entusiasmó al temprano bolchevique que era Manuel y se pasó a los anarquistas rusos con los que tuvo maneras. Los comunistas le denunciaron y fue a parar a la cheka de Moscú dónde, sin nadie saberlo, pasó un mes estupendo. Le devolvieron sus papeles y lo largaron para Francia. Allí se puso a contar lo que había visto y la gran represión que acompañaba la triunfante revolución bolchevique. Estas manifestaciones molestaron a muchos dirigentes de izquierda españoles, pues por entonces lo de Lenin tenía gran prédica en España. Señalar, que Nin y Maurin, futuros padres del radical POUM, fueron de los críticos más feroces. En esta dinámica que giraba alrededor de si la CNT se adhería a la III Internacional, Manuel escribió, militó y trabajó en París con nombres distintos. Ello era debido al miedo a la policía secreta soviética y a sus agentes internacionales. De Francia fue expulsado a Bélgica en 1922. Pero él se fue a Alemania y trabajó para una productora cinematográfica donde se hizo profesional del ramo, publicando, incluso, manuales para trabajar. Con la llegada de los nazis, Manuel regresó a España, y con el currículo que tenía, las maneras y el bagaje, se hizo con un puesto en el Heraldo de Madrid. Tenía pasión por el cine, al que veía como una herramienta de divulgación liberatoria (lo mismo me paso a mi con el Video). En su calidad de corresponsal del Heraldo, montó una pistonuda en la Sociedad de Naciones de Ginebra durante la Conferencia de Abisinia, llamando estafador al delegado italiano y asesino al propio Mussolini, para contrarrestar la pitada que los periodistas italianos le dieron al emperador al inicio de sus discurso. Fue detenido y maltratado por la policía suiza, pero había un periodista allí, que abandonando el salón del discurso siguió a la policía y captó toda la secuencia de la detención y maltrato de Alvar. las imagenes se publicaron en "Vu" revista gráfica francesa y le dieron impulso a Capa como reportero intrépido.Con la llegada de la guerra se alistó en una columna anarquista y en el Alto del León fue muerto de un tiro en la cabeza el 25 de julio de 1936. Que la diosa razón lo tenga en su seno.
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José Manuel Fernández Gómez (1900-1982) Madrileño que fue redactor de La Libertad. Sirvió en el Ejército Popular de capitán. Fue condenado a muerte a la entrada de las tropas franquistas. Consiguió el indulto y rehacer su vida.
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Gregorio Gallego (1916-2007). Periodista anarcosindicalista, nacido en Madrid, que durante la guerra civil tomó parte activa en la contienda, especialmente en la defensa de la capital de la República, y que, tras el triunfo de los nacionalistas, permaneció en prisión por espacio de casi veinte años. Autor de diversas novelas como "El hachazo" —ambientada en un hospital penitenciario—, La maraña —inspirada en la atmósfera carcelaria y judicial que le tocó vivir—, "Ardiente verano" y, sobre todo, "Asalto a la ciudad" —en la cual cuenta algunas de las vicisitudes vividas por el pueblo de Madrid durante los tres años que duró el conflicto, obra considerada por la crítica como una de las mejores que se han escrito sobre el tema—. Gregorio Gallego adquirió notoriedad al final del franquismo, como Guzmán y otros ex-presos republicanos, gracias a sus estupendas colaboraciones en revistas de Historia. Lea algunos de sus trabajos: La CNT acuerda sublevarse contra el doctor Negrín. La primera Junta de Defensa de Madrid.
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José García Pradas. Este escritor y periodista burgalés nació en Quincoces de Yuso en 1910. Debió ser de familia de posibles pues estudio el bachillerato en Vitoria y Derecho en Zaragoza. Algo pasó en su entorno pues se sabe que no acabó la carrera y que hubo de colocarse de dependiente en la lejana Valencia. Como tenía gusto por las artes literarias se relacionó con grupos de escritores valencianos. Se afilió a la CNT bien temprano, con 23 añitos. En Valencia ofició de corresponsal del periódico La Tierra, en el que poco después se incorporó como redactor afincándose en Madrid. Desgraciadamente para García Pradas, el periódico es suspendido al poco de su llegada. Ingresa en la FAI de la mano de Melchor Rodríguez. Con la rebelión, García Pradas destaca en Madrid como animador del ideario anarquista en la prensa, esto es los periódicos CNT, Castilla Libre y Frente Libertario. A medida que su influencia en prensa sube, lo hace también su influencia política, formando un trío bien avenido con Val y Salgado, el núcleo de la CNT madrileña. García Pradas desarrolló actividad literaria durante los años que pasó en el cerco de Madrid. Prologó el libro de Eduardo de Guzmán, Madrid Rojo y Negro, y escribió en defensa de la unión de los sindicatos CNT y UGT. El último mes de la guerra apoyó el golpe de la Junta del coronel Casado junto con sus compañeros Val y Salgado, más la participación militar de Mera en contra de las tropas leales al gobierno. Como Casado, García Pradas no se quedó en Madrid y llegó a Marsella, desde donde siguió camino hasta Londres. Allí trabajó de redactor de la BBC y realizó trabajos de traducción para poder sobrevivir. Radicalizado en el exilió y ferviente anticomunista, romperá con el movimiento anarquista o más concretamente con la CNT en el exilio, y escribirá libros como: ¡Teníamos que perder! que junto con el de Abad de Santillán "Por qué perdimos la guerra" y las memorias de Mera forman el trío exculpatorio del anarquismo español en guerra. Por lo demás, la producción literario-política de García Pradas fue monumental, incluyendo su afición a los romances.
Imagen: García Pradas por el artista Gallo (Coq) Lea este artículo donde García Pradas tiene cierto protagonismo. |
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Margarita Gómez Era redactora del diario gráfico Ahora. Y nada más sabemos. |
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Francisco Gómez Hidalgo (1886 - 1947) Había nacido en Santo Domingo-Caudilla un pueblo toledano. Hizo derecho en Murcia pero marchó a Madrid a buscarse la vida. Colaboró con varios periódicos, el ABC, el Heraldo de Madrid, Informaciones y La Libertad. Ingresó en Izquierda Republicana y yendo en sus listas sacó acta de diputado en las de febrero de 1936 por Castellón. Entre sus curiosidades, la dirección de una película de cine mudo "La malcasada" y donde por motivos que ignoro salen famosillos de la época entre los que se encuentran, sentados a la mesa unos alegres militares con Franquito el cuquito, Millan Astray Sanjurjo y Familiares y se ríen y parecen alegres servidores del estado. ¡Pero quía! Gómez Hidalgo se acordó mucho de este película y maldijo a Franco con ardor. Al terminar la guerra pudo exiliarse a Méjico falleciendo en 1947.
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Ovidio González Díaz, Gondi. Periodista asturiano de formación autodidacta y padres socialistas que había nacido en San Martín del Rey Aurelio en 1909. De adolescente se trasladó a Sama de Langreo, donde dirigiría el Ateneo Popular y la revista Orbayo. En 1934 ya trabajaba de redactor en el mítico diario Avance, órgano del Soma-UGT, con el no menos mítico Javier Bueno de director. Gondi estuvo en las tres épocas del diario Avance. La primera cuando heredó la cabecera del diario La Aurora Social al inicio de la II República y que fue clausurado en 1934 tras la Revolución de Octubre. La segunda época sería cuando tras el triunfo del frente Popular amnistiados Bueno y sus redactores y con dinero recogido de la militancia, se abrió en junio de 1936 en Oviedo el diario Avance con maquinaria nueva. Poco duró esta época, pues tras la sublevación del coronel Aranda y la requisa del inmueble y maquinaria nuevamente, Bueno y su tropa se fueron a Gijón donde consiguieron poner en marcha Avance hasta finales de octubre de 1937. Gondi participó de todas estas hazañas periodísticas y finalmente partieron a Francia en el pesquero "María Elena" pudiendo Gondi trasladarse a Barcelona donde continuó su labor. Al final de la guerra pudo exiliarse a Francia desde donde partió para Méjico en el vapor Sinaia fletado por el SERE. Bueno quedó en Madrid y fue detenido y poco después fusilado. El padre de Gondi huyo a los montes y colaboró con el maquis. Gondi rehizo su carrera en Méjico, trabajó en los Estados Unidos y ofició de representante de la ONU en Israel para asuntos latinoamericanos. Murió en 1992. Su obra más conocida son las crónicas de la Guerra Civil en Asturias publicadas en Avance.
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Juan González Olmedilla. (1893-1972) Este periodista sevillano había colaborado con prácticamente todo tipo de prensa, dado su carácter de intelectual y poeta. Pertenecía a la Asociación de Prensa y desde 1924 era el analista político habitual del Heraldo de Madrid. Al inicio de la guerra (hay varias imágenes de Olmedilla en el asalto al Cuartel de la Montaña), colaboró con entusiasmo en la creación de las Milicias de la Prensa. Participó con Miaja en la fallida campaña de Córdoba al que profesaba admiración. El transcurso de la guerra, pero sobre todo, la represión republicana en Madrid, donde para sobrevivir era muy conveniente afiliarse a partidos y sindicatos obreros, desmoralizaron a muchos periodistas, entre los que se encontraba Olmedilla, y el propio Chaves Nogales. Y así un grupo de ellos se exilió a Francia en noviembre de 1936, partiendo Olmedilla para Argentina donde rehizo su carrera profesional.
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Clemente Gutiérrez Cimorra Asturiano y nacido también en 1900 como Cabezas, aunque de otra raza y de otro palo. Su familia tenía recursos para que el chico estudiara y por ese motivo se trasladó toda la familia a Madrid. Durante su servicio militar hubo de pelear en África contra las fuerzas de la República del Rif comandadas por su presidente Abd El Krim. Parece que se le distinguió por su actuación como telegrafista en el desembarco de Alhucemas. Sus primeros pasos como periodista radical pronto dieron que hablar, haciéndole un hueco en las tertulias pro republicanas. Cogió amistad con el propio Indalecio prieto y con Álvaro de Albornoz y se afilió a la Alianza de Antifascistas para la Defensa de la Cultura. Colaboró con su hermano Eusebio en proyectos dramáticos. Durante la guerra se hizo militante del PCE y trabajo como cronista (corresponsal de guerra, decimos hoy) del periódico Mundo Obrero. Incorporado al Ejército Popular como técnico de transmisiones, donde alcanza el grado de capitán de Ingenieros. Actuó en los frentes de Andalucía, Madrid, y en la bolsa de Bielsa con la 43 división de Beltrán, El Esquinazau, acciones en todas ellas, donde no pierde su condición de cronista. Una parte de estas crónicas fueron publicadas en Valencia con el título de "Crónicas de guerra" y "Los Héroes del Pirineo español". También publicó su famoso libro "España en las trincheras" en 1938. Al termino de la guerra, sabiendo lo que le esperaba si se quedaba, se exilió, afincándose en Buenos Aires, donde continuó su labor literaria hasta su muerte temprana en 1958. Ya se sabe que los exiliados tienden a morir jóvenes. Cimorra era un dandi, se dice que toda su vida lució un clavel rojo en la solapa. Como escritor, aparte de su vena social, también entendía de la gitanería y de sus cantes, motivo por el que llegó a ser casi tan famoso como por su prosa.
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Eusebio Gutiérrez Cimorra Hermano menor del anterior. Nacido en Madrid en 1908 dónde residía su acomodada familia, de origen asturiano, con motivo de que sus hijos pudieran estudiar. Opositó a Hacienda y siguió los pasos de su hermano mayor en cuanto a aficiones y pensamientos hasta que voló solo y sin parangón, pues se juntaba con artistas de mucho vuelo. Pronto llegó la guerra y con ella las decisiones más comprometidas. De la mano de Jesús Hernández, peso pesado cultural del PCE en guerra, ingresó en el PCE y fue nombrado redactor del Mundo Obrero. Llego a ser Comisario de Cuerpo en el Grupo de Ejércitos de la Región Centro. Con la derrota y con estos antecedentes, como para quedarse a esperar que lo fusilasen. Así que en 1939 salió de Valencia rumbo a Oran desde donde recibió permiso para marchar a Moscú, donde fundó la edición en castellano de Radio Moscú (No confundir con Radio España Independiente, la Pirenaica) donde se hizo popular por sus programas radiofónicos. Regresó a España en 1977 y rápidamente, dada su valía, le cogió el pulso a la transición española colaborando en revistas, fundando una agencia de prensa, y hasta solicitando el ingreso en Hacienda. Aun escribió libros y ensayos, pues Eusebio tuvo larga vida todavía en España, murió en 2007 a los 98.
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Valentín Gutiérrez de Miguel Este periodista fue redactor de El Sol, y también de El Socialista, con el gran Zuga, Cruz Salido y Federico Angulo. Con la guerra se alistó en las milicias socialistas, en concreto el batallón de Artes gráficas. Ya en el Ejército Popular, llegó a mayor de milicias con mando sobre la 112 Brigada Mixta. En junio de 1938 fue relevado del mando. Al final de la guerra fue capturado, condenado a muerte y tras el brutal periodo de espera de sentencia (en algunos casos casi un año) su pena fue conmutada por treinta años de los que cumplió parte. Como Marcos Ana y otros muchos, en prisión perdió sus primaveras...
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Eduardo de Guzmán Espinosa El gran Eduardo Guzmán, es probablemente el periodista más destacado del movimiento anarquista. Un hombre de cuajo y honesto a carta cabal, nada sectario y de verbo excelente, al que la vida y la historia le cayeron encima como una losa, y de la que gracias a su capacidad y pundonor pudo remontar con matricula de honor. Había nacido Eduardo en 1908 (de la quinta de los grandes periodistas) en Villada (Palencia). Su padre era abogado y su madre maestra, lo que nos hace suponer que en su hogar ingresaban los dos cosas fundamentales para la vida: recursos económicos y educación y cultura. En 1918 murió el padre y la familia marcho a Valladolid y posteriormente a Madrid que sería la ciudad de Eduardo. Eduardo se incorporó al diario La Tierra y pronto sería redactor jefe. Este periódico era republicano radical e izquierdista y en el escribían plumas muy aceradas, cogiendo pronto buena fama en unos ambientes y muy mala en otros. En 1931 se afilió a la CNT, que no abandonaría jamás. El caso es que Eduardo destacó pronto por sus reportajes in situ sobre la agitada España de la II República. Destacando el realizado sobre los sucesos de Casa Viejas. Con la llegada del bienio negro, los días de la Tierra estaban contados y efectivamente en 1935 el periódico fue cerrado. Pero Eduardo se pasó a La Libertad, cabecera que ya se había librado de las garras de March y era declaradamente partidario del recién estrenado Frente Popular. También colaboraba en Frente Libertario. Al estallido de la guerra compuso vibrantes crónicas que posteriormente publicaría en Madrid, Rojo y Negro. En 1937, pasó a la nueva publicación Castilla Libre, órgano de la CNT del Centro. La guerra siguió su triste curso y al final, Eduardo de Guzmán apoyó el golpe de Casado y con el mundo hundiéndose a su pies marchó como miles de madrileños que sabían lo que les esperaba, marchó, digo, para el puerto de Alicante, donde los casadistas habían dicho, sin ningún fundamento, que los ingleses protegerían el embarque de republicanos significados. Los que pasaron por ese trance en el puerto de Alicante, no tienen palabras para describir lo que allí ocurrió, en la brutal desesperación de los cuadros y militantes de lo que había sido el Frente Popular, el Ejército y los órganos de gobierno, que llevó al suicidio colectivo a decenas de republicanos, incapaces de soportar, lo que les esperaba si eran prendidos: palizas, humillaciones, saqueo y muerte. Eduardo pasó al campo de concentración de Los Almendros, tras ser convenientemente saqueado por una parte de la tropa franquista. Después Albatera, y cuando los franquistas fueron capaces de organizar aquella multitud de presos, trasladados a los centros carcelarios de Madrid, ignominiosos lugares de interrogatorio y tortura. En enero de 1940 fue sometido a consejo de guerra colectivo, sumarísimo y de urgencia (¿urgencia, en el año 40?), en el que también estaba Miguel Hernández. El crimen de Eduardo fue ser redactor de La Tierra Y Castilla Libre. La pena, la de muerte. Más claro, amigos, no puede estar. Franquismo puro y duro. A muerte con los periodistas de izquierdas. Familiares, amigos y compañeros, como en toda España, a buscar avales, conocidos, etc... para salvar la vida de Eduardo. En 1941 fue indultado y trasladado a cumplir la perpetúa, parando en la cárcel de Santa Rita. Recuperó la libertad en 1948 pero se le inhabilitó a perpetuidad para su profesión. O sea a pasar hambre. Eduardo se buscó la vida, y como muchos otros escritores y periodistas republicanos inhabilitados, encontró sustento, mal pagado, pero sustento, en las novelillas de kiosco, de las que llegó a escribir más de 400, policíacas y del Oeste. Todos firmaban con pseudónimo, y de la decena que tuvo Eduardo, el más parecido a su nombre fue Edward Goodman. Del que por cierto todavía se ven algunas en la Cuesta de Moyano. El final de Franquismo y el inicio de la transición abrieron una nueva época, donde Eduardo comenzó a publicar en revistas de historia, Tiempo de Historia, Historia y Vida y también inició la publicación de sus novelas y ensayos. Destacando, Nosotros los asesinos, El año de la Victoria, el mismo Madrid, Rojo y Negro, La muerte de la esperanza, etc... El reconocimiento verdadero le llegó a partir del año 1978. Año desde el cual y hasta 1991, cuando murió, Eduardo de Guzmán, fue periodista y escritor respetado por todos y en todo caso admirado por muchos, entre los que me encuentro pese a no compartir las ideas que Eduardo de Guzmán siempre representó tan honestamente.
Imagen: Eduardo de Guzmán dibujado por el escenógrafo Gallo en la cárcel de Santa Rita en agosto de 1940. Artículos: Un millón de presos políticos y doscientos mil muertos en España Cipriano Mera. La muerte de un combatiente libertario Febrero, 1936. El triunfo del Frente Popular |
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Mariano de Guzmán Espinosa Hermano del anterior. Trabajaba en el diario Castilla Libre. Fue detenido al final de la guerra y aunque su sumario fue sobreseído según contó su hermano, le dio igual, fue encerrado en el campo de concentración de Naclares de Oca. |
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Eduardo Haro Delage Marino retirado y metido a literato que fue subdirector de “La Libertad”. Al terminar la guerra fue procesado y condenado a muerte. Afortunadamente, su familia consiguió un indulto que le salvó la vida y le postró unos años en la cárcel. Los Haro son una familia de periodistas y escritores de raza, que entre Eduardo padre, Eduardo hijo y Eduardo nieto, han llenado de razones la prensa española del siglo pasado y del presente.
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Antonio Hermosilla Rodriguez Era funcionario de correos en excedencia y ejercía de periodista. Cuando el periódico La Libertad comprado por Juan March en 1924 para sus cacicadas fue vendido en julio de 1934 a otros accionistas que orientaron la publicación hacia la izquierda, El director conservador, muy conocido, Joaquín Aznar dejó de serlo para dedicarse al gabinete de prensa del presidente del gobierno Alejandro Lerroux y en su lugar se puso a Antonio Hermosilla que no era, según dijo Eduardo Guzmán, un gran escritor pero si un gran director que llevó el periódico por buenos derroteros triplicando, dicen, su tirada. Al final de la guerra se refugio en la embajada de Chile. Junto con una docena de artistas y periodistas republicanos que no habían podido huir (1). Tras laboriosas gestiones con las autoridades franquistas en octubre de 1939 varios de los asilados entre los que se encontraba Hermosilla pudieron exiliarse. En la embajada estaba refugiado también un estudiante de 18 años, Luis Hermosilla, que quizá era hijo de Antonio y que probablemente no pudo salir con su padre por la negativa de las autoridades militares a dejar salir a nadie que no hubiera cumplido el servicio militar. Es una teoría. (1) Estos eran los refugiados en la embajada de Chile en abril de 1939:
Antonio Aparicio Herrero, escritor, 22 años Edmundo Barbero, artista, 39 años José Campos Arteaga, estudiante, 24 años Fernando Echeverría Barrio, arquitecto, 40 años Pablo de la Fuente, escritor, 33 años José García Rosado, médico, 28 años Luciano García Ruiz, abogado, 33 años Antonio Hermosilla Rodríguez, periodista, 54 años Luis Hermosilla Cívico, estudiante, 18 años Antonio de Lezama, periodista, 57 años Santiago Ontañón Fernández, artista, 35 años Eusebio Rebollo Esquevillas, contable, 24 años Aurelio Romeo del Valle, abogado, 26 años Julio Romeo del Valle, estudiante, 24 años Esteban Rodríguez de Gregorio, médico, 26 años Arturo Soria y Espinoza, abogado, 31 años Luis Vallejo y Vallejo, médico, 31 años
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Jesús Izcaray Cebriano. Escritor y profesional del periodismo, nacido en Bejar en 1908 de madre soltera. Los negocios familiares (una fonda familiar que regentaba su tía) le permitieron estudiar bajo su tutela, pero el cambio del negocio a Madrid devino en la práctica ruina familiar. Aunque la capital marcó a Jesús dándole aficiones literarias que es siempre como se empieza a ser periodista de vocación. La familia se trasladó a Burgos donde vivían casadas las hermanas de Jesús. Quien se leyó la biblioteca municipal. En 1929 hubo de hacer la mili y queriendo volver a Madrid, se presentó voluntario en un regimiento de la capital. Como llevaba cartas de recomendación (en aquel tiempo imprescindibles para entrar a trabajar en oficios) se colocó de meritorio en el Imparcial (meritorios, trabajar sin cobrar apenas, a la espera de un puesto, más o menos como los becarios de ahora). A partir de aquí la cosa fue sobre ruedas, pues el chico valía. Trabajó también para los mejores diarios de Madrid, la Voz y EL Sol. Había iniciado su carrera a los 21 años y a los 28 ya fue redactor jefe del Mundo Obrero. Con la guerra y tras colaborar en varias revistas, como el todavía "Ahora" de Manuel Chaves Nogales, en noviembre, pasó a la plantilla de Mundo Obrero, cabecera del que al poco sería nombrado redactor jefe. Izcaray compuso unas crónicas de la defensa de Madrid en colaboración con Clemente Cimorra y Mariano Perla, tan buenas, que cuando se publicaron juntas en 1938, fueron premiadas con el Premio Nacional de Literatura. A medida que la guerra se hacía más próxima, la militancia de Izcaray se radicalizaba y del socialismo de izquierdas que profesaba de siempre pasó a comunista. Fue esta una conversión bastante multitudinaria durante la guerra, reacción legitima ante la radical extravagancia revolucionaria que les acometió a muchos de los que se decían defensores de la República, cosa que al PCE, para bien o para mal, no le ocurrió, recibiendo la militancia de militares, profesionales y cuadros de otras organizaciones y de independientes. Al final de la guerra se exilio a Francia como otro medio millón de republicanos. Izcaray fue uno de los 1600 republicanos que a bordo del Sinaia recaló en Veracruz, Méjico tras una azarosa travesía, obligada por cierto, pues nadie quería admitir a miles de republicanos, rojos derrotados, en su país. Todos, menos Méjico. En el puerto les esperaban decenas de españoles encabezados por el Doctor Negrín, y también miles de entusiastas mejicanos. Al parecer, Izcaray, miembro del Partido Comunista llevaba el encargo de fundar un periódico que aunase alrededor del PCE a la emigración republicana. Lo que era harto difícil, pues todo el mundo venía escaldado de la guerra. El caso es que Izcaray paso seis años en Méjico ejerciendo de periodista local y por debajo de sus evidentes méritos, hasta que el Partido le llamó para una misión en el interior de España, probablemente servir de enlace entre el aparato del partido y la guerrilla, además de dinamizar la prensa guerrillera con nueva sabia. El cambio de estrategia del PCE lo devolvió a Francia, donde residió hasta 1976 encargado de la redacción del Mundo Obrero clandestino. En España desarrolló grandes labores políticas, periodísticas y literarias y aunque le fue reconocido cierto mérito, los años de oscuridad nunca son en vano y las élites literarias del país, aunque iban de progres, eso de contemporizar con escritores del exilio, comunistas y sobre todo combativos, les daba puritita alergia. Y lo mismo le paso a los pintores, escultores y poetas. Y es que las peores sorpresas del régimen franquista siempre vienen después. El caso es que la obra literaria de Izcaray sigue sin reconocimiento, con el cuento ese de que es obra ideológica, o lo que es peor, que viene a ser galdosiana, eso que ya no se lleva, ¡uf!, episodios nacionales, que tostón, ¿todavía andamos así? Pues sí, todavía andamos así. Y ahora, más que nunca con el Marianato.
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Manuel Izquierdo. Nació en Madrid en 1913. Trabajo de obrero y pronto se concienció. Fue redactor de Mundo Obrero destacando en el periodismo precisamente al inicio de la guerra. Al fin de ésta fue encarcelado y condenado. Paso cinco años en las cárceles franquistas. Finalmente se exilió. Izquierdo escribió poesía, teatro, novela y ensayo. Destaca "Los largos años del resurgimiento", autobiográfica del final de la guerra.
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Ángel María de Lera (Baides, 1912 - Madrid, 1984) Escritor y periodista español. Su obra se sitúa dentro de la corriente del realismo de posguerra, con una fuerte carga social y un acentuado dramatismo. Hijo de un médico rural, Lera inició sus estudios de Humanidades en el Seminario de Vitoria. Una crisis de fe truncó su vocación religiosa y motivó su viaje a Andalucía, donde emprendió los estudios de Derecho en la Universidad de Granada, que quedaron interrumpidos con la llegada de la guerra civil. Por su apoyo a la causa republicana como redactor del El Sindicalista estuvo condenado a muerte y tras la conmutación a treinta años, encarcelado entre 1939 y 1947. Al salir de prisión, alternó diferentes oficios hasta dedicarse por entero al periodismo. Aparte de sus numerosas colaboraciones en periódicos y revistas, se reveló como novelista, alcanzando un gran éxito de público y crítica -principalmente a raíz de la consecución del Premio Álvarez Quintero y del Premio de la Real Academia- con Los olvidados (1957), Los clarines del miedo (1958), La boda (1959), Bochorno (1960), Trampa (1962), Hemos perdido el sol (1963) y Tierra para morir (1964), obra, esta última, que obtuvo el Premio Pérez Galdós. Tanto Hemos perdido el sol como Tierra para morir describen el imparable éxodo de emigrantes españoles al resto de países europeos tras el enfrentamiento civil, y exponen uno de los principales problemas inherentes a dicha diáspora: el de la irremediable despoblación de los campos españoles. Considerado como un autor políticamente comprometido, criticó el esteticismo literario de los escritores encerrados en su torre de marfil, y se sirvió de sus obras tanto para definir su ideal de justicia social como para reclamar la libertad más absoluta para los escritores.
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Antonio De Lezama y
González del Campillo Como sus apellidos indican Antonio de Lezama proviene de una familia vasca de antiguo linaje. Nació en Álava en 1882. Su actividad periodística es amplia aunque se destaca su etapa como subdirector de La Libertad, periódico fundado por Luis de Oteiza. Según afirma De Guzmán, «Después del primero de abril de 1939 sólo dos informadores pudieron abandonar España: Antonio Hermosilla y Antonio de Lezama, director y uno de los subdirectores de La Libertad, que encontraron asilo en la embajada de Chile, única que admitió a medio centenar de refugiados republicanos» (1973: 174). Al acabar la guerra Antonio de Lezama y un grupo de intelectuales se refugian en la embajada chilena en Madrid donde permanecerán 19 meses hasta que el régimen franquista les otorgará un salvoconducto de salida en noviembre de 1940. «Como una forma de mantenerse activos, inician la publicación de un periódico llamado El Corneta, con contenidos claramente antifranquistas, del cual hubo más de trescientos números. De la misma forma dieron luz a la revista semanal Luna, denominada y reconocida como "la primera revista cultural del exilio español", y que tuvo 30 números, entre noviembre de 1939 y junio de 1940». La revista Luna, que se publicará entre noviembre de 1939 y junio de 1940, se caracterizará por su ideología antifascista y su lucha por la libertad, pero sobre todo por su extraordinaria calidad artística como revista cultural, en contraste con el vacío provocado tras la guerra por la represión franquista. Después de 30 años de exilio en Chile Antonio de Lezama regresará a España a la edad de 90 años. Fuente: Literal. Memoria y trauma en los testimonios de la represión franquista.
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Ana María Martínez
Sagi Periodista y deportista libertaria de carácter polifacético de familia adinerada, feminista y luchadora por las causas de la humanidad. Dicen que el personaje lo sacó de la larga noche franquista del olvido, el escritor Juan Manuel de Prada, habitual colaborador en sus tiempos de la emisoras pro franquistas. Bueno pues gracias. Martínez Sagi tenía unas cualidades excepcionales para el deporte y destacó en todos los que practicó, siendo campeona nacional de lanzamiento de Jabalina. Esta afición deportiva le llevó a convertirse en reportera deportiva colaborando en la semanaria La Rambla, del que era fundador el propio presidente del Barça, Josep Sunyol, politico republicano (ERC) (1). Martínez Sagi fue la primera mujer en formar parte de una directiva futbolística. Donde al parecer apenas duró un año, para alivio de los miembros masculinos de la directiva del FC Barcelona. Martínez Sagi era un revolucionaria con ideas propias y una energía desmedida. Era valiente, comprometida y audaz. Sus trabajos y entrevistas llamaban la atención en las filas libertarias y de izquierda. Con el sufragio femenino fue intratable, pese a que una gran parte de los republicanos y de la izquierda no veía conveniente dar el voto a las mujeres en aquel momento tan temprano de la II República donde la Iglesia Católica gobernaba las cabezas de muchas de las futuras votantes. Martínez Segi no cedió un palmo en sus opiniones. Según se acercaba la rebelión derechista, Martínez Segi se fue decantando por los libertarios y sus propuestas de construir un mundo nuevo para los desheredados. De hecho, en el verano de 1936 se fue con ellos al frente de Aragón desde donde informó a la prensa catalana. Con la caída de Barcelona, salió para el exilio con medio millón de compatriotas. Malvivió en Paris y otras ciudades francesas, encontrando los peores trabajos que los franceses reservaban a los refugiados españoles. La invasión alemana le llevó a la Resistencia franco-española y tuvo auténticos lances con la Gestapo donde salvó la vida gracias a su arrojo. Como otros españoles se salvó de la indigencia dibujando y pintando en la calle (2). Estas actividades le dieron cierto acomodo financiero y amistadas con mecenas y pudo así marchar a América. En Francia había seguido escribiendo poesía en su refugio de La Provenza. Fue desgraciada en amores, pues la mujer de su vida, la crítica de poesía, Elisabeth Mulder, tras mantener una relación apasionada, se asustó pensando en marido y sus hijos y rompió la relación, dejando a Ana maría bastante maltrecha sobre el inicio de los años 30. (1) Sunyol fue fusilado por los franquistas. (2) Como Vivancos el comandante de la 25 División, que tuvo cierto renombre como pintor naif en Paris. |
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Federico Melchor (1915-1985) Periodista madrileño colaborador de Renovación y Claridad que pertenecía a las Juventudes Socialistas y posteriormente a las JSU, terminando por militar en el PCE. Fue Director General de propaganda en uno de los gobiernos de Negrín. En el exilio fue director de Mundo Obrero. Regresó a España tras la democracia. Participó activamente en el paso de Mundo Obrero de clandestino a legal. Para ello se habían recolectado durante dos años 200 millones, y en 1978 y con la bendición de Carrillo, Melchor se lanzó a la aventura empresarial de un Mundo Obrero legal, comercial y controlado por Carrillo. La aventura apenas duro unos meses. Y fue una ruina. Mundo Obrero pasó a semanal y se despidieron a 100 personas. Melchor Murió en 1985.
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Jaime Menéndez Jaime Menéndez, conocido como El Chato, nació en 1901 en Asturias, en concreto en el concejo de Salas. En su infancia sufrió un accidente en el que se rompió el tabique nasal que le caracterizará y que dará lugar a su apodo, El Chato. Siguiendo la tradición asturiana, emigra con sus hermanos a América, concretamente a La Habana, Cuba, donde trabaja en unos almacenes y por las noches estudia Periodismo. En 1924 se traslada a Nueva York, aprende inglés y se le contrata de redactor del diario en castellano La Prensa, del que llegará a director. En 1928 consigue trabajo de redactor en The New York Times donde se desenvuelve en el área internacional con gran soltura. Dos años después El Universal de Venezuela le requiere para que colabore con artículos de política internacional. Y otros dos años después regresa a Madrid para realizar una serie de reportajes que acerque España a los americanos. Realiza también un viaje a la Alemania nazi y va generándosele una serie de ideas que plasma en su libro, publicado en 1934, "Vísperas de la catástrofe". Durante este tiempo y ya asentado como periodista en los cenáculos de Madrid, donde comparte tertulia con periodistas afamados, lo que le abre las puertas a colaboraciones con todo tipo de cabeceras. Sus preferencias políticas se decantan por el Partido Comunista y a la Alianza de Escritores e Intelectuales Antifascistas. La guerra le moviliza en todos los sentidos, y ya avanzada es nombrado Comisario Político. También se hace cargo de la Dirección de El Sol. Con el final de la guerra huye a Alicante donde es detenido y encarcelado. Condenado a 20 años de cárcel, es indultado en 1944. Sobrevive en Madrid con traducciones y clases de Inglés. Acepta ser secretario en la oficina de prensa de la embajada USA, pero los falangistas se lo ponen cada vez más difícil, así que decide aceptar la oferta de un compañero para que se traslada a Tánger y sea redactor del diario España, dónde coincide con Juan Antonio Cabezas, que se encontraba allí en el mismo caso. Gracias a su dominio del inglés, colabora como corresponsal con las principales agencias de prensa americanas. En 1957 puede regresar a Madrid, donde ejerce de periodista experto en temas internacionales y donde se le reconoce su valía profesional, encontrando trabajos y colaboraciones de su talla. Asiste a tertulias y reuniones donde se conspira contra el régimen. En 1969 fallece en Madrid. Familiares suyos tratan de rescatar su memoria.
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Narcis Molins i Fábrega Molins i Fabrega nació en 1910 en un pueblo de Gerona (Beuda). Hijo de obreros, se colocó en Barcelona de aprendiz de pastelero (las llamadas Artes blancas). Aprendió a leer y realmente a escribir sacando horas libres a su dura y larga jornada de trabajo. Eran los años del sindicalismo amarillo (pistolerismo), donde significarse suponía inmediato peligro de muerte. Pero Narcis era un joven de grandes inquietudes vitales y con gran curiosidad ante la vida. Este autodidactismo, tan militante en el fondo, tenía sus ventajas y sus inconvenientes, pues como el lector supone, los estudios reglados dan al estudiante, cánones que aceleran su aprendizaje y lo racionalizan, mientras que el autodidactismo da viveza al aprendizaje pero puede desorientarlo y prolongar innecesariamente sus estudios. El resultado fue que Narcis se inclinó por el periodismo, profesión de la que disfrutó muchísimo y en la que a veces resultaba un poco sobrado. A principios de los treinta encontró, por fin trabajo en La Nau, cabecera que dirigía el historiador Antonio Rovira. Desde esa atalaya, Molins se creció en actos y opiniones lo que le costo disgustos y detenciones. Represión que no sólo no le amilanó sino que le abrió las puertas de otros diarios republicanos, como L´Opiniò y La Humanitat, cabecera, esta última fundada por Companys. Con la llegada de la II República, la cosa se animó aún más, y dejando el Bloque Obrero y Campesino, se pasó a Izquierda Comunista, organización donde militaba Andreu Nin, al que había conocido en la cárcel y con el congeniaba política y personalmente. Molins era una bellísima persona, pero en cuestiones políticas era un fanático y un intransigente y era conocido en todas las redacciones donde trabajó, precisamente por la dureza y exposición de sus argumentos. Tras la revolución de Octubre del 34, Molins, que oficiaba en solitario en La Humanitat, pues Companys y redactores habían sido detenidos, tuvo fuertes enfrentamientos con los dueños del periódico y estuvo a punto de dar con sus huesos en la calle, de no terciar Companys desde la cárcel. La cuestión era que Molins escribía durísimos artículos contra el gobierno del bienio negro. En 1935 publica un libro extraordinario: UHP. La insurrección proletaria de Asturias, que no tuvo mucho éxito al ser publicado en catalán. Pero que es una de las crónicas más interesantes y menos citadas de aquellos hechos. Molins, que viajó a posteriori al lugar de los hechos, reconstruyó con pasmosa paciencia y con increíble metodología, los terribles acontecimientos que perturbaron a todo España. En 1977 se publicó por primera vez el libro en castellano por la editorial Júcar, e iba prologado por el experto en temas del POUM, Wilebaldo Solano, al que se le deben la mayor parte de las biografías de los hombres del POUM, incluida esta. Con la fundación del POUM y tras ser elegido miembro del Comité Ejecutivo, Molins se hizo cargo del diario Avant y posteriormente fue redactor jefe de La Batalla, donde tenía por compañero a José Escuder y de director a Víctor Alba. Con los sucesos de mayo de 1937, el POUM y La Batalla son clausurados, los miembros del POUM detenidos, maltratados y Nin asesinado por agentes soviéticos. Los militantes del POUM pasaron a la clandestinidad. Molins fue enviado a Francia para recabar apoyos al maltrecho POUM y sus militantes. Molins ya no volvió y terminó en Méjico tras la invasión nazi. Sobrevivió con proyectos muy imaginativos como el libro Campos de concentración, que a medias con los dibujos del personal artista Bartoli, tuvo gran difusión. Molins murió de larga y cruel enfermedad en 1964 a los 54 años.
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Federico de la Morena Bilbao Redactor del Heraldo de Madrid. Detenido al terminar la guerra y condenado a muerte. La pena le fue conmutada por la de treinta años, siendo indultado tras varios años en prisión.
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José Luis Moreno Redactor de El Sol que fue condenado a muerte tras finalizar al guerra. Le fue conmutada la pena por treinta años.
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Cesar Muñoz Arconada Este palentino de pro, nacido en 1898 y muerto en Moscú en 1964 y que perteneció a la generación del 27, fue escritor y periodista y dejó crónicas y romances de la guerra en Asturias. Era hijo del gremio, pues su padre era periodista también. Arconada se desató como artista desde joven, crítico musical, poeta, biógrafo (famosa fue su biografía de la divina Greta Garbo). Pero en la vida hay que alimentarse y para poder vivir Arconada opositó a Correos, donde por cierto conoció al líder fascista Ramiro Ledesma Ramos, del que no se le pegó nada. A caballo de la la poesía y la crítica, Arconada llegó a redactor jefe de la La Gaceta literaria que fue cabecera bien expresiva de la generación del 27, donde convivían artistas de todo pelaje en eso de las vanguardias y que algunas veces se resume en cultivada extravagancia y desden social. Este no era el caso de nuestro protagonista. El compromiso intelectual de Arconada le llevó al compromiso social, viaje que todo escritor realiza tarde o temprano. Fue quizá un compromiso algo tardío y ello explica, así mismo, la radical opción que tomó. Decidido a participar del nuevo mundo que en España parecía alborear en 1931, ingresa en el Partido Comunista. Esta decisión le aparta de muchas publicaciones que suple poniéndose a colaborar en las revistas y diarios de izquierda, principalmente Octubre, Mundo Obrero, Nueva Cultura y Leviatán. Colaboraciones que no son ajenas a la intercesión de Alberti y Teresa León, recién "confirmados" tras su viaje a la Unión Soviética. La llegada del bienio negro marcó a muchas publicaciones, que fueron cesadas, como Octubre, pero Arconada no paraba de escribir, entre 1933 y 1934 sacó dos novelas cuyos títulos ya daban pistas, Los pobres contra los ricos, y Reparto de tierras. Donde plasmaba con acierto, el resurgir y las esperanzas del eternamente agraviado, campesino español. La llegada de la guerra encuentra a un escritor sólidamente formado y que tras haber colaborado con decenas de revistas de vida fugaz está preparado para sus obras de madurez. pero la guerra trastocó a todos los artistas, plásticos, literarios, escénicos... Encontrábase Cesar en Irún por motivos laborales (oficial de Correos) cuando estalló la rebelión. Arconada participó en su defensa incorporándose luego al frente de Oviedo donde ofició como corresponsal del Mundo Obrero, motivo por el que está aquí reseñado. Tras la caída del Norte regresa a Madrid, donde bajo de moral, se concentra en su próxima novela, Río Tajo, y tanto se concentró que compartió premió Nacional de Literatura en 1938 con Herrera "Petere" por su novela Acero en Madrid. Tras la guerra se exilió a Moscú donde desarrolló una gran labor literaria de divulgación de la literatura española. Aún escribió nuevos trabajos que no creo sean publicados en España, dado el poco interés que hay por nuestro dramático pasado inmediato.
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Manuel Navarro Ballesteros Manuel fue director de Mundo Obrero y de su escuela de periodismo. Manuel Navarro provenía de una familia socialmente muy concienciada, donde todos los hermanos participaron en la defensa de la República, sufriendo cárcel, persecución, malos tratos y hasta la muerte. Miembro del PCE, Manuel fue otro periodista autodidacta que inició su carrera en Estampa, EL Sol y finalmente en Mundo Obrero del que llegó a ser director. Fue también presidente de la Agrupación de Prensa de Madrid, que en aquellos tiempos, entre otras cosas, editaba La Hoja del Lunes. Al final de la guerra fue encarcelado, condenado a muerte y fusilado. El pertenecer a periódicos combativos, como Avance, Mundo Obrero, El Socialista, etc..., marcaba la diferencia a la hora de indultar a un periodista condenado a muerte.
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Carmen Eva Nelken (Magda Donato) Hermana menor de La Nelken nacida en Madrid en 1902. Inició su andadura periodística en El Imparcial, con reportajes un tanto sensacionalistas. Posteriormente se dedicó al teatro tanto como autora como actriz con su compañero, el dibujante Bertolozzi, y la propia Xirgú. Magda había publicado en 1924 una interesante novela corta "La carabina", donde se denunciaban las numerosas injusticias que la mujer sufría (y sufre) en esa España alfonsina, y en las que la siguieron, República incluida, por desgracia. Del franquismo, sin comentarios.
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Margarita Nelken (1896-1968) periodista, escritora y política madrileña que desde joven se preocupó por la condición social de la mujer. Como militante socialista, fue elegida diputada por Badajoz en las tres Cortes de la República. En principió fue acérrima defensora de la política de Largo Caballero, opción que abandonó para ingresar en el Partido Comunista dónde se distinguió por su activa militancia y cierta radicalidad de planteamientos. Se exilió a Méjico. En los últimos años de su vida evolucionó mucho ideológicamente. Es una de las grandes olvidadas de la GCe.
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Lino Novas Calvo A los pocos años de nacer (1903), la familia de este escritor gallego, emigró a Cuba. La influencia americana en Cuba era enorme y todos los emprendedores comprendían que sin saber inglés no se iba a ninguna parte. Por ello Lino Novas estudió inglés con ahínco, llegando a traducir con facilidad novelistas americanos. En 1931 se dirigió a España para oficiar de corresponsal para la revista cubana Orbe. En España era un desconocido y tuvo periodos duros de casi al borde de la indigencia. Tuvo cierta inclinación hacia las ideas anarquistas y movió el cuerpo a París y luego a Barcelona. La rebelión militar le pillo en el Norte mientras recogía información para un reportaje sobre las cárceles españolas, pero pudo tomar el ultimo tren a Madrid. En Madrid y como muchos de sus conocidos colaboró con el 5º Regimiento y con el Socorro Rojo Internacional. Finalmente ingresó voluntario en la Brigada de Choque de Valentín González, donde estaba de Comisario, otro cubano, Pablo de la Torriente. De su antigua estancia en el Norte le vino una denuncia, pues fue acusado de haber denigrado a los mineros asturianos en la prensa. Las cosas se pusieron feas, pero todos los artistas afectos al 5º Regimiento acudieron en su defensa, quedando limpio de toda culpa. Pero para empeorar las cosas, Pablo de la Torriente murió en combate, y Lino entró en crisis. Así que consiguió permiso para marchar a Barcelona con su compañera. En 1939 cruzó la frontera de Francia y pudo volver a Cuba y retomar su carrera periodística y literaria, aunque el recuerdo de España afectaría fuertemente a su personalidad. Su trabajo literario le relacionó en Cuba con la intelectualidad de la isla e incluso con el mismo Hemingway con el que tenía gran amistad. La llegada de Fidel Castro perturbó su mente y en 1960 se asiló en la embajada de Colombia y poco después marcho para Miami donde animo los círculos intelectuales cubanos en el exilio hasta su muerte en 1983.
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Eduardo de Ontañón Lebantini Este poeta, escritor y periodista burgalés nació en 1904. Era hijo de periodista y librero local. Destacó muy pronto y tuvo prédica entre otros artistas. Muy temprano ya fundó la revista Parábola donde publicaba numerosos poemas En 1925 se casó con la maestra Soledad Peña Sáinz-Rozas que era cuatro años mayor. Unos años antes, Eduardo se había hecho cargo de la librería familiar. En 1928 consigue que le acepten colaboraciones en la Voz de Madrid y también en la revista gráfica Estampa, donde realiza bellos reportajes sobre su provincia natal. Alma de la intelectualidad burgalesa, donde destacan preclaros artistas como el malogrado músico Antonio José, crea la tertulia literaria "El Ciprés" en 1932. Ontañón y Antonio José mantenían una estrecha amistad y se sabe que el músico le dedicó una marcha humorística inacabada, llamada "Marcha para soldados de plomo", ballet inspirado en la colección de soldaditos de la que hacía gala Ontañón. Eduardo fue también miembro de la junta directiva del Ateneo Popular de Burgos. En 1935 traspasa la librería y se marchó a Madrid con la familia, donde su primer trabajo parece que fue de redactor jefe en el sensacionalista semanario La Linterna que había sido fundado meses antes. Como conocía a muchos de los literatos en ciernes que pululaban por Madrid, pronto entabló amistades que le permitieron pasar a formar parte de la plantilla de Estampa, al parecer, el haber promocionado la revista "Burgos gráfico" aumentó su consideración periodística. También colaboró en Ahora, los dos mejores revistas gráficas y propiedad de Luis Montiel en competencia con Blanco y Negro. Los artistas y periodistas necesitaban entonces estar pluriempleados para poder vivir medio decentemente. Esta marcha a Madrid le salvó la vida y la obra, pues sus amigos y artistas burgaleses, Antonio José y Luis Saiz, fueron irremediablemente fusilados y su obra olvidada y sus bienes expropiados por los cómplices de sus asesinatos. Con la guerra, Estampa cambia radicalmente de dirección y de contenido, y Ontañón gana protagonismo y entablará contacto con lo más granado de los periodistas militantes, Cimorra, Perla e Izcaray, donde todos ellos confluirán finalmente en Mundo Obrero, la Verdad, etc... Esto es periodismo militante y de guerra. En la redacción de Mundo Obrero, Eduardo conoce a Mada Carreño con la que se casará en 1938, ignoramos si Soledad Peña había muerto o se divorció con la ley republicana. El caso es que la pareja se traslada a Valencia para trabajar en La Verdad y en Hora de España. Al final de la guerra, de Valencia se trasladaron a Barcelona y de allí a Francia, Inglaterra y Méjico, por este orden. Ontañón también viajó a Veracruz en el Sinaia. En Méjico, Ontañón se integró pronto en El Nacional y en otras publicaciones. En 1941 fundó una editorial que le fue regular. Su vida no iba demasiado bien, estaba enfermo y además se separó de Mada Carreño. Regresó a España y fue mal recibido por sus familiares e hijos en parte con razón y en parte injusta. Murió en 1948 en un sanatorio de Madrid
Vea esta imagen de Ontañón y otros artistas en Burgos en 1932 |
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Antonio Otero Seco Antonio Otero, insigne periodista, escritor y poeta extremeño, nació en 1905 en Cabeza de Buey (Badajoz). Estudio dos carreras, Derecho en Sevilla y Granada y Filosofía en Madrid pues era estudiante aprovechado. En la veintena ya llevaba varias novelas publicadas, y a los 25 trabajaba de periodista en la propia capital primero en el Heraldo de Madrid y posteriormente, ya en plantilla, en El Diario de Madrid. En este periodo inmediatamente anterior a la guerra, Otero participa en la tertulia del café Pombo que era lo más de lo más en artes literarias. También conoce y se relaciona con los grandes, Lorca, Valle Inclán, Gómez de la Serna, etc... Es época creativa para Otero, como para todo el mundo, la Edad de Plata republicana, y donde nuestro protagonista escribirá poemas como Viaje al Sur, claras influencias lorquianas, al parecer. Justo antes de la guerra, Otero ficha por Mundo Gráfico, en el cual realiza la última entrevista a García Lorca antes de que lo asesinaran. Otero se significó en defensa de la legalidad, lo que significaba para un periodista firmar una amenazadora y futura sentencia de muerte aunque ellos no lo supieran, ¿pero quién iba a suponer que por defender la legalidad le fusilaban a uno?, ¿no debería ser al revés? La guerra cambió la carrera de todos los periodistas, Otero no fue una excepción. El periodismo de guerra obliga a militancias que en circunstancias normales pocos periodistas hubieran abordado. Otero vio entrar a los franquistas en Madrid y a la quinta columna salir a la calle de forma violenta y vengativa. Otero y su familia (se había casado en 1937, y ya tenía un hijo) intentaron la huida, pero fue detenido, desconocemos si en Madrid o en Alicante. La cosa es que se le condenó a muerte. Pena que le fue cambiada por Perpetua. A finales del 41 consigue la condicional y para sobrevivir, como muchos compañeros, escribe pamplinas heroicas con pseudónimo en la amordazada prensa franquista. No así con un par de obras de teatro, las cuales, hilando muy fino, consigue estrenar en Madrid y Barcelona, con el nombre de un amigo, que con mucha fortuna no había sido depurado. La posguerra franquista pasó factura ideológica a Otero. Se radicalizó y se unió a grupos antifranquistas clandestinos, con la consiguiente caída, detención y torturas. Otero tiene suerte, sus camaradas consiguen organizar su fuga sobornando a un guardia. Estamos en marzo de 1947 y Otero pasa a Francia en un especial exilio tardío, quizá más doloroso. En París consigue ayuda de sus compañeros periodistas exiliados desde 1939, especialmente de su amigo Jesús Izcaray. Metido de lleno en la militancia intelectual antifranquista, militando en la Agrupación de Periodistas Españoles en el Exilio. De esa época son los libros "El fin de la Esperanza" firmado por Juan Hermanos (Pseudónimo) novela de la que Otero no andaba lejos. También "Insomnio Español" de Víctor Alba. En 1952 Otero es nombrado lector de español en la universidad de Rennes, donde a pesar del pequeño puesto que le dieron, siempre le fue reconocida por la institución su valía, el capital de valentía que arrastraba por su condición de condenado muerte y preso del franquismo, y otro capital más personal que suponía haber conocido a Lorca, Machado, etc... En cualquier caso, este puesto donde garantizaba el cocido, le privó de su relación con el exilio intelectual español. Otero Murió en Paris en 1970
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Virgilio de la Pascua Trabajó en diario humorístico Madrid Cómico y posteriormente fue redactor de La Voz y de La Libertad. Era militante de Unión Republicana En julio de 1936 fue elegido subdirector del ABC republicano, con Augusto Vivero como director. La publicación paso a denominarse "Diario republicano de izquierdas" y se consideraba órgano oficioso de Unión Republicana. Como reservista del Ejército Popular mandaba un batallón de la retaguardia madrileña. Fue condenado a muerte al fin de la guerra pero algunos relatores afirman que se le conmutó la pena por cadena perpetua.
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Félix Paredes Poeta desde muy joven y de ideario anarquista, este artista y literato tocó muchos palos, pues era también compositor. Trabajo de redactor de La Libertad de tendencia cenetista. También colaboraba con otros periódicos como El Liberal y El Heraldo. Incluso colaboraba en la revista argentina Caras y Caretas. En 1935 se trasladó a Valencia tras un atentado contra La Libertad. Allí se incorporó a Fragua Social. Con la guerra desarrolló grandemente su militancia anarquista colaborando en decenas de publicaciones en esa línea. participó en la II Congreso Internacional de Escritores para la defensa de la Cultura como exponente de la poesía anarquista en la II República. Fue el poeta republicano del que más poemas se incluyeron en el conocido Romancero general de la Guerra de España, obra compilada por Emilio Prados. Su obra triunfaba en toda la España leal, en actos, obras de teatro, antologías y recitales. AL terminar la guerra fue hecho prisionero en el puerto de Alicante y junto con otros redactores de la Libertad, condenado a muerte. Como otros compañeros, colaboró con el semanario Redención órgano del Patronato Central para la Redención de las Penas por el Trabajo, con la esperanza de salvar la vida. Y lo consiguió. Fue indultado y excarcelado en 1944. Marchó para Madrid y se disolvió en la multitud de represaliados. No sabemos nada de su vida desde esa fecha. Otro artista al que la venganza de los vencedores destruyó, pero al menos salvó la vida, no como Carlos Bluff, el dibujante de La Traca, al que la colaboración con Redención no salvó la vida. |
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José Peirats Valls Castellonense nacido en 1908. Su infancia y su juventud trascurrieron en Hospitalet de Llobregat trabajando como obrero en diversos oficios, principalmente en la construcción. Era ya de la CNT en su adolescencia y su vena de periodista le vino pareja. Sufrió persecución durante la Dictadura de Primo de Rivera, pese a tener posturas más moderadas que la mayoría de sus compañeros. Fue especialmente señalado su enfrentamiento con el grupo faista de Los Solidarios a los que siempre consideró unos analfabetos políticos radicales. Era redactor en "La Soli". Con la rebelión militar y tras participar en los sucesos del 19 de julio en Barcelona, se alistó en la Columna Durruti combatiendo en el Frente de Aragón. Mantuvo posturas muy críticas con la colaboración anarquista en los gobiernos de Largo Caballero. Con la 26 División atravesó la frontera al final de la guerra y sufrió campos de concentración en Francia, hasta que pudo partir para Sudamérica. Regresó a Europa para ocuparse de la CNT clandestina y de un movimiento político llamado MLE (Movimiento Libertario Español). En Francia, de nuevo, fue Secretario General de la CNT, no dejando en ningún momento de redactar artículos, libros y conferencias. Su obra más conocida es "La CNT en la revolución española" con gran cantidad de datos de interés pero poca objetividad.
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Carlos Pérez Merino Redactor-jefe de Claridad |
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Mariano Perla Este periodista había nacido en Madrid en 1914, y dentro de la promoción del 30, era por tanto de los jóvenes. Fue redactor del El Sol. Se afilió bien temprano al PCE y colaboró en muchos proyectos editoriales con Cesar Falcón y Eusebio Cimorra, como el propio Mundo Obrero. Con la guerra se puso a trabajar en el aparato de propaganda del PCE destacando en la revista Nuevo Cinema. Al terminar la guerra se exilió a Argentina donde pronto trabajó en la profesión. Por cuestiones anecdóticas se orientó hacía la cinematografía, crítica y guiones que le abrieron nuevas perspectivas profesionales llegando a ser presentador en la TV argentina. Era miembro también del Centro republicano español, donde se encontraba con Castelao, Ossorio y Gallardo, o el mismo Clemente Cimorra. Con el paso del tiempo se distanció de sus antiguas ideas, consiguiendo nuevas colaboraciones, como la agencia EFE española. Lo que le valió duras críticas de sus antiguos correligionarios. Publicó algunos libros de carácter divulgativo: Oliverio Cromwell, Mac Arthur, Las ciudades antiguas, Los pieles rojas...
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Alard Prats i Beltrán (1903-1984) Alard Prats nació en el pueblo de Culla (Castellón) de una familia numerosa y de padre veterinario. Para aliviar los gastos, Alard se le cedió a su tío, mossén Joaquin, que le educó en la religión católica desde niño y que determinó finalmente que Alard estudiara en el seminario de Zaragoza y que perfeccionara estudios con una beca en la Universidad Gregoriana de Roma. Su mente fue evolucionando y quiso ser periodista. Gracias a sus protectores pudo ingresar en la escuela de periodismo de El Debate, el periódico de la prensa católica, encontrando su primer trabajo como tal en el Diario de Castellón, en el que llegó a redactor jefe. Desde aquí su ascensión fue imparable, fue corresponsal de grandes diarios europeos y autor de innumerables reportajes y entrevistas. En este viaje mental su ideología se actualizó también dejando atrás, como otros republicanos, su origen místico, para cabalgar sobre la izquierda más anticlerical y republicana. Un clásico de la evolución humana. Afincado en Madrid, siguió colaborando con El Sol y La Libertad y ampliando sus conocidos y conocimientos. Algunos de sus libros fueron muy sonados, como el famoso "Tres días con los endemoniados", sobre una ermita de Zorita (Castellón) donde se le había aparecido la virgen a un pastor, no al alcalde, ni al cabo de la Guardia Civil, ni al maestro, ¡al pastor! y donde aprovechando el tirón, las fuerzas religiosas locales y los caciques tenían montado un negocio pistonudo rescatando endemoniados de las guerras del Maligno. Pobres desgraciados que normalmente padecían enfermedades mentales o simples epilepsias, pero cuyas ignorantes familias se dejaban los cuartos y las fatigas creyendo en estas milongas beatiles. Parece que los rituales eran auténticos aquelarres tenebrosos que ponían los pelos de punta al más bragado. Tremendismo religioso y fanático que la República prohibió y que el propio gobierno local franquista de años después también prohibió. Esta España negra donde un cura estrafalario y loco te viola la mente si no otras partes y encima te cobra. Y no es que te cure, es que no vuelves a abrir la boca después de semejantes actos tremebundos. Cuando llegó la II República, Alard se puso a su servicio, como se decía entonces y fue nombrado gobernador civil de Zamora. Aunque para su suerte, le duró poco el puesto. Durante la guerra Civil fue nombrado Subdirector de Información de la Secretaría de Propaganda. Al termino de la guerra se exilió a Méjico donde se ganó la vida también como periodista |
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Julián Antonio Ramírez Republicano, militante del Partido Comunista y conocido por ser locutor y redactor de radio Paris edición en español, murió un catorce de abril reciente a los 91 años. Había nacido en 1916 en Donostia de una familia humilde de origen castellano. Eso no obstó para que el muchacho aprendiera euskera en el barrio de su infancia, la calle Astigarraga. El sacrificio de sus padres le permitió estudiar el bachillerato y asistir al conservatorio. Pero las cosas se torcieron y Julián hubo de ponerse a trabajar, y allí, en la roja Euskadi, pronto se topó en el trabajo con socialistas, comunistas y anarquistas y el chico se concienció bien temprano. La II República le vino de perillas, le dieron una beca para estudiar en Madrid. La cuantía económica era escasa y los estudios de Ingeniería Industrial salían muy caros. Julián rebajó sus expectativas, se puso a trabajar y pasó de ingeniería a peritaje, que eran tres años. Sus inquietudes políticas le llevaron a militar en la FUE (incansables activistas) y también en la UGT, pues el chico era estudiante y trabajador. A Julián le encantaba el cine y la música y además entendía. De modo que empezó a colaborar en publicaciones del tema aunque de escasa remuneración. también se juntó, vía FUE, con las Misiones Campesinas donde daba clases de aritmética a los campesinos y obreros de la "Universidad Popular". En el verano de 1936 se encontraba en su casa de San Sebastián pasando las vacaciones. Acudió al llamamiento de la FUE y se enroló en la columna de Jesús Larrañaga. Las vicisitudes del frente le llevaron Bilbao. Decide ingresar en el Partido Comunista y se une a las comisiones de Propaganda del partido y a su prensa. Formó parte del Consejo de Cultura del gobierno vasco. Se retiró a Santander con los restos del ejército del Norte, donde sigue ejerciendo las misma labor propagandística. En el triste final de la guerra en Asturias, el criminal crucero Cervera detiene su pequeño bou, pero aún así Julián consigue huir en compañía de otros republicanos y llegar a la Bretaña francesa. Desde allí pasa a Barcelona, donde sus camaradas del PC le reciben con los brazos abiertos. Se pone a trabajar en "Frente Rojo" y otros periódicos similares. La movilización general de 1938 le mandó a Ejército del Ebro. El mando le adscribe al Batallón del Talento, invento que consistía en meter a los artistas y escritores en una unidad de producción de propaganda. Con el Ejército del Ebro, Julián se va retirando hacia Francia. En el famoso campo de la ignominia de Argelés-Sur-Mer conoce a la que sería su compañera y esposa, Adelita del Campo. Bajo la tutela del estado francés es llevado al frente en un batallón de trabajo para hacer fortificaciones contra la avalancha alemana. Con la derrota de Francia, nuestra pareja pasa a la zona de Vichy donde siguen desarrollando labores de propaganda y artísticas. En 1944 es detenido por la policía francesa. Tras Normandía, encontramos a Julián combatiendo con la resistencia hasta la total expulsión de los nazis en Francia. El partido le envía a París con el equipo de Mundo Obrero en el exilio. Son años económicamente muy duros para la pareja y su hijo, donde ambos trabajan, además de militar, en lo que sale. Casualmente, Adelita ingresó en un grupo teatral radiofónico español de radio París. A partir de aquí todo fue más fácil. Inician las emisiones de Lengua española de Radio France. Lo que les cambia la vida y sobre todo la economía. Durante más de dos décadas emitieron a las once de la noche el programa en español, "Icí Paris..." donde se trataba todo lo referente al régimen de Franco y al exilio republicano, política, arte, entrevistas, crónicas, etc... Su fama les permitió participar y protagonizar innumerables iniciativas políticas y culturales alrededor del numeroso exilio francés. En los 70 pasó a España y desarrolló actividades del partido. La llegada de la democracia le permitió fijar su residencia en Mutxamel, en Alicante. En 2001 murió Adelita.
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Cayetano Redondo Aceña Ultimo director de El Socialista, fusilado al poco de terminar la guerra. Este probo segoviano fue un trabajador socialista que gracias a su notable militancia fue alcanzando puestos de responsabilidad en la UGT y en Partido Socialista. De profesión tipógrafo, gran profesión en los tiempos que corrían, destacó en su juventud presidiendo los órganos juveniles de la ASM. Fue director de El Socialista tras la dimisión de Andrés Saborit. En las elecciones municipales de abril de 1931 iba en las listas de la Conjunción Republicano Socialista y además de traer la II República, puso a nuestro personaje como teniente de alcalde del distrito de Universidad. Para las Cortes Constituyentes se presentó en las listas del PSOE, saliendo elegido naturalmente hasta las elecciones de 1933. Cuando Pedro Rico, a la sazón alcalde de Madrid al inicio de la guerra y que con los nervios rotos decidió huir de España temiendo que los anarquistas atentaran contra su vida tras el funesto episodio donde los hombres de Mera y miembros de la salvaje Columna del Rosal le amenazaron de muerte en Tarancón cuando partía para Valencia con el gobierno republicano, Cayetano Redondo, entregado militante donde los hubiera se hizo cargo de la alcaldía de Madrid el 8 de noviembre hasta el 23 de abril de 1937. Un tiempo donde el Ayuntamiento bien poco podía hacer por sus vecinos dado que la vida municipal había sido usurpada primero por sindicatos, partidos, milicias y demás, y luego por la Junta Delegada de Defensa de Madrid. El caso es que en abril de 1937 fue sustituido por Rafael Henche otro gran militante socialista capturado en Alicante y fusilado por Franco gracias a la conjura del coronel Casado. Redondo tuvo después distintos cargos donde destaca al final de la guerra el Comisariado del IX Cuerpo de Ejército del Ejército de Andalucía. Al final de la guerra fue detenido en Jaén y tras un cierto periplo carcelario, acabó en Madrid en la cárcel de Torrijos donde fue condenado a muerte y fusilado en mayo de 1940 contra las tapias del cementerio de la Almudena, como otros cuatro mil o más que pasaron por esas tapias. Sus familiares rescataron el cuerpo de la fosa común y lo enterraron junto a José Gómez Osorio, el ultimo Gobernador Civil de Madrid durante la República.
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Juan Rejano Porras Poeta y periodista republicano de la generación del 27 natural de Puente Genil trabajó para la prensa republicana hasta el final de la guerra. Desarrolló su vida literaria y política en Málaga donde dirigía "El Popular" Fue Secretario de Prensa del gobierno republicano en Málaga hasta su caída. Se exilió a Francia y posteriormente a Méjico donde destacó entre el Exilio como director de la revista "Romance". Estaba casado con la malagueña Carmen Marchal. Murió en Méjico antes de que pudiera volver a España.
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Lorenzo Rodero Era médico, pero prefirió dedicarse al periodismo humorístico y a las comedias. Trabajo para las revistas Madrid Cómico, Buen Humor o Nuevo Mundo. Periódicamente, publicaba sus libros humorísticos destacando La Risa de juicio en 1931, y en 1934, El ojo clínico y El pobrecito asesino (sexo y delincuencia). Al inició de la Guerra Civil se alistó voluntario y con la militarización ingresó en la Sanidad Militar con el grado de teniente médico. Nada sabemos de su paradero tras la guerra. |
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José Luis Salado. Era Director de La Voz |
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Fernando Sánchez Monreal Redactor del El Sol que se encontraba de corresponsal viajando por España cuando le cogió la rebelión fascista. Fue encarcelado y fusilado en Burgos en 1936 junto con su compañero y amigo Luis Díaz Carreño. Era el Alma Mater de la recién fundada Agencia Febus. Era de ideas democráticas, es decir, republicano liberal y de centro. Lo que no le sirvió de nada.
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Mariano Sánchez Roca Abogado y periodista subdirector del polémico diario La Tierra que tenía mala fama en ambas orillas de la política española prerrepublicana. Durante la guerra fue Subsecretario de Justicia con el ministro anarquista García Oliver. Parece que, sobre todo en las grandes capitales, Sánchez Roca acabó prácticamente con los paseos y asaltos a las cárceles republicanas. Se exilió a Cuba donde desarrolló importante labor editorial. En 1964 vivía en Francia.
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Diego San José de la Torre Diego San José nació en Madrid en 1884. De familia acomodada estudió en buenos colegios, sintiendo la llamada de las letras de tierna infancia. Siendo su principal afición nuestro Siglo de Oro del que llegó a ser un gran experto. La familia trató por todos los medios de que el chaval tomara otras inclinaciones más provechosas en la generalizada creencia (igual que hoy) de que las letras no dan de comer, salvo a los reptiles. Pero, como dice Chesterton, el carácter es el destino, y el pequeño Diego, se puso a la faena de la creación poética y literaria con gran pasión. A los 23 años ya estrenó una comedia. Y además, colaboraba en el Globo, La Mañana, ABC y El Imparcial. También publicó su primera novela: "Los hijosdalgo del Hampa". ¡Ahí es ná! El caso es que el joven se hace popular y tiene su propio publico, un especial publico que adora la novela romántica e histórica, que ahora se lleva tanto. La llegada de la República, a la que Diego se acoge con entusiasmo, proporciona al consagrado autor el puesto de Jefe de Prensa en la Dirección General de Seguridad. Lo que nos hace suponer que trabajo redactando notas de prensa no le faltó en el bienio Azaña. Diego era un republicano puro que nunca militó en ningún partido, pero al fin de la guerra, los franquistas se cebaron en él. Acusado de haber dirigido durante tres años la versión republicana de Blanco y Negro, fue condenado a muerte, aunque salvó la vida gracias a un alto cargo militar devorador de sus novelas. Se le envió a cumplir la cadena perpetua a Redondela (Isla de San Simón) y posteriormente a Vigo. Recibió un indulto cuando llevaba cinco años de presidio, debiendo establecer su residencia en Redondela. La exitosa carrera literaria de Diego quedó truncada para siempre, como tantos otros escritores y artistas republicanos, que tuvieron que dar paso a papanatas segundones franquistas, que no solo les copiaban descaradamente, sino que llegaron a usarlos de negros. Humillación que había que aceptar si querías sobrevivir y no morir de hambre. Afortunadamente, Diego recibió ayuda de admiradores locales y pudo seguir escribiendo que no publicando. Alguna colaboración en la prensa regional o en la revista de la RENFE con pseudónimo. Y así el que fuera escritor de fama, fue languideciendo hasta su muerte en Redondela, que fue muy sentida por la intelectualidad local. En 1988 se publicó "De cárcel en cárcel", con ilustraciones del gran Robledano, que también sabía lo suyo del tema. El resto de su obra, desgraciadamente, está pendiente de publicación. Que la Diosa Razón, te tenga en su seno Diego San José.
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Antonia Sanz Era redactora en Mundo Obrero. |
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Luis Suárez López Periodista sevillano nacido en 1918. En 1936 se inició en la profesión en "Liberal" que compaginó con trabajos en radio Sevilla. Como universitario era cuadro dirigente de la Federación Universitaria Escolar y miembro de las Juventudes Socialistas sevillanas. Participó en el proceso de unificación de las Juventudes Socialistas a las JSU pasando a ser cuadro directivo de la nueva organización. Con el golpe militar se escapó a Madrid y rápidamente se incorporó a las unidades de milicianos de la capital. Formando parte de batallón Octubre nº 1 del que pasó a la 68 brigada mixta con la que combatió en todos los frentes con el grado de capitán con veinte años. Se exilió a Francia con el Ejército del Este con la 34 división. Tras un periodo en distintos campos franceses, el 24 de mayo de 1939 embarcó en el Sinaia rumbo a Méjico. Desde Veracruz partió para Mejico DF donde renovó su profesión de periodista en distintas revistas y diarios. También fue presentador de TV con programa propio. Además fue reportero en la guerra de Vietnam, Afganistan, la revolución dominicana, Cuba, Haiti y Nicaragua. Durante todo su exilio publicó decenas de libros referentes a sus actividades periodísticas como periodista de guerra. En 2003 falleció a los 85 años. |
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Luis de Tapia Romero (1871-1937) Personaje donde los haya. Era republicano desde el biberón y fue elegido diputado por la candidatura independiente en 1931. Poeta, humorista y cronista, colaboró con varios periódicos de la época y estaba muy bien considerado entre la profesión y un excelente poeta satírico. En el diario La Libertad le publicaban las coplas que escribía en el los cafés próximos al congreso que eran muy queridas. Fue también corresponsal de guerra en la Gran Idem. Varias de sus obras fueron premiadas tanto en prosa como verso. La guerra le pilló con 65 años y con la salud averiada. En 1937, el gobierno le evacuó al soleado Levante pero murió meses después. |
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Juan Manuel Valdeón Nacido en Cuba descendiente de un soldado leones que se caso con una cubana cuando la guerra de Cuba y ya no regresó a España. Sus padres si regresaron con Juan Manuel jovencísimo que pronto se casó y tuvo una hija. Comprometido políticamente con la República, fue redactor del "El Sindicalista". Detenido al final de la guerra fue fusilado el 14 de julio de 1939 contra las tapias del Cementerio del Este. Tenía 21 años. Estas tapias pintadas de gloria y heroísmo con la sangre de los republicanos. |
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Manuel Villar Director de CNT |
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Augusto Vivero Rodríguez Augusto Vivero fue un periodista español que había nacido en La Habana en 1882. Trabajó de joven como redactor de El Heraldo de Murcia y posteriormente del Diario Universal, donde fue director. También colaboró con El Liberal. Tras otros cargos en diarios menores da el salto en 1913 a El Imparcial como redactor jefe. Reconocido como buen profesional tiene la oportunidad de fundar la revista África Española. Posesiones que tendrían gran trascendencia en su vida profesional al ser estudioso de los sucesos que allí acontecieron al principio de los veinte. Su reportaje, "El derrumbamiento. La verdad sobre el desastre del Rif" hizo temblar, junto con el de Indalecio Prieto muchos despachos del gobierno de la monarquía, y probablemente le sentenció para el futuro. Con la guerra, el diario ABC quedó huérfano de directivos y redactores, algunos de los más señalados redactores derechistas y que habían exasperado a la población con sus infundios y provocaciones, habían sido fusilados en los primeros meses de la guerra. Otros habían huido o estaban refugiados en embajadas. En estas condiciones, Vivero se hizo cargo del diario a petición del Comité Obrero. El 25 de julio renació el ABC madrileño como periódico republicano de izquierdas. Pero la población madrileña no tenía por costumbre leer ABC, por ello, la cabecera, para evitar el cierre, demandó el patrocinio de Unión Republicana de Martínez Barrios. El problema fue que Vivero quería sacar adelante el periódico como fuera y publicó un escabroso reportaje sobre el asalto miliciano a una iglesia donde fueron expuestas al la vista varias momias de monjas. El propio Giral se horrorizó y se llamó al periodista y diputado por Tenerife Elfidio Alonso para que se hiciera cargo de la dirección. Que aunque tampoco aumentó la tirada de la cabecera, al menos consiguió que sobreviviera. Al fin de la guerra, Vivero fue detenido, encausado y fusilado y además calumniado por la caterva de reaccionarios que retomaron ABC tras la guerra. Su viuda fue multada e investigada para poder expropiarles sus bienes (robo legal). Pero la señora sólo tenía hijos y deudas. De Elfidio Alonso no se volvió a hablar en ABC, pero al menos no lo fusilaron.
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Manuel Zambruno Barrera (Nobruzan) Poco sabemos de este periodista anarquista que fue trabajador del metal y militante de la CNT. Era el corresponsal de La Soli en Madrid y colaboraba también con los periódicos Confederales del Centro. Con la derrota fue condenado a muerte y posteriormente conmutada la pena por cadena perpetua. Hay informaciones que apuntan a que también fue redactor de El Sol.
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Julián Zugazagoitia Mendieta (1898-1940). Periodista y político bilbaíno, que fue diputado a Cortes por Badajoz en 1931, y por Bilbao en 1936 (Partido Socialista Obrero Español). Redactor de El Liberal de Bilbao, diario propiedad de Indalecio Prieto —con el cual le unía una estrecha amistad—, y director de El Socialista de Madrid, órgano del sector prietista del PSOE, puesto que conservó hasta que, ya en plena guerra civil, fue nombrado ministro de la Gobernación en el primer gabinete presidido por Juan Negrín (de mayo de 1937 a abril de 1938), desde cuyo cargo hubo de hacer frente a los sucesos acaecidos en Barcelona en mayo de 1937, lo que le permitió comprobar el escaso poder de su autoridad frente a la efectividad de la policía soviética, tratando por todos los medios a su alcance de salvar algo tan insalvable como, al parecer, era la vida de Andrés Nin. En 1937 asistió al II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas, celebrado en Valencia, Madrid y Barcelona, aunque su presencia en aquellos actos tuviese que ver más con la investidura política que en aquel momento os-tentaba que con sus inquietudes intelectuales, difícilmente realizables por aquel entonces. Tras su cese como ministro, desempeñó durante algún tiempo el cargo de secretario general del Ministerio de Defensa. Al finalizar la contienda se refugió en Francia, donde fue detenido por la GESTAPO alemana cuando los ejércitos de Hitler ocuparon dicho país, siendo conducido a España y entregado a las autoridades franquistas. Juzgado en Madrid por un consejo de guerra, fue condenado a muerte y ejecutado. Autor, entre otros libros, de Una vida heroica: Pablo Iglesias, Una vida anónima: vida del obrero, etc., y de innumerables artículos periodísticos. De entre estos últimos destaca el publicado en El Socialista el 23 de agosto de 1936, criticando duramente la matanza masiva que el día antes había tenido lugar en la cárcel Modelo de Madrid: «... nos declaramos enemigos de toda acción violenta, en las personas y en las cosas, cualquiera que sea el designio con que se cometa. Para juzgar a cuantos hayan delinquido, disponemos de la ley. Mientras dispongamos de ella, necesitamos acatarla. Con ella, todo es lícito; sin ella, nada... Sólo conformando nuestra pasión con los dictámenes de la ley podemos sacar indemne, de las actuales vicisitudes, aquella victoria moral que nos es indispensable para seguir disfrutando de la ayuda valiosa de la conciencia universal. La conducta de los rebeldes, cualquiera que sea la sevicia en que la inspiren, no puede servirnos de ejemplo ni disculpa. ¿Acaso no estamos en el deber de probar que somos distintos? El derecho a la victoria tenemos que conquistarlo no con palabras, sino con actos. Y ninguno tan eficaz como el de manifestar la serenidad de nuestro ánimo con el respeto de las vidas de nuestros rehenes y los prisioneros. No invocamos, al recordar el deber, razón alguna de conveniencia. Las hay, y abundantes. Recordemos que también los rebeldes tienen rehenes y prisioneros. Estimular en el adversario el odio equivale a dictar condenas de bárbara muerte contra familias enteras de trabajadores. Mejor que esa imprudencia, de la que nada bueno vale prometerse, es intentar, aun cuando el propósito no se logre, ejemplarizarlo con un proceder humano, respetuoso y sereno. Que la ley se cumpla en tantos casos como deba cumplirse; pero fuera de la ley —dicho queda con nuestra responsabilidad—, que nadie se autorice licencia alguna, si es que no busca deliberadamente causar víctimas del otro lado de la línea de fuego». Su obra más cualificada es, sin duda, Guerra y vicisitudes de los españoles (Ed. Crítica, Barcelona, 1977), que en su primera edición (Buenos Aires, 1940) se tituló Historia de la guerra de España, libro que por su objetividad y falta de apasionamiento —no obstante estar escrito a los pocos meses de concluir la guerra—, mereció los elogios incluso de sus más acérrimos antagonistas. Fuente: Manuel Rubio Cabeza. Diccionario de la GCe
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Bibliografía: - DE GUZMÁN, Eduardo, Historias de la Prensa, Madrid, Penthalon Ediciones, 1982 - Mirta Núñez:
- Antonio López de Zuazo Algar: Catálogo de Periodistas Españoles del S. XX. - Bernardino M. Hernando: 100 años de la Asociación de la Prensa de Madrid 1895-1995 - La voz de los náufragos. Gemma Mañá, Rafael García, Luis Monferrer y Luis A. Esteve. Ediciones de la Torre. Madrid 1997. |