Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores

Reisner fue un hombre multidisciplinar que nacido en 1911 en Breslau, entonces Alemania, y tras estudiar Medicina y Derecho en esta ciudad y tras integrarse en grupos de estudiantes socialistas, se encontró con los nazis y tras alguna experiencia amarga, como tantos otros, se exilió a Paris donde se interesó por la fotografía y donde conoció a su gran amigo y también estudiante de fotografía, su compatriota Hans Namuth. Bien formados en la afamada escuela parisina Publiphot, ambos amigos se trasladaron en 1935 a Mallorca y en la localidad de Pollensa abrieron un estudio orientado al turismo, que en aquel tiempo en Mallorca era de alto copete. Al año siguiente partieron para Paris y consiguieron que la revista Vu les enviara a Barcelona para cubrir las Olimpiadas Populares de 1936, contrarréplica de las de Berlín. Toda la flor y nata de los deportistas antifascistas europeos se encontraba en Barcelona en julio de 1936. El día 18 estalló el fallido golpe militar y los días siguientes, nuestros amigos confeccionaron estupendos reportajes que fueron publicados en Francia y los Estados Unidos. Después partieron hacia otros focos donde se luchaba contra el fascismo. Estuvieron en Valencia, Guadalajara, Madrid, Toledo, Ciudad Real y Extremadura. Y las revistas Vu, Regards, L´Humanite y Voila les publicaron trabajos. La agencia Alliance Photo también les compró material. Se conocen sus contactos con el Partido Obrero de Unificación Marxista, formación ultra izquierdista que flirteaba con el troskysmo y uno de cuyos idearios era acabar con la republica burguesa española. Esto trajo problemas a Reisner que en un típico error de escenificación, sobre todo en Barcelona, pensaba que se encontraba inmerso en una revolución libertaria, sin darse cuenta que había un gobierno legal en Cataluña, burgués por supuesto, y otro en Madrid, primero burgués y luego socialista con Largo Caballero,  que porfiaban por acabar con este estado de cosas y devolver a su legítimo dueño los poderes que le correspondían, y que grupos revolucionarios detentaban o deseaban, entorpeciendo la labor gubernamental. El caso es, dicen todos los cronistas, que Reisner abandonó España a finales de 1936, desencantado e incluso temeroso de sufrir represalias por el gobierno republicano (1). Reisner volvió a Paris y tras la invasión alemana se integró en la resistencia francesa. Detenido, fue internado, pese a su mala salud, parece que era tísico, en un campo del sur francés. Enterado de que iba a ser enviado a un campo alemán de trabajos forzados, o quizá de exterminio, entró en depresión y se suicidó. Días después llegó al campo el permiso y el visado para los Estados Unidos que conocidos y amigos le habían tramitado. Una pena la de este fotógrafo y luchador antifascista. Su trabajos y los de su amigo Namuth se encuentran en el Center for Creative Photography de Arizona.

(1) Hay un cierto problema de fechas. Hasta la militarización de las Milicias, primavera de 1937, los grupos anarquistas y poumistas no tuvieron ningún problema e hicieron su santa voluntad en toda Cataluña y en parte de Aragón, donde tenían incluso un cantón independiente, el Consejo de Aragón, que eran colectivizaciones anarquistas, y que tenía su capital en Caspe, con policía propia y bastante sanguinaria. Así que pensamos que Reisner difícilmente pudo ser represaliado, o correr este peligro, por sus contactos con el POUM.

Barricada en la Barcelona de los primeros días del golpe militar. La población, desarmada, se mantiene vigilante. Hombres, mujeres y niños del barrio.

Primeros momentos del cerco del Alcázar de Toledo. Soldados regulares republicanos atraviesan la plaza de Zocodover a la carrera.

Toledo septiembre de 1936. Un joven miliciano bebe con arte del tradicional botijo español. Este instrumento mantenía el agua fresca en verano y no contaminaba ni producía desechos.