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26. ENTRE REPÚBLICAS

6.- ISABEL II (1833-1868)

VALORACIÓN ISABEL II

26.6.1 Isabel II fue nombrada reina a los tres años de edad, en 1833. No obstante su madre Maria Cristina de Borbon y Espartero fueron regentes, hasta 1840, Maria Cristina y desde esa fecha hasta 1843 Espartero.

La degeneración de las monarquías europeas y en especial de la española alcanzaban limites insostenibles. La ultima mujer de Fernando VII, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, era su cuarta esposa y era además, su sobrina carnal. Le dio dos hijas, Isabel, futura reina Isabel II, y María Luisa Fernanda, la hermana menor.

Cuando Isabel tenía tres años, Fernando VII la palmó, pero ya había dejado preparados los papeles para que pudiera gobernar su hija Isabel anulando la Ley Sálica (que impedía gobernar a las mujeres)  con el documento llamado "Pragmática sanción". Esto quitaba de en medio al hermano de Fernando VII, Carlos María Isidro (Don Carlos) que a todas luces esperaba gobernar en un régimen absolutista cercano al paroxismo, vamos, la década ominosa de Calomarde llevada al extremo. Por este enredo entre borbones, hubo tres guerra carlistas.

Apremiados por las circunstancias sube al trono con tres años Isabelita II, pero como es menor de edad hay que ponerle un regente, que mejor que la viuda, su madre, María Cristina. Quien a los dos meses de viuda ya se echó un amante, un capitán de la guardia. El caso es que cada año, la regenta quedaba embarazada. Lo que era muy engorroso y muy divertido para el pueblo, que se ciscaba alegremente en el honor de los Borbones.

Tan grande era el desprestigio de la corte y tan grande, también, la ambición de algunos militares, que uno de ellos, que pasaba por liberal, superviviente de Ayacucho y larga y exageradamente premiado en la primera guerra carlista, Don Baldomero Fernández, conocido como Espartero, le quitó la regencia a la María Cristina en 1840 y hasta el 43 no hubo manera de que lo dejara.

El caso es que con trece años, declararon mayor de edad a Isabel II y pasó a reinar, un decir, pues era mangoneada por una camarilla de indocumentados, donde destacaba su madre, que en nada se preocupaba de la educación de su hija, tan bien entretenida como estaba la viuda de Fernando VII con sus amantes. Pero había más, una monja que se auto infligía llagas en las manos y los pies, casuística muy extendida en el gremio, como forma de prosperar, una monja digo, llamada Sor Patrocinio, era una especie de consejera espiritual de la corte. Y digo yo, que cara se le pondría a esta rasputina ante el espectáculo cotidiano de degeneración y corrupción.

El caso es que la joven reina era una niña ignorante y mal criada, caprichosa aunque, dicen, que de buen corazón. La vida de la reina en general fue una lasciva fiesta continua. La casaron con un primo Borbón que no estaba interesado en las mujeres, y todos los hijos de Isabel II, Alfonso incluido, fueron engendrados por sus amantes. Cada vez que se presentaba en la corte un hijo de la reina en brazos del consorte, Francisco de Asís Borbón, su primo,  éste recibía un millón de reales. Me pregunto qué recibiría el verdadero padre. Estas aficiones le duraron a la reina hasta que en 1968, la "Gloriosa" le dio la patada en el culo, en esta larga tradición que tenemos los españoles de darles puerta a los malos reyes.

26.6.2 De los tres espadones al servicio de Maria Cristina e Isabel II, Espartero, Narváez y O´Donnell, traemos aquí un retrato de Narváez, "El espadón de Loja", llamado así por el pueblo, debido a su gusto por las soluciones autoritarias y violentas, como ocurrió en la revuelta de 1848.

Narváez, junto con Espartero y O´Donnell, fue un tipo de dictadores camuflados que actuaban al amparo del partido al que pertenecían, y más aún que permitían que los pronunciamientos no desembocaran en una dictadura personal del espadón de turno, sino que llevaban al poder al partido que auspiciaba al militar.

Un refinado entramado golpista que padeció España durante la regencia de Maria Cristina (1833-1840) y el reinado de Isabel II (1843-1868).

De todos los espadones que los pueblos de España padecieron, destaca por su habilidad política y militar el general Baldomero Fernández (Espartero). Espartero provenía de una oficialidad que se había curtido en las guerras por la independencia de las colonias americanas. Se les llamaba los Ayacuchos, por la batalla dónde perdimos lo poco que nos quedaba en Sudamérica.

Estos militares fueron el prototipo de otras castas militares que le amargarían la vida al país en sangrientas asonadas.

El caso es que Espartero destaco en la primera guerra Carlista, recibiendo honores, títulos y mandos, a ciencia cierta bien exagerados, pues ningún militar cristino destacó tanto como para eso. En cualquier caso,  Espartero había sido uno de los del abrazo de Vergara que acabó en 1839 con la primera guerra carlista (el otro, el carlista Maroto, que se rindió con unas excelentes condiciones políticas y militares).

Y ahora llegaba también la hora de la política para los generales isabelinos. Los liberales que se habían dividido en dos partidos, moderados y progresistas, ficharon los primeros a Narváez y los segundos a Espartero.

En el final de esta primera guerra carlista destacó un joven oficial, O´Donnell que también sería un espadón pistonudo.

En 1840, estando Espartero en la cumbre de su popularidad y mando, se produjeron varias asonadas contra la regente que indujeron a Espartero a enfrentarse con Maria Cristina. Espartero consiguió quitarle la regencia a Maria Cristina y quedársela él.  Aquí se le vio el plumero al general, incluso entre sus compañeros de partido, que pronto vieron en el general progresista un simple dictador.

Pero además, todo se le puso en contra. El ejército se le encabritó en 1841 y hubo de fusilar al valiente general Diego de León. Los catalanes se sublevaron en 1942, y Espartero bombardeó Barcelona sin piedad. Lo que finalmente le costaría el puesto pues primero se sublevó el general catalán Prim, compañero de partido al fin y al acabo, y en 1843 se sublevaron los generales de ambos partidos encabezados por Narváez y Serrano.

Espartero se exilió a Francia, de dónde regreso para participar en política en el bienio progresista de 1854-1856, pero sin ninguna fuerza ya en el ejército. Cuando Isabel II fue destronada, se le llegó a ofrecer a Espartero la Corona, al fin y al cabo, era el español de sangre no real que más cerca había estado de ser rey.

Tanto O´Donell como Serrano fueron generales de alcoba, ambos tuvieron amoríos interesados con la joven reina, y se dice que el general Serrano fue quien la instruyó en las artes amatorias, siendo la reina una niña.

La ciudadanía veía con espanto estos hechos, aunque al pueblo se la bufaba, sacando un buen partido humorístico del caso. El descrédito de la monarquía era insoportable para el país y para las potencias europeas sólo éramos una nación decadente y degenerada

26.6.2.1 A la izquierda el general Serrano y a la derecha el general Espartero.

 

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26.6.3 O´Donnell, general cristino que destacó en las guerras carlistas, como todos los espadones con posibles, se metió en política y fundó el partido de Centro de Unión Liberal que le dio mucho juego. En la imagen, sus partidarios saquean un periódico de la oposición.

26.6.4 Sombreros de alto copete en esta reunión de altos jerifaltes del Partido Progresista durante la primera época del reinado de Isabel II.

26.6.5 Madrid, Plaza de la Villa, 1848. Narváez se despide de sus fieles. Narváez, conocido como el Espadón de Loja, será sustituido por otro espadón, O´Donnell, que gobernará de la misma manera que el anterior, es decir, como dictadores, aunque esta vez con el Partido Progresista, aunque O´Donnell era de centro. Espartero se apuntó al gobierno, en lo que se llamó gobierno de los dos cónsules. ¡Genial!

26.6.6 Los reinados de Fernando VII e Isabel II se caracterizan por el amor a los regímenes absolutistas en el caso de Fernando y a los regímenes moderados en el caso de Isabel. Ambos aceptaron cuando no les quedó más remedio, gobiernos progresistas. Dada la incapacidad de los partidos (normalmente conservadores y progresistas) para alcanzar el poder por vías constitucionales (no las había), los partidos se valieron de los espadones. Generales de prestigio adscritos a uno u otro partido y que se pronunciaban y tomaban el poder durante algún tiempo hasta que se producía la crisis (la eterna crisis española del siglo XIX) y otro general de signo contrario se pronunciaba y tomaba el relevo. Durante el reinado de Isabel II, tras la caída de Espartero y su temprana coronación, Isabel gobernó estos diez años (1844-1854) en lo que los historiadores denominan la Década Moderada con su Constitución de 1845.

El general Narváez gobernó dictatorialmente y todas las leyes que de sus gabinetes salieron fueron retrógradas, si exceptuamos una ligera reforma del sistema fiscal. Así la ley de Ayuntamientos consagró al alcalde nombrado a dedo por el gobierno. Una Ley Electoral censitaria que sólo comprendía unos 90.000 varones (los de mayor fortuna), y aún así las elecciones estaban amañadas. Y para terminar y lo que es peor, se estableció un acuerdo con la Santa Sede por la que el Papa terminó por aceptar las desamortizaciones de Mendizabal y otras, a cambio de poseer el monopolio de la enseñanza en España y recibir subvenciones. Era el principio del problema eclesiástico.

En 1854, el general O´Donnell se pronuncia en Vicalvaro contra el gobierno de Narváez, que termina por triunfar. A este periodo se le denomina Bienio progresista. 

Espartero regresó del exilio y encabezó un gobierno progresista, aunque O´Donnell pertenecía a la Unión Liberal de centro. Durante este bienio se impulsaron los ferrocarriles y las Cortes constituyentes elaboraron una constitución que no llegó a aplicarse, pues la ruptura entre Espartero y O´Donnell en 1856 propició la vuelta de Narváez y de la constitución conservadora de 1845.

Narváez cedió el poder al centrista O´Donnell dos años después, en 1858. O´Donnell tenía ideas expansionistas y nos metió en bastantes aventuras de las que nada práctico salió para el país. Empezó una guerra en Marruecos, (1859-1860), quizá para emular a Prim, que por cierto se había demostrado como un sanguinario en la campaña en las mismas tierras de 1856. Quiso, también, recuperar Santo Domingo, y se pegó con Chile y Perú, dónde destacó la armada española. Al país, todas estas fanfarrias militares se la traían al pairo, pero algunas traerían cola.

En 1863, Narváez recuperó el poder, y como era más viejo y resabido, mas dictador se volvió. La popularidad de la monarquía, aderezada con la crisis económica de 1864, cayó por los suelos y se produjeron motines que fueron duramente reprimidos por Narváez. La oposición se juramentó para echarlo y de paso a su protectora, Isabel II. En 1867 murió O´Donnell, líder de los Unionistas, y finalmente, en 1868 murió Narváez. Empezaba la revolución de 1868, que los progresistas denominaron "La Gloriosa" o revolución septembrina, por el estallido en Cádiz, en septiembre de ese año. El almirante Topete, de la Unión Liberal, se sublevó en Cádiz. El resto del país también.

26.6.7 Casto Méndez Núñez fue nuestro último marino insigne. Dirigió la escuadra española durante la guerra que mantuvimos contra Bolivia, Chile, Ecuador y Perú, ¡ahí es nada!, en 1866. La flota española en el Pacífico, al mando de Méndez Núñez, se encontraba en graves dificultades por falta de puertos amigos para aprovisionar, eso no obstó para que su comandante cumpliera a rajatabla las órdenes recibidas. Llegó a Valparaíso (que no tenía defensas) al mando de la escuadra y les dio badana, luego de dirigió al Callao e hizo lo mismo, aunque esta ciudad estaba fuertemente protegida. En esta última acción resultó herido, y fue cuando se dice que pronunció aquello de más vale honra sin barcos que barcos sin honra. Lo que parece que fue profético en el desastre del 98, tanto en Cavite como en Santiago.

26.6.7.1 Cuadro de Muñoz Degrain que recoge el momento en que Méndez Núñez cae herido a bordo de la fragata Numancia.

26.6.8 Tras el pronunciamiento del almirante  Topete en Cádiz en septiembre de 1868. En noviembre, el general Serrano avanzó hacia Madrid. Pavía, espadón de Isabel II, envió fuerzas para detenerlos. Pero en Andujar, en el puente de Alcolea, tras unas negociaciones y algunos pocos cañonazos, Serrano siguió su camino y llegó a Madrid. Isabel II hizo las maletas y pasó al destierro en Francia.

26.6.9 El romanticismo fue un movimiento artístico europeo que fructificó grandemente en España, pintores, escultores, literatos, poetas, llenaron las páginas de nuestra historia y de nuestros museos. En pintura prosperó el retrato y la pintura histórica, muy de moda en Europa. Traemos aquí una imagen de Federico de Madrazo, el pintor romántico por excelencia. Era hijo de un pintor neoclásico y sus hermanos también eran artistas. Era monárquico, e Isabel II le nombró director del Museo del Prado, cargó que dejo con la revolución del 68. Entre sus obras destaca el retrato de la Condesa de Vilches que actualmente se puede apreciar en la ampliación del Museo del Prado.

26.6.9.1 El retrato citado, obra cumbre de Madrazo a mi entender.

26.6.10 La burguesía ilustrada perfectamente representada en esta imagen de artistas románticos del periodo isabelino.

26.6.10.1 Lectura de Zorrilla en el estudio de Antonio María Esquivel. 1846. Además de los dos nombrados aparecen todos los que eran algo en el mundo Isabelino. Hartzenbush, Gallego, Bretón de los Herreros, Ventura de la Vega, Quintana, Espronceda, Mesonero Romanos, etc..., amén de los políticos del momento, Martínez de la Rosa, Gil y Zárate y el duque de Rivas.


26.6.10.1.01 Los personajes del cuadro de Esquivel:

1, Antonio Ferrer del Río; 2, Hartzenbusch; 3, Nicasio Gallego; 4, Gil y Zárate; 5, Tomás Rodríguez Rubí; 6, Isidoro Gil y Baus; 7, Cayetano Rosell; 8, Antonio Flores; 9, Bretón de los Herreros; 10 Francisco González Elipe; 11, Patricio de la Escosura; 12, conde de Toreno; 13, Antonio Ros de Olano; 14, Joaquín F. Pacheco; 15, Mariano Roca de Togores

26.6.10.1.02 Los personajes del cuadro de Esquivel

16, conde de Cheste; 17, duque de Rivas; 18, Gabino Tejado; 19, Francisco J. de Burgos; 20, José Amador de los Ríos; 21, Martínez de la Rosa; 22, Luis Valladares; 23, Carlos Doncel, 24, Zorrilla; 25, José Güell; 26, José Fernández de la Vega; 27, Ventura de la Vega; 28, Luis Olona

26.6.10.1.03 Los personajes del cuadro de Esquivel

29, Esquivel; 30, Julián Romea; 31, Quintana; 32, Espronceda; 33, José María Díaz

26.6.10.1.04 Los personajes del cuadro de Esquivel

34, Campoamor; 35, Manuel Cañete; 36, Pedro de Madrazo; 37, Aureliano Fernández Guerra; 38, Mesonero Romanos; 39, Cándido Nocedal; 40, Romero Larrañaga; 41, duque de Frías; 42, Eusebio Asquerino; 43, Manuel J. Tiana y 44, Agustín Durán

26.6.10.3 Autorretrato del citado Antonio María de Esquivel

26.6.11 Era 1848. Carolina Coronado, poetisa romántica y musa y protectora de otros muchos artistas. Todo un personaje de la época. Federico de Madrazo dejó un retrato de esta poetisa que fue coetánea de Rosalía de Castro.

26.6.11.1 Retrato de la citada mecenas, Carolina Coronado por Federico de Madrazo y Kuntz.

26.6.12 En 1848 la burguesía catalana tomó la iniciativa para la construcción del primer ferrocarril de España. Barcelona-Mataró. Este impulso potenció la rápida construcción de una red ferroviaria nacional y la entrada de capitales extranjeros para este propósito. En 1865 había más de 3.600 kilómetros de vías férreas. En la imagen, del Instituto Municipal de la Historia de Barcelona, el citado ferrocarril.

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26.6.13 Autorretrato del pintor Leonardo Alenza, que se pintó el mismo año que Isabel II comenzó su reinado, a los 13 años y recién declarada mayor de edad. Leonardo Alenza nació en 1807 en la Cava Baja de Madrid. Su padre era empleado público y su madre murió por las hambres de la guerra napoleónica. Su padre se volvió a casar y la familia cambio de barrio y mejoró su condición, pudiendo Leonardo estudiar en el convento de la Merced que era donde estaba entonces la Academia de San Fernando. Siempre fue débil de salud, pues era tísico debido a su mala crianza en el Madrid de la guerra de la Independencia. Y tras desarrollar una buena carrera pictórica donde destacan obras de encargo y personales, como "Sátira del suicidio", que venía a cuento por la pulsión romántica de la época de dejar un bonito cadáver antes de tiempo. Él, que tenía tantas ganas de vivir.  La enfermedad le imposibilitaba para ganarse la vida, de modo que optó por obtener medios para vivir en lugar donde los aires y la buena alimentación pudiera restablecer su quebrada salud. Pintó "David cortando la cabeza de Goliat", que nada tenía que ver con su forma de entender la pintura. El caso es que fue nombrado Académico de merito de la de San Fernando. Y así aguantó tres años trabajando en ilustraciones y pintando algunos de sus mejores cuadros. Murió en 1845. Sus amigos pagaron el entierro. Alenza, junto con Gustavo Adolfo Bécquer, que murió de lo mismo, son el prototipo de artista romántico, quebrados por la enfermedad, malviviendo del caprichoso favor de los poderosos, firmes en sus convicciones, pero inexorablemente abatidos por la enfermedad y la falta de recursos.

26.6.13.1 Sátira del suicidio.

26.6.14 El duque de Montpensier, Antonio de Orleans, quinto hijo del rey francés Luis Felipe I, emparentó con Isabel II por presiones internacionales, casándose con la hermana de Isabel, María Luisa Fernanda Borbón. Este duquecito dio mucho juego en España, y pese a ser francés se comportó perfectamente como un grande de España. En su vida hubo de todo.

Se casó con su Luisa Fernanda el mismo día que Isabel Y Francisco de Asis. En 1848 hay una revolución en Francia y el padre del duque tiene que salir por pies. El duque de Montpensier parte a Inglaterra dejándose olvidada a su mujer que al parecer asistió angustiada al asalto del palacio de las Tullerías por la airada multitud de republicanos franceses. Al poco, el duque se instala en Sevilla, ciudad que le venía al pelo, concretamente el palacio de San Telmo. La vida era fácil, luz, solecito, vino fino de Jerez, veraneos en Sanlucar de Barrameda y así. Pero el duque aspiraba a más, quería ser rey de España aunque fuera consorte, por ello conspiraba contra Isabel II con gran descaro, reuniéndose en Sevilla una especie de corte paralela que le amargaba la vida a la reina. ¡Mi hermana! Como sería la cosa que el duque se hipotecó para aportar dinero para el levantamiento septembrino. Pero las cosas no le fueron del todo bien. El gobierno isabelino de González Bravo lo expulsa de España.

26.6.14.1 Los duques de Montpensier ya en la madurez.

Con "La Gloriosa", Montpensier volvió, pero tampoco le fueron bien las cosas, aunque estaba en la lista de posibles reyes. Su conocida afición a las conspiraciones y el hecho de que hubiera matado en duelo al Infante Enrique de Borbón se lo pusieron difícil. Todas las energías y tanto dinero no sirvieron para nada. Las cortes de la nación reunidas para elegir rey, votaron:

Amadeo de Saboya: 191 votos

Republica: 60 votos

Duque de Montpensier: 27 votos

Espartero: 8 votos

Príncipe Alfonso (Alfonso XII) : 2 votos

Desterrado de nuevo por negarse a jurar adhesión al nuevo rey y despojado del grado de Capitán general y de sus emolumentos, la rabia consumía a Montpensier que finalmente formó parte de una conspiración para asesinar a Prim, presidente del gobierno, al que consideraba que le había traicionado. Formaban parte de la conspiración el diputado José Paúl y Angulo (que había financiado a Prim, pero no recibió nada), el general Serrano (era el Regente, pero le parecía poco) y el propio Montpensier que fue quien la financió. Contaban con la complicidad del gobernador, policías, y altos funcionarios. El asesinato que se produjo en la calle del Turco de Madrid (actual marques de Cubas) el mismo día que desembarcaba Amadeo de Saboya. Fue un atentado minuciosamente preparado por José Paúl Angulo que mandó los dos partidas que preparaban el atentado, aunque sólo entró en acción la primera. Prim quedó destrozado, se usaron arcabuces y escopetas recortadas, pero aún sobrevivió unas horas. La justicia elaboró un sumario de 8000 folios donde mayormente se mareó la perdiz para que nadie importante saliera implicado. Un fiscal que intentó procesar al duque de Montpensier fue fulminantemente cesado. Los historiadores dicen que La Restauración procedió a cerrar y encubrir todo el proceso. El diputado Jose Paul y Angulo se las piró a París donde al cabo fue también asesinado.

El epilogo es demoledor. Amadeo de Saboya, sin el apoyo de Prim se vio obligado a nombrar jefe de gobierno al general Serrano. El proceso seguía su impotente curso y ya con la Restauración, la hija de Montpensier , Maria de las Mercedes, se caso con su primo Alfonso XII, con lo cual estas dos ramas reales, brutalmente enfrentadas, encontraron un catarsis amorosa que también termino en drama.

Y así se hacían las cosas en España y así se siguen haciendo. Cosas veredes, amigo Sancho.

26.6.15 La pareja real en el exilio. Isabel II, la de los tristes destinos, pero que llevó una vida regalada y licenciosa, y su consorte, ídem de ídem. Fueron expulsados del trono y del país, porque no lo representaban en ninguna de sus formas.

26.6.16 Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer, poeta exponente del movimiento romántico español. Bécquer tenía un hermano pintor, Valeriano, con el que se permitió caricaturizar a la corte sin tapujos aunque con el seudónimo SEM en unas acuarelas sorprendentes publicadas en la revista satírica Gil Blas, pero que en cualquier caso representaban lo que estaba pasando en la corte.

26.6.16.1 Más información en:

http://abelgalois.wordpress.com/2008/10/21/valeriano-y-gustavo-adolfo-becquer-en-la-corte-de-isabel-ii/

26.6.16.2 Deslumbrado el Santo Padre por las virtudes morales de la reina española, no dudó en otorgarle la valiosa distinción de "La Rosa de oro", que valía su pese en ídem.

26.6.17 Francisco Ortego era un artista e ilustrador que animaba las publicaciones españolas, sobre todo las satíricas que abundaban durante el reinado de Isabel II. Pero el artista, como todos sus colegas de la época, hacía de todo, pintura, portadas de novelas, litografías, chistes, caricaturas, etc... Y aún así apenas le llegaba para mantener a su familia con dignidad, de modo que emigró a Paris abundando el hecho de que era de ideas liberales y republicanas.

http://artimannias.blogspot.com.es/2012/03/ortego-1833-1881-dibujante-e-ilustrador.html

26.6.17.1  Un ejemplo de la pluma de Francisco Ortego a propósito de la competencia entre revistas satíricas durante el siglo XIX.

Versión 1.0 - 01-2000 - Revisión 1.1 - 12-2013