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Periodistas y corresponsales extranjeros en la Guerra Civil española.

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Claud Cockburn (a) Frank Pitcairn

(1904-1981)


Cockburn era un escritor inglés que trabajó con el seudónimo de Frank Pitcairn. Había nacido en china en 1904 y era hijo del cónsul británico en Pekín. Su familia era pudiente y relacionada con la aristocracia. Estudió en los mejores colegios y en Oxford se licenció en Arte. En Oxford formó parte del club de los Hipócritas, un popular club de estudiantes con gustos artísticos e intelectuales y amantes de la juega, borrachines, hedonistas y sin problemas financieros. Sus primeros trabajos periodísticos fueron para The Times, se nota que había mano, y se le encargó una corresponsalía en Berlín y más adelante en Estados Unidos. Se sabe que Cockburn se juntaba con periodistas del estilo del club de los Hipócritas al cual más bromista y jacarandoso. En 1933, tras haber sido subdirector de The Times, fundó su propia publicación, una hoja llamada The Week. Y a la par se fue radicalizando y colaborando en el órgano comunista Daily Worker.

Cockburn, a la derecha, con Vitorio Vidali, unos de los organizadores del Quinto Regimiento y destacado miembro del Cominter

Al inicio de la Guerra Civil española y por mediación del Partido Comunista inglés se le pidió que cubriera  periodísticamente la contienda. La idea era que se alistara en el Quinto Regimiento de Milicias Populares, el Centro de Instrucción Militar comunista de Madrid y contara la guerra desde el punto de vista del soldado. Esto, a primera vista muy arriesgado, tenía su explicación, pues en el Quinto regimiento sobraban los voluntarios pero faltaban los periodistas y más si eran extranjeros, con lo que pronto disfrutó de privilegios que no eran los de la tropa. De estas experiencias nació un libro, "Reportero en España" donde además de historias verosímiles también relató otras no tanto. Inmediatamente, tras la publicación, entró en colisión con George Orwell que en su libro Homenaje a Cataluña publicado en 1938, ya le ponía al caer de un burro (1). Que si le dominaban y controlaban los agentes soviéticos en España, especialmente el malvado Koltsov, agente de Stalin, que si patatín que si patatán... (2)

El caso es que Cockburn se comportó como lo que se esperaba de él, un corresponsal de un periódico comunista, en este caso inglés. Dispuesto a colaborar con el gobierno y el Partido Comunista Español en lo que fuera, y al parece así fue pues se dice que formó parte de una argucia militar-periodística que consistía en dar credibilidad militar al Ejército Popular para que Francia cambiara su política de ayuda y de cierre de fronteras. ¡Menudo crimen, señor Orwell! (3)

Tras su retorno a Inglaterra continuó fiel a sus ideas y durante la Segunda Guerra Mundial se acomodó en Irlanda continuando sus colaboraciones en la prensa progresista, escribiendo libros y adaptando alguno al cine. Tenía dos frases que no nos resistimos a incluir, la primera: "No te creas nada hasta que haya sido negado oficialmente. Entonces ya estás seguro de que es verdad", y esta otra, también genial: "Allá donde halles un hedor insoportable en los asuntos internacionales, encontrarás que Henry Kissinger (4) ha visitado el lugar recientemente". Resumiendo, uno de los nuestros...

Notas.-

(1) Orwell venía muy escocido de la guerra de mentirijillas que vivió en el frente de Aragón y de los sucesos de mayo en Barcelona. Orwell escribió un libro extraordinario y de gran aceptación entre los conservadores ingleses que sentían fascinación por los anarquistas y otros tipos de revolucionarios que repudiaban a los comunistas. Pero Orwell nunca explicó por qué se enfadó tanto con el gobierno republicano, cuando podía haber acabado de voluntario en las BB.II. que era su inicial intención, en vez de caer en una unidad del POUM, aprendices de bolcheviques pero denostados por Trosky y enemigos acérrimos del gobierno legítimo de la II República, burguesa, claro. De modo que centrándonos, y para evitar equívocos, Orwell escribió unos de los mejores libros sobre la GCe, sobre un frente muy poco activo en la época en que combatió. Y, además relató sus experiencias en los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona, una rebelión armada contra el gobierno legal. Pero políticamente, Orwell era un libertario de derechas que no veía más allá de sus narices y que confundió a sus adorados compañeros del POUM con el pueblo español. Y esa sí que es gorda. Además, una vez que pudo salir de España donde corría algún riesgo policial, pero tampoco hay que exagerar, el era británico y muy poca cosa en el POUM, una vez que llegó a Inglaterra, digo, y comenzó a escribir su Homenaje a Cataluña, se encontró muy cómodo diseccionando con muy buenos argumentos, para qué negarlo, al malvado comunismo. Cosa que le dio fama y honores, y así, siguió pendiente abajo hasta que terminó colaborando con los servicios secretos ingleses y americanos, en un viaje hacia un furibundo anticomunismo muy común entre luchadores progresistas que en el cenit de sus vidas encuentran explicación a sus cuitas personales y frustraciones políticas en la conspiración comunista. Esta también es gorda.

(2) Koltsov no sería tan malo y tan agente de Stalin, cuando el propio Stalin lo fusiló en 1940 casi recién llegado de España.

(3) Y es que el anticomunismo visceral es una enfermedad, en general senil que te ciega completamente y ves donde no hay, hablas con autoridad de lo que no sabes, afirmas con seguridad lo que nunca viste, y acusas de crímenes imaginarios a quien nunca conociste. Como la prensa servil de nuestros días...

(4) Ponga el Secretario de Estado que toque...