S.B.H.A.C.

Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores

Memoria Introducción Carteles Fuerzas Personajes Imágenes Bibliografía Relatos Victimas Textos Prensa Colaboraciones

Víctimas de la Guerra Civil española

Enlaces

¿Cómo pudimos ser tan bestias los españoles? ¿había algo en nosotros como pueblo, que lo justificara, como a veces se pregunta Azaña?, el famoso cainismo ibérico. Bueno, pues nosotros creemos que no había nada de especial en este país para justificar tal matanza. Negamos el cainismo de la raza, y simplemente, al contemplar la situación anterior al estallido de la guerra, comprendemos que los odios acumulados durante décadas, y plena y tempranamente puestos a la luz en la revolución de octubre, nos indican que los motivos de la crueldad desatada en el conflicto tiene su explicación en la situación que la sociedad española venía arrastrando desde la caída de la monarquía o incluso antes.

No eran, por tanto, las ideologías en lucha, las que obligaban a cometer crímenes en ninguno de los lados. Ni aunque la guerra hubiera sido inevitable, que no lo fue. Ni tampoco la estructura social estaba tan desquiciada, como afirman algunos autores franquistas para justificar la rebelión, nada de eso fue cierto, pese a la aparente  violencia política que reinaba en España desde la llegada de la República. La violencia estaba fundamentada en España en fuerzas y opiniones muy concretas y muy extendidas, incluso en personas determinadas de ambos lados. La violencia era habitual en el ejercicio político y social (no digo, ya, laboral), pero tenía una causas que se concretaban a nuestro parecer en:

  1. El desprecio generalizado a la legalidad de partidos, sindicatos, ejército, y otras instituciones, fundamentado en los avatares del Estado Español.

  2. La desesperanza de las clases populares ante su porvenir una vez que la República se manifestó incapaz de acelerar las reformas que el país necesitaba.

  3. La manifiesta determinación de las clases privilegiadas a no ceder ni un ápice de sus privilegios ni consentir ningunas de las moderadas reformas republicanas.

  4. La desastrosa política religiosa de los gobiernos republicanos de centro-izquierda.

  5. La idea anarquista de que era preciso destruir este mundo para construir uno nuevo, mayoritariamente asumida, también, por otras corrientes ideológicas, complementada con la idea de la mano dura de las clases dominantes.

  6. La visión trasnochada del ejército con respecto al orden público (tradición de pronunciamientos) exacerbada en la casta "africanista" con una idea represiva y colonial como solución a estos problemas sociales.

  7. La presencia en la sociedad de los influjos fascistas y de lucha de clases como soluciones reales a la situación del país.

  8. La contrarreforma de los gobernantes del bienio negro, causa de la revolución de octubre y las terribles tensiones generadas en la represión en Asturias.

  9. El progresivo e imparable alineamiento de la sociedad en bandos irreconciliables desde la revolución de octubre y el inevitable desprecio a la persona del contrario en ambos bandos.

  10. La presencia ominosa de la inminente tragedia en la anima mundi de los españoles y la determinación de los conspiradores de aplicar el terror más sangriento jamás ideado como forma segura de alcanzar el éxito de la rebelión.

   Una vez desatada la rebelión, la represión de cada zona adquirió características propias. Los estudiosos las han resumido en:

  1. La represión republicana fue en su mayoría espontánea, desde abajo, fruto de los atávicos odios de clase y de la brecha irreconciliable que provocó la represión Cedista en Asturias en octubre de 1934, y el gobierno consiguió controlarla poco a poco. La represión rebelde fue una represión de Estado, programada e impulsada desde arriba.

  2. La represión republicana no alcanzó a todo el territorio nacional. La represión franquista abarcó primero una parte de España y posteriormente a todo el país.

  3. La represión republicana dejó de ser significativa a los seis meses del estallido de la rebelión. La represión franquista fue significativa durante décadas.

  4. La represión republicana no era una estrategia de guerra. La represión rebelde era estratégica, usaba los fusilamientos en masa como medio de asegurar la retaguardia. Se trataba de un plan de exterminio ideado desde antes del golpe. Fue pues la conclusión de una decisión programada que se llevó a rajatabla hasta el final del franquismo. Si el franquismo dejó de represaliar, en cualquiera de sus variantes, no fue por "ablandamiento del régimen", fue simplemente porque ya no había prácticamente a quién, pues cuando lo tuvieron, fuera el año que fuera, lo aplicaron sin ningún paliativo.

 

 

Estas cualitativas diferencias generaron, naturalmente, diferencias cuantitativas. El problema era demostrarlo. El primer estudio sobre la represión lo confecciona el Ministerio de Justicia franquista, el famoso "Causa General", recopilación exhaustiva de todos los crímenes y desmanes cometidos por los republicanos. Ningún crimen franquista fue incluido en el estudio, aunque si parece que se llegaron a recopilar datos. Para su confección se utilizaron métodos poco objetivos y en general se solicitaron listas de víctimas a todos los partidos judiciales de España. Después de una guerra, con miles de desplazados y desaparecidos y con personal especialmente motivado para inflar las listas, la Causa General reunió alrededor de 70.000 víctimas de la represión republicana. Esto fue muy decepcionante para las autoridades franquistas que esperaban, como mínimo, el doble. Afortunadamente, los estudios realizados tras la muerte de Franco, han demostrado sin lugar a dudas que la represión real republicana puede cifrarse en 40.000 víctimas, cifra que pudiera ir a la baja según los nuevos estudios sustituyen a los de la Causa General y a otros, como los realizados en Madrid por Casas de la Vega, que contenían graves errores de bulto y muchísimas duplicidades. En concreto, los estudios de Causa General sobre la represión republicana en Asturias, Cantabria, Ciudad Real, Jaén, Madrid, Málaga, Teruel y Toledo pudieran estar sobreestimados.  Por lo que respecta a los estudios realizados sobre la represión franquista, hay al menos nueve provincias, incluyendo el Marruecos español y las plazas de África, donde no se han realizado estudios, y además, hay 18 provincias donde los estudios no abarcan la provincia completa. Este estado de la investigación nos hace pensar que las cifras de la represión franquista podrían superar con mucho las 140.000 víctimas.  

    Los estudios más destacados de que nosotros tenemos constancia hasta la fecha son los siguientes, pero hay bastantes más...

Causa General. La dominación roja en España. Ministerio de Justicia. 1943
La persecución religiosa en España (1936-1939) Monseñor Antonio Montero. 1961
Cárcel de Ventas. Núñez, Mirta. 1967
Los muertos de la guerra civil fueron 296.793 Ramón Salas Larrazábal. 1977
Pérdidas de la guerra. Ramón Salas Larrazábal. 1977
Paracuellos, cómo fue. Gibson, Ian. 1983
La repressió franquista a Catalunya. Sole i Sabate, J.M. y Villarroya i Font, J. 1983
La represión en La Rioja durante la guerra civil. Hernández García, A. 1984
Fosa común del cementerio civil de Oviedo. Varios. 1985
La guerra civil en Córdoba. Moreno Gómez, F. 1985
Violencia y terror. Ensayo sobre la guerra civil española. Reig Tapia, A. 1991
Els afusellaments al País Valenciá. Gabarda Cebellán, V. 1993
El terror. Madrid 1936. R. Casas de la Vega. 1994.
La represión de guerra y posguerra en Alicante. Ors Montenegro, M. 1995
Paz, piedad, perdón .. y verdad. David Martín Rubio. 1997
Consejo de guerra. Mirta Núñez y Antonio Rojas. 1997
¡El Cervera a la vista! Marcelino Laurelo Roa. 1997
Víctimas de la guerra civil. Santos Juliá y otros. 1999.
La Libertad es un bien muy preciado Laruelo Roa, Marcelino. Edición del autor. Gijón 1999.
La justicia de Queipo. Violencia y terror fascistas en Sevilla, Huelva, Cádiz, Córdoba, Málaga y Badajoz. Francisco Espinosa Maestre. 2000
Morir, matar, sobrevivir. Casanova, Julián, y otros. Crítica. Barcelona 2002.
Las Fosas de Franco. Silva, Emilio y Macías, Santiago. Temas de hoy. Madrid 2003.
Las fosas del silencio Armengou, Montse y Belis Ricard. Plaza y Janés. Barcelona 2004.
La columna de la muerte Espinosa, Francisco, Crítica. Barcelona 2005.

Colección de recursos para el estudio actual de la represión franquista (sacado de la red)