S.B.H.A.C. Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores |
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Periodistas y corresponsales extranjeros en la Guerra Civil española. |
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Walter Tapsell (1904-1938)
Brunete cambió al Bristish batallón, El Jarama ya había dado una pista, pero este pueblo madrileño confirmaba lo que ya todos sabían, que se los lanzaba al combate como si fueran la guardia napoleónica y sólo eran ciudadanos enrolados en un ejército mal armado y peor instruido, con mandos sin experiencia y donde se aprendía a luchar a base de muertos. Eso avocaba a situaciones imposibles y potencialmente suicidas. Y desmoralizaba al más pintado. Como decimos, se sabe que Tapsell se quejó amargamente de su jefe divisionario con palabras muy despectivas que han pasado de brigadista en brigadista, por lo que probablemente fueron ciertas. La frasecita, aunque expresaba una realidad, era absolutamente desleal con su jefe de división, y repartía culpas en una sola dirección. Lo que vino a decir era que Galicz era un inútil que no sabría mandar ni una tropa de chicas Boy Scout (las famosas brownies de las galletitas) y mucho menos un Ejercito Popular. Brunete fue un matadero para el Ejército Popular y especialmente para las Brigadas Internacionales. Muchos de los mejores hombres de la XV Brigada cayeron en esa batalla (3). Señalaremos al valiente George Nathan que mandó el batallón y murió en un bombardeo, Oliver Law, líder sindicalista americano, que fue el primer comandante negro de una unidad militar compuesta de americanos y que en Brunete mandaba el Lincoln, Julian Bell reconocido intelectual y poeta y otros muchos... La pequeña tempestad que cayó sobre el Partido Comunista Británico tras la batalla de Brunete se resolvió enviando a Inglaterra a Tapsell, a Aitken, que se llevaba regular con Tapsell, a Copeman, Cunningham y al comisario Bert Willians. La dirección del partido dio verosimilitud a Tapsell y Copeman que volvieron a España, mientras que los otros quedaron en Inglaterra. Tapsell como comisario del batallón y Copeman como comandante. Se dice que Copeman le dijo a Tapsell, que a él no le iban a hacer lo que te hizo Galicz. Al parecer Tapsell estuvo de acuerdo. Las cosas no cambiaron mucho para el batallón británico, pero mejoraron, y eso marcó la diferencia. Aunque los recién llegados que cubrían bajas no tenían la calidad ideológica que sus antecesores, muertos, y la República iba perdiendo, el batallón británico tuvo buenas actuaciones tanto en Belchite como en Teruel dentro de la Brigada Lincoln. La llegada de nuevos líderes a la XV Brigada Internacional, el americano Robert H. Merriman como jefe del Estado Mayor de la brigada y Stev Jobs, americano también como comisario de la Lincoln, más la realidad político militar de la II República que rechazaba las ofensivas del Ministro de Defensa nacional, Indalecio Prieto para probar a ver qué pasa, en palabras del general Modesto, dieron un respiro a la lista de bajas. Pero en marzo de 1938 el ejército franquista inició su ofensiva de primavera en el este, y el Ejército Popular en el frente aragonés, tras las graves perdidas y desabastecimiento de las unidades participantes en Belchite y Teruel, resistió casi un mes retardando el avance y sacrificando tropas para salvar el grueso de la fuerza ante la inminente partida en dos de la zona republicana.
El 9 de marzo la Lincoln se encontraba en primera línea en el sector de Belchite y recibió el impacto de la ofensiva enemiga. La brigada recibió órdenes de retrasar todo lo que pudiera la acometida rebelde. La brigada se fue replegándose hacia Caspe en el interior del territorio republicano con arriesgados repliegues con el enemigo pisandole los talones, y durísimos contraataques que dejaban a las unidades exhaustas. A finales de mes, la Lincoln trataba de reorganizarse en Corbera. El bon. británico recibió órdenes de defender Calaceite, haciéndose fuertes tras duros combates en la ermita de San José cruce de caminos entre Maella y Mazaleón. El batallón aguantó hasta que emprendió la retirada, una dramática retirada en la que entre muertos, heridos y prisioneros, se perdieron 300 hombres. Las tropas italianas del CTV condujeron a los prisioneros británicos, quizá medio centenar a Calaceite. Era el 30 de marzo. Ese mismo día, la Fuerza Aérea republicana, avisada de una gran concentración de tropas rebeldes en la plaza del pueblo, bombardeó el lugar con gran éxito provocando una gran mortandad entre las tropas italianas. En venganza, un pelotón de tropas acantonadas en el pueblo fusilaron a todos los prisioneros en un lugar denominado "balsa podrida". Entre estos se encontraba probablemente Walter Tapsell y Robert Merriman. De esta muerte se han dicho muchas tonterías, como siempre, siniestros agentes comunistas asesinaron al competente Tapsell y al valiente Merriman por protestar. Otra más... Los estudios modernos sobre el batallón británico, gloría del antifascismo inglés, han dejado claro que el control supuestamente estalinista sobre la unidad era poco significativo, como en toda la XV Brigada Internacional. Los lideres como Walter Tapsell, Aitken, Copeman, Nathan, Wintringham y otros, actuaron con suficiente libertad y democracia. Esta idea del malvado estalisnimo socavando la valentía británica caló mucho a partir de las críticas de Orwell a la unidad. Unidad donde por cierto le hubiera encantado servir, y donde con toda certeza Orwell hubiera tenido una mirada distinta de la Guerra Civil, si es que hubiera sobrevivido. (4) (1) Lo mismo había pasado en la XIII B.I., donde hubo motines por estas causas de señalada incompetencia militar de mandos puestos por motivos políticos y no militares, que no supieron estar a la altura. Cosa nada fácil pues eran civiles sin experiencia militar que tenían que manejar a sus casi dos mil hombres ante un ataque brutal de la aviación franquista, su endiablada artillería y su tropa de choque profesional de moros y legionarios que atacaban ululando y ponían de los nervios a cualquiera que no tuviera experiencia militar y no supiera que los gritos se dispersan con ametralladoras y bombas de mano en posiciones bien protegidas y ubicadas, y esperando fríamente a tenerlos a tiro. (2) La cuestión es que los voluntarios habían llegado a España llenos de entusiasmo antifascista, y que además de entusiasmo se habían encontrado una cruda realidad militar, un matadero que en muchos aspectos era inevitable, y nada exclusivo de España, sino que se sustentaba en civiles con poca a ninguna experiencia militar, mal armados, mal instruidos, mal integrados y peor dirigidos. Esto le pasó factura a todos los ejércitos de la historia que se organizaron con civiles apresuradamente armados y encuadrados. Nordistas en USA, chinos contra japoneses, rojos contra blancos en Finlandia y en Rusia, etc... (3) Sólo la división de Lister, la 11, perdió más de 300 oficiales y comisarios en Brunete. (4) No sabemos que Tapsell ejerciera su profesión de periodista en la prensa de las Brigadas Internacionales, pero es seguro que de alguna forma colaboró. En cualquier caso, un periodista ingles de la prensa trabajadora, voluntario de las Brigadas internacionales, muerto en combate o fusilado por los franquistas. Que la diosa Razón lo tenga en su seno. |