S.B.H.A.C. Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores |
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Relatos (y poemas) breves de la Guerra Civil española y la posguerra |
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Harmonie Botella Chaves (6)
3 poemas breves
Quiero olvidar.
Quiero olvidar a este hombre que murió porque no opinaba como los míos. Quiero callar el suspiro sombrío de estas amapolas negras que crecieron sobre los cuerpos vencidos, estos cuerpos que yacen en el sepulcro del rencor, y que mueren cada día un poco más porque la misericordia tiene amnesia. Quiero olvidar estos seres desencarnados, estos ojos que veían la muerte, estos labios que presentían la tortura, estas manos que se agarraban a las alambradas de los campos de la ignominia. Quiero olvidar a esta mujer que tuvo la culpa da amar al que no ganó la paz, a este mujer que arrastra su alma atormentada por un campo segado de amor y de cordura. Quiero olvidar a esta mujer sin luz que mora en la agonía de los días que fenecen. Quiero olvidar a estos huérfanos del exilio que vagan por el mundo sin saber a que tierra pertenecen porque un día maté a un hermano que no opinaba como los míos. *Trescientas luces.*
Centelleos de primavera entre flores, verduras, tenderos y estallidos se disolvieron bajo las bombas y pesares. Guiños aduladores e castos resistiendo a la metralla homicida se transformaron en muecas de dolor insolentes. Noventa verdugos ennegrecidos sobre los colores irisados y resplandecientes con los estruendos sordos y asesinos licuaron la sangre de los inocentes. Trescientos albores se desvanecieron en los relámpagos de una oscuridad tétrica que los malditos pájaros del odio profirieron. Trescientos candiles se apagaron cuando las sirenas de Alicante como desquiciadas a la muerte aullaron. FEDERICO
Gemido de una guitarra afligida suspiro de un abanico de seda en la orilla de un río orlado de olivos dolidos y mudos. Llanto de una melodía que se confunde con los lirios blancos de un amanecer quebrantado. Viento que desgarra el silencio de una tierra ciega y estéril, sofoca los candiles que agonizan en los ojos vacíos del calvario. Pueblo que sofoca en su crepúsculo, que se aferra a sus rejas, a sus faroles y teme el puñal insidioso de la muerte que cala la aldea, roza los olivares. Cuchillos taciturnos de plata blanca, de sangre negra en el pecho del gitano. Grito ahogado de las azaleas, sombras negras de las viudas, cuevas blancas y frías que despiertan su luto al alba. Saetas, muerte, azahar, Andalucía. Harmonie Botella |