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Periodistas y corresponsales extranjeros en la Guerra Civil española.

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George Orwell (1903-1950)

El escritor Eric Arthur Blair conocido como Orwell es una de las mayores desgracias que pudo ocurrirle a la II República en guerra. Este escritor y combatiente de las milicias del POUM durante unos meses en el frente de Huesca, contribuyó inmensamente a que en la Guerra Civil española, todo esté al revés, como decimos muy a menudo. Y me explico.

Blair había nacido en la India dentro de la casta inglesa. Tras varias vicisitudes y viajes se unió a la policía imperial británica en Birmania. Allí enfermó de tisis a la par que se fue concienciando de la penuria de los nativos. A su regreso de oriente, sin un duro, intentando vivir de sus escritos a caballo de Londres y Paris, todavía se radicalizó más. Escribió varias novelas y cuentos de escaso éxito pero de gran interés que ya dejaban entrever su buena pluma. Su adscripción política podría ser por entonces del laborismo de izquierdas que representaba un pequeño partido pero muy activista, el Partido Laborista Independiente (ILP). El caballo de batalla de Blair hasta la presente se sujetaba en dos patas, la lucha contra el colonialismo (imperialismo) y la lucha contra la sociedad patriarcal y autoritaria que siempre nos dice lo que tenemos que pensar. Mientras tanto su enfermedad avanzaba y seguía sin blanca.

En 1936, Blair ya había adoptado el seudónimo de Orwell y tenía una obra literaria relativamente importante. Decidió participar en los acontecimientos que se sucedían en España, y consiguió una carta de recomendación del ILP para poder moverse con cierta libertad por la Cataluña cenetista. Era diciembre de 1936. Parece que tenía pensado unirse a la Columna Internacional, pero en Barcelona decidió formar parte de las milicias del POUM, un pequeño partido revolucionario, cercano al troskysmo, pero que el propio Trosky aborrecía, por su activismo sin objetivos reales. En el cuartel Lenin del POUM fue adscrito a la III Centuria de estas milicias y enviado al Frente de Huesca donde oficiaban las milicias del POUM con poco o ningún éxito bélico. Tras meses de inactividad y alguna acción esporádica, las milicias del POUM fueron militarizadas, pese a la enconada resistencia de los líderes del POUM, y convertida en la 29 división que mandaba Rovira.

En la primavera de 1937 recibió una herida severa en la garganta y fue evacuado a Barcelona. Allí vivió de primera mano los sucesos de mayo de 1937, donde el POUM, la FAI y sectores de la CNT (contraviniendo a sus lideres) se sublevaron en Barcelona y tras una escasa semana de fuego, fueron derrotados en su intento por no perder el poder en Cataluña, que el gobierno y el govern le quitaban día a día con toda legitimidad. La principal víctima de esta derrota fue el POUM y sus dirigentes que fueron encarcelados o puestos en captura. Andreu Nin fue secuestrado por la Policía rusa y española afín al PCE, y tras, probablemente, torturarle impunemente, lo asesinaron deshaciéndose del cuerpo. Los otros líderes del POUM fueron posteriormente juzgados y condenados con poca severidad. El gobierno que sabía lo que había pasado con Nin, tuvo que tragarse el sapo, pues no podía prescindir del PCE y sus hermanos mayores, y aunque encargó una investigación, la política de dependencia de la URSS mediatizó la investigación. Negrin, recién nombrado Presidente del Consejo de Ministros, y bastante enfadado, destituyó a Antonio Ortega como Director general de Seguridad.

Los miembros del POUM de alguna relevancia huyeron o se escondieron. Orwell, también. Tras unos meses escondido en Barcelona consiguió regresar a Inglaterra donde escribió su libro Homenaje a Cataluña, que en un país, poco inclinado a defender a la II República y en general fascinado con los anarquistas, el libro fue un bombazo y cambio la vida de Orwell.

Las observaciones de Orwell sobre la pequeña guerra que vivió en la columna del POUM, están estupendamente escritas, se leen de corrido, pero contienen muchas falsedades y algunas invenciones, como los investigadores han demostrado (el último, Paul Preston). Homenaje a Cataluña es principalmente un libro de un imperialista patriarcal que le dice continuamente al lector qué debe pensar, precisamente lo que el autor criticaba. La buena pluma y el ingenio de Orwell hacen el trance muy suave y hasta diría entretenido, pero es un ensayo histórico fracasado pese a su popularidad. Cuando Orwell se apiadó de los pobres en Birmania y cogió el rumbo de la izquierda, de la extrema izquierda del ILP, como buen pequeño burgués, seguía llevando en su coleto un policía imperial. Y así, el amigo Orwell, un icono de la burguesía y de los servicios secretos occidentales, ingresó en la división de defensores de la extrema izquierda, por mor de su furibundo anticomunismo. ¡¡Qué extraño viaje el de estos tipos!! Parece que el gobierno de la II República para no ser estalinista y todo eso, lo que tenía que haber hecho es dejar que la despedazaran, por un lado los franquistas y por otro los extremistas del POUM y la FAI (y parte de la CNT) Pues eso, que a todos los efectos tan enemigos de la República era la extrema derecha como la extrema izquierda, y a mi parecer, el gobierno fue muy blando con estos tipos, salvo el caso de Nin, que fue una ejecución extrajudicial decidida por los rusos y que la República hubo de tapar para no enemistarse con el único que les ayudaba, "el malvado padrecito Stalin" ¡Qué cosas! Hay evidencias de que Homenaje a Cataluña fue escrito con precipitación y la cabeza caliente, y que posteriormente Orwell rectifico muchas de sus afirmaciones. Pero como dijo en honrado periodista Mathews, nada sospechoso de comunista, fue uno de los libros que más daño hicieron a la II República, aunque fuera sin querer, opción que yo personalmente pongo en duda.

Orwell, pese a su mala salud, se erigió en Inglaterra en el censor de los libros sobre la Guerra Civil española que no le gustaban, despotricando a su gusto, pero injustamente, aunque con el placet de las fuerzas vivas británicas. Y así puso al caer de un burro a Koestler por su libro "Testamento español" que no era precisamente pro comunista, pero también criticó duramente a Jellinek que defendía algunos malos trances que la República en guerra tuvo que pasar. Orwell se volvió completamente injusto con la República en el camino del anticomunismo feroz. Mal camino ese. Orwell Había pasado unos meses en un frente inactivo, herido en la garganta y presente en lo sucesos de Barcelona. Ese era todo su bagaje, y con ese bagaje sentenció la lucha del pueblo español. Orwell no vio más allá de sus narices aunque lo contó muy bonito. Los sucesos de Mayo de 1937 fueron una rebelión armada contra el gobierno legitimo por parte de la FAI, una parte de la CNT y del aventurero POUM, (al que el propio Trosky no paraba de maldecir), cuando La Generalitat quiso recuperar el control de la Telefónica de Barcelona. Al enfrentarse al gobierno legal, los facciosos de mayo de 1937, se ponían objetivamente del lado rebelde por muchas banderas rojinegras y hoces y martillos que llevaran. Y cuando te alzas en armas contra un gobierno legal, democrático y constituido, formado por un pacto político llamado Frente Popular de prácticamente todo el espectro político de izquierdas, luego no puedes venir diciendo lo duro que te tratan, ¡¡en Guerra!!