S.B.H.A.C. Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores |
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Una triste conclusión |
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Ante estas cifras, las cuestiones que normalmente se discuten en los foros de la Guerra Civil, aun en su importancia, pasan a un segundo plano, quedando en evidencia, que el nacimiento del franquismo fue verdaderamente una matanza prácticamente unilateral, donde estos cimientos de sangre explican sin necesidad de otros argumentos la prolongada permanencia del franquismo, y el histérico comportamiento de los estamentos sociales que se asociaron con los militares rebeldes, ante cualquier apunte que sacara a relucir esta matanza. Pues, en verdad, que jamás se cometió en España, y mira que las hubo gordas, mayor pecado contra su pueblo, sólo para conservar retrógrados privilegios. Este es nuestro triste pasado, y que desgraciadamente, la mayoría de la población ha olvidado. Aducir, pues, la irritante retahíla, de más eres tú, que además es mentira, o hablar de Paracuellos, o poner semejantes excusas, para ocultar este baño de sangre, es demencial, es puro cinismo, es inmoral. Y de esos males que durante decenas de años la población quiso olvidar mientras fermentaba el miedo y la parálisis en nuestras mentes, nació un país que no tiene continuidad con los que fuimos, pues una parte de España se dedicó a matar todo lo que se movía. Y de la muerte sólo nace el miedo. Somos descendientes biológicamente de otros españoles, pero nada tenemos que ver con los españoles de 1936. Algunos dirán que afortunadamente, ¡menuda fortuna ésta que se basa en centenas de miles de muertos! Un país afortunado, éste, que perdió sus líderes democráticos, sus sabios, sus artistas, sus pensadores, sus mejores hombres, quedándonos, unos espadones intransigentes, con las manos manchadas de sangre, unos cómplices civiles en la misma tesitura, de dónde no ha salido nada nuevo ni difícilmente saldrá nada en el futuro, pues primero lo impidieron y ahora ya no sabemos. Arte, cultura, política, pensamiento, todo tirado por la borda. La nación que fuimos, la que asombró al mundo con su genio no le importa un pimiento a nadie en la actualidad, segaron al ras todo lo que no fuera orden y sumisión, religión retrógrada, hipocresía sexual, adulación diaria, miseria moral durante decenios. Tenemos una maldita idea que nos martillea el cerebro, ¿en qué grado ha influido la matanza de liberales y republicanos que en el siglo pasado sufrimos, en el destino y el ánima mundi de España? No podemos responder con objetividad, pues no hay estudios ni datos a los que acogerse, todo lo más indicios, pistas, emociones, nada científico en lo que asentarse, pero sepa el lector que estamos convencidos de que comprender enteramente esta influencia de la que hablamos es decisiva para entender lo que nos pasa hoy como nación. Creemos que la sangre y el miedo mató nuestras mejores virtudes como nación. Puede que usted discrepe o lo ignore, puede que quiera seguir ignorándolo, puede que esto le parezca trasnochado y meramente pamplinas, pero amigo mío, hay ríos de sangre en nuestro pasado reciente, hay decenas de miles de españoles en fosas comunes, compatriotas nuestros, decenas de años después. ¿Pero en qué clase de país vivimos? |