S.B.H.A.C. Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores |
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1.3- Galería de personalidades y políticos republicanos en la GCe - De la M a la P - |
Enlaces |
Cesar de Madariaga.
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José Maestro San José.
(1) Qué buena idea la del grupo socialista del Congreso... |
José Andrés Manso.
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José Ignacio Mantecón Navasal.
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Federico Manzano Govantes
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Pablo Marcelino Martín González.
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Francisco Maroto del Ojo
Al final de la guerra se adhirió al golpe de Casado desde Madrid donde se encontraba para el pleno del Movimiento Libertario del 28 de marzo de 1939. Maroto estaba herido en un pie y aun así partió para Alicante donde no consiguió embarcar. Decidió esconderse en un hospital como un soldado cualquiera herido. En enero de 1940 fue detenido e identificado por una partida volante de falangistas malagueños que hacían este turismo sangriento por los grandes campos y cárceles del Levante español donde habían quedado detenidos miles de republicanos. Tras las brutales palizas a que fue sometido primero por los falangistas y después por los agentes del SIPM, Maroto parecía un cadáver ambulante. Fue entonces juzgado por sumarísimo y condenado a muerte. En julio de ese mismo año fue fusilado en el cementerio de Alicante con una saca de republicanos, entre ellos el propio gobernador civil de Málaga Luis Arráez Martínez. Todos fueron enterrados en una fosa común.
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Leonardo Martín Echeverría.
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Diego Martínez Barrio
(1883-1962). Obrero tipógrafo y político sevillano, de origen modesto, que desde muy joven se reveló como un brillante orador. Afiliado al Partido Radical, fue nombrado, por imposición de Lerroux, ministro de Comunicaciones en el Gobierno provisional de la República que presidió Alcalá-Zamora y, más tarde, en 1933, ministro de la Gobernación en uno de los gabinetes del citado Lerroux. De ideas moderadas y conservadoras, presidió el Gobierno puente que convocó las elecciones de 1933, que condujeron a las derechas al poder. Descontento con el proceder de su protector, se separó del Partido Radical y fundó Unión Republicana, que en las elecciones de 1936 se alineó en el Frente Popular. Elegido, en dicho año, presidente de las Cortes, desempeñó interinamente, por mandato constitucional, la presidencia de la República, al ser destituido de este cargo el nombrado Alcalá-Zamora. Al producirse el levantamiento militar de julio de 1936, Azaña le encargó que formase un Gobierno —Gobierno que no llegó a tomar posesión de su cargo— con el propósito de llegar a un entendimiento con los militares sublevados, lo que no consiguió a pesar de conferenciar telefónicamente con los generales Mola y Cabanellas, y de haberse negado rotundamente a que se entregasen armas a las organizaciones sindicales y partidos políticos que las reclamaban. Durante la guerra civil simultaneó la presidencia de las Cortes —en las escasas reuniones que celebró el parlamento— con la de la Junta Delegada del Gobierno para la región de Levante, la de la Junta de Ayuda a las Poblaciones Españolas y la del Comité del Ejército Voluntario. Tras la dimisión de Azaña de la Jefatura del Estado, poco antes de concluir la contienda, hubo de hacerse cargo nuevamente de la presidencia de la República, lo que no aceptó después de plantear no pocas objeciones de carácter jurídico-político. Exiliado, primeramente, en Cuba y México, y al finalizar la segunda guerra mundial, en París, fue elegido presidente de la República española en el exilio. Autor de un libro titulado Memorias (Ed. Planeta, Barcelona, 1983), en el que se recoge una interesante información sobre la guerra civil.
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Francisco Martínez Dutor Nacido en Jaén y voluntario en la Guerra de África donde alcanzó el grado de sargento. Recalado en Oviedo entró a formar parte de los trabajadores de la Diputación Provincial que en aquellos tiempos se ocupaba de las carreteras, puentes, etc... Reconocido miembro de la UGT y del PSOE y activo luchador en la Huelga General Revolucionaria de 1934, de donde se dice que el plan de los revolucionarios para ocupar Oviedo era del propio Dutor. Para evitar su captura huyó a la URSS tras la Huelga General Revolucionaria. Con las elecciones de febrero del 36 regresó a España siendo elegido compromisario para la Constituyente. Al estallido de la Guerra Civil tras entrevistarse con el traidor Aranda que afirmó que Oviedo estaba con el gobierno bajo su mando, Dutor y otros lideres mineros organizaron dos columnas proto-milicianas, pues la mayoría iban desarmados, en dirección a Madrid. Una en tren y otra en camiones. A la altura de Benavente y después de haber vuelto a ser engañados en León, regresaron a Asturias sin ningún fruto lo que dice poco de la organización de estas columnas, pues aunque apenas tenían armas si tenían fama, presencia y suficientes voluntarios para haber puesto en aprietos a los militares rebeldes de León y Benavente. Paro la rabia ante la traición de la pérdida de Oviedo y los cuarteles rebeldes en Gijón les animaron a volver a toda marcha perdiendo una importante opción de fastidiar a la rebelión y su enlace Castilla-Galicia. En el frente de Oviedo mando al inicio de la guerra el batallón de su nombre pero pronto le fue encargado la Comisaría Política del Cuerpo de Ejercito Asturiano, que luego sería el III Cuerpo del Ejército del Norte Posteriormente renombrado XVI Cuerpo. En junio de 1937, Martínez Dutor falleció de enfermedad natural, que desconocemos.
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José María Martínez de Elorza
Fuente: Manuel Rubio Cabeza |
Emilio Martínez Garrido.
Imagen sacada de internet, perteneciente al Fondo Martínez Pérez donde vemos al alcalde de Vigo junto con autoridades civiles y militares durante la II República y antes de la rebelión militar. Había nacido en 1886. Era un prohombre vigués, industrial y político socialista. Fue el último alcalde democrático de la ciudad hasta la monarquía juancarlista. Al tener se noticias de la rebelión se formó un Comité del Frente Popular que se reunió en el Ayuntamiento de Vigo. Las noticias eran alarmantes pero el alcalde, Martínez Garrido, adujo que el comandante de la guarnición le había dado su palabra de lealtad al gobierno. De nada valieron las súplicas de las organizaciones obreras que ya sabían lo que se fraguaba. El Comité no repartió armas, más, cuando la Guardia de Asalto manifestó su lealtad al gobierno. El día 20, los militares se sublevaron, dispararon contra la multitud y detuvieron al Comité del Frente Popular. Un mes después, juicio sumarísimo, y condenas a muerte para el alcalde y varios diputados socialistas. el 27 de agosto de 1936 fusilaron a Martínez Garrido.
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Horacio Martínez Prieto
Hasta 1931, Martínez Prieto no regresó a España, ocasión que aprovechó en 1932 para afiliarse de una vez a la CNT y abandonar el individualismo militante, lo que se llamaba anarquistas puros, que de tan anarquistas, ni se afiliaban para no contaminarse. Como miembro dirigente de la Regional Norte, Martínez Prieto, cobró prestigio personal. Tenía un físico atrayente y no le fallaba la palabra, entre agresiva y contundente en sus mítines. Los relatores dicen que hizo un viaje a la URSS, que no le gustó nada aunque se guardó de expresarlo públicamente. En 1934 fue nombrado vicesecretario del Comité Nacional de la CNT. Tras la revolución de Asturias fue encarcelado y a su salida se le nombró Secretario General del Sindicato, cargo que soportó hasta el Congreso Nacional de Zaragoza de mayo de 1936. Le sustituyó interinamente el madrileño David Antona. Durante la guerra civil adoptó una actitud considerada «realista» siendo partidario de colaborar con los demás partidos políticos que se habían alineado en el Frente Popular e incluso, con el Gobierno Central y los de las regiones autónomas. Se mostró partidario de abandonar Madrid en noviembre de 1936 apoyando al gobierno de largo Caballero. Según Hugh Thomas (La guerra civil española, Ed. Urbión, S. A., Madrid, 1979), gracias a él «se pudo convencer a los anarquistas de que aceptaran la nacionalización de las grandes industrias y bancos a cambio de la colectivización de las pequeñas empresas, y también la municipalización de los servicios locales». Estas posiciones le trajeron graves problemas con sus correligionarios, y fue destituido en un Pleno nacional en Valencia del cargo de Secretario General. Parece que se quería evitar que las acusaciones de cobardía ante el enemigo por su declarada opinión de la necesidad de abandonar Madrid, prosperaran. (2) A cambio fue nombrado Director General de Comercio por el Ministro de Comercio, el cenetista Juan López. Casi un año después fue nombrado Subsecretario de Sanidad por el ministro de Instrucción Pública y Sanidad, el también cenetista Segundo Blanco. En octubre de 1938, en una sesión del Movimiento Libertario Español, se declaró partidario de buscar la paz con Franco al entender que la guerra estaba perdida. Esto levantó oleadas de pasión entre los que apoyan o comprendían esta postura y los partidarios de la lucha a ultranza hasta conectar con la inminente guerra mundial. (3) Esta postura finalmente degeneraría en el casadismo en la zona Centro, concretamente en la jefatura y en el Estado Mayor del Ejército del Centro. Con la derrota, Martínez Prieto se exilió a Francia y tras la guerra estuvo muy activo en la CNT proponiendo al movimiento libertario adaptaciones políticas que evitaran su pérdida de influencia en el movimiento obrero. Fue acusado de colaboracionismo con los gobiernos republicanos en el exilio. Estaba claro que la crisis política que acometía a todas las organizaciones, sindicatos y partidos derrotados en la Guerra Civil española no fue resuelta en el movimiento libertario, propiciando posturas irreconciliables, que en el caso de Martínez Prieto le condujeron al ostracismo político. Murió en 1985 en el mayor de los anonimatos. En los últimos años de su vida escribió varios tomos de sus memorias. (1) Todos estos sucesos fueron cuidadosamente preparados por un comisario de la monarquía, Luis Fenoll, un agente provocador, conocido por preparar acciones de falsa bandera para implicar, capturar y detener a los revolucionarios en el exilio. Era la segunda o tercera vez que montaba acciones e este tipo. Los jueces de la primera sentencia así lo entendieron y lo tuvieron en cuenta como eximente. El suicidio del tercer condenado es uno de los actos más anarquistas y en definitiva más españoles de la época. ¡Os jodéis que a mi no me fusiláis! (2) ¡Si que eran finos sus adversarios políticos dentro de la CNT! Martínez Prieto representaba para muchos cenetistas la idea acomodaticia de muchos dirigentes que al abandonar las ideas revolucionarias propiciaban las poltronas. Era parcialmente verdad y explicaba la situación política en que se encontraba la CNT al final de la guerra, pero también era injusto con luchadores de la talla de Martínez Prieto. (3) El propio gobierno era consciente de esta realidad y Negrín intento acordar un alto el fuego previo a buscar la paz con Franco. Naturalmente, Franco que tenía la victoria al alcance de la mano, no quiso saber nada de paces. |
Manuel Martínez-Risco Macías.
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Florentino Martínez Torner
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Ignacio Mateos Guija y familia. Abogado y Gobernador civil de Cáceres que consiguió escapar de sus asesinos, no obstante, su familia, que vivía en Navalmoral de la Mata fue fusilada en cuanto los fascistas tomaron el pueblo. El padre (José Mateos Lozano) asesinado en el puente de Alcaráz y luego arrojado al Tajo como muchos otros cacereños, un hermano, Antonio Mateos Guija de 19 años, lo mismo. Poco después, otros dos hermanos y un tío de la familia. Al resto de lo que quedaba de la familia del gobernador la encarcelaron. El negocio lo saquearon falangistas locales que se repartieron el botín.
Parcial información: Santos Juliá y otros. |
Joaquín Maurín Juliá
Dirigente comunista, fundador del Bloque Obrero y Campesino, que se unió a otro grupo de igual filiación dirigido por Nin, forjándose el Partido Obrero de Unificación Marxista, integrante del Frente Popular. Había nacido en Huesca en 1896 en una familia de campesinos acomodados. Fue seminarista rebotado que siempre fue cantera de grandes revolucionarios. Estudio Magisterio, en el plan de la monarquía. Se relacionó desde muy joven con personajes del Aragón intelectual, como el artista plástico Ramón Acín, el periodista y escritor Felipe Aláiz, y el abogado Samblancat. Ingresó en el Magisterio en 1920 y ejerció primeramente en Lérida. Se interesó por el mundo anarquista e ingreso pronto en la CNT. Siendo instruido y con inquietudes intelectuales y políticas, Maurín formó muy pronto parte de la estructura dirigente de la CNT regional. Maurín viajó a Moscú en 1921 con una delegación de la CNT, viaje que al parecer influyó en su mirar ideológico, pues en 1923 ingresó en el organismo comunista, la Federación de Comunistas Catalana-Balear. Esto le llevará a prisión durante dos años. Ya con "la blanca" (el papel que te otorga la libertad) en 1927 se fue a Francia y se casó con una francesa y tuvo un hijo. Las trifulcas que agitaban el nacimiento de la Izquierda Comunista, propiciaron que su flamante federación Catalana-Balear fuera expulsada de la III Internacional. Puesto a buscar la unión de esta izquierda comunista participa en la fundación del Bloque Obrero y Campesino (Bloc Obrer y Camperol) que se declaraba marxista e independiente de la Komintern, pero comprensivo con la URSS y partidaria de tender puentes con todos los movimientos revolucionarios, especialmente los anarquistas. Parecía una buena idea. Y de hecho, nombrado Maurín Secretario General, el partido creció hasta los 10.000 militantes en un par de años. Se crea el periódico "La Batalla", que luego sería el órgano del POUM. A medida que la II república entra en conflicto con las recalcitrantes derechas y con las radicales izquierdas, Maurín comprende que la vanguardia debe estar unida bajo un sólo organismo, y le plantea a Andres Nin (Izquierda Comunista) esta unión, de la que resultara el POUM, un pequeño, pero influyente partido, marxista revolucionario y muy agresivo. Maurín salió elegido diputado en las elecciones de febrero de 1936. Pero la suerte estaba echada para el POUM. Nin no es Maurín, y la radicalidad se impone, donde la II Republica es declarada burguesa y digna de ser destruida. Un grave error de análisis, pues la España de 1936 no era Petrogrado en 1917, por mucho que se empeñaran, y Nin y Maurín juntos no le llegaban a la altura de los zapatos a ningún dirigente bolchevique de 1918, ni a Lenin, ni a Trotsky, ni a Kamenev, ni a Zinoviev, etc... Y así les fue. En julio de 1936, Maurín se desplazó a Galicia, quizá por trabajo político y allí en Santiago de Compostela le pilla la rebelión militar. Parece que se escondió y con la ayuda de compañeros consiguió llegar a Huesca, en zona rebelde y cerca del frente o de la frontera francesa. En Panticosa, es detenido por la Guardia Civil y encerrado en Jaca sin saber quién era realmente. Sus compañeros del POUM le dan por muerto. Liberado de la cárcel por falta de acusación, se acerca a la frontera y de nuevo es detenido y esta vez reconocido. Pasó casi 10 años en las prisiones franquistas. Hay relatores que ofrecen alguna duda sobre su liberación, pero para nosotros, es irrelevante. Partió para Estados Unidos y allí rehizo su vida alejado de sus camaradas y evolucionando peligrosamente hacia el anticomunismo feroz de su ex camarada Gorkin y otros. Y eso sí es relevante. Escribió varios libros y sus memorias. Destacan "Los hombres de la dictadura" y "La Revolución española" que explican muy bien la visión de la izquierda comunista de esa parte de la historia española. También escribió un par de interesantes cuentos. Murió en Nueva York en 1973,
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Trifón Medrano Elurba
Parcial información: Blog de José María Sánchez |
Federico Melchor Fernández
La empresa era un despropósito basado en un error de escenificación propio de los militantes comunistas del exilio, que fueron incapaces de analizar la situación periodística de España a la muerte de Franco. El PCE ya no era la organización voluntariosa, disciplinada y sin fisuras, sino que los militantes del interior, con gran diversidad de pensamiento antifranquista y de izquierdas, habían recalado en el PCE porque reconocían que era el mejor, y prácticamente el único valido para esta lucha en la larga Noche Negra y que ahora terminaba. La transición desdibujaba algunos problemas y Mundo Obrero era una de ellos. Carrillo y su corte nada entendían del PCE del interior y menos de la España del final del franquismo. Nada sabían del mundo empresarial pues habían vivido de la sopa boba rusa y de las colectas en el interior. Y crearon una empresa gráfica donde premiaron a los incondicionales fieles por contra de los buenos profesionales que a lo mejor eran algo díscolos. Pero nadie quería ya leer prensa comunista que les recordaba el reciente pasado, y encima un diario sin autocrítica, a mayor gloria de Carrillo y que silenciaba los verdaderos problemas del PCE. Era carrillismo en estado puro, y por tanto Mundo Obrero no era un diario democrático de verdad y la gente no era tonta y preferían leer El País y similares, pues ya se sabe que nadie se lee la hoja parroquial, en este caso la hoja del Partido. Cuando se acabó el dinero de los militantes, Melchor fue llamado por un airado Carrillo que le reprochó su mal hacer. Aun así, tras despedir a la mayor parte de la plantilla, se lanzaron a un proyecto de Mundo Obrero más realista, un semanario, creo, que también fracasó, pues tampoco entendieron el negocio editorial de las revistas políticas. Para eso ya estaba Cambio 16. Melchor Murió en 1985.
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Alejandro Mendicute Liceaga. (1891-1936) Sacerdote guipuzcoano, destinado en San Sebastián, que por mantenerse fiel al gobierno vasco, fue fusilado en octubre de 1936 tras un consejo de guerra, pocos meses después de ser hecho prisionero.
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Arturo Menéndez López.
En el ultimo año del bienio Azaña, se produjeron los sucesos de Casa Viejas, donde oficiales desleales de las fuerzas de orden público (el peor el capitán Rojas, un autentico canalla posteriormente premiado por Franco) ordenaron asesinar a los campesinos anarquistas y como auténticos villanos y perjuros aseguraron haber recibido órdenes del mismísimo Azaña de "tiros a la barriga" que era una infamia con la que la derecha organizó una buena. Azaña pudo salir del trance pero Arturo Menéndez hubo de dimitir y hasta fue encarcelado y procesado (1) Una vez libre fue nombrado para un cargo administrativo en el puerto de Barcelona. Con la llegada del bienio Negro presentó su dimisión. La revolución de octubre hizo que sus huesos volvieran a dar con la cárcel. Azaña también fue detenido por este falso motivo, complicidad con la Huelga General revolucionaria. La derecha radical le tenía gran odio a este político. Se sabe que la magistratura mas cavernícola sólo estaba esperando la ocasión para fulminarlo. Con el triunfo del Frente Popular fue nombrado en un puesto directivo de los Ferrocarriles del Oeste. Un puesto de bajo nivel probablemente a propósito. Con el 18 de julio estaba en Barcelona por motivo de su empleo. Ferviente republicano quiso partir para Madrid para reincorporarse a su despacho y ponerse a disposición del gobierno. Una acción que se demostró muy imprudente pero que era imposible de prever. Viajaba con él el diputado de ERC por Gerona, Joan Casanellas. El expreso paraba varias horas en Calatayud, y en esta ciudad ya circulaban patrullas rebeldes de falangistas y guardias civiles que entre otras cosas registraron el tren en busca de rojos. Solicitada la documentación y tras una llamada telefónica a la comandancia local, ambos viajeros fueron conducidos en un coche a toda velocidad a Zaragoza, donde Cabanellas apoyaba el golpe. Allí estaban esperando a Arturo Menéndez con ganas. Las palizas fueron tan brutales que estuvo en riesgo su vida. Cabanellas los envió a Pamplona donde sabía que iba a ser fusilado sin ninguna duda. Llegados a esta plaza, el 5 de agosto de 1936 una partida mixta de falangistas y requetés se lo llevó y le dio el "paseo". El 10 de agosto aniversario de la Sanjurjada, el sanguinario Queipo de Llano vomitando mierda por las ondas comunicó al país que para celebrar el tercer aniversario de la Sanjurjada se había decidido en Pamplona fusilar al que fuera Director General de Seguridad en esas fechas y principal responsable de su fracaso. Lo dicho, más su amistad con Azaña, más su fervor republicano satisficieron las ansias asesinas de sus verdugos y de otros sanguinarios voceros como pocas veces. Arturo tenía 43 años, dejaba viuda e hijos y para terminar de sembrar este odio secular nunca se le legalizó la muerte de modo que intencionadamente, sus deudos nunca pudieran tener derechos pasivos. Estas indignantes actuaciones fueron muy corrientes en la represión franquista y afectaron desoladoramente a miles de viudas. Cuando la muerte de Arturo fue conocida, sus amigos, familiares y sobre todo Azaña quedaron conmocionados. Que la diosa razón tenga en su seno a este héroe de la República
(1) Años después, en 1976 el periodista Daniel Sueiro escribió que en una entrevista que le hizo a Eduardo Pardo Reina el que fuera abogado del Capitán Rojas, le contó que lo de tiros a la barriga se lo había inventado Rojas para perjudicar al gobierno Azaña. Además, los historiadores demócratas ya han desmontado este bulo y bastantes otros semejantes... |
Teodomiro Menéndez Fernández (1879-1978)
El diputado Menéndez visita a los mineros. A destacar las caritas de los mineros en contraste con el límpido rostro del diputado. Y sin embargo era uno de ellos.
En 1901 con 22 años se afilió a la Agrupación Socialista de Oviedo. Unos años después se fundaron las Juventudes Socialistas de Oviedo, en las que fue elegido presidente. Seguía trabajando en la fábrica de armas pero se hizo cargo en 1909 de la dirección del semanario "La Aurora social", que en 1917 se convertiría en diario y que era el órgano de los socialistas asturianos. Teodomiro dejó este cargo en 1911, ya que fue elegido para concejal del ayuntamiento. Hecho que coincidió con su despido de la fabrica de armas, cuyo motivo desconocemos. Al disponer de más tiempo, Teodomiro decidió organizar a los ferroviarios asturianos. En aquellos tiempos, los trabajadores ferroviarios tenían la llave del triunfo de las huelgas obreras pues controlaban las comunicaciones, sin tren no había ni prensa nacional. A los ferroviarios y a la clase trabajadora asturiana en general, le encantaban los mítines de Teodomiro, con su potente voz y su lenguaje natural. Era uno de ellos, nacido en la pobreza, trabajador en la fabrica de la Vega (la aristocracia obrera ovetense) y que ni le debía nada a nadie ni tenía motivos para engañar a sus camaradas y compañeros. Los sindicatos y gremios de trabajadores asturianos se lo rifaban para que les representara. En 1917, la situación de los trabajadores españoles era insostenible. Primero saltaron en julio los ferroviarios valencianos que fueron apoyados por sus compañeros de toda España. Acción que detonó en agosto la Huelga General Revolucionaria de 1917, que se convocó como un clamor en petición de mejoras y suministros (alimentos, entonces) ante una burguesía que se estaba haciendo de oro con los pedidos de los contendientes en la Gran Guerra pero sin compartir ni un céntimo de los beneficios con los trabajadores que se encontraban en unas condiciones de explotación salvaje. Teodomiro organizó a los ferroviarios de Asturias y no se movió un tren. El ejército, pese a que andaba jugando a las Juntas con el gobierno, se lanzó de lleno a triturar a los trabajadores, y con armamento de guerra, como si fuera el Rif, aplastó aquella huelga tan necesaria. Teodmiro fue detenido, juzgado y encarcelado y desterrado a un pueblo de Palencia. Ya con la dictadura de Primo de Rivera, y junto con Prieto que tenía una tremenda impronta en el Norte trabajador, se opuso a las componendas colaboracionistas de la UGT de Largo Caballero. Enmarcado ya como prietista, con la llegada de la II República ejerció puestos en Obras Públicas, como Subsecretario de Obras Públicas (segundo de abordo, entonces) y Director General de Puertos. Dos puestazos entonces. A la par, había sido elegido diputado por las de 1931 y lo sería también por las de 1933. La llegada del Bienio Negro, cambió mucho las cosas. Para la de octubre del 34, ni Prieto ni Menéndez estuvieron por la labor, aunque por disciplina cumplieron con su papel. Teodomiro organizó con su habitual eficacia la Huelga General Revolucionaria en Asturias, era la segunda HGR en la que participaba. Una vez en el conflicto protegió a todos los derechistas que pudo, aunque la represión de los mineros, por contra de todas las mentiras que se han dicho, fue muy leve. De nada le sirvió. Detenido por las tropas moras de Yagüe, le molieron a culatazos de forma brutal haciéndole la pared. El propio López Ochoa, al mando de las fuerzas militares, se preocupó por él. De hecho, Teodomiro estaba vivo de milagro, pues las hueste de Yagüe no se cortaban un pelín, como pasó con el asesinato del conocido periodista Luis Sirval. Asesinato que el mismo Lerroux, presidente del gobierno, justificó, diciendo que el bueno de Sirval nada sospechoso de bolchevique, se había abalanzado contra el teniente ruso blanco, Dimitri Ivanoff de la Legión, responsable del asesinato de Aida Lafuente y otros mineros, casos que estaba investigando Sirval y por eso le mataron. A Teodomiro, preso de izquierdas en un gobierno reaccionario, le iban muy mal las cosas, como suele ocurrir. Encausado, se temía lo peor, pues las sentencias a muerte iban cayendo y algunas ya se habían cumplido. Desesperado se arrojó por la ventana del servicio. No se sabe si por intento de suicidio, si fue arrojado o si trataba de huir. Enviado al hospital, el posterior juicio fue patético. Escayolado, lleno de vendas, mataduras, moratones, y brechas en el cráneo de los culatazos rifeños, Teodomiro componía la estampa de la revolución derrotada. Ninguna de las personas que protegió declaró en su favor y la sentencia, que era política a todas todas, ya estaba escrita. ¡Pena de muerte! Pero Teodomiro Menéndez no era un cualquiera, además de la pena de muerte le impusieron una multa de cien millones de pesetas, con la sabía intención de arruinar a las organizaciones obreras en el caso de que el gobierno lo indultara. Alcalá Zamora y Lerroux querían indultarlo, pero Melquiades Álvarez, líder del Partido Reformista, a la sazón escorado a la extrema derecha, asturiano como Teodomiro y que también había vivido lo suyo, quería que lo fusilaran pues preconizaba palo y tente tieso. Al final, para no liarla más lo indultaron, como a Belarmino Tomas y a Ramón González Peña. Ingresado en el penal del Dueso. Se recuperó de sus heridas entre el apoyo de los suyos y de incluso adversarios políticos que sabían de su bonhomía. Y allí estuvo hasta que el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936 abrió las cárceles para los presos de Asturias. Al poco llegó el alzamiento militar prontamente fascista. Teodomiro vivía en Madrid. Se cuenta en Internet que un vecino falangista, que pensaba que aquello era cosa de tres días, puso un cartel en la puerta del portal señalando que allí vivía el peligroso asturiano para que cuando llegaran los suyos lo supieran. Al verlo Teodomiro y temiendo que los milicianos no iban a tener piedad con el fascista, lo escondió en su propia casa. ¡Qué tio! Durante la guerra, Teodomiro tuvo cargos civiles en los distintos gobiernos de la República en guerra. Se desplazó a Valencia con el gobierno y allí un bombardeo alemán mató a su compañera. Al final de la guerra se exilió a Francia aunque no sabemos cómo. En 1940, en la Francia de Vichy, la Gestapo lo prendió en la operación de captura patrocinada por Franco con la ayuda del embajador Lequerica y del agente Urraca. Junto con Julián Zugazagoitia, Cruz Salido, Carlos Montilla, Miguel Salvador, Cipriano Rivas Cherif, fue enviado a España. Días después, mandaban a Company. El gran Zuga y su amigo del Alma Cruz salido fueron fusilados. Company también. Teodomiro fue condenado a muerte, la segunda. Sus familiares y amigos pidieron ayuda, "avales", se decía, a personalidades derechistas que Teodomiro había protegido en el Madrid en guerra. Y milagrosamente le fue conmutada por cadena perpetua. Hay otra anécdota en internet, que relata Francisco Vega en el país en 1978 con motivo de su muerte, que cuenta que pese a que Teodomiro Menéndez era una bellísima persona, también era un bravo asturiano, pues cuenta que estando recién liberado de prisión tras haber pasado siete años de penal en penal, lo que se llamaba turismo carcelario, se encontraba en una sidrería de Madrid celebrándolo con unos amigos y unas botellas de sidra. En estas se acerco un falangista que lo reconoció y que, crecido, le puso pingando y le amenazó de muerte además de mentar ofensivamente a toda su familia. Teodomiro cogió la botella de sidra y se la estampó en la cabeza. ¡Bien por Teodomiro! Fue detenido, condenado a tres años por atentado a la autoridad y enviado a la cárcel de Yeserías. Cuando acabó de cumplir esta pena. España era una larga y negra noche que helaba el corazón de pobres y derrotados. Teodomiro no tenía recursos y vivía un sin fin de estrecheces en su viudedad, a veces paliadas por sus antiguos camaradas. La sobrina que lo atendía, Carmen Fernández dijo que estaba escribiendo unas memorias con su prodigiosa memoria, y que periódicamente enviaba sus cuartillas al extranjero para salvaguardarlas de los continuos registros policiales. Nada se sabe de estas memorias lo que es una gran pena. Afortunadamente todavía vivía cuando murió Franco. Teodomiro murió a los 99 años en 1978 a raíz de una caída domestica. Ingresado en el hospital murió al poco. Qué extraordinaria fortaleza la de este gran socialista, que sufrió toda clase de torturas, palizas, prisiones durante toda su vida, y sin embargo alcanzó los 99 años con la mente preclara y la conciencia más tranquila de la Guerra Civil. ¡Que la diosa Razón te tenga en su seno, Teodomiro, asturiano de pro!
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Caridad Mercader (María Eustaquia Caridad del Río Hernández)
Hija de un rico industrial, tempranamente concienciada para la revolución y madre de Ramón Mercader, el asesino de Trotsky. Caridad, casada con un cubano de apellido Mercader, era militante comunista y participó en el ataque al edificio de la IV División Orgánica de Barcelona, el día 19 de julio. Era una activista convencida, admiradora del estalinismo y que aprobó la dura misión de su hijo. Tenía la Orden de Lenin.
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Jaime Ramón Mercader
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Antonio Mije García
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Jaume Miravitlles Navarra
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José Moix Regás
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Juan Manuel Molina Mateo
Con la guerra Civil forma parte del poderoso Comitè Central de Milícies Antifeixistes de Catalunya y al poco es designado subsecretario de Defensa de la Generalitat. La llegada de la guerra al territorio catalán propicio que fuera nombrado Comisario del X Cuerpo y también del XI Cuerpo del Ejército del Este. Al final se exilió Francia donde participó activamente en las unidades guerrilleras de republicanos españoles. En 1946 regreso a España clandestinamente con la intención de ayudar a reconstruir el movimiento libertario. Detenido fue condenado a prisión y en 1952, con la libertad provisional volvió a Francia. Es autor de ensayos y trabajos biográficos e históricos sobre el movimiento libertario. Aparece en los ficheros del SERE como peticionario de permiso para exiliarse a Méjico. La imagen procede de ese fichero. Hay un boletín del Diario Oficial del Ministerio de Defensa Nacional de diciembre de 1938 por el que asciende a Comisario Delegado de Brigada al de División.
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Juanita Montenegro (Juana Andrés Picado)
(1) Un critico de la época a propósito de la actriz Juanita Montenegro en la película Maria del Carmen: “mujercita de poco menos de veinte años, esbelta y cimbreante como un junco, morena con un color tostado casi tropical. Radiante y luminosa con una alegría exuberante y comunicativa. Unos ojos profundos y vivos que a veces quieren ser sombríos y misteriosos, y casi siempre son infantiles e ingenuos” (2) GONZÁLEZ, P, y CANÓVAS, J., Catálogo del Cine Español: La biografía de JUANITA MONTENEGRO (Juana Andrés Picado) presenta numerosas lagunas. Sabemos que nació en San Sebastián y era hermana de la también actriz CONCHITA MONTENEGRO -esta sí, de largo recorrido profesional y reconocimiento internacional-. Ambas eran hijas naturales de general Severiano Martínez Anido -Ministro de Orden Público de la Dictadura de Primo de Rivera-. Tras sus estudios de danza y arte dramático en la Escuela de la Opera de París forma pareja artística con su hermana Conchita, adoptando el nombre artístico de “Las Dresnas de Montenegro” con el que debutan en el Teatro Romea de Barcelona y posteriormente en Madrid. “Parece ser que practicaban un baile ecléctico y ‘modernista’ y cautivaban a la audiencia con la resplandeciente belleza de sus cuerpos” dice Jesús García de Dueñas. En 1927 participa como secundaria y junto a su hermana Conchita en el largometraje “Rosa de Madrid”, dirigida por un joven Eusebio Fernández Ardavín, a partir de la obra literaria de su hermano Luís. Juanita se significó especialmente en la guerra civil española poniéndose a las órdenes del gobierno y sirviendo de chofer en el partido de Izquierda Republicana (hay un reportaje en Mundo Gráfico sobre este tema). Casada con el director Hugo Donarelli, italiano de origen e introductor de la técnica del doblaje en España -de hecho, suyos son los primeros estudios dedicados al doblaje que hubo en España-, desaparece de la escena finalizada la contienda bélica. |
Carlos Montilla Escudero Político republicano muy cercano a Azaña y que había sido gobernador civil en distintas provincias y que siéndolo en Zaragoza en 1931 fue muy criticado por los incidentes de Épila que constaron un muerto en enfrentamientos con la Guardia Civil. Fue nombrado Embajador de España en Suiza durante la Guerra; y detenido en Francia al término de ésta. Entregado por las autoridades francesas y la Gestapo al Gobierno de Franco, junto con Zugazagoitia, Rivas Cheriff, Cruz Salido, Salvador Carreras entre otros. Fue condenado a muerte en el ilegal juicio que también condenó a muerte a Zugazagoitia y Cruz Salido, salvaron su vida Rivas Cheriff, Carreras, Carlos Montilla y Teodomiro Menéndez.
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Federica Montseny i Mañé
Lea esta estupenda reseña bajada de Biografías y Vidas: (Federica Montseny Mañé; Barcelona, 1905 - Toulouse, 1994) Dirigente anarquista española, una de las figuras más emblemáticas del movimiento obrero español. Federica Montseny fue, además de la anarquista más conocida en la época que va desde la dictadura de Primo de Rivera a la Guerra Civil (años veinte y treinta del siglo XX), una brillante escritora y oradora. Su vida estuvo marcada tempranamente por la determinante influencia de sus padres: Juan Montseny y Teresa Mañé (Federico Urales y Soledad Gustavo, según los seudónimos con los que se les conoció en su febril actividad social y propagandística), ambos militantes en las ideas libertarias. En la concepción revolucionaria de Federico Urales, la necesidad de extender la educación a todos los grupos sociales constituía un eje fundamental: la liberación de hombres y mujeres sólo podría alcanzarse por medio de la adquisición de conocimientos. Y así, Federica Montseny obtuvo desde el principio todos las energías y capacidades de sus padres para formarse. Un fuerte sentido de la libertad determinaría, además, todo su proceso de aprendizaje. Libertad personal, poder de decisión, elección de su forma de vida, fueron los cimientos de la idea de mujer que, por otra parte, Teresa Mañé transmitió a su hija. El teatro, para el que su padre escribió innumerables obras, formó también buena parte de la educación de Federica que, asistiendo también a los cursos libres de la Universidad de Barcelona, completó así una instrucción que la haría desmarcarse ampliamente de las mujeres de su tiempo. Mítines y manifestaciones formaron también parte de la vida adolescente de Federica. Con apenas doce años ya acompañaba a sus padres en la actividad militante que no abandonó a ninguno en sus agitadas vidas. En el Café Español conoció Federica a Salvador Seguí, el Noi del Sucre, líder sindicalista del momento, y a Luis Companys, más tarde presidente de la Generalitat catalana. En un mitin por esos días oyó por primera vez a Ángel Pestaña. Todos ellos, cruciales personajes de la historia social y política de España, más tarde compartieron con Federica las convulsas luchas obreras y la trágica Guerra Civil. A finales de 1920, con quince años, Federica Montseny escribió su primera novela, Peregrina de amor, que quemó poco después. Al poco tiempo comenzó la redacción de una obra sobre la Barcelona obrera: La tragedia del pueblo, cuyo destino fue también el fuego. A los diecisiete años comenzaron sus colaboraciones en la prensa anarquista, utilizando (para no aprovechar la fama de su apellido) un seudónimo: Blanca Montsan. En 1923, con dieciocho años, ingresó en la C.N.T. (Confederación Nacional del Trabajo), la gran central sindical anarquista de la época, afiliándose en el sindicato de Oficios Varios de Sardañola. Fue en aquel tiempo cuando recibió la oferta de Ángel Pestaña, a la sazón director del periódico, de colaborar en Solidaridad Obrera, órgano decano de la prensa confederal. Federica tendría desde entonces a su cargo la sección de “Relieves sociales”. Federica se incorporó asimismo al equipo director de la Revista Blanca, órgano teórico del anarquismo español que se publicó bimensualmente entre junio de 1923 y 1936 y en cuya primera época (1898-1905) habían colaborado con asiduidad Unamuno, Clarín, Baroja, Pérez Galdós o Pablo Iglesias. Allí se dio a conocer a través de sus muchos escritos y de los que publicó en otra cabecera anarquista -en este caso semanal-: El luchador. Periódico de sátira, crítica, doctrina y combate. Ambas publicaciones fueron las fuentes más importantes de divulgación de su pensamiento, vertido en unos seiscientos artículos. Desde 1932 Federica Montseny comenzó a intervenir en diversas giras que, muy usuales en aquellos años, recorrían distintas zonas del país divulgando las ideas sindicalistas y revolucionarias. Participó en múltiples mítines, y sus discursos comenzaron pronto a recogerse en panfletos. En 1933 Federica dio a luz a su primera hija (a la que llamó Vida), fruto de la que sería una larga relación con el también militante anarquista Germinal Esgleas. Ello no supuso sin embargo su alejamiento del trabajo organizativo ni literario. En este último campo, Federica Montseny escribió alrededor de cincuenta relatos para la Revista Blanca en dos series llamadas La Novela Ideal y La Novela Libre. Dos de estos relatos, La victoria y El hijo de Clara, abordaron el problema de la libertad femenina, asunto del que Federica Montseny se ocupó durante toda su vida. A estas obras siguió una tercera, La indomable, novela en buena medida autobiográfica, en la que, como en las anteriores, la autonomía de las mujeres y su derecho al libre albedrío configuraban las bases de la trama. Miembro destacado de la F.A.I. (Federación Anarquista Ibérica), el ala más radical de la C.N.T., Federica Montseny mantuvo implacablemente un enfrentamiento dialéctico con sus compañeros del sector más moderado, conocido como “Treintistas” -por haber firmado el “Manifiesto de los Treinta”-, lo que la acercó a las posiciones de hombres como García Oliver, Ascaso, Durruti y otros, y la situó frente a dirigentes como Ángel Pestaña o Joan Peiró. La crucial cuestión ética que tuvo que enfrentar la C.N.T. a los pocos meses de comenzar la Guerra Civil, durante el gobierno de Largo Caballero, que opuso sus principios anarquistas a la colaboración gubernamental a la que se vio abocada la organización, afectó profundamente a Federica Montseny. En efecto, de los cuatro ministros confederales que fueron nombrados como representantes de la C.N.T. en el gobierno y que ocuparon las carteras de Justicia, Comercio, Sanidad e Industria, uno fue Federica Montseny. Sus escrúpulos ideológicos y la presión a la que fue sometida por parte del sector más purista para que se negase a aceptar el cargo fueron difíciles de superar. A pesar de ello y de las serias divisiones que la decisión ocasionó en las filas libertarias, Federica -y los otros tres compañeros- aceptaron, considerando su intervención en el gobierno imprescindible para vertebrar la defensa frente al ejército rebelde. Federica Montseny se convirtió así en la primera mujer en la historia de España en ocupar un cargo de esas características. Ostentó el puesto de ministra de Sanidad y Asistencia Social desde el 5 de noviembre de 1936 hasta el 17 de marzo de 1937. Si bien pocas reformas podían acometerse en el contexto turbulento de la guerra y en medio de las inacabables querellas interpartidistas dentro del gobierno, Federica promulgó desde su ministerio un decreto legalizando el aborto. Incorporó también a sus competencias la labor de atención a los refugiados. Las charlas y las conferencias no dejaron de formar parte de su actividad. Algunas de éstas se publicaron posteriormente, entre ellas El anarquismo militante y la realidad española o La Comuna de París y la Revolución Española. Entre los ensayos escritos durante el período de la Guerra Civil cabe resaltar Los precursores: Anselmo Lorenzo, el hombre y la obra, de 1938 (año en el que dio a luz a su segundo hijo, Germinal). El 26 de enero de 1939 toda la familia Montseny partió al exilio francés, huyendo del avance del ejército franquista. En junio de 1940 sufrirían un segundo éxodo: esta vez huían, junto a miles de franceses, de las tropas nazis. El exilio no supuso, no obstante, el fin de la militancia política de Federica Montseny, que se integró en el S.E.R.E. (Servicio de Evacuación de los Refugiados Españoles) y colaboró en el embarque de los refugiados en mayor peligro, con destino a América. Durante los posteriores años de la ocupación nazi, un alias, Fanny Germain, sirvió a Federica de protección frente a la persecución de los alemanes, que no obstante la persiguieron hasta la “Francia Libre”. Detenida finalmente, el hecho de estar nuevamente esperando un hijo la libró de ser enviada a España, aunque pasó un tiempo en las cárceles francesas. En 1942 nació su tercera hija, Blanca. Tras la liberación de Francia por las tropas aliadas, en noviembre de 1944 los Montseny se instalaron en Toulouse, donde Federica pudo reanudar su trabajo de cara a reorganizar el movimiento libertario de oposición al franquismo. No fue sino con la restauración de la democracia en España en 1977, que Federica Montseny pudo regresar a su país. Durante su largo exilio viajó a Suecia, México, Canadá, Inglaterra e Italia, si bien fijó su residencia en Francia, prosiguiendo su actividad militante con múltiples conferencias. Durante este largo período no dejó de publicar diversos títulos, entre los que destacan Mujeres en la cárcel (1949), Cien días de la vida de una mujer (1949), Heroínas (1964). El éxodo. Pasión y muerte de los españoles en el exilio (1969) y su libro de memorias Mis primeros cuarenta años, aparecido en 1987, cuando contaba ochenta años. Fundó asimismo, junto a su compañero Germinal Esgleas, el semanario L’Espoir. Falleció el 14 de enero de 1994, a los ochenta y ocho años de edad. |
Telesforo Monzón.
Fuente: Felipe Peña |
Narcis Molins I Fábrega.
Fuente: Contraportada del libro "UHP. La insurrección en Asturias" del propio reseñado. Ediciones Jucar. Madrid 1977 |
Constancia de la Mora Maura (1906-1950)
Su hermana Marichu participaba de los ambientes reaccionarios que conspiraban contra la II República y era amiga de Pilar Primo de Rivera. Su marido Manuel también se movía en estos círculos. Pero Constancia de la Mora pensaba de manera distinta a su familia y era partidaria de la II República, destacando en sus posiciones feministas. (1) Aprovechando la ley del Divorcio que se aprobó en 1932, Constancia se divorció de Manuel Bolín y poco después se casó por lo civil con Ignacio Hidalgo de Cisneros, militar de origen aristocrático miembro de una familia alavesa de larga tradición militar. Ignacio era piloto en el Servicio de Aviación y era conocido por su pasión republicana, habiendo participado en la asonada republicana de diciembre de 1930, con Ramón Franco y Queipo de Llano. Por este motivo se exilió a Francia y no recuperó su puesto hasta la proclamación de la II República en 1931. La pareja comprendió al estallido de la Guerra Civil que la mejor manera de defender a la República era ingresando en el Partido Comunista, aunque no profesaran exactamente esa ideología. Tesitura que abordaron muchos intelectuales y profesionales viendo como se desarrollaban los hechos del verano de 1936, donde el gobierno perdió el control completamente de la sociedad española y especial y dolorosamente del orden público. Tanto Constancia como Ignacio se pusieron a la tarea, cada uno en su especialidad, Ignacio, en las Fuerzas Aéreas, que llegaría a mandar en octubre de 1936 con la entrada del gobierno de Largo Caballero. Constancia estaba en labores de censura y traducción, y con la llegada del gobierno a Valencia fue nombrada Jefa de la Oficina de Prensa Extranjera en sustitución de Rubio que por Arturo Barea, que oficiaba este puesto en el edificio de la Telefónica en Madrid, sabemos era muy rígido y burocrático y maldecido por todos los corresponsales de prensa. La llegada de Constancia a la Oficina mejoró el servicio y las relaciones con los corresponsales y muchos los expresaron en sus memorias, pues era una mujer de fuertes convicciones pero flexible en su trabajo tratando de solucionar las innumerables cuestiones que surgían en una oficina tan clave sin airar a nadie ni hacer enemigos que no lo fueran ya. Constancia se encargaba personalmente de llevar a los periodistas a los frentes, los acompañaba hasta las mismas alambradas y les facilitaba su trabajo, pero también les mantenía bajo control tras una gran sonrisa. Constancia también realizaba labores del Socorro Rojo trabajando con Matilde Landa y Tina Modotti responsables de este servicio. De hecho, tanto Matilde como Constancia, enviaron a sus hijas, (Luli, la que había tenido Constancia con Manuel Bolín), a Rusia en la esperanza de recuperarlas al final de la guerra. (2) Partió luego para Barcelona siguiendo al gobierno. Con la derrota, Ignacio volvió a la zona Centro con Negrín y otros altos cargos del Ejército, y Constancia marchó a los Estados Unidos para buscar apoyos para la causa. Allí se relacionó y tuvo el apoyo de muchos periodistas que ya había tratado en España, como Hemingway, Jay Allen, Marta Gellhorn y otros. Eleanor Roosevelt, una mujer de características muy parejas a las de Constancia, la llamó para informarse de primera mano de la tragedia republicana. De esta serie de entrevistas nació una gran amistad entre estas dos mujeres inteligentes y fuertes en sus ideas. Decidió escribir en inglés su experiencias como mujer española adelantada y activista en la República y en la guerra civil. Precisó la ayuda de una periodista americana, pues aunque hablaba muy bien el inglés, escribir unas memorias no era lo mismo. El libro "In place of splendor" se publicó en Nueva York y tuvo grande éxito, pues se trata de unas memorias extraordinarias. Constancia se dirigió a Méjico para instalarse, pues quería estar con la mayor colonia de republicanos de América. Allí animada por el éxito de sus memorias, decidió escribir una versión en castellano, que llamó "Doble esplendor", la obra se tradujo a varios idiomas pero no se publicó en España hasta 1977 y pasó bastante desapercibida excepto para los de siempre. En 2004 se reeditó con prologo de Jorge Semprún. En 1941, Ignacio Hidalgo de Cisneros se reunió con ella en Méjico, pero al año siguiente se separaron de mutuo acuerdo. Hasta 1945 no consiguió Constancia que su hija saliera de Rusia para reunirse con ella. (3) En 1950 en un viaje por Centroamérica falleció tras un grave accidente de tráfico. Perdimos una gran republicana y una gran mujer (4). Su marido, Ignacio Hidalgo de Cisneros escribió también unas interesantes memorias, "Cambio de rumbo". Murió en Budapest en 1966. Su figura es una de las pocas respetadas en todos las orillas del proceloso mar de la Guerra Civil española. No así con Constancia de la Mora a la que la carcundia ha difamado con crueldad, relacionándola con la muerte de José Robles, vertiendo porquería sobre sus relaciones personales y lo que es peor insinuando una mano negra en su mortal accidente. Que la diosa razón confunda para la eternidad a estos bellacos difamadores que hablan de lo que no saben, cuentan lo que nunca vieron que les contaron otros que tampoco lo vieron nunca, y todo por ser una mujer feminista y comunista. Lo de siempre.
(1) Este feminismo incipiente en lo que se ha venido a llamar culturalmente la edad de plata de la cultura y las artes españolas que abarcó desde los años veinte hasta el inicio de la Guerra Civil española, teniendo su climax durante los años de paz de la II República, este feminismo militante, digo, se estaba mostrando imparable entre las clases urbanas cultas y la pequeña burguesía progresista que representaba la proclamación republicana. (2) Esta decisión de enviar niños a Rusia por parte del MOPR, el Socorro Rojo Internacional, que en España gestionaban Vitorio Vidali, su compañera Tina Modotti y Matilde Landa, siempre nos ha parecido un desastre. Lo peor que le puede ocurrir a un niño en separarse de su familia. En el caso de Matilde Landa que estaba inmersa en una durísima tarea cotidiana de ayuda a los evacuados, especialmente a los niños acogidos en colonias infantiles, donde el año 1938 pasaba una terrible factura de hambre y carencias de todo tipo a la población republicana, en este caso, digo, y agravado por la tisis que padecía Matilde, puede que la decisión estuviera acertada. En el caso de Constancia, no acabo de entenderla, quizá la militancia y el ejemplo condicionaran esta arriesgada decisión. De hecho, la recuperación de la hija de Constancia, Lourdes, Luli, en 1945 fue muy complicada. (3) Su hija Luli se caso con Severiano Caraballo y tuvo ocho hijos. Un hija suya y por tanto nieta de Constancia, que se llamaba, Maria Constanza Caraballo Bolin, "Cony", se alistó en la guerrilla y fue muerta en 1973 por los paramilitares. (4) Su hermana Marichu, intima de Pilar Primo de Rivera que la nombró Secretaria de Organización de la Sección Femenina, se había casado con Tomás Chavarri y Lignes, un diplomático afín. Uno de sus hijos es un conocido director de cine. Marichu de la Mora colgó a la Sección Femenina y se puso a hacer periodismo y otras artes de la moda. |
Manuel Muñoz Martínez
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Julián Mur Villacampa "Muro" (1904-1936)
Evadidos de jaca en julio de 1936. El tercero por la izquierda es Julián Mur Era guarnicionero en Jaca y militante socialista. Con la llegada de la II República fue elegido concejal de Jaca en el primer ayuntamiento democrático de la ciudad. Durante la revolución de 34 actúo favorablemente para la Huelga General Revolucionaria y por ello fue detenido y el tribunal militar le pedía 10 años. La cosa quedó en medio año. En las de febrero de 1936 resultó elegido alcalde de Jaca. Con el levantamiento militar, trató de resistir a la guarnición sublevada junto a conocidos compañeros republicanos, como Alfonso Rodríguez, el Relojero, Julían Borderas, el Sastre, y el ínclito Antonio Beltrán, "El Esquinazau", que repartiendo armas entre los republicanos trataron de oponerse a la guarnición de tropas de montaña sublevadas. Fueron derrotados. Las tropas de montaña son duras y disciplinadas, y hubieron de pasar a Francia por Canfranc y luego entrar a España por Barcelona. Muro, se unió a un grupo de paisanos que buscaban organizarse como milicia y partió para el frente de Huesca en una centuria "Los saltamontes" a la que se unieron grupos milicianos del frente. terminarían formando el batallón del Alto Aragón que pasaría con el tiempo a ser la 130 Brigada Mixta de una futura 43 división, que precisamente mandaría Antonio Beltrán, "El Esquinazau", división que se cubriría de gloria en la bolsa de Bielsa y también en el Ebro. Pero Mur, no llegó a ver todo esto, cayo al frente de su centuria, de la que era comandante en el ataque el pueblo de Gavín, en Huesca. La ofensiva era un despropósito de los mandos del sector, que no se daban cuenta de la buena calidad de las tropas rebeldes y de lo mal armadas que estaban sus tropas y de lo poco instruidas y disciplinadas. Julian Mur cayó en el combate y quedó en tierra de nadie. El cuerpo no fue recuperado y recogido días después por la tropa rebelde, algún hijo de mala madre que lo reconoció le quitó el uniforme, le vistió de andrajos y lo colocó en la puerta del ayuntamiento de Jaca de la misma manera que en la película de Eastwood, "Sin Perdon", se exhibió el cadáver del personaje que hacía Morgan Freeman a la puerta del bar-salón. Para más humillación los falangistas y/o los militares rebeldes obligaron a los habitantes del pueblo a pasar por delante de los restos de Julían Mur, héroe socialista y republicano.
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Gonzalo Nardiz Bengoechea.
Fuente: Felipe Peña |
Juan Negrín López.
(1889-1956). Catedrático de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid y político canario que alcanzó un altísimo prestigio internacional con la creación, en dicha ciudad, de una escuela de su especialidad, en la que habrían de cursar estudios algunos científicos tan eminentes corno Severo Ochoa, Grande Covián, etc. Afiliado al Partido Socialista Obrero Español durante la dictadura del general Primo de Rivera, fue elegido diputado a Cortes por Las Palmas en 1931, y reelegido en 1936 por la misma circunscripción. En septiembre de este último año, iniciada ya la guerra civil, fue nombrado ministro de Hacienda en uno de los gobiernos presidido por Francisco Largo Caballero, cargo en el que destacó por su capacidad como hombre de Gobierno, reorganizando el Cuerpo de Carabineros —que se convirtió en una unidad de élite del ejército republicano— y tratando en todo momento de buscar soluciones a los dificilísimos y graves problemas que planteaba la economía de guerra —adquisición de armamento extranjero. adopción de medidas antiinflacionistas, depósito del oro del Banco de España en la Unión Soviética, etc.—, muchos de los cuales resolvió con tanto acierto como audacia. En mayo de 1937, tras los sucesos acaecidos en Barcelona y la dimisión del citado Largo Caballero, el presidente de la República le encargó la formación de un Gobierno, en el que dio cabida a las más variadas tendencias, con excepción de los cenetistas refractarios a cualquier influencia comunista—y ugetistas —estos últimos poco o nada dispuestos a colaborar con el Gobierno después del cese de su máximo líder—, haciendo toda clase de esfuerzos para fortalecer el poder gubernamental, dar la mayor cohesión posible a las fuerzas armadas, controlar las industrias de guerra y amenguar las facultades que, algunas veces antiestatutariamente, venía arrogándose la Generalidad de Cataluña y, en especial, su presidente, Lluís Companys, para todo lo cual contó con el apoyo de grandes sectores del republicanismo, de los socialistas y, sobre todo, de los comunistas. Consiguió infundir una cierta moral de victoria a la zona republicana, haciéndose famoso su eslogan propagandístico "Con pan o sin pan, resistir", eslogan que la gente escuchaba y repetía con la esperanza puesta en un triunfo que nunca habría de llegar. Convencido del pesimismo de su ministro de Defensa, lndalecio Prieto, al que el propio Negrín había llamado para desempeñar dicho departamento, forzó la dimisión de su colaborador. Encargado de la cartera de Defensa Nacional, que simultanea con la presidencia de Gobierno, en mayo de 1938 hace una solapada oferta de paz, dando a conocer sus trece Puntos, especie de soporte sobre el que, una vez llegada la victoria, debería asentarse la vida española del futuro. Aún así, Negrín hizo patente en todo momento su voluntad de resistir, a pesar de que la victoria, después del fracaso republicano en el Ebro —batalla, en un principio auspiciada por Negrin, estaba cada vez más próxima para los ejércitos enemigos. El 21 de septiembre de 1938, albergando, quizá, la esperanza de que el Gobierno de Burgos hiciera algo semejante con los alemanes, italianos y moros que combatían en su ejército, anuncia ante la asamblea de la Sociedad de Naciones la retirada de las Brigadas Internacionales, pero sus palabras no tuvieron eco. El 1 de febrero de 1939, se reúnen las Cortes de la República en el castillo de Figueras (Gerona). Negrín insiste en que hay que seguir resistiendo: «Los países—dice— no sólo viven de victorias, sino también del ejemplo que están dispuestos a dar a los pueblos en las horas trágicas. Julián Zugazagoitia, testigo presencial de los hechos, rememoraba, poco tiempo después, la intervención de Negrín, con estas palabras (Guerra y vicisitudes de les españoles, Ed. Crítica, Barcelona, 1977): "...Su último discurso a los diputados, una reducción considerable de los Trece puntos, vale, no por las palabras que contiene, que todas ellas están, no diciendo nada o expresando muy poco, en el Diccionario de la Lengua, sino por la angustia indecible con que se pronunciaron. Las he olvidado; pero conservo inalterable el tono de su voz, el acento profundo del orador que daba una vida nueva a pensamientos sin relieve en fuerza de haber hecho de ellos comercio habitual e indiferente. No era necesaria una especial receptividad para sintonizar con la emoción de Negrín, pero quizá resultase indispensable una guía de su intimidad verdadera para darse cuenta exacta de lo que aquella emoción representaba como sufrimiento y, a la vez, como potencia. Le oí como a un confesante público, obstinado en publicar su único pecado: el orgullo de ser español y amar a su Patria. A trompicones, sin método, con una frase directa y nada literaria, nos enseñó a pronunciar, en la comunión de angustias de aquella noche, las tres sílabas de la palabra que le tenía subyugado: España. Sonaba, ¿cómo sonaba?, a rumor de mieses de Castilla, a soleá de torero, a jarcias zurradas para las rachas del Cantábrico, a jota de segador, a andadura de merinos por Extremadura, a zorcico de piloto, a estremecimiento de chopos a orillas del Duero, a sardana de payés, a frotamiento de cepas riojanas, a folía de tabaquero... ¿A qué suenas tú, España, cuando no suenas a muerte? A eso que suenas, a eso sonaste, para mí, la noche del castillo de Figueras. El hombre que se debatía contra la derrota había tenido una grave conversación con los señores Henry, embajador de Francia, y Stevenson, encargado de Negocios de Inglaterra, a quienes había precisado su última aspiración para deponer las armas y terminar la guerra: seguridad de que no se producirían represalias. A cambio de esa concesión, que debía ser sólida, el Gobierno libraría a los vencedores todo el material recibido y en curso de recepción, la Escuadra —que se esperaba fuese hundida por los marinos—, los recursos nacionales bloqueados en el extranjero y, finalmente, añadió Negrín: Mi persona, para que con la justicia que se me haga quede cancelado el proceso de la guerra." A los pocos días, el presidente de la República, abandona el país y se dirige a Francia. Negrín le acompaña hasta la raya misma de la frontera. «Hace el recorrido —escribe el citado Juan Zugazagoitia, op. cit.— por la carretera mezquina de La Bajol que conduce a Les Illes. Es un viaje oscuro y cobarde: una evasión. Una parte de ella necesitan hacerla a pie. Negrin desarrolla, estimulado por el frío, su energía; don Manuel acusa su cansancio de hombre sedentario. Son dos vidas antagónicas creadas para no entenderse. Se desprecian mutuamente. En ese instante se odiaban. En el pueblecito francés hay unas formalidades vejatorias. Azaña debe esperar la llegada de una autoridad administrativa francesa. Negrin le dedica las últimas cortesías protocolarias y vuelve a meterse en España. De regreso, se cruza con otra caravana. Coches de la Generalidad. Viajeros: Companys, Aguirre, Irujo... El 9 de febrero, Negrín entra también en Francia, pero ese mismo día regresa en avión a la zona centro-sur de España, con el propósito de proseguir la resistencia. Nadie cree ya que la República tenga esperanzas, sobre todo desde que Francia y Gran Bretaña han reconocido como único Gobierno legítimo de España al presidido por el general Franco. Azaña dimite la presidencia de la República y su sucesor constitucional, Diego Martínez Barrio, presidente de las Cortes, pone mil reparos para hacerse cargo de la jefatura del Estado. El 27, también de febrero, convoca Negrín a una reunión a los mandos superiores del ejército en el aeródromo de Los Llanos, asistiendo a la misma los generales Miaja, Matallana, Menéndez, Escobar y Bernal, los coroneles Casado, Moriones y Camacho, y el capitán de navío Buiza. Todos los concurrentes al acto están de acuerdo en que lo único urgente es firmar la paz. Buiza advierte que la flota no está dispuesta a seguir soportando los continuos bombardeos de la Aviación nacionalista sin tener con qué defenderse y que, si no se aceleran las negociaciones con el enemigo, es muy posible que zarpe a refugiarse en un puerto extranjero. El general Matallana, que habla en nombre de sus compañeros de armas, pone al jefe del Gobierno al corriente de la situación: «Pueblo y Ejército coinciden en que la guerra debe acabar cuanto antes. El hambre obliga a tomar una decisión. La moral es de derrota. El Ejército carece de materias primas, vestuario y equipos para la tropa. La desmoralización es casi total. Las reservas son escasas. Poca y desgastada artillería. Ausencia casi absoluta de morteros. Reducida cantidad de armas automáticas. La Aviación, sin eficacia. Y lo mismo ocurre con los carros blindados y el material antitanque y antiaéreo. El problema de los transportes es pavoroso y se carece de los repuestos y accesorios necesarios. El enemigo se encuentra en inmejorables condiciones para abatir a un Ejército integrado por fuerzas débiles y mal dotadas» (Segismundo Casado, Así cayó Madrid, Guadiana de Publicaciones, Madrid, 1968). Sólo Miaja se adhiere, en los últimos momentos, a la propuesta del presidente del Gobierno de proseguir la lucha. Pero Negrín no se da por vencido y juega una baza más. Negrín, temeroso de que algunos militares le jueguen una mala pasada, promociona a algunos de ellos a empleos superiores —Casado es ascendido a general y nombrado jefe del Estado Mayor Central, puesto que ha abandonado Vicente Rojo—, lo que le permite, por un lado, llevar a cabo una amplia combinación de mandos militares y, por otro, rodearse de militares de probada fidelidad: Modesto, Lister, Tagüeña, etc. Los nombramientos no llegan a publicarse jamás, pues la base de Cartagena y Casado y Cía en Madrid se rebelan contra la República siendo imposible todo acercamiento y dialogo entre la presidencia y los rebeldes. Negrín envía a Casado, dueño ya de la Zona Centro el siguiente mensaje del que ofrecemos una parte: «... Le interesa al Gobierno, porque le interesa a España, que en cualquier caso toda eventual transferencia de poderes se haga de una manera normal y constitucional. Solamente de esta manera se podrá mantener enaltecida y prestigiada la causa por la que hemos luchado. Y sólo así podremos, en el orden internacional, conservar las ventajas que nuestras escasas relaciones aún nos preservan...» El 6 de marzo abandona España, dirigiéndose en avión a Francia, acompañado de alguno de sus ministros. En el exilio, preside un gobierno fantasma hasta 1945. Después, en Gran Bretaña, vuelve con éxito a sus tareas profesionales hasta que, hallándose en París, le sobreviene la muerte. El 18 de diciembre de 1956, Rómulo Negrín Mijailov, hijo de Juan Negrin López, y valiente aviador que fue de la República, compareció ante el cónsul adjunto de España en París e hizo entrega de todos cuantos documentos obraban en poder de su citado padre, relativos al depósito de oro español, existentes en las cajas del Banco de España de Madrid y que fue entregado en depósito en el Comisariado del Pueblo de Hacienda de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. El señor compareciente —dice textualmente el instrumento público que se otorgó al efecto— entrega en este acto un documento escrito en lengua francesa y firmado en Moscú por los Comisariados del Pueblo de Hacienda y de Asuntos Exteriores, señores G. F. Grinko y N. N. Kretinsky, y por don Marcelino Pascua, así como el decreto original de 13 de septiembre de 1936, firmado por don Manuel Azaña. Igualmente entrega el resto de la documentación relativa a este asunto, foliada personalmente por el compareciente y que comprende del número 1 al 168. Esta documentación la entrega el señor compareciente por constarle que así ejecuta la voluntad de su difunto padre, don Juan Negrín y López, quien entendía que por su importancia excepcional e interés nacional debía quedar en poder del Estado español.
Información: Extraída de una reseña de Manuel Rubio Cabeza. Los trece puntos de Negrín. Con deseos más o menos encubiertos de proponer la paz, el 1.° de mayo de 1938, el Gobierno republicano, presidido por Juan Negrín, hizo público un documento —conocido por los Trece Puntos de Negrín—en el que se establecían las bases para las normas fundamentales que, en el futuro, una vez que cesasen las hostilidades, deberían regular la convivencia de los españoles. La oferta, como era de esperar, no tuvo ningún eco en el bando enemigo, dispuesto, desde el primer momento, a no aceptar otra propuesta que la de la rendición sin condiciones. El referido documento, ampliamente difundido en Europa y América, y traducido a las más importantes lenguas, decía asi: El Gobierno de unión nacional, que cuenta con la confianza de todos los partidos y organizaciones sindicales de la España leal, que ostenta la representación de cuantos ciudadanos españoles están sometidos a la legalidad constitucional, declara, solemnemente, para conocimiento de sus compatriotas y noticia al mundo, que sus fines de guerra son: 1. Asegurar la independencia absoluta y la integridad total de España, una España totalmente libre de toda injerencia extranjera, sea cual sea su carácter y origen; con su territorio peninsular e insular y sus posesiones intactas y a salvo de cualquier tentativa de desmembración, enajenación o hipoteca, conservando las zonas de protectorado asignadas a España por los convenios internacionales, mientras estos convenios no sean modificados con su intervención y asentimiento. »Consciente de los deberes anejos a su tradición y a su Historia, España estrechará con los demás países los vínculos que impone una común raíz del sentido universal que siempre ha caracterizado a nuestro pueblo. 2. Liberación de nuestro territorio de las fuerzas militares extranjeras que lo han invadido, así como de aquellos elementos que han acudido a España desde julio de 1936 con el pretexto de una colaboración técnica que intervienen o intentan dominar en provecho propio la vida jurídica y económica española. 3. República popular representada por un Estado vigoroso que se asiente sobre principios de pura democracia, que ejerza su acción a través de un Gobierno dotado de plena autoridad que confiera el voto ciudadano emitido por sufragio universal y sea el símbolo de un poder ejecutivo firme, dependiente en todo momento de las directrices y designios que marque el pueblo español. 4. La estructura jurídica y social de la Re-pública será obra de la voluntad nacional libremente expresada mediante un plebiscito, que tendrá lugar tan pronto termine la lucha, realizado con plenitud de garantías, sin restricciones ni limitaciones y que asegure a cuantos en él tomen parte contra toda posible represalia. 5. Respecto a las libertades regionales, sin menoscabo de la unidad española; protección y fomento del desarrollo de la personalidad y particularidad de los distintos pueblos que integran España, como la imponen un derecho y un hecho históricos que, lejos de significar una disgregación de la nación, constituyan la mejor soldadura entre los elementos que la integran. 6. El Estado español garantizará la plenitud de los derechos al ciudadano en la vida civil y social, la libertad de conciencia y asegura el libre ejercicio de las creencias y prácticas religiosas. 7. El Estado garantizará la propiedad legal y legítima adquirida dentro de los limites que impongan el supremo interés nacional y la protección de los elementos productores. Sin merma de la iniciativa individual, impedirá la acumulación de riqueza que pueda producir la explotación del ciudadano y sojuzgue a la colectividad, desvirtuando la acción centralizadora del Estado en la vida económica y social. A este fin cuidará del desarrollo de la pequeña propiedad, garantizará el patrimonio familiar y se estimularán todas las medidas que le lleven a un mejoramiento económico, moral y racial de las clases productoras. La propiedad y los intereses legítimos de los extranjeros que no hayan ayudado a la rebelión serán respetados y se examinarán, con miras a las indemnizaciones que correspondan, los perjuicios inventariados causados en el curso de la guerra. Para el estudio de esos daños, el Gobierno de la República creó ya la Comisión de Reclamaciones Extranjeras. 8. Profunda reforma agraria que liquide la vieja aristocrática propiedad semifeudal que, careciendo de sentido humano, racional y económico, ha sido siempre el mayor obstáculo para el desarrollo de las grandes posibilidades del país; asiento de la nueva España sobre una amplia y sólida democracia campesina, dueña de la tierra y de quien la trabaja. 9. El Estado garantizará los derechos del trabajo a través de una legislación social avanzada, de acuerdo con las necesidades específicas de la vida y de la economía española. 10. Será preocupación primordial y básica del Estado el mejoramiento cultural, físico y moral de la raza. 11. El Ejército español, al servicio de la nación misma, estará libre de toda hegemonía de tendencia a partido, y el pueblo ha de ver en él el instrumento seguro para la defensa de sus libertades y de su independencia. 12. El Estado español se reafirma en la doctrina constitucional de renunciar a la guerra como instrumento de política nacional. España, fiel a los pactos y tratados, apoyará la política simbolizada en la Sociedad de Naciones, que ha de presidir siempre sus normas. Ratifica y mantiene los derechos propios del Estado español y reclama como potencia mediterránea un puesto en el concierto de las naciones, dispuesta siempre a colaborar en el afianzamiento de la seguridad colectiva y en la defensa general del país. Para contribuir de una manera eficaz a esta política, España desarrollará e intensificará todas sus posibilidades de defensa. 13. Amplia amnistía para todos los españoles que quieran cooperar a la intensa labor de reconstrucción y engrandecimiento de España. Después de una lucha cruenta como la que ensangrienta nuestra tierra, en la que han resurgido las viejas virtudes de heroísmo y de idealidad de la raza, cometerá un delito de alta traición a los destinos de nuestra patria aquel que no reprima y ahogue toda idea de venganza y represalia, en aras de una acción común de sacrificio y trabajo, que en el porvenir de España estamos obligados a realizar todos sus hijos. |
Margarita Nelken Mansberger (1894-1968)
Así que Margarita cuando volvió a España, no se cortó un pelo, como decimos ahora y gestionó su sexualidad como le vino en gana, y de resultas de esta opción tuvo una hija de soltera, Magda, con un escultor catalán llamado Luis Antonio que moriría muy joven. Este embarazo y crianza lo llevó con gran dignidad y concienciándose de como estaba el percal en este asunto de las madres solteras españolas en la monarquía alfonsina. Se sabe que hizo exposiciones de sus obras en el extranjero y que tenía buenas oportunidades para triunfar el la plástica. Por desgracia, una dolencia en sus bellos y miopes ojos azules, le impidió pintar, pero esto fue una suerte para la política pues nos trajo una activista militante feminista en el paupérrimo estado de los derechos de la mujer en la España alfonsina. Y estaba muy bien preparada para esta tarea pues tenía buenos conocimientos artísticos y periodísticos y hablaba alemán, inglés y francés correctamente, lo que le permitió traducir obras emblemáticas que de otro modo quizá no se hubieran publicado en la pacata España de la monarquía. Además de relacionarse con la intelectualidad política y científica y ya metida en harina, público en 1919, con 25, años, "La condición social de la mujer en España" por la que sería muy criticada por la derecha recalcitrante que advertía, como si sonara la sirena de la policía, el peligro que este tipo de mujeres activistas representaban. Pues estaban en la lid la gran Victoria Kent, la no menos grande Clara Campoamor, Maria Lejárraga y otras como la escritora Carmen Burgos, llamada "Colombine", y que venían de una generación por delante. Entregada Margarita a su labor de ayuda a la infancia, fundó la primera guardería infantil no dependiente de la Iglesia que funcionaba principalmente con donaciones. Al poco, la campaña de difamación contra Margarita, sobre su dudosa moralidad y otras insidias contribuyeron a que tuviera que cerrar la guardería con gran enfado de su promotora. Los instigadores de estas calumnias y difamaciones eran principalmente la Iglesia Católica, y su órgano oficioso el diario el Debate, un libelo integrista y germanófilo durante la Gran Guerra cuyo director más representativo era Ángel Herrera Oria, que había fundado la Editorial Católica y que posteriormente se metería a cura y llegaría a cardenal con Franco. Consolidada como una crítica experta en artes plásticas y también en escritora feminista, y acarreando el bagaje de criticas a su vida personal como el excursionista lleva una mochila, se enamoró de un sevillano que oficiaba de comerciante en Amsterdam con el que tuvo un hijo que llamaron Santiago. Se llamaba Martin de Paul y estaba casado, tenía maneras de señorito pero debía quererla pues cuando Margarita le puso entre la espada y la pared, Martin se separó de su mujer, aunque aún no había divorcio, y se fue a vivir con Margarita y otro escándalo más... Era el segundo hijo de soltera de Margarita. Lo bueno era que con sus escritos, reportajes, novelas y conferencias, Margarita era económicamente independiente. Con la llegada de la República, Margarita se animó a militar y se apuntó al Partido Socialista y siendo una persona conocida en los ambientes artísticos y literarios, se la colocó en las listas por Badajoz, vaya usted a saber por qué, pero el caso es que pronto destacó por su oratoria y tuvo el apoyo de los campesinos pobres de la región que acudían encantados a oír sus fogosos discursos que les levantaban la moral y les daban grande esperanza en un mañana mejor, fueran aquellas cosas posibles o no. La derecha, que nunca la soportó, como ahora con Zapatero, la acusaba de todos los males habidos y por haber. Pero el caso es que Margarita clamaba al cielo cada vez que las fuerzas de orden publico, y en especial la Guardia Civil realizaba intervenciones que terminaban en tragedias entre los campesinos pobres y que provocaba un odio soterrado que a veces salía a flote con trágicos resultados. En palabras corrientes, la situación entre los jornaleros durante el primer gobierno de la II República estaba encabronada. El gobierno prometía reformas pero era muy temeroso de los poderosos oligarcas y terratenientes españoles, mayormente del sur, y temía aún más los movimientos campesinos dirigidos por el poderoso movimiento anarquista rural. Aún así, otras reformas continuaban y volvían a encontrarse de frente con la reacción, que no daba tregua a su raca raca cotidiano. En las elecciones constituyentes de 1931 salieron elegidas tres mujeres, Clara Campoamor por el partido Radical, Victoria Kent por el Radical Socialista y Margarita Nelken por el Partido Socialista Obrero Español pese a que se habían presentado también Carmen de Burgos, María Martínez Sierra, Isabel de Palencia, Matilde Huici, Concha Peña... (1) Lo curioso del asunto es que el acta de Margarita fue discutida por la derecha alegando que no era de nacionalidad española, que era judía alemana. La cuestión se solventó a favor de Margarita aunque tuvo que someterse en la jura de su cargo a la humillación de responder a la pregunta retórica de que si solicitaba el reconocimiento de su nacionalidad española. Se suscitó el derecho a voto de la mujer que abanderaban reconocidas feministas y enarbolaba Clara Campoamor, una de las tres diputadas con Margarita y Victoria Kent del Congreso. La idea era muy buena y era un derecho que había que atorgar, el problema era, como muy bien sabía Margarita, que se opuso a concederlo tan tempranamente, el problema era, digo, la condición de la mujer en la España recién republicana. Las poderosas fuerzas que actuaban a la oreja de las mujeres urbanas y rurales españolas, diciéndoles como en aquellos versos, "...el cura a la oreja te está diciendo, vota a la izquierda e iras al infierno..." (2) Este temor que también compartía la Directora General de Prisiones, Victoria Kent, provocó un intenso debate en las Cortes con Clara Campoamor y que fue memorable. A Margarita Nelken (3), que en la prensa se la llamaba, "La Nelken" para subrayar su condición de diva, y a Victoria Kent se las puso al caer de un burro desde uno y otro lado. Pero su temor de que la mujer votara en masa a las derechas parecía muy justificado y de hecho, las derechas ganaron en las elecciones de 1933. Y pese a que Margarita volvió a ser elegida diputada por Badajoz, la coalición antirrepublicana, CEDA, formada por viejos y nuevos partidos reaccionarios con el apoyo del centro, pudo formar gobierno. La previsión de Margarita y de Victoria Kent se cumplió, si bien algunos historiadores no confirman que la causa de la derrota del centro izquierda republicano en 1933 fuera por el voto femenino. La discusión sigue todavía. Y un derecho es un derecho nos guste o no. Con la Huelga General Revolucionaria de octubre de 1934 con que la izquierda quería evitar la destrucción política del estado republicano y que en Asturias fue llamada la Revolución de Octubre, todos los líderes socialistas del país fueron perseguidos y encausados. A Margarita se le pedían veinte años tras retirarle la inmunidad parlamentaria. Ella cogió la maleta y se fue Paris que ya conocía de su época de pintora. Desde allí se dio unos tours por el norte e Europa y la propia Unión Soviética donde recaló un tiempo y donde fue muy bien tratada, cosa que Margarita nunca olvidará. Con las elecciones del febrero del 36 pudo regresar y tomar posesión de su escaño por Badajoz en el Partido Socialista. Margarita y todo el mundo, qué caramba, menos el propio gobierno del Frente Popular, sabía que la tragedia estaba próxima y que la lucha sería a vida o muerte. (4) Por cierto, Margarita fue elegida por sus electores extremeños en las tres elecciones republicanas, en el 31, en el 33 y en 36. Y es que el verbo (y la prosa) radical e incendiario de Margarita conectaba directamente con las esperanzas de los desheredados de estas tierras, que hervían al oírla identificando las palabras de la Nelken con sus vidas eternamente humilladas y se destapaban los odios seculares en un territorio donde los campesinos vivían gran parte del año al borde de la inanición. En alguna ocasión Margarita hubo de huir de algún mitin cuando los asistentes, enardecidos, salían decididos a saquear el casino de los ricos o a asaltar el cuartelillo de la Guardia Civil, que tampoco se cortaba en abrir fuego contra los campesinos. Al estallido de la guerra y tras un mes de julio desquiciante y la pérdida del control del Orden Público del gobierno, como otros muchos intelectuales, Margarita comprendió que si quería de verdad apoyar a la II República no quedaba más remedio que afiliarse al Partido Comunista que no sólo defendía al gobierno del frente Popular por orden de Stalin, sino que planteaba acciones con cabeza, nada demagógicas ni irreales. Entremedias, Margarita se había multiplicado, llegando a formar parte oficiosa del Estado Mayor del Ministerio de la Guerra, volviéndose muy crítica con el gobierno de Largo Caballero. Para los militares profesionales debía ser un dolor de cabeza, y para los socialistas también, como deja caer el gran Zuga en sus memorias, aunque con un poco de mala baba hacia el personaje. Cuánto de machismo no habría entre los que supuestamente la aguantaban, una mujer más valiente, más inteligente y mas honrada que todos ellos. A este respecto se recuerda la acción que protagonizó en el sitio del Alcázar de Toledo, cuando en medio de fragor del tiroteo quiso meterse por una ventana del Alcázar para contactar con los rehenes republicanos que encerró Moscardo en el viejo castillo y que luego fusilaría. Un anarquista la sujetaba del brazo con una mano y en la otra una granada preparada para lanzar en caso de apuro, mientras Margarita con su vestido de verano trataba de saltar por la ventana. No pudo ser pues fueron descubiertos. Pero hay está el valor de esta mujer. Por eso los campesinos y los milicianos la adoraban. A finales de año pidió la entrada en el Partido Comunista. A cuyos dirigentes, no les entusiasmó tener otra Pasionaria compitiendo con la original, pero no podían negarse, centenares de intelectuales y personalidades se estaban afiliando al PCE. A la Pasionaria, el asunto le resultó irrelevante en aquellos días tan complejos y tan llenos, que pasaban tan rápido y que sólo a veces aventaban buenas noticias para la República, llenos los días de dolorosas retiradas. El incombustible entusiasmo militante de Margarita era capaz de superar todo esto. Margarita aparecía en todos los frentes, acompañaba a todas las personalidades, les habló a los milicianos primero y luego a los soldados de la República. Siempre con sus vestidos civiles y sus abrigos de paño. Jamás se puso una pistola en el cuerpo ni atuendo semejante, y digo esto por la confusión que reina a partir de la falsa identificación de una imagen de la luchadora argentina llamada Mika Etchebéhère que fue esposa del líder argentino Hipólito Feldman (muerto en Sigüenza) como si fuera Margarita Nelken, (5) imagen que acompaña falsamente todas las calumnias de los propagandistas del franquismo, sobre la falsa implicación de Margarita en Paracuellos, o los escritos del cónsul de Noruega que trataba de salvar a los derechistas perseguidos por los servicios de inteligencia republicanos, contando barbaridades que jamás sucedieron en el Madrid republicano y mira que las hubo gordas. Este diplomático nazi, naturalmente publicó su libelo en Berlín en 1938. Y nunca se dio un garbeo por Sevilla, ni por Granada, ni por Málaga, por decir algunos sitios. Margarita aparecía en todos los guisos, en la prensa sobre todo, colaborando regularmente con la revista Estampa, en las reuniones de intelectuales, en el Congreso de escritores, o visitando a heroínas que luego plasmará en la prensa como la holandesa Fanny Schoonheyt o la capitana Anita Carrillo. Con Lister pasando un frío tremebundo en Guadalajara con su abrigo de paño. Y ya en su campaña de salvación de niños de los bombardeos, donde la vemos como una oradora casi brutal reprochando los llantos de las madres que perdieron sus hijos por no haberlos evacuado como pedía el gobierno. Un poco fuera de lugar pues ella no mandó a su hijos a Rusia, como Constancia de la Mora o Matilde Landa. Se limitó a protegerlos en retaguardia, aunque por cosas del destino su hijo moriría luchando en Rusia. A Margarita Nelken se la trató de mezclar, durante la guerra y después de la guerra en toda clase de maldades, tanto franquistas como otros republicanos que la odiaban porque les sacaba los colores, pero pese al verbo incendiario de nuestra protagonista, no mataba ni una mosca, y Margarita no llevó jamás un uniforme, ni portó jamás un arma, ni participó en ningún tipo de acción violenta más allá de visitar los frentes o como decimos y sus proclamas incendiarias contra la quinta columna y otros traidores. Con la derrota, aún tuvo fuerzas para participar en la última sesión de las cortes republicanas en Figueras. De los diputados presentes en esta histórica sesión solo dos eran mujeres, la Ibarruri y la Nelken (ambas con "la" para señalar su protagonismo según el gusto de la época). No se relacionaban en absoluto pero ambas representaron personas altamente concienciadas que traspasaron esta conciencia a sus vástagos y que los perdieron combatiendo en el Ejército Rojo, Ruben Ruiz, hijo de Dolores, en Stalingrado, y Santiago de Paul, de Margarita, en Ucrania en la ofensiva de verano del Ejercito rojo en 1944 dirigiendo una batería de artillería y después de haber servido a la República en el Ebro. Margarita tomó el camino de la frontera, llevaba a su hija, a su nieta y a su madre. Tuvo noticias de que su hijo estaba en un campo francés tras retirarse con los restos del Ejército Popular. Margarita hablaba francés perfectamente, tenía contactos y pudo participar en las acciones urgentes de ayuda a los refugiados españoles. Y eran tan urgentes porque como ustedes saben el gobierno francés se desentendió prácticamente del asunto. Tras dejar la frontera e instalarse en París, se embarcó para Méjico. Margarita inició una nueva vida que económicamente resolvió trabajando como crítica de arte, actividad en la que era muy buena y que era muy apreciada por los diarios y revistas mejicanos. Políticamente siguió en el PCE pero con cada vez más actitudes críticas, si que es cierto que en privado. Por este motivo fue finalmente expulsada del PCE fundamentalmente por el empeño de los virreyes del PCE en América, Mije y Uribe. Esto le traería complicaciones pues dejó de recibir ayudas subsidios en informaciones de los organismos vinculados al Socorro Rojo, y además su hijo Santiago luchaba con el Ejército Rojo en Rusia. En 1945 recibió la mala noticia de la muerte de su hijo en combate. Parece que la noticia llegó bastantes meses después junto con la medalla que ganó combatiendo y que recibió en la embajada de Rusia en Méjico. En 1948 viajó a Europa dando conferencias sobre arte aprovechando un viaje para el Congreso Interparlamentario donde fue invitada y que le llevó a vivir en Paris un años aproximadamente. De vuelta a Méjico siguió con su labor profesional llegando a fundar la Asociación de Críticos de Arte de Méjico. En 1956 su hija Magda enfermó y murió. Parcialmente aislada del mundo comunista, pese a que nunca expresó públicamente críticas severas, fue decayendo en sus actividades políticas centrándose en el arte y luchando contra su dolor de madre doblemente castigada por la vida. Falleció en 1968. Fue una de las más importantes protagonistas políticas de la Monarquía, la República y la Guerra Civil, pese a que fue denigrada por unos y por otros y quedó en el ostracismo hasta que Prestón la incluyo en su obra "Palomas de guerra" rescatándola del olvido. Pero algunos nunca la habíamos olvidado.
Unas notas y unos desahogos.- (1) En aquellos aciagos tiempos, las mujeres solteras o viudas tenían derecho a voto político desde 1924, pero no así las casadas para evitar pudieran contravenir la opinión de sus maridos (sic) Otra curiosidad es que las mujeres podían ser elegidas pero no electoras, salvo la excepción señalada que en realidad prácticamente pocas mujeres ejercían al estar muy mal vista entre las fuerzas vivas. (2) El original decía: "El demonio a la oreja te está diciendo, no reces el rosario y sigue durmiendo..." (3) Lea en nuestras páginas este articulo de la conocida biógrafa de mujeres españolas del siglo XX, Antonina Rodrigo, que junto con su compañero Eduardo Pons compusieron un dúo magnífico de la recuperación de la memoria republicana en los tiempos de noche y niebla. (4) La sociedad española no supo encontrar puentes que permitieran un gran pacto social para poner en marcha el país. La derecha no daba cuartel y sólo pretendía acabar con la República por cualquier método legal o ilegal para formar un nuevo estado o restaurar la monarquía según unos dirigentes u otros. La izquierda, tampoco supo tender puentes pues hasta el propio Largo Caballero, un burócrata sindical sin ninguna pretensión revolucionaria, se hacía ahora llamar el Lenin español, y haciendo declaraciones incendiarias que aterrorizaban a las clases pudientes reforzando el apoyo a la naciente conspiración de los militares africanistas despechados con Azaña y reunidos alrededor del reaccionario Mola, el mayor de todos los despechados tras su cese como Director General de Seguridad. (5) Que la diosa razón confunda a todos estos aficionados, en general tan atrevidos como ignorantes que pululan por internet y el maldito Pinterest ese (no se fíe un pelo de lo que en este site se dice), donde se han visto barbaridades a tutiplén.
Este si que es Orwell en el cuartel Lenin de Barcelona:
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Carmen Eva Nelken (Magda Donato)
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Luis Nicolau D´Olwer
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Luis Nieto de la Fuente
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Andreu Nin Pérez
(1892-1937). Maestro de escuela y periodista catalán, afiliado primeramente a la CNT —de cuya organización fue secretario general—, que tras una larga estancia en la Unión Soviética, donde conoció y trató de cerca a la mayor parte de los dirigentes bolcheviques, regresó a España en 1929. Instalado en Cataluña y dedicado plenamente a la política, hizo un severo estudio de sus experiencias en la URSS y, como consecuencia de ello, fundó, junto con Joaquín Maurín del Bloque Obrero y Camperol, y otros correligionarios de Izquierda Comunista, el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), en el que dio cobijo a todos aquellos grupos y organizaciones que, aunque de inspiración comunista, se negaban a aceptar los principios y los métodos del estalinismo y sentían una cierta simpatía por el trotskismo, los cuales se desgajaron del Partido Comunista y se integraron en el citado POUM. Al estallar la guerra civil y quedar el citado Maurín prisionero de los nacionalistas, asumió la dirección del POUM, acentuándose aún más las diferencias entre los comunistas de uno y otro signo. En septiembre de 1936 fue nombrado consejero de Justicia y Derecho de la Generalidad de Cataluña, desde cuyo cargo desarrolló una intensa actividad, no siempre acompañada por el éxito, encaminada a mejorar los servicios que dependían de su departamento. En mayo de 1937, al producirse en Barcelona el enfrentamiento armado de comunistas, socialistas y el Govern, de un lado, y la FAI y una importante fracción de la CNT, de otro, se alineó junto a estos últimos, lo que en un principio justificó su detención. Trasladado a Madrid para la práctica de unas diligencias policiales, desapareció sin dejar el menor rastro, no obstante los esfuerzos que hicieron Julián Zugazagoitia y Manuel Irujo, ministros de Gobernación y de Justicia, respectivamente, para dar con su persona. El Gobierno republicano, presidido entonces por Juan Negrín, no dio ninguna versión oficial al respecto. Es evidente que Andreu Nin fue eliminado por orden de las autoridades soviéticas. Se supone que fue duramente torturado para que hiciera una falsa confesión, muy al estilo de la policía política de Stalin. Pero Nin era un tipo honesto, pese a su insoportable antirrepublicanismo, y en esa honestidad debió encontrar fuerzas para resistir. Sin confesión, Nin no valía para nada, y por ello, fue asesinado. Los asesinos dejaron burdas pruebas para que pareciera que Nin se había marchado con sus amigos nazis, lo que era un insulto a su citada honestidad. Dicho esto, Nin no era ningún angelito, pues su partido abominaba de la República y de hecho se alzó en armas en mayo del 37 en defensa de su supuesta revolución y en contra del gobierno legítimo. La detención y disolución de los militantes del POUM, parece que hubiera sido perfectamente legítima en una República en guerra. Pero al entrar en acción los agentes estalinistas suponemos que con la connivencia de la jerarquía de la Komintern, la República quedó en evidencia y sin autoridad para dar explicaciones, pues no podía darlas sin crear una crisis política que acabaría con el recién gobierno de Negrín y con la pérdida de los poderosos apoyos del Partido Comunista y como consecuencia de la URSS. Autor, entre otros libros, de "Las dictaduras en nuestro tiempo", "El proletariado español ante la revolución" y "Los movimientos de emancipación nacional", y traductor al catalán y al castellano de diversas novelas rusas y las obras de Trotski.
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Manuel Núñez de Arenas
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Ricardo Amor Nuño Pérez
Amor Nuño era un personaje poco conocido de la Guerra Civil española hasta que recientemente el periodista Jorge Martínez Reverte que publicaba libros de divulgación de la GCe, halló un documento de la CNT, al parecer, un acta del Comité nacional de la CNT, que según el citado, dejaba clara la responsabilidad de Amor Nuño en los asesinatos de Paracuellos y Torrejón. Esta afirmación causó bastante revuelo entre familiares del personaje e otros historiadores. Martínez Reverte afirmó que el documento dormía en la Fundación Anselmo Lorenzo, pero, y esta fue la queja de los historiadores y aficionados, nadie lo había visto, ni nadie sabía el código del rollo del microfilm de donde supuestamente Martínez Reverte sacó esta acusación contra el buen nombre de Amor Nuño. Un historiador, Jesús F. Salgado, de la Universidad de Santiago de Compostela decidió buscar el documento y lo que encontró dejó en evidencia a Martínez Reverte. Que no olvidemos era un recién llegado en esta de divulgar la Guerra Civil española y no era historiador profesional, desconociendo al parecer las más elementales reglas de la investigación histórica y las relativas a los fuentes primarias. El documento que encontró Salgado era un borrador, con tachones y párrafos cambiados. No era un acta de una reunión y además, el periodista madrileño había recortado varios párrafos aclarativos. (2) Una vez que estos detalles vieron la luz en el libro que publicó Salgado, la CNT acusó a Reverte de manipulador y provocador. Bueno, yo personalmente no lo creo. Martínez Reverte quería un poco de gloria periodística, el personaje era prácticamente anónimo, y si a eso le añadimos la falta de rigor con que habitualmente se componen las divulgaciones históricas por parte de aficionados, el caso estaba servido. Y en cuanto a las sacas de la cárcel Modelo para ser ejecutados (sin juicio) en Paracuellos y Torrejón ante la presunta toma de Madrid por los franquistas, pues..., alguien lo preparó, alguien lo hizo y muchos lo sabían o lo supieron después. Candidatos, los próximos al asunto y los que tenían esta potestad. Miembros de la Junta como Carrillo, miembros de los sindicatos y miembros de los partidos y sobre todo miembros de las Milicias de Retaguardia. Pero está muy feo disparar a bulto. De Carrillo ya sabemos por el libro de Preston, que todo conduce a que sí, que lo sabía y que puede que incluso participara en su logística. Pero documentos no hay. (3) En cuanto al personaje, tuvo mal pronóstico, se piensa que era un joven bastante extremista y muy populachero, y así lo describió Gregorio Gallego, que tampoco lo conocía mucho. El caso es que parece que fue expulsado del movimiento libertario con acusación de colaborar con espías franquistas, con su secretaria en concreto. Marchó para Barcelona, puso tierra de por medio, fue detenido en los sucesos de mayo, lo que puede indicar que seguía en la orbita de la CNT, y al final de la guerra intento escapar por Alicante pero como sabemos aquello terminó en drama. Durante su estancia en las prisiones franquistas y en la preparación de su juicio, corría grave peligro al haber sido citado como responsable de la represión anarquista en Madrid, por Felipe Sandoval, un miembro de la CNT, también detenido en Alicante, y que había pertenecido a las secciones de la CNT integradas en la contrainteligencia militar. El caso es que Salgado lo delató tras recibir una palizas brutales en los calabozos del SIPM (la policía militar franquista) No sabemos como le fue realmente a Amor Nuño, pero se dice que recibió el mismo tratamiento que Felipe Sandoval, se dice que le fue ofrecido un pacto para que delatara a todos sus compañeros de la CNT madrileña enmierdándolos con todo lo que pudiera, y parece también que dijo que nones. Por ello, seguro que recibió brutales palizas y sabemos que fue finalmente fusilado en las tapias del cementerio del Este en 1940 en cumplimiento de la condena de muerte impuesta en su juicio sumarísimo, y también ilegalísimo. Tenía 25 años. De nada le sirvió tener una novia espía. De nada le sirvió esconder a falangistas.
(1) Esta mal entendida caridad política era muy corriente, los propios miembros de las Milicias de Retaguardia solían proteger o esconder a señalados rebeldes para asegurarse el pellejo en caso de derrota. García Atadell es el caso más conocido que protegió a una aristócrata. Pero había muchos republicanos protegiendo derechistas desafectos. De hecho tras la guerra y en los juicios sumarísimos franquistas salieron a relucir estas protecciones, y quien más o quien menos tenía sus desafectos escondidos. El caso más sangrante es el del cenetista Melchor Rodríguez, llamado el Ángel rojo, también cuadro cenetista, que mantenía consigo como chofer o como secretario a falangistas de la Quinta Columna. Y lo peor es que no podía ignorarlo. Las informaciones que estos escondidos pasaban a los franquistas y que se traducían en la muerte de soldados republicanos, parece que no le daban ninguna pena. Dicen que hasta Dolores Ibarruri protegió a unas monjas. (2) Nota de M.B.- Por cierto, en ese mismo borrador, el C.N. de la CNT pide a Largo Caballero, que la defensa de Madrid se encomiende al comandante Casado (el que la entregó a Franco), con el que la CNT mantenía buenas relaciones. El común y furibundo anticomunismo. Así que con los hombres de Durruti y los militares profesionales amiguetes, Madrid está salvado. ¡Sí, tururú! (3) Señalemos de paso que en Noviembre de 1936, el grueso de la represión de los republicanos sobre derechistas (algunos civiles fueron a todas luces inocentes) o conocidos rebeldes (traidores al gobierno legal) y más adelante quintacolumnistas cogidos con las manos en la masa (terroristas sin ninguna duda) en Madrid, ya estaba prácticamente hecha. Los distintos organismos que autotitulados y que usurpaban a las autoridades legales la legítima potestad represiva, convirtiéndola en ilegal, ya habían hecho su horrible "trabajo". Socialistas, anarquistas, comunistas y todos los demás montaron sus gestapitos, para vergüenza y desgracia de la causa republicana. Lo que no es de recibo es querer salir de rositas, como apuntan los socialistas, o dejarles el muerto a los comunistas, como también apuntan ahora los anarquistas. Y lo que es todavía menos de recibo es negar al gobierno la potestad de defenderse de traidores y quintacolumnistas y aplicarles la legalidad vigente y la de los nuevos Tribunales Populares. |
Paulina Odena (Lina Odena)
Fuente: Antonio Gascón Ricao
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Celestino Onaindia Zuloaga.
Los hermanos Txomin, Celestino y Alberto Onaindia Zuloaga (1897-1936) Sacerdote vizcaíno, coadjutor de Elgoibar (Guipuzcoa) que al estallar la guerra civil prestó ayuda al Nacionalismo Vasco. Hecho prisionero por los rebeldes fue conducido a Ondarreta (San Sebastián), en cuya playa, tras ser juzgado y condenado a muerte por un consejo de guerra, fue fusilado en octubre de 1936. Sus hermanos Txomin y Alberto apoyaron la causa republicana igualmente.
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César Ordax Avecilla Pintor y periodista y miembro de la CNT que durante la Guerra civil fue miembro de los Servicios Especiales del Estado Mayor (Contrainteligencia). Participó junto con Mera y otros en la creación de la columna del Rosal donde le fue encargada la sección de información debido a su pertenencia a los citados servicios. Los franquistas le acusaron del asesinato del espía Jacques Borchgrave, de origen belga, que trabajaba para Franco. Como Borchgrave tenía contactos diplomáticos, el cuerpo diplomático acreditado en Madrid que suspiraba mayoritariamente por Franco y que mantenía protegidos a más de mil derechistas, muchos de ellos activos en sabotajes y espionajes, sin que apenas los servicios republicanos intervinieran, el cuerpo diplomático, digo, montó en cólera y acudió a Miaja, que siempre fue el gran componedor de las relaciones diplomáticas y similares. Miaja prometió investigar la muerte de Borchgrave, pero cuco como era, se lo encargó a Manuel Salgado que era precisamente el jefe de Ordax. Posteriormente se dijo que el reloj de pulsera del finado fue visto en la muñeca de algún dirigente del Comité de Defensa de la CNT. También se dice que formó parte del siniestro engaño de la embajada de Siam que consistió en extender el bulo entre los derechistas de que había una embajada en la que se podían refugiar e incluso desde la cual se podía pasar a zona rebelde mediante módicas cantidades de dinero. El país era Siam, que como tal no existía. Estaban confabulados golfos de toda la vida de Madrid, el propio jefe del Estado Mayor de la unidad miliciana que mandaba Mera, Verardini, Ordax Avecilla, Lopez de Letona un joven de buena familia aventurero y golfo con conexiones derechistas que trabajaba para el mejor postor. Se adecuó un edificio para el caso y se instalaron micrófonos ocultos para escuchar las conversaciones. Cuando ya había más de veinte personas en el local convenientemente saqueadas por los citados, llegó la noticia a Miaja por vía de un agente del Cuerpo de Seguridad de su escolta, que también hacía horas extras con derechistas. Miaja comprendió inmediatamente lo gravedad del asunto y ordenó su cierre y la liberación de los derechistas secuestrados. Pero milicianos de la CNT bajo las órdenes de los Servicios Especiales bloquearon la maniobra deteniendo a todos los derechistas y llevándolos a un Comité de Vigilancia de Retaguardia donde solo unos pocos fueron liberados y los demás fueron fusilados. Todo esto provocó un gran alboroto en la Consejería de Orden Público que controlaba José Cazorla que provocó la detención de los implicados, López de Letona, Ordax y Verardini y su mujer Lupe Sino, una chica de Chicote que posteriormente seria la novia del famoso torero Manolete. Todos salieron en libertad pronto o tarde. A Verardini al que se acusaba en connivencia con su mujer de facilitar visados del Estado Mayor de la 14 División a cambio de fuertes cantidades, vino a liberarlo Cipriano Mera con un camión de milicianos armados que obligó a Miaja a soltarlo. Un desastre para la República.
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Ramón Ormazábal
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Eduardo Ortega y Gasset
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Daniel Ortega Martínez
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Francisco Ortega Jiménez Nacido en Jaén, este temprano militante comunista pronto fue Secretario de la organización de su provincia. Militó y actúo durante todos los años de la II República, siendo encarcelado por la Huelga General Revolucionaria de 1934. Al inicio de la Guerra Civil colaboró en la formación de milicias populares locales, pasando a ser el Jefe de Estado Mayor del batallón Milicias de Jaén que formarían parte de las nuevas brigadas, entre ellas la 24 mixta. También desarrollo formaciones adscritas al 5º Regimiento tarea que se acometió en muchas provincias con relativo éxito que normalmente el PCE envíaba al frente de Madrid. Tras un tiempo en el frente de Córdoba, donde la República tuvo unos muy malos resultados militares por la falta de entrega de los mandos (Miaja y otros) y por el voluntarismo desorganizador de las milicias, fue nombrado Comisario Delegado del III Cuerpo del Ejercito del Centro en sustitución de Francisco Antón que pasó a otras tareas políticas. En 1938 fue nombrado Comisario Delegado del Ejército de Levante hasta que al final de la guerra el coronel Casado lo destituyó poniendo en su lugar a José Ignacio Mantecón. Se exilió, aunque no sabemos cómo y partió en la expedición de miembros del PCE a Rusia. Durante la Gran Guerra Patria combatió en una unidad de Partisanos a las órdenes de Domingo Ungría. En la paz se traslado a Checoslovaquia junto con otros muchos españoles que se alejaban de la presión de Dolores y Santiago, como Modesto, Cordón Tagüeña, etc... Falleció en Praga en 1952.
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Ángel Osorio y Gallardo
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Alejandro Otero Fernández
Fuente: FPI
(1) Pese a sus grandes cualidades médicas y sociales, Otero recibió duras críticas por su labor en la Comisión de Compras en el Extranjero. |
Isabel de Palencia (Isabel Oyarzábal Smith).
Isabel de Palencia y Marcelino Domingo, en el Queen Mary II, haciendo propaganda a favor de la II República, entre las clases pudientes pero liberales.
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Elías Palma Ortega
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Luis Parrilla Asensio. Oficial de telégrafos que se mantuvo junto al Gobernador Civil de Cádiz al producirse el Alzamiento; fue por ello fusilado el 6 de agosto de 1936. Murió dando ejemplo de seriedad y vitoreando a España y a la Republica.
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Marcelino Pascua Martínez.
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Magda de Paul Nelken (1915-1954) Hija de la política y escritora Margarita Nelken y del escultor catalán Julio Antonio que murió muy joven. Magda fue la primera hija de la conocida pintora, crítica de arte y activista política Margarita Nelken. Magda se casó con Adalberto Salas de Eguía con quien tuvo una hija, Margarita Salas, a la que todos conocían como Cuqui. Adalberto era un ingeniero miembro de la UGT que a raíz de la revolución de octubre de 1934 se exilió a Moscú ayudando a la familia Nelken a entrar en Rusia para evitar su detención. Magda tuvo a su hija en Moscú. Su madre no asistía al parto pues estaba en España enfrascada en la lucha política, pero llegó semanas después. La familia al completo regresó a España a principio del agitado verano de 1936. Durante la Guerra Civil se alistó como enfermera en el Ejército Popular. La abuela, Margarita Nelken, mandó a su nieta Cuqui con su marido el diplomático Martín Paul, cónsul de la República en Ámsterdam. Magda conoció a un músico judío ucraniano que vivía en América, Lan Adamian, y que luchaba en el batallón Lincoln con el que se comprometió. Adamian compuso varias pìezas en honor del pueblo español con letras de Miguel Hernandez y la propia Margarita Nelken. Al final de la Guerra Civil la familia marchó al exilio, la madre de Margarita Nelken, la propia Margarita Nelken, y Magda su hija. Esperaban reencontrarse con Cuqui Salas y con Santiago Nelken que se encontraba recluido en el campo francés de Saint Cyprien. La familia consiguió sacarle, y no solo a "Taguín", también a Ruben Ruiz, hijo de Dolores Ibarruri. Ambos caerían luchando contra los alemanes en el Ejercito Rojo. Ruben en Stalingrado y Santiago en la ofensiva de verano rusa de 1944, en Ucrania. Magda y su madre trabajaron intensamente desde Perpiñán asistiendo a los refugiados republicanos internados en los campos de concentración franceses. Marcharon luego a París y, a finales de 1939, a México. Santiago pidió ir a Rusia para estudiar ingeniería contrariando a su madre. Algunos relatores dicen que se avergonzaba del comportamiento de su padre, que efectivamente era a ojos de su hijo, un inmoral y un parásito burgués. Magda fue un apoyo para margarita Nelken cuando se supo la muerte de Santiago en acción de guerra en el frente ruso. Pero desgraciadamente un repentino cáncer acabo con la vida de Magda en 1956 en Ciudad de Méjico. Su hija Cuqui se casó en 1955 con Ramón Rivas, hijo del Cripriano Rivas Cherif, cuñado de Azaña.
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Santiago de Paul Nelken "Taguín"
Hijo de Margarita Nelken y del diplomático Martin de Paul, hermano de Magda. Era el ojito derecho de su madre, Margarita Nelken y compartían una relación extraordinaria, donde Santiago se abrió al mundo en que vivía de la mano de una de las mentes más preclaras y con más actividad de la II República. Con quince años se alistó en las milicias socialistas y se fue para la Sierra madrileña. Reclamado por sus padres, regresó a casa, pero sólo para volver a alistarse en el Ejército Popular, mintiendo sobre su edad. Ingresó en la Escuela Popular de Ingenieros y tres meses después era Teniente en Campaña. Su madre quería sacarle del frente pero Taguín se negó. Participó en la batalla del Jarama, y sobrevivió de oficial con sus dieciséis añitos. Con su unidad de ingenieros participó en la batalla del Ebro tendiendo y reparando puentes para el paso de las tropas. Tras la derrota de la República y en la dolorosa retirada le fue encomendada a los supervivientes de su compañía la voladura del Castillo Figueras. Tras pasar la frontera fue encerrado en el campo de Saint Cyprien donde con miles de soldados del Ejercito Popular trataba de sobrevivir en aquellas fétidas playas. Pero la legendaria capacidad de movilizar personas y recursos de su madre, lo sacó de allí llevándole a Paris. Su madre sacó de aquellos campos a muchos otros, entre ellos a Ruben Ruiz el hijo de Pasionaria. Reunido con su familia, "Taguín" como se le llamaba decidió ir a Rusia a estudiar ingeniería. Su familia marchaba para Méjico pero pese al disgusto de su madre, marchó para Moscú. Con la invasión nazi, Santiago se alistó en el Ejercito Rojo y tras un periodo en la academia Frunze salió como teniente de artillería. Halló la muerte el día 5 de enero de 1944 en Mitrofanovka, una pequeña aldea de Ucrania mientras estaba al mando de una unidad de artillería de lanzacohetes Katiuska. Fue enterrado en Ucrania y recibió la condecoración de Héroe de la Unión Soviética.
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Alberto de la Paz Mateo
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Ángel Pedrero García
(1) Estas instituciones privadas proliferaban en el Madrid post-monárquico y habían suplido con la iniciativa particular las deficiencias de la enseñanza pública, que el Gobierno Provisional y el del Frente Popular trataron de cambiar. (2) Ya se sabe, el golpe militar, que supuestamente quería evitar la revolución, lo que provocó precisamente fue eso, una situación revolucionaria a la que las legítimas instituciones republicanos les costó casi un año neutralizar devolviendo las garantías públicas al estado de derecho. (3) Véase este personaje en esta misma página. (4) Al parecer se llevó varias maletas con alhajas requisadas a los detenidos, que sorprendentemente custodiaba Pedrero. Parece que la noche anterior a la fuga, Atadell, le pidió la llave de la caja fuerte. (5) Nada de rusos y eso que ya habían llegado. Sólo en la zona Centro (Madrid, Extremadura, Levante y Andalucía) el SIM contaba con miles de agentes, y su efectividad fue grande, consiguiendo frenar la demoledora acción de la Quinta Columna que corroía no solo la retaguardia republicana, sino el propio Ejército Popular y otras instituciones básicas para la supervivencia de la II República. A estos efectos y contra toda la propaganda franquista, el SIM fue un instrumento legítimo creado por el gobierno republicano en guerra, que se las tenía que ver con una creciente resistencia clandestina perfectamente organizada y financia por los servicios equivalentes franquistas, el SIPM, más la quinta columna espontánea que crecía igualmente al calor de la derrota militar republicana. El estudio de estas organizaciones de contraespionaje y de defensa del Estado Republicano no puede hacerse a partir de la Causa General, como hacen mucho propagandistas del franquismo y hasta historiadores próximos. Las declaraciones arrancadas y compuestas al gusto del Servicio de Información y Policía Militar franquista, no pueden ser fuentes primarias, y si me apuran ni secundarias, pues están pervertidas, como todo el mundo sabe. (6) Implicando a republicanos de renombre que en absoluto tenía nada que ver, tras horas y horas de paliza tras paliza. En el caso de Pedrero se nota que tiraban contra Galarza y Prieto. |
Ángel Peinado Leal
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José Peirats Valls.
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Juan Peiró Belis
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José Ignacio Peñagaricano. (1872-1937) Sacerdote vizcaíno, coadjutor de Echeverría (Vizcaya) que al estallar la guerra civil prestó ayuda al Nacionalismo Vasco. Hecho prisionero por los rebeldes fue conducido a Ondarreta (San Sebastián), en cuya playa, tras ser juzgado y condenado a muerte por un consejo de guerra, fue fusilado en octubre de 1937.
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Facundo Perezagua Suárez Líder obrero del PSOE, contemporáneo y rival de Prieto en Bilbao. Era de tendencia obrerista. Posteriormente participó en la fundación del Partido Comunista. Un batallón de militantes comunistas llevaba su nombre en el frente de Oviedo.
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Antonio Pérez Torreblanca. Nació en Villena (Alicante). Abogado y periodista. Directivo de Asociación de Prensa de Alicante. Secretario de la Junta Provincial de Alianza Republicana (1926) y vicepresidente de ese partido en Alicante (1928). Firmante de Manifiesto que creaba el Partido Republicano Radical Socialista (1929). Activista en la huelga de 1930, detenido junto con su amigo Álvaro de Albornoz. Concejal en Alicante (abril de 1931). Director General de Agricultura (1931). Diputado a Cortes en 1931. Alto cargo de la Gran Logia Regional de Levante. Siguió a Marcelino Domingo en su escisión, y fue miembro de la Ejecutiva Provincial de Izquierda Republicana y miembro del Consejo de Estado (1936). Murió en el exilio en Marruecos en 1955 y poco antes de su muerte sufrió un atentado a manos de un falangista enviado por la policía franquista.
Fuente: María Jesús Gallar |
José Miguel Pérez
1.- También palmero fue Blas Pérez González, abogado y Ministro de la Gobernación de Franco durante 16 años, así como Elías Yanes, que fuera Arzobispo de Zaragoza. Esta Isla es así. 2.- Como consecuencia de este hecho La Palma sufrió una durísima represión: se calculan en más de 100 los asesinados sin juicio alguno en toda la Isla ( que entonces no llegaba a 40.000 hbts., que no fue frente de guerra y en la que no hubo ninguna violencia por parte del Frente Popular) , mediante el sistema del "desaparecido", bien en los frondosos bosques palmeros o tirados al mar encadenados.
Fuente: José López Mederos, Catedrático de Hª en EE. MM. e investigador. |
Francisco Pérez Carballo
Dirigente de la Federación Universitaria Escolar antes de la iniciación de la Guerra. Fue militante del Partido de Izquierda Republicano de Azaña. Con el Frente Popular, fue designado Gobernador de La Coruña. Se opuso al Alzamiento ordenando a los guardias de asalto que defendieran el Gobierno Civil. Éstos hicieron disparos al aire cuando llegaron los militares sublevados. Detenido, fue el día 28 de julio "paseado". Tenía 25 años. Su esposa, Juanita Capdevielle (véase) fue también asesinada. Hubo un batallón de las Juventudes de Izquierda Republicana con su nombre.
1.- Alfredo Suárez Ferrín, alcalde de La Coruña. 2.- General Enrique Salcedo general jefe de la VIII División Orgánica. 3.- Juanita Capdevielle esposa del gobernador civil Pérez Carballo. 4.- General Rogelio Caridad Pita, gobernador militar. 5.- Francisco Pérez Carballo, gobernador civil. Todos ellos fueron fusilados tras su detención el 19 de julio. Quizá pudieran explicar los que no condenan el franquismo cual fue su terrible crimen en sólo un día. En la foto, ya cerca de la rebelión, en una celebración.
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Juan Bautista Peset Aleixandre
Azaña en el mitin del campo de Mestalla en mayo de 1935, a su derecha el doctor Peset. Medico valenciano, natural de Godella nacido en 1886. Al terminar sus estudios de medicina, se preparó para sacar la cátedra vacante de Medicina Legal y Toxicología de la Universidad de Sevilla, y que obtuvo a las 24 años. Demostrando así, en el proceloso mundo de los "catedros" de las universidades de la monarquía alfonsina, su valía. Pero no quedó aquí, consiguió también al poco la dirección del laboratorio bacteriológico municipal. Y se tuvo que poner a la dura tarea con motivo de la oleada de tifus que recorrió Andalucía en 1912. Unos años después volvió a Valencia gracias a que la ciudad atendiendo a sus méritos, le nombró titular de la cátedra de Medicina Legal de la universidad. Allí desarrolló una extensa labor de salud pública e higiene. Promovió y financió el Instituto Médico valenciano y se constituyo como referente de la medicina social, preventiva, y además, realizó investigaciones muy exitosas para el tratamiento de algunas enfermedades, como el suero que desarrollo, con mucho éxito para el tratamiento de la meningitis purulenta, una enfermedad muy grave. Las campañas antitíficas y de vacunación le crearon un gran prestigio en la capital valenciana, pero también grandes y envidiosos enemigos. En la universidad de Valencia tuvo importantes cargos, Decano, Vicerrector y Rector, cargo del que dimitió con la llegada del bienio negro. Su labor fue intensa, sobre todo en la renovación y democratización de la universidad, que en aquellos tiempos en España, era en su cúpula un lodazal de servidumbres, agradecimientos eternos y mamandurrias. Además, el doctor Peset era miembro de Izquierda Republicana de Valencia y pasaba por notorio republicano, lo que acrecentaba los odios miserables de algunos colegas que odiaban su valía y brillantez, nada nuevo en la universidad española, sólo que por medio de la vida del doctor Peset, como la de otros millones de españoles de bien, se cruzó un criminal alzamiento militar. En 1935 estuvo con Azaña en el grandioso mitin del campo de Mestalla, donde se reunieron cerca de setenta mil republicanos ávidos de acabar con el "bienio negro" de la derecha antirrepublicana. También, el doctor Peset como presidente de I.R. de Valencia se presentó a las elecciones de febrero de 1936, siendo elegido diputado en estas elecciones de listas abiertas y siendo el candidato más votado en la ciudad. La guerra lo cambió todo para el doctor Peset. Adscrito al Servicio de Sanidad, fue nombrado Comisario Inspector de los hospitales de guerra y no por ello perdió su carácter investigador redactando importantes informes sobre las dolencias psicológicas provocadas por la guerra en la población. A la par que el Gobierno, el Ejército Popular y precedidos por medio millón de refugiados, el doctor Peset se fue retirando hacia la frontera francesa de Cataluña, con una parada para participar en la histórica reunión de las Cortes en Figueras a principios de febrero de 1939. Tuvo la valentía de regresar a la zona centro con otro miembros del gobierno, pero tras la defección del coronel Casado, perdida toda posibilidad de retirar en orden a los cuadros republicanos susceptibles de ser asesinados por Franco, desoyó en el aeropuerto de Elda las peticiones del también doctor Negrín, presidente del gobierno, al que acompañó durante todo estos episodios, para que lo acompañara en el vuelo rumbo a Francia. El doctor Peset quería recoger a su familia antes de salir de España. Tenía varios hijos en el Ejército Popular que sabía confluirían en el puerto de Alicante, atraídos por el bulo que la Junta Casadista había propagado de que en Alicante habría barcos para todos. Pero en este puerto, una vez que el Stanbrook, lleno de republicanos hasta el punto de peligro de naufragio, abandonó, digo, Alicante, no llegó ningún barco. Lo que sí llegó fue la marina franquista con el minador Jupiter y otro que ahora no recuerdo. Cercados por los italianos, los diez mil republicanos atrapados en el puerto vivieron escenas dantescas de desesperación. Finalmente fueron apresados y tras un periodo de clasificación en el tristemente famoso campo de los Almendros. El doctor Peset fue separado de su familia y inició su "turismo carcelario" de campo en campo, ejerciendo siempre su profesión para tratar de aliviar aquella situación tan extrema, de torturas, hambre, enfermedades y desesperación. Expulsado de la universidad y de todos sus cargos fue denunciado por algunos médicos mal nacidos (los historiadores saben en la actualidad quienes fueron) y sometido a Consejo de Guerra por rebelión militar. Se supo entonces, que no sólo no tenía ningún delito sobre su conciencia sino que había escondido y protegido a personas derechistas en la retaguardia valenciana. Y siendo, además una personalidad muy querida en la ciudad, fue condenado a muerte con recomendación de la sentencia de conmutación de pena a 30 años. Esto puso furioso a las médicos falangistas denunciantes y promovieron otro consejo de guerra más duro con un tribunal de su cuerda. Y así fue condenado a muerte y pese al movimiento de figuras y próceres de la ciudad que solicitaban a Franco el indulto, Franco dio el enterado y el pobre doctor Peset fue sacado de la cárcel de Valencia y fusilado en Paterna el 24 de mayo de 1941. Su memoria fue recuperada por Valencianos de bien, y se le dio su nombre al Hospital Universitario. La Universidad de Valencia publico en 2001 un facsimil de todo el expediente de su proceso. Que la diosa Razón lo tenga en su seno doctor Peset.
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Ángel Pestaña Núñez.
Pestaña con S. Seguí en la huelga del 18
Angel Pestaña con su familia, reponiéndose del atentado que sufrió en manos de los pistoleros del Sindicato Amarillo de Martínez Anido. |
Carles Pi i Sunyer.
Fuente: Ramón Cuellar Sorribes
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Aurora Picornell Femenías
Con la llega del Frente Popular al gobierno y con la marea violenta y reaccionaria de los partidos de derechas y la Falange que aventuraban un encuentro violento en España, tanto Heriberto como Aurora supieron que el futuro era muy negro. Heriberto y Aurora partieron para Madrid, donde ella participó en actividades feministas del Partido. Heriberto tenía tisis y quedo ingresado en un sanatorio. Aurora volvió para Mallorca y esa fue su perdición. El 18 de julio de 1936, Aurora corrió a refugiarse a la Casa del Pueblo, sabedora de lo que le esperaba y en la confianza de poder resistir con los camaradas. Fueron todos detenidos. Aurora fue primeramente torturada e ingresada en prisión. La invasión de Mallorca retrasó la matanza pero resuelta ésta, las fuerzas vivas nacionales, los March, el obispo, y la reaccionaria burguesía local, más los sangrientos y lunáticos fascistas llegados de Roma, determinaron que las cuatro mujeres del barrio del Molinar: Aurora Picornell, Catalina Flaquer, Antonia y María Pascual Flaquer y Belarmina González Rodríguez, fueran fusiladas el 5 de enero de 1937. Aurora tenía 24 años.
(1) Un poco paralela a la vida de otras parejas comunistas que trabajaban para la Comintern, algunas muy conocidas como Tina Modotti y Vittorio Vidali. |
Fernando Piñuelas Romero
El Comisario Piñuelas con Casado en 1938 Había nacido en Murcia en 1897 y era Maestro. Ejerció como profesor de la Escuela Normal y también en provincias, Burgos, Huesca, Ciudad Real y Murcia, y además estudiaba Derecho a la par. Ya en Murcia se presentó como alcalde de Murcia por el Partido Socialista, saliendo elegido. También oficiaba como profesor de la Escuela Normal. Defendió a las personas y a las propiedades y monumentos de la vesanía de algunos milicianos de todo pelaje en el verano de 1936. Organizó instituciones para la defensa del patrimonio local y, lo mejor, animó la creación de un Comité para la defensa del refugiado, que por ser Murcia provincia de retaguardia, abundaba. La escritora Josefina Da Silva, en "Nosotros los olvidados" (Véase) habla con fundamento pues fue refugiada en Murcia. En diciembre de 1937 fue nombrado Comisario Inspector del Ejército de Centro por decisión de su Partido. En este cargo se hizo conocido por un informe sobre la penetración comunista en el Ejército. A finales de 1938 fue cesado por estos motivos y regresó a su puesto de profesor. Detenido al final de la guerra, encausado y condenado a muerte, no le salvó la intercesión de notables múrcianos a los que había protegido. Su cargo de Comisario le condenó a muerte. La sentencia fue ejecutada por los carlistas de la IV de Navarra en julio de 1939. Piñuelas era un socialista moderado y de buen corazón pero que personalmente repudiaba a los comunistas.
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Eduardo Pons Prades
Nota.- Este gran republicano y anarquista murió en Barcelona en mayo de 2007. Que la diosa Razón lo tenga en su seno. |
Gabriel Pradal Gómez
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José Prat García.
Jose Prat en Madrid con la monarquía parlamentaria.
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Felipe Pretel Iglesias
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Casto Prieto Carrasco.
Unamuno Y Casto prieto Carrasco en una foto de antes de la guerra-
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Indalecio Prieto Tuero
Asúa, Prieto y Ruiz Funes en el parlamento republicano, antes de la guerra. (1883-1962). Dirigente socialista. Propietario de El Liberal de Bilbao. Diputado a Cortes por Bilbao de 1918 a 1923, y de 1931 a 1936. Cabeza del ala centrista del PSOE, fue partidario de colaborar con los republicanos y un innegable defensor de la vía parlamentaria para el socialismo. Ministro de Hacienda y de Obras Públicas de 1931 a 1933.
Prieto, en 1932, visita su Bilbao, donde la gente le recibe con extraordinarias muestras de cariño. En el Gobierno de Largo Caballero de septiembre de 1936, ocupó la cartera de Marina y Aire. En el Gobierno Negrín de mayo de 1937, fue ministro de Defensa Nacional. Defensor de una visión democrática del Frente Popular que compartía con Azaña. Se mostró partidario de no utilizar las BB.II. en la ofensiva de Teruel, en un intento de mantenerse distanciado de las injerencias soviéticas. El fracaso de esta ofensiva ocasionó su caída en abril de 1938 y dimitió a causa de sus discrepancias con Negrín y de manera muy especial por sus diferencias con los comunistas. Ese mismo año emprendió un viaje a diversos países de Hispanoamérica para defender la causa de la República, sorprendiéndole el final de la contienda fuera de España. Establecido en México, actuó en favor de multitud de españoles que deseaban exiliarse a este país. En 1948, colaboró en un proyecto de restauración monárquica que hubiera concluido con la dictadura franquista. El mismo fracasó por la actitud de don Juan de Borbón, que prefirió pactar con el general Franco. Prieto junto con Azaña forman un dúo de políticos sumamente inteligentes, muy buenos para el trabajo parlamentario y para ministros, pero muy malos para la guerra y de muy mal perder. Largo Caballero impidió que Prieto fuera presidente del Consejo de Ministros del nuevo Presidente de la II Republica, tras el cese de Alcalá Zamora, Manuel Azaña en febrero de 1936. La historia hubiera sido muy diferente, pues, sin ninguna duda, Prieto hubiera desarticulado el golpe militar o al menos, ya que esto era muy difícil, se lo hubiera puesto tan mal a los golpista, que puede que no se hubiera dado. La política militar de Giral, por contra, fue desastrosa. Prieto colaboró de buena gana en la caída el gobierno de Largo y tiempo después se portó como un canalla con Negrín desde el mismo momento en que perdió la cartera de Defensa hasta su muerte. Y eso que el enemigo natural de Prieto era Largo Caballero. Pero ya decimos que tenía muy mal perder.
Prieto y Marcelino Domingo antes de la guerra, en compañía de Queipo cuando este todavía no conspiraba contra la República.
Lea este artículo de Prieto sobre la destrucción de Guernica. |
José Puche González Médico y científico español y Catedrático de Fisiología. Estudio y perfeccionó sus conocimientos en distintos países de Europa como su amigo y fisiólogo Juan Negrín. Tras pasar por varias cátedras a las que accedió por oposición, el estallido de la guerra le llevó a cooperar con la República aceptando puestos en la Sanidad Militar. Fue nombrado Director General de la Sanidad en el Ejercito Popular. Le tocó organizar la Sanidad Militar a medida que la República perdía territorio. También tuvo importancia su actuación en técnicas novedosas como las trasfusiones o el método español de cura de heridas en extremidades, conocido como método Trueta, aunque también participaron en su diseño otros médicos. Precisamente al final de la guerra tuvo que tomar la decisión de no evacuar a Francia a los heridos escayolados por el método Trueta pues los médicos franceses desconocedores de esta técnica amputaban los miembros por el mal olor que este método de cierre hermético de la herida producía. Para evitar estas innecesarias amputaciones de médicos militares franceses ignorantes y prepotentes. Puche decidió no evacuar este tipo de heridos. Al final de la guerra se exilio a Méjico donde continuo su labor de fisiologo y docente.
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José María Puelles de los Santos.
Imagen: Ateneo de Sevilla |
Isaac Puente Amestoy
Fuente: Felipe Peña. |