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Fuerzas Armadas de la República

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Buques de combate de la Marina de guerra republicana:

DESTRUCTORES

Destructor Alsedo

La clase Alsedo de destructores( Alsedo, Velasco y Lazaga) viene de la Ley Miranda de 1915, que preveía seis cazatorpederos para la flota. Se materializaron en tres destructores de la clase Alsedo y los tres primero de la clase Churruca. Eran buques rápidos pero escasamente armados. Tenían cuatro chimeneas, cosa insólita en la marina de guerra española. Su vida operativa antes de la guerra fue intensa, más que nada por la escasa presencia de destructores en la armada en los primeros años de su botadura.  Al estallido de la rebelión, el Alsedo se encontraba en Cartagena y recibió órdenes de dirigirse a Almería y posteriormente a Málaga. Los oficiales desafectos fueron detenidos y el buque escoltó al petrolero Ophir con combustible para la flota recalada en Tanger. Tras un reconocimiento por la costa de Malaga fue gravemente saboteado por su comandante (se supo posteriormente) y debió regresar a Cartagena, donde prácticamente pasó de una reparación a otra, con graves sospechas sobre sus mandos y sus comités. El fin de la guerra le cogió inoperativo, naturalmente, en Cartagena.

Datos técnicos:

Botadura 1925. Desplazamiento 1.164 tms. Velocidad max. 34 nudos. Tripulación: 70

Armamento en julio de 1936:

3 piezas del 101’6/40 mm. Vickers
2 piezas del 47/50 mm. Vickers AA
4 Tubos lanzatorpedos

Destructor Lazaga

Gemelo del anterior y botado en el mismo año. El 18 de julio se encontraba en reparaciones en Cartagena. El capitán del barco, ferviente partidario de los rebeldes, se reunió en este buque con sus partidarios y al ver la Base perdida, se entregaron. Los siguientes mandos del destructor eran todos secretamente desafectos y sabotearon las órdenes e incluso la maquinaria para que sus barcos permanecieran siempre en reparación. Y no parece que a los comités les importara mucho. A principios de septiembre fue torpedeado por el submarino italiano Giuseppe Finzi, que falló. Acompañó a la flota en el combate de Cabo de Palos, aunque no intervino. Ya en la base fue averiado levemente por la aviación italiana al final de la guerra, que era lo que le faltaba para no asomar el morro.  Fue capturado en Cartagena por los rebeldes.

Datos técnicos:

Botadura 1925. Desplazamiento 1.164 tms. Velocidad max. 34 nudos. Tripulación: 70

Armamento en julio de 1936:

3 piezas del 101’6/40 mm. Vickers
2 piezas del 47/50 mm. Vickers AA
4 Tubos lanzatorpedos

Armamento en julio de 1937:

1 pieza de 120/45 mm. Vickers
2 piezas 101’6/40 mm. Vickers
2 ametralladoras 13'2 mm. Hotchkiss AA
4 Tubos lanzatorpedos
1 lanzador de cargas de profundidad

Destructor Sánchez Barcáiztegui

Dentro de la magnífica clase de su mismo nombre, el Sánchez Barcáiztegui (algunos autores, la llaman clase Churruca) formaba parte de la 1 Escuadrilla de Destructores con base en Cartagena y allí se encontraba cuando se produjo la rebelión militar en África. El ministerio le ordenó poner rumbo al estrecho para tenerlo bajo control gubernamental. Arribó a Melilla, junto con el Lepanto y el Almirante Valdés. A la flotilla se le ordenó bombardear Melilla. El capitán del Sánchez Barcáiztegui convocó reunión de capitanes, pues no tenía ninguna intención de bombardear la ciudad. Atracaron en Melilla, el Valdés y el Barcáiztegui. Varios militares ya rebelados subieron a los destructores con la intención de que transportaran tropas a la península. Al ver la tripulación la desafección de los mandos, la dotación restableció por la fuerza la legalidad republicana, iniciando una rápida y casi accidentada maniobra de desatraque, que en el Valdés le costó embarrancar en la escollera. El Barcáiztegui llegó a Málaga el 19, con la oficialidad a buen recaudo. Salió luego para Tánger escoltando al petrolero Ophir para que la flota en Tánger estacionada repostase.

El destructor pasó todo el mes de agosto patrullando el estrecho sin nada digno de mencionar. Cuando la flota partió para el Norte, el Barcáiztegui quedó en Málaga junto a otras unidades. A la vuelta de la flota, acompañó al Méndez Núñez para la protección del estrecho. Luego, el destructor realizó todo tipo de misiones de escolta y bombardeo de puertos enemigos, sin nada importante que reseñar.

En septiembre de 1937, tuvo un breve pero violento encuentro con el Canarias cuando protegían a un mercante junto con otros destructores. En la acción del Cabo de Palos, en marzo de 1938, parece que el Sánchez Barcáiztegui lanzó primero una andanada de torpedos al Cervera, dos, que fallaron, y otra más al Baleares, seis, de los que alguno pudieron ser acierto. En diciembre forma parte de la fuerza que trata de ayudar al José Luis Díez a pasar el bloqueo franquista del Estrecho, sin éxito. En febrero de 1939 entró en dique y allí, en marzo, fue bombardeado gravemente, quedando inoperativo en la base.

Datos técnicos:

Botadura 1927. Desplazamiento 1.650 tms. Velocidad max. 36 nudos. Tripulación: 175

Armamento en julio de 1936

5 piezas 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
4 ametralladoras 7mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad.

Armamento en enero de 1937:

4 piezas 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
4 ametralladoras 7 mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad.

Armamento en junio de 1938:

4 piezas 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
2 ametralladoras 13'2 mm. Hotchkiss AA
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad.

Destructor José Luis Díez

La marinería del José Luis Díez arrestó a su oficialidad desafecta el 19 de julio. El 22 al mando del Capitán de corbeta Luis González Ubieta se dirigió a Alicante para mantener la ciudad bajo control gubernamental. A primeros de agosto partió para Málaga. Realizó otra misión en Melilla y patrulló el las aguas del Estrecho con distintas misiones.

Formó parte de la flota destacada al Norte, navegando en vanguardia. El 25 de septiembre fondeaba en el Musel, el puerto de Gijón. realizando algunas misiones de bombardeo. Al retorno de la flota, se decide crear las Fuerzas Navales del Cantábrico, con el José Luis Diez y dos submarinos.

La actuación del José Luis Díez en el Norte fue desastrosa. Su oficialidad, de escasa lealtad, boicoteo todas las misiones que le encargaron, y a la tripulación no pareció importarle mucho, o no encontró manera de impedirlo. Protagonizó sonoros incidentes con las autoridades vascas y vergonzosas espantadas. Uno tras otro sus comandantes, todos partidarios de los facciosos, consiguieron que el buque no realizara misiones de ningún tipo, o abortara las pocas que no podía evitar. Los motivos por los que el Estado Mayor de la Flota, o el mismo ministro, permitieron tal desidia y traición, no las conozco, pero claman al cielo. Como sería la cosa que el gobierno vasco, tomó cartas en el asunto y más de la mitad de la dotación fue arrestada y sustituida por marinos vascos del bou Gipuzkoa. Siendo su comisario político el ex-capitan del bou, pero manteniendo al actual capitán del barco, otro desafecto. ¡Un desastre!

Naturalmente, de nada sirvió el cambio de tripulación, primero porque los marinos mercantes vascos del Gipuzkoa no estaban preparados para las complejidades de un moderno buque de guerra por muy valientes que fueran, segundo, por que el capitán suspiraba por internar el barco en un puerto neutral y entregarlo a los rebeldes, para hacer méritos y así ser aceptado por sus correligionarios, sin tener que explicar que hacía mandando un buque del gobierno. Y así fue, el Díez, evacuó Bilbao con refugiados y atracó en un puerto francés. El capitán, bajo a tierra y ya no volvió. El Diez, con mando de fortuna se reunió con el Ciscar (otro de lo mismo) en Le Verdón y juntitos partieron para Santander. Al saberse en el Díez, que el Cervera estaba cerca, dejaron al Ciscar a su ventura y se dirigieron a Gijón. Al Díez se le obligó a regresar a Santander donde se necesitaba su presencia. El Jefe de las Fuerzas Navales del Cantábrico puso de capitán del Díez al del Císcar, que en su día había sido detenido por desafecto y que parece ser que era un golfo redomado. ¡Genial!

El Díez, en una virada, demostrando lo maniobrero de la clase Sánchez Barcáiztegui

Las nuevas misiones de la Fuerza Naval del Cantábrico, eran pura pantomima. Y así hasta que debido a los bombardeos que sufría Gijón, el capitán de acuerdo, con su tripulación y fingiendo estar averiados pusieron rumbo a Inglaterra, dejando al Ciscar a su suerte. El destructor alcanzó Falmouth, donde fue reparado, Puesto en cuarentena por varios casos de tifoideas en la tripulación, cambiado el mando y con órdenes de incorporarse a la flota en Cartagena. Levó anclas y se detuvo en Le Havre, donde el antiguo capitán, varios oficiales y marineros desertaron. Se volvió a cambiar de capitán y cuando llegó el dinero para las reparaciones, se le camufló como un destructor inglés. Partió nuestro amigo, rumbo a Cartagena, mientras la marina franquista ponía en marcha una operación de búsqueda y captura, pues necesitada de destructores modernos, no quería perderse el bocadito. Como en las mejores historias marinas, el José Luis Díez, acudió a su cita con el petrolero Saturno, a unas 170 millas del Cabo San Vicente. Allí aparecieron dos pesqueros rebeldes que el Díez apresó, entregando sus tripulaciones al petrolero y hundiendo seguidamente los pesqueros. El 26 de septiembre de 1938 fue avistado por un destructor rebelde en el estrecho, y pronto el Díez se vio bajo el alcance de los cañones del Canarias, que le obligaron, ya dañado, a refugiarse en Gibraltar. Allí quedó en reparaciones hasta que el 30 de diciembre, tras las reiteradas órdenes del Estado Mayor de la Flota para que saliera, el destructor salió con rumbo a Cartagena. Al poco fue avistado por buques menores de la flota rebelde que rápidamente se lanzaron al combate sin esperar a sus cruceros. El destructor trató de alejarse de la jauría, pero no pudo, llegó a abordar al Vulcano y a lanzarle un torpedo, que estando el minador rebelde tan escorado, el torpedo le paso por encima de la cubierta sin causarle el menor daño. Finalmente el Díez varó en aguas próximas al peñón, y poco después fue llevado por los franquistas a Cádiz.

Datos técnicos:

Botadura 1928. Desplazamiento 1.650 tms. Velocidad max. 36 nudos. Tripulación: 175

Armamento en julio de 1936:

5 piezas 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
4 ametralladoras 7 mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad.

Armamento en enero de 1937

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
2 ametralladoras 25 mm. Hotchkiss AA
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad.

Armamento en octubre de 1938:

4 piezas 120/45mm. Vickers
1 pieza Vickers 76'2/45 mm. AA
2 piezas Vickers 40mm. AA
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad.

Destructor Almirante Ferrándiz

El Ferrándiz era el buque insignia de la 1ª flotilla de destructores. Poco antes de 18 de julio, Giral, ministro de marina, destituyó al capitán de este buque, porque sabía que andaba en conspiraciones con sus compañeros. Además ordenó al destructor partir para Barcelona y ponerse a las órdenes del presidente de la Generalidad. El problema es que los oficiales de la unidad de destructores, se negaron a tomar el mando, lo que suponía de hecho, rebelión militar. El propio jefe de la flotilla de destructores tuvo que tomar el mando y conducir al destructor a Barcelona. Giral no arrestó a nadie. Estupendo.

Llegado al destructor a Barcelona, recibió orden de regresar a Cartagena. Lo que hizo el 19, cuando la base todavía no se había decantado por ningún bando y oficiales y marinería se vigilaban sin disimulo. Y recibió un nuevo capitán. Ese mismo día llegó de nuevo orden de partir para Valencia, donde arribó la madrugada del 20. El capitán, Fernando Navarro, capitán de fragata, recibió temporalmente el mando de la flota, con ordenes de concentrarse en Tánger. El Ferrándiz participó en esos días en la protección del estrecho. Cuando la flota partió para el Norte, el Ferrándiz continuó sus labores de patrulla en el estrecho. Llamado por el Gravina que estaba siendo atacado por el crucero rebelde Cervera, se topó con el Canarias. Quiso zafarse, pero llevaba una caldera apagada, y el Canarias fue alcanzándole poco a poco hasta que lo tuvo a tiro en una distancia en la que el destructor no podía defenderse y andanada tras andanada lo hundió. Los rebeldes recogieron a los náufragos, de los que unos pasaron al cautiverio y otros fueron fusilados.

Datos técnicos:

Botadura 1929. Desplazamiento 1.650 tms. Velocidad max. 36 nudos. Tripulación: 175

Armamento en julio de 1936:

5 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
4 ametralladoras 7mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Armamento en septiembre de 1936

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
4 ametralladoras 7mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Destructor Lepanto

El Lepanto fue el único destructor cuyo capitán se mantuvo leal al gobierno.  No obstante, sus oficiales eran todos facciosos. Navegó hasta Almería para asegurar la plaza y posteriormente a Melilla donde coincidió con el Barcáiztegui y el Valdés, cuyas oficialidades querían ponerse inmediatamente a convoyar tropas rebeldes, en vez de bombardear la ciudad, como les habían ordenado. EL capitán del Lepanto reunió a la tripulación y partieron para Málaga. El capitán bajó para una entrevista con el comandante militar de la plaza, momento que aprovechó la dotación para detener a los oficiales desafectos. De vuelta a Almería, el Lepanto embarcó a gran numero de oficiales rebeldes para entregarlos en Cartagena, donde muchos de ellos fueron ejecutados, unos con juicio y otros sin él.

El Lepanto, como todos sus gemelos en la zona, patrulló el estrecho con poca fortuna y fue alcanzado por la aviación rebelde. Reparado, realizó misiones de patrulla y de castigo en el Mediterráneo. Acompañó a la flota al Norte, y de regreso continuó sus misiones de búsqueda sin resultados del enemigo.  También estuvo destacado en Barcelona durante algún tiempo. Participó en el encuentro del Cherchel, aunque sin tener protagonismo directo.  No así en el del Cabo Palos, dónde se dice que fue uno de sus torpedos el que envió al fondo al Baleares. El Lepanto huyó a Bizerta al final de la guerra y fue entregado a los franquistas por las autoridades francesas.

Datos técnicos:

Botadura 1930. Desplazamiento 1.650 tms. Velocidad max. 36 nudos. Tripulación: 175

Armamento en julio de 1936:

5 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
4 ametralladoras 7mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Armamento en enero de 1937:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
2 ametralladoras 25 mm. Hotchkiss AA
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Destructor Churruca

El Churruca se encontraba en Cartagena a las primera noticias de la rebelión militar. Se le ordenó salir para Cádiz. A la altura de Algeciras se le ordenó recalar en ese puerto. Allí los oficiales tomaron secretos contactos con los rebeldes. Y se decidió llevar el destructor a Ceuta para traer tropas del ejército de África a la península. El gobierno le ordeno bombardear Ceuta en colaboración con aviones leales. No sólo no hicieron ni caso, sino que entraron el puerto, cargaron tropas y las desembarcaron en Cádiz, dónde se combatía en algunas dependencias todavía leales al gobierno. El Churruca abandonó el puerto para evitar ser blanco de los tiroteos, pero la oficialidad rebelde no tuvo la precaución de embarcar una sección de infantes para controlar a la tripulación. Y así la dotación que no estaba dispuesta a aceptar la deslealtad de su oficialidad al gobierno que les pagaba el sueldo, tomó presos a todos los oficiales. En el camino a Málaga para desembarcar los presos se topó con el cañonero Dato que apoya la rebelión, pero no pudieron hacer nada pues los oficiales habían tirado al agua las llaves maestras de los cañones.

Los meses siguientes los pasó el Churruca patrullando el estrecho con poca fortuna.  A principios de 1937, como sus gemelos, se puso a convoyar. En el verano de ese año, formó parte de una agrupación que desde el puerto de Valencia se dedicó a patrullar las costas. En agosto, disuelta la unidad citada, partió con una misión de protección de mercantes, y fue torpedeado por el submarino italiano Jalea (como verá el lector, los rebeldes no necesitaban submarinos propios, tenían los mejores de la época, italianos y alemanes). Gravemente averiado, el Churruca, ayudado por otros buques, regresó a puerto y entró en dique seco. En esas estaba cuando una bomba de aviación le destrozó la popa. Su artillería fue desmontada para armar al nuevo Jorge Juan. El final de la guerra le cogió en esa tesitura.

Datos técnicos:

Botadura 1931. Desplazamiento 1.650 tms. Velocidad max. 36 nudos. Tripulación: 175

Armamento en julio de 1936:

5 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
4 ametralladoras 7mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Armamento en enero de 1937:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
2 ametralladoras 25 mm. Hotchkiss AA
3 ametralladoras 7 mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Destructor Alcalá Galiano

El Alcalá Galiano se encontraba en servicio en Cartagena el 18 de julio de 1936. La oficialidad se encontraba a la expectativa de noticias, y podíamos decir que la tripulación también. Las órdenes y las contraórdenes se sucedieron paulatinamente, hasta que el destructor se dirigió a Barcelona para asegurar la plaza para el gobierno. Apenas había pasado por Escombreras, cuando recibió contraorden, vuelta a la base. Allí la tripulación detuvo a la oficialidad y se puso a las órdenes definitivas del ministro de marina, Giral. Cambiado el capitán, el destructor partió para Valencia regresando a la base tres días después, trasladándose, al igual que sus gemelos, al puerto de Málaga,. con la intención de cerrar el paso a los rebeldes en el estrecho. Fue el único destructor republicano que trato de impedir el mal llamado "convoy de la victoria", con gran valentía, todo hay que decirlo, el cañonero Dato y el guardacostas Uad Kert, se le enfrentaron, uno por cada borda, y el destructor, falto de mandos competentes, se vio superado y hubo de retirarse, el famoso convoy pasó, aunque todos los autores saben de la escasa relevancia de las tropas que pasó, no así de lo importante de la operación, romper el bloqueo de Giral en el estrecho.

A continuación realizó labores de protección para terminar de despejar el puerto de Tánger de buques republicanos. Participó también en el intento de bloqueo del puerto de Huelva (hundiendo dos mercantes en su bocana), que fracasó. También salió para el estrecho, poco después, para proteger al Méndez Núñez que venía de Guinea.

A partir de aquí el buque realiza misiones de escolta y de represalia (bombardeo de puertos enemigos, para levantar la moral). En marzo del 37, junto con una flotilla de destructores, participó en un intento de destrucción de buques enemigos atracados en Ceuta. La acción trascurrió sin pena ni gloria. El 11 de junio colisionó dentro del puerto con el mercante Magallanes, entrando en dique seco para reparaciones. Se le desmontó la artillería para armar al Ulloa. Al final de la guerra fue alcanzado por bombas de aviación que le produjeron serios daños. Y así lo encontraron los franquistas en Cartagena.

Datos técnicos:

Botadura 1932. Desplazamiento 1.650 tms. Velocidad max. 36 nudos. Tripulación: 175

Armamento en julio de 1936:

5 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
4 ametralladoras 7mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Armamento en enero de 1937:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
2 ametralladoras 25 mm. Hotchkiss AA
4 ametralladoras 7 mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Destructor Almirante Valdés

El 18 de julio y dentro de la 1ª flotilla de destructores, el Almirante Valdés se encontraba en Cartagena con su oficialidad al pairo de las noticias que llegaban de Madrid y otras ciudades. El capitán del destructor había pasado a tomar el mando de la 1ª Escuadrilla, dado que este había sido cesado el 16 por Giral. Cumpliendo sus órdenes, el destructor partió para Melilla, recalando el Almería. A su arribada a Melilla, se encontró con el Sánchez Barcáiztegui y el Lepanto, este último con un comandante leal. El Valdés y el Sánchez atracaron el puerto y su oficialidad entró en contacto con los oficiales rebeldes, hasta que las tripulaciones de ambos buques levaron anclas a la fuerza. En las maniobras, el Valdés quedó embarrancado y tardó en ser liberado con la ayuda del transporte Monte Toro. En ese mismo momento, la dotación al mando de los auxiliares se hizo cargo del buque, deteniendo a los oficiales rebeldes. EL día 19 el destructor llegó a la base, con las tripulaciones en estado de euforia, y tras unas reparaciones del casco, partió para Málaga para controlar el estrecho y con un nuevo capitán.

El Valdés fue un ejemplo de ineficacia de la conjugación de mandos que suspiraban por la rebelión y comités inoperantes. Una desgracia para la República este tipo de dotaciones. Destructores y sobre todo submarinos fueron los ejemplos más perniciosos.

El destructor, como sus iguales, participó en el control del estrecho con pocos resultados, incluido un incidente con un mercante alemán que propició la intervención del acorazado de bolsillo Admiral Scheer. En esas misiones, no demostró la tripulación ningún ardor guerrero y si alguna que otra espantada en sus misiones. En septiembre de 1936, partió con el grueso de la flota al Norte, de donde regresó casi un mes después. A partir de aquí y como todos los destructores, se puso a escoltar mercantes, salidas de búsqueda de la flota enemiga, infructuosas y bombardeos de represalia. A partir de junio de 1937 quedó destacado un mes en Barcelona. Más tarde formó una flotilla de defensa de costas en Valencia junto a lanchas torpederas.

El resto de año y principios del siguiente, el Valdés, protegió mercantes y participó en la operación de intento de ataque con lanchas torpederas a la ciudad rebelde de Palma. Aunque no participó en la acción del hundimiento del Baleares. Posteriormente realizó viajes de enlace, entre Cartagena y la base de Mahón y Barcelona. Intentó proteger junto con otras unidades el retorno del José Luis Díez, que resultó infructuoso, por el fuerte bloqueo rebelde, la estulticia del mando del Díez y las pocas ganas de combatir del resto de la flota republicana. Terminó en Bizerta como todas las unidades operativas en Cartagena al final de la guerra.

Datos técnicos:

Botadura 1932. Desplazamiento 1.650 tms. Velocidad max. 36 nudos. Tripulación: 175

Armamento en julio de 1936:

5 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
4 ametralladoras 7mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Armamento en enero de 1937:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
1 ametralladora 13,2  mm. Hotchkiss AA
4 ametralladoras 7 mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Armamento en junio de 1938:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
2 ametralladoras 13,2  mm. Hotchkiss AA
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Destructor Almirante Antequera

El Almirante Antequera, aún perteneciendo a la 1ª Flotilla de destructores, se encontraba destacado en Santander el 17 de julio. Toda la oficialidad estaba comprometida, y pese a recibir urgentes órdenes de dirigirse al estrecho, los oficiales retrasaron su partida todo lo que pudieron, hasta la noche del 19, llegando a Málaga el 21 por la tarde.  Allí estaba el Alsedo, cuya dotación había arrestado a su oficiales por rebeldes. Miembros del Comite del Alsedo visitaron al Almirante Antequera para pedir a sus compañeros que detuvieran a los oficiales. No obstante, la tripulación del Antequera permaneció tranquila. Tras una misión de vigilancia por la costa andaluza y a su regreso, los mandos del Antequera se entregaron a las autoridades republicanas.

El destructor recibió nuevo mando y se dedicó a patrullar para impedir el paso de tropas rebeldes por el estrecho. En agosto participó en bombardeo y desembarco de Ibiza, teniendo su base en Valencia. En parejas operaciones, bombardeó Palma y protegió a las tropas de Bayo que desembarcaron en Porto Cristo. También participó en las labores de protección del mercante Magallanes, que procedente de Méjico, traía materiales de guerra para la República. Junto con el grueso de la flota, el 19 de septiembre partió para el Norte, donde recaló casi un mes. A continuación, y como todos los destructores republicanos con base en Cartagena, se puso a proteger convoyes y ocasionales bombardeos sobre puertos rebeldes. El mando designó al Antequera para que reforzara las Fuerzas Navales del Cantábrico. Salió, pues el destructor con este rumbo el tres de marzo de 1937, pero al poco, el mal tiempo le averió la radio y otros elementos básicos. Regreso el destructor a Cartagena, y sin bajar a tierra, fue reparado. Partió de nuevo el Antequera, y con muy mal tiempo pudo atravesar el estrecho de noche.  El tiempo siguió empeorando y ya con serias averías, el destructor se dirigió a Casablanca, donde los amables franceses le negaron ayuda. Con dos mecánicos llegados de España, la tripulación no sólo reparó las averías sino que camufló el destructor como si fuera inglés. Así retornó a Cartagena, sin incidentes graves, pese a ser atacado por un hidro rebelde y el fuego de varios cañoneros.

El Antequera se puso entonces a proteger el tráfico costero republicano en el Mediterráneo. En septiembre y escoltando a los cruceros, participó en el combate del Cherchel. Pocos días después y protegiendo mercantes gubernamentales en compañía del Gravina y del Sánchez Barcáiztegui, fueron avistados y cañoneados por el Canarias. El Antequera largo dos torpedos que fallaron, sorteó con habilidad el peligroso fuego del Canarias, hasta que los destructores decidieron abandonar a los mercantes. El mayor delito que un destructor puede cometer cuando tiene encomendada esta misión. Los mercantes fueron atrapados por el Canarias, y a ningún capitán republicano se le formó consejo de guerra sumarísimo (¿Y a quién iban a poner si los fusilaban por cobardía ante el enemigo?).

En marzo, y como escolta de los cruceros, el Antequera participó en el hundimiento del Baleares, al largarle, cinco torpedos. En octubre se le cambio la artillería, colocándole piezas de 120 de tiro rápido. Participó también en el intento de proteger el regreso del José Luis Díez, sin éxito como se sabe.

En marzo del 39, y con la flota todavía operativa, se dirigió a Bizerta y poco después los franceses entregaron el buque a los rebeldes.

Datos técnicos:

Botadura 1934. Desplazamiento 1.650 tms. Velocidad max. 36 nudos. Tripulación: 175

Armamento en julio de 1936:

5 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
4 ametralladoras 7mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Armamento en enero de 1937:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
1 ametralladora 13,2  mm. Hotchkiss AA
4 ametralladoras 7 mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Armamento en junio de 1938:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
2 ametralladoras 13,2  mm. Hotchkiss AA
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

El Vickers 120/45 modelo F de la segunda hornada de la serie Churruca (la primera llevaba el modelo D). Imagen: REHM

Destructor Almirante Miranda

El 18 de julio el destructor Almirante Miranda se encontraba pendiente de recibir su artillería. Recibidas las piezas y tras las pruebas de mar, su primera misión fue proteger las tropas de Bayo en Mallorca. En esta misión, el Miranda realizó idas y venidas, bombardeos y todo tipo de protección. Regresó a Cartagena para reponer munición y combustible y fue destinado al estrecho, con base en Málaga. Con el grueso de la flota, partió para el norte en septiembre. A su regreso y como ocupaba la ultima posición fue atacado varias veces por aviones rebeldes, pero sin consecuencias.

El destructor realizó entonces labores de patrulla, sin nada digno de mención. Acompañó al Jaime I con rumbo a Almería, cuando este varó y tuvo que esperarse la llegada del remolcador Ciclope, para rescatarlo. En el combate del Cherchel no participó directamente aunque estuvo presente. Tampoco participó en el hundimiento del Baleares, limitándose a la protección de la costa republicana entre Cartagena y Barcelona.

Su última misión de importancia consistiría en tratar de ayudar al José Luis Díez a regresar a Cartagena. Misión que fracasó. Llevó a Ubieta a Menorca para que se hiciera cargo del mando el 4 de febrero y poco más pues el buque partió para Bizerta con el resto de la flota en condiciones de navegar.

Datos técnicos:

Botadura 1934. Desplazamiento 1.650 tms. Velocidad max. 36 nudos. Tripulación: 175

Armamento en julio de 1936:

5 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
4 ametralladoras 7mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Armamento en enero de 1937:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza de 101,6/40 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
2 ametralladoras 13,2  mm. Hotchkiss AA
4 ametralladoras 7 mm. Vickers
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Armamento en junio de 1938:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
2 ametralladoras 13,2  mm. Hotchkiss AA
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Destructor Gravina

Al Gravina se le estaba montando, en Cartagena, la artillería el 18 de julio de 1936. No hubo por ello incidentes en el buque. La artillería que se le montó finalmente no era la suya, sino cañones de 101,6 mm. procedentes del primer España. Por motivos desconocidos, esta artillería se montó defectuosamente, por lo que no entró en servicio hasta septiembre.

El destructor quedó en el Mediterráneo cuando el grueso de la flota subió al Norte. En una de sus patrullas, fue acosado por el Cervera y el Canarias, que andaban a sus anchas, con la flota republicana en el Norte. Acudió al socorro el Ferrándiz, y tuvo éste destructor la mala suerte de ser cogido por el Canarias con una de sus calderas apagadas, por lo que no pudo escapar. E l crucero pesado rebelde, lo cañoneó hasta que lo hundió. El Gravina fue localizado a su vez por el Cervera en la bahía de Tánger y recibió varias andanadas de las que una de ellas le alcanzó. El capitán del destructor opto por rendirse (ya se sabe, para hacer meritos con que pasarse al enemigo), pero la tripulación se negó, encendió la cuarta caldera y puso agua de por medio, refugiándose en Casablanca. La Marina republicana preparó una operación para ayudar al Gravina a volver a su base, coincidiendo con la vuelta de la flota del Norte. El Gravina debía salir a su encuentro junto con un petrolero y un carguero allí recalados. Pero no lo hizo. La flota del Norte cruzó el estrecho sin problemas, y el Gravina perdió su mejor oportunidad. El mando naval republicano, tuvo que enviar a uno de sus mejores hombres para que se hiciera cargo del destructor, Ubieta, que consiguió pasar.

El Gravina se integró en las flotillas de destructores y como sus iguales realizó labores de patrulla y represalia sin más incidencias.  Era la escolta del Jaime I, cuando este varó en Almería el 25 de abril de 1937. Alternó todos los puertos republicanos del Mediterráneo en labores de protección de costas y convoyes. Estuvo presente en el combate del Cherchel, aunque no participó directamente. En septiembre tuvo lugar el encuentro de varios destructores con el Canarias. El Gravina trató de ayudar al Antequera, pero al poco salió de la zona abandonando al J.J. Sister a su suerte.

En la del Cabo de  Palos, el Gravina, volvió como salió, sin intervenir. Realizó posteriormente varias misiones de Barcelona a Cartagena, y viceversa y participó en el intento de ayuda al José Luis Diez. Acompañó también al Almirante Miranda a Mahón el 3 de febrero. Ligeramente averiado por la aviación italiana, emprendió su ultimo viaje con bandera republicana a Bizerta con familiares de los tripulantes a bordo.

Datos técnicos:

Botadura 1936. Desplazamiento 1.650 tms. Velocidad max. 36 nudos. Tripulación: 175

Armamento en julio de 1936:

5 piezas de 101,6/40 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Armamento en enero de 1937:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
1 ametralladora 13,2  mm. Hotchkiss AA
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Destructor Escaño

El Escaño también se encontraba en fase de armamento el 18 de julio. El 19 de septiembre se encontraba ya operativo y realizó junto con la mayor parte de las unidades republicanas en la expedición al Norte. De regreso, realiza las mismas tareas de protección y represalia de sus gemelos. Patrulló el Golfo de Valencia a mediados de febrero. Escoltó pocos días después al mercante Mar Negro. Navegó hasta Barcelona y Mahón, en cuya última singladura estuvo a punto de chocar con el crucero auxiliar Lázaro. En mayo recogió a dos mercantes procedentes del Bósforo. Y en meses sucesivos, fue esta labor de escolta, propia de sus funciones la que más prodigó. Estuvo presente en el combate del Cherchel pero, como el resto de los destructores, no intervino. el 17 de septiembre de 1937 sufrió importantes daños por un ataque aéreo y hubo que meterlo en dique seco.

Ya operativo, formó parte de la flotilla de destructores presentes en las cercanías del hundimiento del Baleares, aunque no participó en las acciones. Tras varias misiones con destino en Barcelona y también de protección antisubmarina del crucero Cervantes.

En octubre de 1938 le fue instalada definitivamente las piezas de 120 mm. que le correspondían. Participó en el intento de ayuda al José Luis Díez. El 5 de marzo se internó en el puerto de Bizerta.

Datos técnicos:

Botadura 1936. Desplazamiento 1.650 tms. Velocidad max. 36 nudos. Tripulación: 175

Armamento en enero de 1937:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
1 ametralladora 13,2  mm. Hotchkiss AA
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Armamento en junio de 1938:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
2 ametralladoras 13,2  mm. Hotchkiss AA
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Destructor Císcar

El Ciscar estaba recibiendo su artillería cuando el 18 de julio. Dada la situación se le armó de circunstancias y entró en servicio a principios de noviembre de 1936. Su primera misión fue salir en busca del Canarias con otros destructores de la flotilla. Pero el Canarias ya se había esfumado. A continuación realizó un bombardeo de represalia sobre Ibiza. Y en las semanas siguientes realizó distintas labores de patrulla y escolta.

En abril de 1937 y ante los insistentes apremios de las fuerzas del Norte, se propuso una nueva intentona de reforzar las Fuerzas Navales del Cantábrico. Al contrario que en el anterior intento del Antequera en marzo, el Ciscar disfrazado de destructor inglés, arribó al puerto de Santander el 11 de abril, junto con el submarino C-4. Se traslado a Bilbao, y sufrió una avería en la hélice que le tuvo parado dos días (era el principio de una gran amistad entre el Ciscar y las averías). Dos días después realizó su primera misión de escolta en el Norte, concretamente a un mercante inglés que entraba en el Adra. Al regresar a puerto el Ciscar, abordó a un dragaminas vasco, hundiéndole (y van dos).

En mayo, y desde el puerto de Sestao, y con unidades de la Marina Auxiliar Vasca, bombardeó posiciones rebeldes. A la vuelta se topó con el bou armado rebelde, Galerna, al que cañoneó sin resultados, pues éste, huyó a toda maquina. EL bacaladero rebelde llamó a su hermano mayor, el crucero Cervera, y esta vez, el que puso agua de por medio fue el Ciscar.

En días siguientes escoltó a varios mercantes cargados de refugiados. El 26 de mayo, dejó en la estacada a un mercante con suministros vitales ante la presencia del Cervera. Fue esta la primera de una serie de indolencias que provocaron la protesta del presidente Aguirre, tanto por el Ciscar, como por el José Luis Diez, siendo en este último, la situación, todavía peor.  A finales de mayo, las fuerzas de seguridad vascas irrumpieron en los destructores e internaron a toda la tripulación, excepto los profesionales indispensables para la navegación. Esto sentó muy mal a Madrid, además, las tripulaciones vascas de repuesto (bou Bizkaya), podían ser muy valientes, pero carecían de conocimientos para las complejas tareas de un buque de guerra. De hecho la situación no varió un ápice. Pues aunque el comisario del barco, era el antiguo capitán del Bou Bizkaya, su nuevo capitán era un alférez de navío que (como mínimo) suspiraba por desertar. En una importante misión en pareja con el José Luis Díez que se planteó para capturar un mercante rebelde, el capitán del Ciscar la boicoteó sin ningún disimulo, retrasando su salida, y luego, con la excusa del Cervera, pretendió dirigirse a Burdeos para darse tranquilamente el piro, y quizá entregar el buque a los rebeldes con los que hacer méritos para pasarse. Denegado el permiso para esa singladura, regresaron ambos destructores a Bilbao, y en el camino se toparon con el Cervera que no les vio. Era una estupenda oportunidad de cañonear al llanero solitario del Cantábrico, pues estaban a menos de 2000 metros. La tripulación del Ciscar se aprestó a disparar, pero, ¡oh sorpresita!, fallaron los mecanismos de disparo (otra que te meto, Aniceto).

Las cosas se ponían feas, los rebeldes estaban muy cerca ya de Bilbao y la aviación de tres nacionalidades castigaban el puerto con frecuencia. Los Jefes de las Fuerzas Navales del Cantábrico, embarcaron con sus familias y algunos refugiados de postín. La intención de estos oficiales y de ambos capitanes era internarse en Francia y terminar su poco heroica guerra, consecuentemente, de la forma menos heroica. Alguien dio el chivatazo a Madrid y se ordenó a los buques taxativamente que se dirigieran a Santander. Pero ni caso, el Ciscar desembarcó a sus refugiados en Francia (La Pallice) y los mandos de las Fuerzas Navales del Cantábrico desertaron en masa. Lo que quedaba de la dotación decidió volver a Santander, junto con el José Luis Díez, que se les había unido en Le Verdon, pero por el camino, el José Luis Díez se dirigió a Gijón que era más seguro. El Ciscar, solito, entró en Santander. No se sabe cómo, pero se consiguió al final que tras casi un mes de inactividad en el puerto, el Ciscar y el José Luis Díez participaran en una operación de caza del Cervera. Iba delante el Ciscar de cebo, y detrás el Díez para atacarlo con torpedos. Efectivamente, el Cervera los vio, pero el Díez no fue capaz de colocarse en posición, y el Ciscar, temiendo ser hundido, volvió a Gijón. ¡Vaya pareja!

Aún hubo un pequeño encuentro con buques menores de la marina rebelde, sin consecuencias. Santander cayó y ambos destructores se refugiaron en Gijón. Los cosas estaban muy crudas, se corría más riesgo en puerto que en alta mar. Así que a la primera oportunidad, una misión de apoyo a las tropas de tierra, ambos destructores partieron, el Díez se las piró a Plymouth y el Ciscar, tripulación empeñada, decidió cumplir su misión y volver a Gijón. Las autoridades republicanas trataron de conservar el Ciscar para la evacuación de altos mandos y personalidades que pudieran correr peligro de muerte de caer capturados, pero esa ilusión se esfumó cuando el 19 de octubre el buque fue bombardeado y se escoró en el puerto quedando inoperativo.

Datos técnicos:

Botadura 1936. Desplazamiento 1.650 tms. Velocidad max. 36 nudos. Tripulación: 175

Armamento en enero de 1937:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
1 ametralladora 13,2  mm. Hotchkiss AA
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Destructor Jorge Juan

El 18 de julio se encontraba en fase de armamento. Entró en servicio a finales de agosto de 1937. Estuvo presente en los combates del Cherchel de octubre de 1937, aunque no participó directamente. Realizó diversos servicios de patrulla y en el combate del Cabo de Palos aunque formaba parte de la escolta de las lanchas rusas G-5, no participó tampoco en la acción.

Se dedicó después a proteger al tráfico costero, y ya en julio de 1938, recibió la artillería del Churruca, que se encontraba en dique seco. Nuevamente realizó servicios de costa sin nada digno de mención, protegiendo la ruta Cartagena-Valencia-Barcelona. El fin de la guerra le pillo operativo por lo que se internó en Bizerta con el resto de la flota republicana.

Datos técnicos:

Botadura 1937. Desplazamiento 1.650 tms. Velocidad max. 36 nudos. Tripulación: 175

Armamento en agosto de 1937:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
2 ametralladoras 13,2  mm. Hotchkiss AA
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad

Destructor Ulloa

Entró en servicio en noviembre de 1937, y su dotación fue la del Churruca que se encontraba en dique seco. Realizó misiones rutinarias de patrulla. Mandaba la flotilla de protección de las lanchas torpederas que en marzo de 1938 pretendían atacar en Palma a las cruceros rebeldes, y que al regreso propició en hundimiento del Baleares. El Ulloa no participó en esa acción. A continuación realizó diversos viajes a Barcelona protegiendo mercantes. En agosto de 1938 participó en el intento de ayudar al Díez a regresar a Cartagena. Las misiones que le restan fueron rutinarias y temerosas. Al final de la guerra se internó en Bizerta.

Datos técnicos:

Botadura 1937. Desplazamiento 1.650 tms. Velocidad max. 36 nudos. Tripulación: 175

Armamento en noviembre de 1937:

4 piezas de 120/45 mm. Vickers
1 pieza 76'2/45 mm. Vickers AA
2 ametralladoras 13,2  mm. Hotchkiss AA
6 Tubos lanzatorpedos
8 Cargas de profundidad