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 26. ENTRE REPÚBLICAS

10- LA PRIMERA REPUBLICA (1873-1874)

VALORACIÓN

EL MOVIMIENTO OBRERO ESPAÑOL DURANTE EL SEXENIO (1868-1874)

26.10.1 Palacio de las Cortes. 11 febrero 1873. Proclamación de la I República. La república federal fue el único régimen político que en la España del siglo XIX llegó al poder sin la ayuda de un golpe militar. Por contra, fue destruida fulminantemente por un golpe militar. La II República tuvo el mismo destino.

La I República española fue proclamada por unas Cortes donde los republicanos no eran la mayoría, pero fue la conclusión lógica y razonable del final de sexenio progresista y de la inestabilidad política creada por la abdicación de Amadeo I. Nunca en España había existido esta forma de gobierno, y la esperanza suscitada fue grande, como grande fueron los enemigos que encaró nada más nacer. Fue sustentada por la pequeña burguesía urbana y las clases medias de la misma procedencia, pero nunca contó realmente con el apoyo del pueblo consciente y trabajador que se inclinaba más hacía las nacientes ideas anarquistas y hacia opciones políticas bastante más radicales y sobre todo urgentes. Los dirigentes republicanos que eran en el fondo meros reformistas antimonárquicos, emprendieron reformas que sin ser las que el pueblo deseaba sí que eran, dado el contexto de la época, suficientemente radicales para provocar la reacción airada de los estamentos conservadores y, lo que es peor, de los facciosos, los carlistas, que al mando del autotitulado Carlos VII, el nieto del original Carlos María Isidro, iniciaron la tercera guerra carlista, donde llegaron a tener hasta capital, en Estella, Navarra. Esa comunidad tan celosa en la actualidad de sus fueros, pero que en el pasado, nutrieron las fuerzas de choque de las cuatro guerras carlistas, si incluimos este aspecto insurreccional en la Guerra Civil, y que tantas desgracias trajo a nuestro país. Las reformas que los republicanos se plantearon fueron las siguientes:

- Nueva Constitución que instauraría una República Federal.

- Abolición de la esclavitud en las colonias del Caribe (Aún andábamos así)

- Eliminación de las quintas. A todas luces contraproducente cuando estaba en ciernes la guerra carlista.

- Voto universal masculino a los 21 años. Un verdadero avance, pero sin las mujeres.

- Separación de la Iglesia y el Estado. Esta era la primera vez que se iba a intentar.

- Supresión de impuestos al consumo. Contraproducente sin una reforma fiscal.

26.10.1.1 Contra estas reformas se levantaron los carlistas y conspiraron los alfonsinos. Además, surgió el problema cantonal, este por la izquierda, donde Cartagena fue el paradigma de este tipo de insurrecciones, propiciadas por los anarquistas y los republicanos. La inestabilidad política fue tal que en el plazo un año, hubo cuatro presidentes. Finalmente, Los militares conservadores, la Iglesia, y otros enemigos del progresismo iniciaron un golpe militar que se sustantivó en la toma del Congreso por tropas al mando del Capitán General de Madrid, Pavía. El general Serrano, con la República nominalmente, impuso una dictadura que abocaría a la proclamación borbónica. Era el triunfo de los alfonsinos, cuyo líder, era el inteligente, pero conservador y monárquico Canovas del Castillo. El general Martínez Campos se le adelantó al pronunciarse en Sagunto por la restauración borbónica en el hijo de Isabel I, el débil Alfonso XII. En la imagen, el faccioso Carlos VII responsable de la Tercera Guerra carlista

26.10.2 El Primer gobierno republicano.

26.10.2.1 Figueras camino del congreso. Delante Sagasta tirando flores, en alusión al ultimo pucherazo de 1872. Y Salmerón remendando la Constitución de 1869 con el reglamento del 47. La Carcajada, mayo de 1872.

26.10.3 Imagen satírica en referencia a las iniciales vacilaciones republicanas sobre la República. Imagen: Revista La Flaca, 1 de marzo de 1873.

26.10.4 Satírico alusivo al estado políticamente calamitoso del país a la llegada de los republicanos.

26.10.4.1 La República limpia el país ayudado por el angel de La Paz y el de La Ley. Debajo del León republicano, Carlos VII. Huyendo, el príncipe Alfonso (XII) a lomos de su mentor Montpensier (que estuvo implicado en el asesinato de Prim), delante Topete, y al lado Sagasta con los dos millones que pasó de la caja de Ultramar a la de Gobernación, y que provocó una de las mayores crisis de reinado de Amadeo I.

26.10.4.2 La I Republica tuvo que combatir a ambos lados del espectro político, al carlismo irredento, pero esta vez con concesiones populares, y al cantonalismo y republicanos radicales, hartos de la inoperante republica. En otro frente, más político, los alfonsinos, partidarios de la restauración monárquica de los borbones, sustantivada en el hijo de Isabel II, Alfonso. En rojo y magenta la influencia carlista. En Azul y cian las sublevaciones cantonalistas y sus avances.

26.10.5 Proclamación de la República en la Plaza de San Jaume en Barcelona en 1873.

26.10.6 Manifestación cantonalista en el puerto de Cartagena.

26.10.7 Tercera guerra Carlista. ¡Republicanos a la montaña!

26.10.8 Grabado satírico en alusión al bombardeo de Cartagena contra los cantonalistas.

26.10.9 Alegoría de la I República al estilo de la "Marianne" francesa. Imagen: revista La Flaca, 6 de marzo de 1873

26.10.10 Satírico sobre la sesión de Cortes del 8 de junio 1873. El reñidero republicano. Revista La Flaca, 26 de junio, 1873.

26.10.11 Las republicas del mundo, Francia, Estados Unidos, Suiza, etc...,  dan honores a la República española, mientras las monarquías la repudian. Imagen: revista La Flaca, 28 de marzo de 1873.

26.10.12 Tumulto en el Congreso en 1873.

26.10.13 Auca de vida y hechos del federal.

26.10.14 Satírico en alusión a la inestabilidad de los gobiernos republicanos. En julio de 1873 se produce la sublevación cantonalista de Cartagena que se extenderá por Andalucía y Levante. Esto le costó el puesto a Pí y Margall que fue sustituido por Nicolás Salmerón.

26.10.14.1 Barcelona 1873. Revista satírica La Flaca. Salmerón aparece meditabundo mientras España le dice que la Niña (la República) se está desmandando, pese a la regañina de Castelar.

26.10.15 Pavia redujo la sublevación cantonalista de Cádiz en agosto de 1873. El cuadro de Monleón muestra la defensa de La Carraca de Cádiz contra las fuerzas cantonalistas.

26.10.16 Las tropas gubernamentales entran el Cartagena ya reducida la resistencia cantonal.

26.10.17 Cartagena fue sitiada en 1873 para reducir la insurrección cantonal. En la imagen, el baluarte de la Constitución.

26.10.18 Imagen de la Cartagena bombardeada.

26.10.19 Madrugada del 3 de enero de 1874. Castelar arenga a las masas mientras el general Pavía disuelve las Cortes.

26.10.20 Un oficial a los órdenes del capitán general de Madrid, Pavía, disuelve las Cortes republicanas el dos de enero de 1874 en la sesión de la tarde. El ejército y los facciosos y conservadores de todo pelaje estaban de acuerdo. No sería la última vez que esto pasara, como todos sabemos.

El ejercito regular, que había sido el adalid de La Gloriosa, había perdido protagonismo con la muerte de Prim y el reinado de Amadeo. La llegada de la 1 República, alejó aún más al al ejército de la política, pues desconfiaba del intento burgués de caminar a la democracia por vías civiles. El caos de partidos burgueses y las crecientes amenazas revolucionarias, como en Europa, tras el fiasco de Napoleón III frente a Prusia y la proclamación de la Comuna de París. Todo ello era una sombra que ensombrecía el pensamiento militar de la época poniéndole frente a frente contra la República y las nuevas formas que adaptaban las organizaciones populares. El federalismo pasó a ser la bestia negra del ejército regular español consiguiendo unificar políticamente al ejército en una actitud, de momento, pasiva. Un par de intentonas desestabilizadoras, la segunda, del general Serrano, fueron neutralizadas por Figueras y Pi y Margall, respectivamente. Pero la República estaba sentenciada. Para colmo, las huelgas y motines que nacieron por justas reivindicaciones, la mayorías salariales, en el levante español, fueron presentadas por la prensa conservadora como pequeñas Comunas parisinas de carácter internacionalista, lo que hizo agravar los conflictos. El cantonalismo se extendió como la pólvora por el Levante y por Andalucía.

Los alfonsinos se frotaban las manos, Canovas que mantenía contacto con Isabel II desde tiempo atrás, preparaba la restauración alfonsina. Pero se le adelantó Serrano, que a la grupa del caballo de Pavía, quién realmente no sabía que lo llevaba de equipaje, formó un gobierno provisional, con los de siempre del liberalismo español, Sagasta, Topete, Martos, Echegaray, etc... Pero el duque de la Torre era ya un anciano, y sólo concitaba envidias en todos los estamentos. Todos recordaban su origen en política, el "general bonito" de la reina Isabel II en su juventud. En cualquier caso, Serrano se preparó para afrontar los dos frentes abiertos, cantonalistas (internacionalistas, decía el gobierno, para denigrarlos), y los carlistas del Carlos VII que cada día eran más fuertes. Y mientras Serrano se ocupaba de la guerra carlista, sus gobiernos se deslizaban, gracias a la labor de Cánovas, hacía los tradicionales cauces de la España del fin del siglo XIX, es decir, la monarquía liberal moderada. Y en el ínterin, Serrano entraba en Bilbao pese a la muerte en acción de guerra del general de La Concha (al que la República había nombrado comandante en jefe del Ejército del Norte por su gran prestigio militar pese a ser declarado alfonsino) y Sagasta tomaba los hilos del poder con su experta mano en controlarlo todo. Todos estaban de acuerdo en el fondo, Canovas, Sagasta y el ejército miraban confiados hacía el hijo de Isabel II, que estudiaba en Sandhurst, la academia militar británica, y que acababa de publicar una carta abierta a la nación, diciendo que sí, que era un príncipe liberal, y que estaba por la labor de hacerse cargo del vacío trono que dejó su madre y que el pobre Amadeo casi no calentó.

El general Arsenio Martínez-Campos que se había distinguido en Cuba al comienzo de la guerra de los Diez Años, y que había terminado con las sublevaciones cantonalistas de Valencia y otras plazas rebeldes y que a la sazón tras mandar unidades contra los carlistas había sido castigado al destierro por el gobierno republicano por su declarada tendencia alfonsina, y mientras hacía el equipaje para cumplir el castigo, tuvo que oír los gritos de su consorte y un grupo de amigos que le animaban a juntar un par de unidades militares de cualquier guarnición, y bien cubierto por militares amigos, proclamar rey al hijo de Isabel II, Alfonso XII. Lo que hizo en Sagunto con poca tropa, pero suficiente. Canovas cogió una buena rabieta pues era el segundo general que se le adelantaba, y pese a ser monárquico alfonsino y conservador como el que más. Se prometió a sí mismo que iba acabar con esto de los pronunciamientos militares y sobre todo con los generales haciendo política desde los partidos, y lo que es peor, desde los regimientos. No lo consiguió, sólo pudo evitar los pronunciamientos, y tuvo siempre en sus gobiernos a un espadón, lo que significó impedir verdaderas reformas en el ejército regular.

26.10.20.1 Otra visión del hecho, esta vez a manos de la Guardia Civil.

26.10.20.2 El Capitán general de Madrid, Manuel Pavía y Rodríguez de Alburquerque.

PRESIDENTES DE LA I REPÚBLICA

26.10.21 Estanislao Figueras

(Barcelona 1810-Madrid 1882)

Comenzó su carrera política en el partido progresista en 1840, pero se separó de éste para formar un partido republicano-democrático. En 1851 fue diputado republicano por Tarragona. En La Vicalvarada, en 1854, estaba en la Junta Revolucionaria de la misma ciudad, y esta Junta le nombró diputado en las Constituyentes de1855. Cuando Narváez volvió al poder, Figueras se opuso firmemente a su gobierno, por lo que fue encarcelado y luego desterrado a Avis en 1867. Pero volvió tras la Revolución de 1868 y fundó el periódico La Igualdad. En 1869 fue jefe de la minoría republicana de las Cortes Constituyentes. Cuando se proclamó la República (11-11-1873) fue nombrado presidente del Poder Ejecutivo, pero su gestión fue débile ineficaz. El federalismo catalán, la conspiración monárquica y la guerra carlista son sólo algunos de los problemas con los que tuvo que enfrentarse. Terminará por disolver la Asamblea y convocar Cortes Constituyentes para el 1 de mayo de 1873. El 9 de junio fue elegido presidente Pi y Margall. Figueras huyó a Francia y volvió a tiempo de ver cómo caía la República por la que tanto luchó.

Fuente: Cuadernos de Historia 16 nº 164

26.10.22 Francisco Pi y Margall

(Barcelona 1824-Madrid 1901)

Procedente de una familia modesta, obtuvo el doctorado en Derecho en 1847, en Madrid. Se dedicó a la enseñanza y al periodismo hasta 1854, año en que escribió La reacción y la revolución, y comenzó a inclinarse por la política. Atacó a la monarquía y a los demócratas individualistas, por lo que tras el levantamiento de Prim, en 1866, se vio obligado a huir a París.

Volvió en 1869, al ser elegido diputado de las Cortes Constituyentes convocadas por la Revolución de septiembre. Máximo teórico y paladín del federalismo, combatió a Amadeo de Saboya, siendo una de las figuras más destacadas en la proclamación de la República de 1873. Fue ministro de Gobernación con el nuevo régimen y más adelante sustituyó a Figueras en la presidencia del mismo (11-VI-1873 a 18-VII-1873). Tras el golpe de Estado de Pavía en 1874, se alejó de la política y escribió La República de 1873, explicando su gestión. Pero volvió en 1883 con su proyecto de Constitución Federal, aprobada en Zaragoza, y sería diputado en varias legislaturas. Continuó su labor periodística y fue un trabajador incansable hasta el día de su muerte.

Fuente: Cuadernos de Historia 16 nº 164

26.10.23 Nicolás Salmerón y Alonso

(Alhama la Seca, Almería 1838-Pau, Francia 1908)

Estudió Filosofía y Letras y Derecho en Madrid, y a los veinte años era profesor del instituto San Isidro. Adquirió fama como escritor con La Discusión y La Democracia, y como orador por sus actividades de ateneísta. En 1866 obtiene la cátedra de Filosofía en la Universidad de Madrid y, en 1869, la de Metafísica. Militó en el partido democrático con Pi y Margall y Figueras, y fue nombrado miembro de la Junta Revolucionaria tras los sucesos de 1868. No llegó al Congreso hasta 1871. Al abdicar Amadeo de Saboya, fue ministro de Gracia y Justicia de la República con Figueras. Cuando Pi y Margall sucedió a éste, Salmerón pasó a presidir el Congreso, y tras el movimiento cantonal de Cartagena y la marcha de Pi, ocupó la presidencia (8-VII-1873).

Quería restablecer el orden, pero se negó a aceptar la pena de muerte y prefirió dimitir (7-IX-73). Presidió el Congreso hasta el golpe de Pavía en 1874. Se le destituyó de su cátedra y se marchó a París. Volvió diez años después gozando de gran popularidad y tomando parte en la vida política e intelectual de España hasta su muerte.

Fuente: Cuadernos de Historia 16 nº 164

26.10.24 Emilio Castelar y Ripoll

(Cádiz 1832-San Pedro del Pinatar, Murcia 1899)

Estudió Derecho y Filosofía en Madrid. Fue redactor de varios periódicos y obtuvo la cátedra de Historia de España en la Universidad Central. En 1863 fundó La Democracia, de tendencia liberal y antidinástica, Tomó parte en el movimiento revolucionario de 1866, por lo que fue condenado a muerte y tuvo que refugiarse en Francia. Volvió tras la Revolución de septiembre de 1868, en la que también colaboró. En las Cortes Constituyentes de 1869, de mayoría monárquica, fue elegido diputado por Zaragoza y en uno de sus discursos, impugnó el proyecto de Constitución monárquica. Ocupó la cartera de Estado en el primer gobierno de la República y fue el cuarto presidente de la misma, tras la marcha de Salmerón el 8-IX-1874. Debido a la inestabilidad reinante, ejerció una verdadera dictadura, tomando medidas fatales para el régimen, que cae con el golpe de Pavía (3-1-1874). Llevó la voz de los republicanos a las primeras Cortes de Alfonso XII representando a Barcelona, y sus discursos fueron muy destacados. Se le Considera como uno de los oradores españoles más elocuentes y uno de los grandes prosistas del siglo pasado.

Fuente: Cuadernos de Historia 16 nº 164

Versión 1.0 - 01-2000 - Revisión 1.1 - 12-2013