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26.14- CUBA Y LA GUERRA HISPANO-YANQUI

26.14.1 La Habana 27 de noviembre de 1871. Fusilamiento de estudiantes de medicina patriotas. El capitán general Domingo Dulce ordenó el fusilamiento de "toda persona que con medios naturales e influencia moral contribuyese al fomento y sostén de la insurrección y todo médico, abogado, escribano o maestro de escuela que se aprehendiese con los insurrectos, fuese fusilado en el acto". A los estudiantes se les acusaba de una supuesta profanación de la tumba de un prócer español. Nadie se preocupó de averiguar si era verdad y tras un juicio sumarísimo fueron condenados a largas penas de cárcel. Pero como a las oligarquías españolistas no les pareció suficiente, se les sometió a un nuevo Consejo de guerra donde se condenó a siete a morir fusilados y a 30 a graves penas de prisión. Si dice que algunos fueron escogidos para la pena capital por mero sorteo entre los imputados. Hay un monumento en las Habana a su memoria.

 

26.14.2 La zafra en el ingenio Dos Amigos en 1895.

26.14.3 El doctor Don Carlos Finlay, primer descubridor de la relación entre la fiebre amarilla (que estaba diezmando al ejército español) y el mosquito Aedes Aegyti. Los listos de siempre le ignoraron completamente y le llamaban con sorna, el "hombre de los mosquitos". Pese a que el Dr. Finlay lo tenía científicamente demostrado, con casos controlados, pero reales, fue ignorado también por las autoridades sanitarias americanas, que también sufrían esta enfermedad en sus fuerzas de ocupación. Finalmente no les quedó más remedio que hacer las pruebas que demostraban las afirmaciones del Dr. Finlay. Quedando enteramente demostrada su teoría.

26.14.4 Embarque de "voluntarios" mallorquines para Cuba en 1895. A destacar el vaporcito y el estrecho muelle.

26.14.5 Civiles reconcentrados por el general español Weyler en Pinar del Rio. Las concentraciones perseguían dejar a los rebeldes cubanos sin bases de aprovisionamiento al obligar a los civiles a abandonar sus pueblos y concentrarlos en campos a este uso. Se calculan unos 100.000 muertos por enfermedades y desnutrición por este motivo. La medida fue muy efectiva desde el punto de vista militar, pero a todas luces inhumana. A lo largo de la historia, en muchas guerras coloniales se han producido hechos semejantes, como los ingleses en la guerra de los Boers, que produjo miles de muertos, los alemanes a los judíos en los Ghettos, con los resultados del todo conocidos, y los americanos en Vietnam para desactivar al FLN o Vietcong.

26.14.6 Caricatura americana del general Weyler sobre el asunto comentado anteriormente de las reconcentraciones. La opinión pública norteamericana fue decisivamente influida por este motivo y ello facilitó las ganas de quitarnos Cuba que tenía la clase política yanqui. A veces, lo que cuentan de los españoles por ahí fuera, es verdad, algunas leyendas negras sobre España, no son tan leyendas.

26.14.7 Fuerzas insurgentes al acecho en la manigua.

26.14.8 Barricada de barriles de azúcar de los insurrectos cubanos.

26.14.9 Insurrectos cubanos a la hora de la comida.

26.14.10 Tropas Mambises.

26.14.11 Miembros del gobierno cubano en rebeldía. Se trata del Consejo de Gobierno de la República de Cuba, presidido por Bartolomé Masó (en el centro).

26.14.12 Caballería rebelde cubana.

26.14.13 Carga de la caballería cubana.

26.14.14 Convoy español atraviesa un río protegido por fuerzas de infantería.

26.14.15 Guerra de Cuba, 1896. Carga de la caballería española.

26.14.16 Estación de La Habana, salida de tropas rumbo a Las Villas.

26.14.17 Un destacamento español rechaza un ataque rebelde. Los soldados van de rayadillo y llevan el máuser español de 1893.

26.14.18 La Habana, 22 de marzo de 1896. Batallón de españoles y voluntarios de la ciudad.

26.14.19 El general Borja Canella y sus oficiales tras la victoria española del Sao del Indio. 31 de agosto 1895.

26.14.20 Soldaditos españoles. Mauser y rayadillo.

26.14.21 Fortificaciones españolas en la Trocha del Jucaro. Las trochas eran zonas despejadas de vegetación que dividían el territorio en sectores para un mayor control militar. Las trochas eran insalubres y el ejército español tuvo muchas más bajas por motivos de salud que por fuego enemigo. Era el peor destino para un soldado español.

26.14.22 Un destacamento español rechazo un intento yanqui de cortar el cable submarino que conecta con España. A ser fuerzas regulares no tiene mucho sentido dibujarlos con el fusil Remington que sólo usaban las fuerzas auxiliares.

26.14.23 El amigo Teodoro y los Rough Riders. Parece que valor tenían, pero militarmente valían menos. Pese a todo, tuvieron destacada actuación en las Lomas de San Juan, donde los máuseres españoles se cobraron su excelente factura sobre los peor armados yanquis, aunque finalmente sumamente superiores en hombres y artillería.

Lea este artículo sobre la defensa del Caney.

Y este otro sobre las Lomas de San Juan

26.14.24 Las cañoneras españolas de la flota de protección de costas, parece que fueron las únicas unidades navales que hicieron morder el polvo a la marina yanqui en señaladas ocasiones, incluso en evidente inferioridad, con su dos cañoncitos de 42 y 37 mms. En la imagen, la cañonera "Golondrina".

Lea aquí la acción de Manzanillo protagonizada por cañoneras españolas.

26.14.25 Combate de Cárdenas. En el combate del pequeño puerto de  Cárdenas, al norte de Cuba, las cañonera españolas defendieron con valor la costa cubana. Primeramente y apenas iniciada la contienda, la cañonera "Ligera" se encontró con el torpedero yanqui "Foote" que tenía tres cañones de 37 mm. y dos tubos lanzatorpedos. El yanqui hizo 70 disparos pero sólo uno le dio a la cañonera sin causar averías ni bajas. La española, en cambio, le averió máquinas y calderas, poniendo, a duras penas, el torpedero, agua por medio. Los americanos decidieron aplastar a la molesta flotilla de tres cañoneras españolas de escasas 40 toneladas. Para ello reunieron una pequeña flota compuesta de un torpedero, un guardacostas y dos cruceros pequeños de mil toneladas con 8 piezas de 102 mm. y 6 piezas ligeras, cada.  La flotilla yanqui entro en la bahía, y las cañoneras españolas, "Alerta" y "Ligera" se retiraron, pero la "Antonio López", con su único cañón de 57 mm. decidió resistir el ataque en el muelle.  A 100 metros, el "Antonio López" le envió una andanada tras otra al torpedero "Winslow" hasta que le dañó gravemente con cinco muertos y cuatro heridos. Tubo que se remolcado por el guardacostas "Hudson", que tampoco se fue de vacío, pues recibió dos impactos. Los cruceros americanos pensaron que el puerto tenía baterías costeras, dado que semejante fuego no podía proceder de los cañoncitos de las cañoneras. Pero no era así. El caso es que, tras bombardear la ciudad, se largaron con viento fresco. El "Antonio López" recibió once impactos, con una sola baja. Eso sí, había agotado sus municiones pero seguía útil para el servicio. A su capitán se le concedió la Laureada de San Fernando. A los observadores artilleros españoles que inspeccionaron el puerto y sus daños (dos muertos y cinco heridos, entre civiles y militares), el tiro yanqui les pareció "disperso y malo",  según cuenta, Agustín R. Rodríguez, en su obra, "La guerra del 98", de dónde hemos sacado esta información, los yanquis no volvieron a acercarse al puerto.

26.14.26 Crucero Alfonso XII. Cuando el desastre, este navío, que estaba harto de mili y de patrullar las costas cubanas, contra lo que se decía, piratas (insurgentes introduciendo armas de contrabando), la de Santiago de Cuba le pilló en puerto  en reparaciones.

26.14.27 El crucero Isabel II que servía en San Juan de Puerto Rico intervino en dos acciones contra la marina yanqui. Una, el 12 de junio, acompañado por el destructor "Terror", contra el crucero auxiliar Saint Paul, y donde el "Terror" fue alcanzado y puesto fuera de combate, y otra, el 28 de junio para proteger al vapor "Antonio López" del crucero auxiliar yanqui Yosemite. No pudo ser y el vapor español se hundió.  El barco regresó a España y fue dado de baja en 1902.

26.14.28 Las famosas minas Bustamante, que pese a la genialidad de su inventor, fracasaron estrepitosamente, pese a que todavía se desconoce por qué.

26.14.29 Joaquín Bustamante y Quevedo. El inventor de la mina Bustamante y de otros artilugios bélicos. Era un marino de estirpe que había participado en muchas campañas. En 1898 fue nombrado jefe del E.M. de Cervera con el que discrepó sobre la estrategia a seguir para sacar a la flota del encierro de Santiago de Cuba. Desembarcado con las dotaciones de Infantes de Marina antes de la batalla naval, participó en la acción de las Lomas de San Juan, donde resultó herido, falleciendo en el Hospital militar de la Habana días después.

26.14.29.1 Fernando Villaamil. Otro marino ilustrado que fue, nada más y nada menos que el inventor del precursor del destructor, un pequeño pero rápido cañonero-torpedero, del que saldrían luego las ideas para los destructores de la Gran Guerra. Embarcado, voluntario, en el "Furor", uno de los destructores por él ideados, discrepó también con Cervera, haciendo propuestas para que su flotilla ("Furor", "Terror" y "Plutón") atacara el puerto de Nueva York y distraer parte de las fuerzas navales enemigas. En el combate de Santiago de Cuba, y cumpliendo las órdenes de Cervera, le tocó salir de los últimos, con prácticamente ninguna probabilidad de sobrevivir. Como así fue, los dos destructores a sus órdenes, fueron inmediatamente destrozados y Villaamil muerto en acción de guerra.

26.14.30 El dubitativo y pesimista Cervera en la famosa reunión previa a la salida de la flota, donde el almirante no escuchó en absoluto a sus oficiales, ni antes ni durante la reunión. Cervera salió a mar abierto porque el capitán general de Cuba, Ramón Blanco,  se lo ordenó, ante el peligro de que la ciudad, y con ella la flota,  cayera en manos yanquis. Era ya tarde para cualquier acción que no fuera una embestida general hasta agotar las municiones y el hundimiento. Sin embargo, el almirante ordeno salir por orden de tonelaje, con gran distancia entre los barcos y en rumbo de huida, mientras, él, en el buque insignia y en cabeza, se enfrentaba a toda la flota yanqui, cuatro acorazados, un crucero y otros buques menores. Por nuestra parte, cuatro cruceros acorazados y dos destructores de la clase "Furor". La diferencia no era tan abismal, uno de los acorazados yanquis, el "Texas" era muy inferior a los cruceros españoles. Pero la mitad de los cruceros no participaron en el combate, el Vizcaya y el Colón, que eran muy buenos barcos, apenas dispararon mientras se alejaban rápidamente. Así la superioridad yanqui se incrementó notablemente, pues primero se ocuparon del Infanta Teresa y del Oquendo y de los dos destructores, y posteriormente pudieron dedicarse a la caza del Vizcaya, al que acribillaron y también del Colón, al que apenas hizo falta, pues su capitán ordeno embarrancarlo. Y así nos fue. Además, este desastre influyó decisivamente en la moral defensiva de las guarniciones de Santiago de Cuba y alrededores, incluidas las tropas que resistían denodadamente en San Juan. Mucha tinta se ha vertido en defensa de Cervera, que cómo se sabe, no cayó en la acción, pero toda esa tinta es en el fondo sentida (con todo el derecho) y poco objetiva. No hace falta ser un experto naval, para, en la distancia, darse cuenta de que escogió la peor de las estrategias. Iba sin ganas, se le hizo tarde, para luego tratar de huir. Lo que se dice mandar a la gente al matadero por eso de la honra, que como dijo el poeta, no es más que aire.

26.14.31 La encerrona de la bahía de Santiago de Cuba. En el horizonte la escuadra yanqui, dentro de la bahía y en la peor situación naval, Cervera con sus barcos.

26.14.32 Estampa de la batalla Santiago de Cuba bastante exagerada.

26.14.33 El Vizcaya, varado tras el combate, y con más daños de los que recibió realmente, tras su abandono y posterior incendio.

26.14.34 Marineros españolas sobrevivientes del desastre convalecientes como prisioneros de los yanquis, en un hospital de Santiago

ADENDA 2013

26.14.35 Tras el toque a degüello, la caballería rebelde cubana se lanza machete en mano contra las líneas españolas durante la guerra de los diez años. La acción resultó mortífera pues la infantería española ya contaba con el mauser de repetición modelo de 1893. EL autor, un artista yanqui, nombró la pintura como la batalla del Desmayo, el Balaklava cubano. Pero no hemos indentificado la acción.

26.14.36 Dibujo de Francisco Bedoya. La plaza de armas en La Habana en 1860.

26.14.37 La mejor hora del soldado, El rancho y la siesta.

26.14.38 Soldados españoles en la manigua en esta imagen de la que aun tenemos dudas sobre si es un dibujo a una imagen fotográfica de la Ilustración Española.

26.14.39 Fuerzas cubanas y yanquis se aprestan para batir a los españoles en Guantánamo. Al frente una ametralladora Colt.