S.B.H.A.C.

Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores

Carteles republicanos de la Guerra Civil Española

106.- Ejército Popular

106.1.- ¡Hombre!, el fusil del internacionalista, más parece una escopeta de guarda forestal, que un Moisin-Nagant, pero por lo demás, el cartel es muy bonito e inspirado.

106.2.- El hermano de Arturo Ballester, se lució aquí en este cartel de alabanza a la marina republicana.

106.3.- Cabana trabajando para el PCE. El cartel señala que el paso de la militarización de civiles con fuertes prejuicios contra el ejercito, a soldados del Ejercito Popular, solo podía hacerse a través de la instrucción militar. Y tenía razón. Los conocimientos militares de civiles en armas con mando militar regular, determinaron el ejército republicano hasta el punto de cambiarlo profundamente, en suma, lo convirtieron en un Ejercito, superando las voluntariosas milicias. Los Mayores de Milicias, Lister, Mateo Merino, García Vicancos, Tagüeña, Modesto, Mera, y los comisarios Alvarez, Bascuñana, Delage, etc... dan la razón a esta afirmación. El Jefe del Estado Mayor Central, Coronel Vicente Rojo, militar profesional, hubo de apoyarse en unidades combatientes mandadas por mandos no profesionales, pero muy capaces militarmente, nada extraño en España, país donde los paisanos se convierten en líderes militares con facilidad. La maniobra de retirada del XV C.E. republicano del Ejército del Ebro al final de esta batalla, ejecutada por Tagüeña, de profesión Físico, es calificada por profesionales de las armas, como más que excelente.

106.4.- Este cartel es digno de figurar en los anales republicanos. El solito es una lección de sentido común. Nadie, en un tema muy repetido, supo como Melendreras, aunar todas las banderas para significar un único combatiente, el Ejército Popular y su Estado Mayor Central.

106.5.- Alumá era un reconocido cartelista comercial y fue durante la guerra dirigente del Sindicato de Dibujantes Profesionales. Precisamente, este cartel, del que prácticamente sólo puso el color, estuvo a punto de costarle la vida, pues con la derrota, el cartel sirvió de prueba para que el fiscal militar le pidiera la pena de muerte. Alumá salvo la vida gracias a una hermana religiosa, pero la experiencia hubo de ser espeluznante. En realidad, el cartel lo confeccionaron Garcia Falgas y Lluis Perotes, Alimá lo pintó. En cualquier caso, el cartel fue realizado para la Semana de apoyo al Ejército Popular que se celebró a principios de 1937 en Barcelona, y que además tenía la particularidad de que el cartel representaba con fidelidad el nuevo uniforme que había sido diseñado por artistas plásticos republicanos.

106.6.- Vemos otro cartel del mismo tema y también con la propiedad de reflejar la reglamentaria uniformidad del nuevo Ejercito Popular.

106.7.-  Los Carabineros, en puridad una policía fiscal y de fronteras, permanecieron en su mayoría fieles al gobierno. Negrín, Ministro de Hacienda con Largo Caballero comprendió la necesidad de reforzar esta policía tan segura políticamente. La institución, que era el Instituto de Carabineros, recibió la orden de reclutar nuevas fuerzas y formar unidades, brigadas mixtas, para reforzar el naciente Ejército Popular. Las Brigadas de Carabineros llevaban su propia numeración, que perdían en cuanto se integraban en el Ejército. Una División famosa, la 40, formada principalmente de Carabineros, aunque con presencia notable de radicales anarquistas del frente de Aragón, protagonizo hechos de valor en la batalla de Teruel. Ya en la retaguardia y ante la necesidad de taponar la brecha del Alfambra, una de las brigadas se insubordinó y fue severamente castigada por su comandante, el Teniente coronel de carabineros, Nieto. En nuestra opinión, aunque Nieto se comportó con dureza, hizo lo que tenía que hacer, pues era del todo inaceptable, volver al asambleismo miliciano para decidir si se combatía o no. El mando tenía que cortar eso de raíz y darle máxima publicidad entre la tropa. Desgraciadamente, el asunto fue utilizado por los enemigos de Negrín para desestabilizar al gobierno.

106.8.- El sargento parece decidido a atacar con el apoyo de los tanques  y de sus compañeros. Como fondo, nuevos batallones en instrucción.

106.9.- El soldado que golpea sin piedad a la cruz gamada, está sufriendo el tránsito de miliciano a soldado, y el amigo Huguet lo refleja perfectamente con el mono azul y las alpargatas y el gorrillo típicamente miliciano, por contra de la gorra de campaña que se decidió como reglamentaria en Cataluña.

106.10.- Barcos pesados para tener la iniciativa en el mar, es lo que le faltaba a la República, una vez que el Jaime I quedó fuera de combate y los rebeldes botaron sus cruceros pesados de la serie Baleares.

106.11.- A principios de 1937 el 5º Regimiento se disuelve públicamente y el gran centro de reclutamiento e instrucción madrileño queda meramente convertido en un centro de propaganda. Pero el espíritu del Quinto pasó a otro quinto, el V cuerpo de Ejército de predominio comunista y que desde el Ejército de Maniobra se mostró disciplinado y combativo.

106.12.- Es 1938, Cataluña está amenazada, el Ejército del Ebro ha sido derrotado en una terrible batalla de desgaste y se necesitan 100.000 voluntarios. No se encontrarán.

106.13.- Excelente composición bélica, donde los hombres del Ejército de Centro, II Cuerpo en este caso, se muestran combativos y bien armados y pertrechados. La Cibeles al fondo y el escudo de Madrid también.

106.14.- Estos serios y marciales soldados poco nos recuerdan a las tropas que salvaron Madrid (muchas de ellas provenientes de otras ciudades, regiones e incluso países). Pero en cualquier caso, Parrilla le da al cartel tres rápidos planos o niveles de observación. El escudo de la República, su ejército, y el objeto de la victoria obtenida, Madrid. ¡Muy bien, Parrilla!

106.15.- Fotomontaje, donde el entendido verá un mortero Valero del 81 (fabricación española), una ametralladora Colt y un mosquetón de tipo Mauser. El consejo del Comisariado, muy cierto. El soldado está perdido sin sus armas.

106.16.- Sombras y claros en este clásico frente de trincheras y alambradas en este cartel confeccionado para la semana de apoyo al Ejército Popular y que se celebró a principios de 1937 en Barcelona, precisamente dónde más falta hacía este apoyo, dadas las fuertes tendencias centrifugas de Cataluña al respecto de este tema, donde unos querían un ejército propio y otros querían unas milicias propias, y en medio el gobierno tratando de racionalizar la guerra.

106.17.- Aviación y armas pesadas para afrontar las nuevas ofensivas del Ejercito del Centro. Y aunque ambas son un tanto irreales, el cartel expresa la solidez del nuevo Ejercito Popular.

106.18.- Observe el lector la diferencia entre el anterior cartel de Bardasano y este de Renau. Josep Bardasano era uno de los mejores cartelistas de la República, pero Renau estaba años luz de todos ellos. Que maravilla este cartel que expresa con una sencillez inusitada lo que tiene que decir: Estamos en 1938, las cosas nos van mal, pero, ¡cuidado! aún tenemos a nuestro ejército perfectamente preparado para resistir e incluso para contraatacar. Un ejército de cascos de acero reales (compárelos con los medievales de Bardasano), de fúsiles verosímiles, de uniformes modernos y de formación perfecta con su oficial y su bandera tricolor. Impresionante, Renau.

106.19.- Cartel anónimo para ilustrar el decreto de militarización (Orden Circular del 6 de enerod e 1937) al respecto de insignias y uniformidad del Comisariado de Guerra.

106.20.- La 90 Brigada Mixta prepara cursos para cabos y sargentos, que buena falta hacían.