S.B.H.A.C. Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores |
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Fotógrafos extranjeros en zona gubernamental durante la GCe | Enlaces |
Manuel Moros (1899-1975) Era hijo de los amores de un pintor colombiano que estudiaba en Paris y una dama de la alta sociedad post napoleónica. El padre regresó a Colombia y la madre que tuvo sus dudas sobre si meterlo en el hospicio, le trató con poco cariño. Moros siempre supo lo que era, un bastardo, un extranjero, un meteco, siempre escurriéndose de todo y de todos para no ser señalado. Como su padre lejano, quería ser pintor, pero resulto dificil, fue movilizado como todo hijo de vecino en la Gran Guerra. Al frente llegó en 1918 y tras participar en algunas acciones cayó prisionero y fue internado en un campo en Baviera. Tras ser liberado, volvió a la pintura instalándose en la Cataluña francesa. Para compensar su economía ofició también de fotógrafo local en Colliure, y en esa tesitura le cogió la llegada de miles de españoles a la frontera. Cogió su cámara y se fue para Portbou y Cervera. Moros documentará toda esta tragedia, desde la espera bajo el frió helador a la apertura de la frontera de miles de exiliados, hasta el paso de la multitud y la apertura de los campos en las playas, simples vallados sin ninguna infraestructura vigilados por caballería indígena. Registra también en Portvendres como los Gendarmes separan las familias, los padres de las madres, las madres de los hijos, como hace en la actualidad ese gran país adalid de la democracia y de los derechos humanos. Para Moros, consciente de la importancia de sus imágenes, la tragedia marca su personalidad. Decide ocultar sus fotografías ante la ocupación de la zona de Vichy por los nazis, enterrando en el jardín de su casa un cofre con su trabajo. No volverá a por ello jamás. Un niño que cavaba en el jardín los encontró y los guardó para su difusión. Moros abandonó la fotografía y se dedicó a la pintura con la que sobrevivió a duras penas. Murió en 1975. Sus imágenes salieron al público en 2008. Muchas aparecieron en internet sin identificar. |
Erguidas, disciplinadas, pero impacientes, estas españolas de toda edad y condición esperan a que los gendarmes abran de una vez la frontera. La composición es admirable. Un frente de rostros tallados por el frío que expresan en sus gestos las encontradas emociones que la situación justifica. Frontera, quizá salvados, frío inclemente, impaciencia, resignación. Observen las manos heladas de la joven, el gesto simpático, pese a todo, del niño, un poema para la colección de rostros infantiles de la despiadada guerra contra los civiles española. Ese viento helado que viene de Francia está dejando a las gentes como estatuas de sal. |
Niños separados de sus familias en el campo de Argeles sur Mer esperando para ser conducidos a un centro social.. |
Columna de vehículos detenidos en la carretera de Cervera esperando la apertura de la Frontera. |